Treinta días con él

Prólogo

"El dinosaurio magenta que no es Barney"

Casa de los Hyuga 10:30 am

—Vamos Hinata, debes decírselo ¿qué mejor oportunidad que hoy? ¡Todos irán disfrazados!— decía una chica rubia.

—No lo sé, Ino…— dudó la chica de ojos perla.

— ¡Vamos!— le animó—. Podemos buscar un disfraz ahora mismo— le sugirió a su amiga

—El festival es hoy n-no creo que encontremos un disfraz— negó con la cabeza

— ¿Algunas vez te he mentido, Hinata?— le preguntó

—Bueno una vez c-cuando…— la chica de ojos azules interrumpió

—Pues entonces escúchame bien, encontraremos un disfraz digno de la princesa que eres y si no me dejo de llamar Yamanaka Ino, y me gusta mucho mi nombre— la Yamanaka le dedicó una gran sonrisa de oreja a oreja mientras su amiga suspiraba resignada

—Está bien…—


Al mismo tiempo en Starbucks…

—Te lo digo Sasuke, hoy será el día, se lo diré a Sakura ¡Dattebayo!— gritaba un chico rubio que se encontraba encima de una mesa apuntando hacia el cielo.

Él chico a su lado ni se inmutó, sabía que su amigo rubio era muy molesto pero desde que comenzó a hablar con esa tal "Rock Lee" tenía una tendencia a subirse a las mesas para dar discursos.

— ¿De qué iras disfrazado?— preguntó el rubio mientras se volvía a acomodar en su asiento.

—No me interesa ir— contestó mientras jugaba con la pajilla de su frappé.

— ¡Vamos!, no seas así— dijo el rubio mientras se incorporaba en su lugar para darle un sorbo a su malteada.

—Odio estos festivales— le espetó.

— ¿Lo dices por eso de la tradición verdad?— cuestionó el chico con sorna—Escucha, sé que detestas que la mitad de las chicas del instituto se te declare casi cada semana, pero ¿quién sabe? quizá encuentres a la ideal—comentó de forma positiva— Ya sabes, una que te soporte y comprenda tus extraños gustos— bromeó mientras le daba unas palmadas en la espalda a su amigo.

—Muy gracioso, dobe. No planeo ir al festival, si existe tal chica tendrá que esperar- contestó dedicándole una sonrisa sarcástica a su amigo.

— ¿Quieres convertirlo en apuesta?— preguntó el rubio mirando desafiante

—Te escucho— respondió el moreno mirándolo con atención mientras una sonrisa juguetona comenzaba aparecer en su rostro. Si existía una forma de convencer a Uchiha Sasuke esa era retándolo.


Casa de los Nara 12:13 pm

—Entonces por lo que entiendo ambos tienen que ir al festival de la escuela— dijo un chico de coleta mientras mantenía los brazos cruzados y los ojos cerrados, analizando detenidamente la situación.

—Así es— contestó el rubio

—Sasuke deberá aceptar ser novio de la primera chica que se le declare y no puede terminar la relación a menos que ella lo haga— remarcó el chico aun manteniendo su concentración.

—Hn— contestó el moreno como asentimiento.

—Naruto tiene que ir disfrazado de dinosaurio y tomarse fotos con todo el equipo de futbol americano— prosiguió Shikamaru con su análisis—Ninguno puede quitarse el traje o irse hasta que termine el festival.

—Así es— admitieron el rubio y el moreno al unísono

—Y quien no haga lo que corresponde. Mañana tendrá que robar un sostén de los vestidores de las chicas, y dar tres vueltas al campus con el sostén puesto y una falda hawaiana— concluyó el Nara

—Exacto— comentó el Uchiha

—Lo has entendido todo— añadió el Uzumaki

—No, hay algo que no me queda muy claro…— dudó Shikamaru

— ¿Qué?— se preguntaron Sasuke y Naruto al unísono

— ¿Qué pinto yo en todo esto?— preguntó algo fastidiado

—Necesitamos un testigo por si alguno de nosotros intenta retractarse—

—Que problemáticos son ¿Solo por eso me despertaron de mi siesta de las doce?—


Festival escolar 7:30 pm

— ¡Temme!— gritó un dinosaurio… morado.

— ¿Naruto?— preguntó el apuesto mosquetero escondido detrás de la mesa de bocadillos. Aunque no podía ver el rostro de su amigo por el traje de dinosaurio no podría confundir su alegre voz.

—Cumplí mi parte de la apuesta— dijo el rubio hiperactivo enseñando un álbum con fotografías, donde la mayoría de las caras se burlaba del dinosaurio.

—Eso se nota, pero no era necesario que vinieras de Barney— se burló el azabache.

— ¡No soy Barney!— le aclaró el chico de ojos azules.

—Eres un dinosaurio morado— le explicó el moreno.

—No es morado, es magenta— aclaró su mejor amigo.

—Está bien, sigue pensado eso… "Barney"— dijo soltando una carcajada, algo que solo hacía en presencia del rubio.

— ¿Y bien? ¿Ya tienes novia?— contraatacó el dinosaurio "magenta" lo hizo que las risas de Uchiha cesaran.

—No, todas las chicas están esperando hasta que inicie el baile en frente de la fogata, es por eso de "la tradición"— explicó con molestia el chico. A pesar de que eso era cierto por si las dudas el Uchiha se escondía detrás de la mesa de bocadillos, era el escondite perfecto ya que la mayoría de las chicas estaban a dieta perpetua ninguna se acercaba a la mesa de bocadillos.

—Bueno, debo admitir que no pensé que vinieras, y menos vestido de mosquetero— admitió el rubio con una sonrisa pícara.

—Mamá me obligó— explicó el moreno encogiéndose de hombros, si había algo que ningún Uchiha podía hacer era contradecir a Mikoto.

—Como adoro a tu mamá—dijo el burlonamente.

—Cierra la boca, dobe— le ordenó con irritación.

—Es muy… guapa—

— ¡Deja de hablar de mi mamá!—

—No ella— negó—. Ella— señalo a la chica pelirosa con un kimono del mismo color que su cabello.—Ya llegó Sakura, no puede verme así—dirigió la mirada a su amigo de forma suplicante—Cámbiame el traje— le exigió el rubio.

—Claro que no— respondió el Uchiha sin meditarlo dos segundos.

— ¿Ni siquiera lo vas a considerar?— preguntó el chico poniendo ojos de cachorrito.

—Está bien...- contestó mientras rodaba los ojos—. No— volvió a responder.

—Por favor, sino cuando tenga cuarenta años viviré contigo y tú mujer reclamándote todos los días que el amor de mi vida me rechazo por que estaba vestido de dinosaurio…— De repente un desagradable escena vino a la mente del Uchiha; Naruto sentado en su sofá llorando viendo novelas románticas y pidiéndole a la mujer del Uchiha que le llevará más palomitas, mientras que él tenía que calmar los sollozos de su amigo.

—Vayamos a un baño rápido— le ordenó.


Diez minutos después.

—Ahí está— señaló la Yamanaka al chico vestido de dinosaurio.

— ¿Segura que N-Naruto-kun es el que está vestido de Barney?

—Sí, hace rato lo vi hablar con Sasuke— le aseguró la rubia.

—M-m-me estoy arrepintiendo— le confesó la morena nerviosa. Si había algo que la hacía denotar su nerviosismo era su tartamudeo.

—Vamos, yo nunca me equivoco y créeme que estoy segura de que algo bueno va a pasar— dijo con total seguridad mientras ponía sus pulgares en alto.

—Entonces, deséame suerte— dijo la morena lanzando un gran suspiro.

—Suerte, estoy segura de que podrás— le alentó su amiga.

La Hyuga tomo una bocanada de aire y con todo el valor que junto se dirigió hacia el dinosaurio que estaba oculto detrás de la mesa de bocadillos, era raro ver al Uzumaki quieto y sin llamar la atención, pareciera que se ocultaba de algo o alguien…

Por suerte para Hinata el baile alrededor de la fogata ya había comenzado y como tradición las chicas invitaban a los chicos a bailar, cuando llegó torpemente hasta el dinosaurio solo ofreció su mano, dando seña de que lo invitaba a bailar, el chico no dijo nada y aceptó la invitación. Sin decir nada ambos comenzaron a bailar alrededor de la fogata donde más y más parejas se juntaban, antes de dejarlo pronunciar una silaba la Hyuga se adelantó.

—Quiero h-hablar contigo, p-pero por favor n-no digas nada h-hasta que acabe— le pidió. No obtuvo respuesta alguna de parte del dinosaurio. Al pasar un par de segundos vio moverse la gigantesca cabeza de arriba hacia abajo, tomaría eso como un sí —Desde la s-secundaria he estado e-e-e-enamorada de ti, te admiro mucho, m-me gusta tu manera de s-ser, p-por eso te pido que m-me des una oportunidad. Entiendo que es d-d-difícil para ti pensar en mí como algo más que tú a-a-amiga pero al m-menos d-dame treinta días p-para d-demostrarte que t-te quiero y que r-realmente puedes ser f-feliz conmigo ¿Q-qué dices?— preguntó la ojiplata. Sentía como las piernas le empezaban a fallar, la Hyuga estaba a punto de desplomarse pero ágilmente el chico la sostuvo aunque para eso se inclinó demasiado y la cabeza de dinosaurio cayó de sus hombros hacia el suelo.

—Treinta días, ni más ni menos, empezando a partir de hoy… la verdad no pensé que estuvieras enamorada de mi- el Uchiha curvo una media sonrisa —Hyuga…