INUYASHA NO ME PERTENECE COMO ASÍ TAMPOCO NINGUNO DE SUS PERSONAJES.

SIN FINES DE LUCRO.

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Escolares

MahiaraHiteru

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Capítulo uno

Bienvenida

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-Kagome! Despierta, Kagome!

-Sí, bueno… en dos horas…- Murmuraba la muchacha desde su cama.

-Pero Kagome, hay que ir a la escuela.- Decía su hermano, Souta, de pie al lado de la cama de Kagome.

-Escuela… escuela?..

-Sí. Recuerda primer día, nueva escuela, nueva ciudad,…

-¡¡Escuela!!-Gritó la chica saltando de su cama cuando al fin se encontraba del todo despierta. –Ay, no, llegaré tarde y es el primer día en ésta escuela¿qué haré¿Qué haré? … Ay¿pero donde dejé ése uniforme?...- Souta observaba como su hermana se movía de un lado para el otro buscando el bendito uniforme escolar. –Ajá¡aquí está!

-Eh… Hermana, ése no es. Ése es el del colegio anterior.

-Oh! Pero que tonta, es cierto. Éste es. Bueno, vete, me voy a cambiar.- Y empujó a su hermano menor fuera de la habitación.

Kagome era una muchacha de dieciséis años que se había mudado a Tokio, por cuestiones de trabajo por parte de su madre, a quién habían transferido a aquella gran ciudad.

Había tenido que abandonar el colegio a mitad del primer trimestre, por lo que prácticamente empezaría aquél año de aprendizaje en la nueva escuela. Había dejado todo lo que era su vida anterior en la otra ciudad, donde se encontraba la escuela a la que siempre había asistido y sus amigas de toda la vida. Cursaría su ante último año escolar en una nueva escuela.

-Buenos días, hija.- Dijo su madre cuando Kagome se encontró en la cocina con el nuevo uniforme (el que acostumbra en la serie, por las dudas. ) ya puesto y su mochila lista. -¿Desayunarás?

-No, mamá. No tengo tiempo así que ya me voy. Adiós!- Dijo saliendo de su nueva casa.

-Adiós!

Caminó hasta la escuela y al llegar se dio cuenta de que era mucho más grande que la anterior y ya estaba atestada de alumnos que llegaban como ella, y por suerte, temprano.

Entró sintiéndose rara y sola como suele suceder cuando te encuentras en un lugar que no conoces repleto de personas que jamás habías visto.

Ya tenía los horarios y el mapa del colegio para no perderse. Su primera clase sería matemática. "Genial" Murmuró sarcástica y se dirigió al que sería su casillero de ahora en adelante. Puso algunas de sus cosas adentro, las que no necesitaría en aquella aburrida clase.

De repente el ruido de un fuerte golpe a su lado la quitó de su ensimismamiento . Un muchacho había golpeado su casillero, que se encontraba justo a un lado de el de Kagome, con el puño para que, aparentemente, éste se abriera. Un muchacho de largos cabellos negros, dorados ojos y, en ese momento, con una expresión de bastante molestia en el rostro. Tomó lo que necesitaba de su casillero y se marchó. Kagome lo siguió con la mirada por el pasillo hasta que dobló en una esquina. "Qué carácter"

Kagome tomó sus cosas y se marchó a su salón. Comenzó a caminar por pasillos para encontrar el aula.

-Basta, Miroku. Ya déjame en paz.

-Pero, Sango, entiende que necesito entrar a ese grupo de estudio.

-No entiendo por qué sigues insistiendo, eres inteligente Miroku, aunque no creo que tu mayor interés sean los estudios. No necesitas clases de apoyo escolar y, a parte, de seguro causarías problemas.- Decía la chica de largos cabellos castaños sueltos y ojos del mismo color que pegaba algunos afiches en la pizarra de anuncios, a un muchacho de cabellos oscuros amarrados en una pequeña coleta, poseedor de unos hermosos ojos azules.

-Qué cruel eres conmigo, Sanguito.

-Además¿para qué quieres entrar, Miroku?- Preguntaba la chica mientras seguía pegando afiches de todo tipo.

-Pues, es que no me va muy bien en lengua y quiero ir a la clase de apoyo, es todo.

-Lengua,… lengua,… déjame chequear…- Decía con un dedo en la sien, pensando. –Ah! Sí, claro.

-¿Vas a dejarme?- Preguntó el chico emocionado.

-No. Y ya sé por qué o, mejor dicho, por quién quieres entrar, es esa chica que te gusta, Keiko. Ayy, Miroku, jamás cambiarás…

Kagome pasó de largo mientras aquél par seguía discutiendo. Llegó a su salón y se dio cuenta de que el profesor y los alumnos ya estaban ahí. Suspiró y entró.

-Bueno así que les entregaré los exámenes la próxima clase, lo siento, en verdad no tuve tiempo de corregirlos. – Iba diciendo el profesor de matemática y luego reparó en la presencia de Kagome junto a la puerta. – Oh, tu debes de ser la nueva alumna.

-Así es, señor.

-Bien, preséntate ante la clase, por favor.

Kagome se paró frente a los que serían sus compañeros de ahí en más.

-Hola, yo soy…- Comenzaba pero fue interrumpida por el fuerte ruido que alguien hizo al entrar. Se volteó a ver y vio a los dos alumnos que había encontrado minutos atrás discutiendo en el pasillo.

-Señor Sakema¿podría tener más cuidado con la puerta?

-Lo siento, profesor.- Se disculpó el chico. La muchacha que había entrado con él se sentó en su pupitre. –Solo no queríamos llegar tarde. No fue mi intención hacerla giratoria.- Algunos alumnos rieron y, hasta el profesor hizo un amago de sonrisa.

-Ya siéntate, Sakema.- Se sentó en el pupitre detrás de la castaña que lo acompañaba. –Bueno, ahora siga señorita.

-Sí.- Dijo Kagome, y continuó con lo interrumpido. –Soy Kagome Higurashi y vengo de Kioto. Me mudé recientemente a esta ciudad.

-Muy bien. Sea bienvenida.- Dijo el profesor. –Puede tomar asiento a un lado de la señorita Haikero. Señorita Haikero, levante su mano por favor.- La chica que había entrado hace unos instantes levantó su mano para que Kagome supiera quien era.

Kagome se dirigió hacia su nuevo pupitre, depositó sus cosas sobre él y se sentó.

-Soy Sango.

-Kagome.- Dijo sonriendo a la chica que también le sonreía desde su derecha.

-Bienvenida, señorita Kagome. Si necesita que alguien le muestre la escuela…- Decían desde detrás de la castaña.

-Cállate Miroku.- Lo calló Sango, volteándose. –Y haz el favor de despertar a Inuyasha.- Kagome también se volteó hacia el chico que dormía en el pupitre que tenía detrás. Sorprendida por la casualidad, se dio cuenta de que era el muchacho del casillero junto al suyo, el mismo que esa mañana parecía molesto.

Miroku sacudió a su amigo hasta que éste levantó la cabeza mirando adormilado.

-¿Eh?- Inquirió simplemente.

-Pues, no sé si la palabra ""clases"" te recuerda algo.- Dijo Sango mirando ceñuda al muchacho.

-Pues, la verdad, no me recuerda que me interese.- Respondió tranquilamente Inuyasha. Luego miró a la chica enfrente de él.

-Hola.- Saludó Kagome.

-Hola.- Dijo Inuyasha.

-Ella es la bonita alumna nueva.- Dijo Miroku, mientras Sango negaba lentamente con la cabeza. –Se llama Kagome. Y él es…

-Inuyasha.- Terminó Kagome.

-Así es.- Dijo Miroku. Kagome se volteó hacia adelante prestando atención al profesor de matemática que había comenzado la clase.

-Bueno, hoy seguiremos con las ecuaciones de…

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Sonó el timbre que indicaba el comienzo de la hora del almuerzo. En el anterior receso Sango se había quedado con ella en el salón para contarle lo que estaban viendo en cada materia. Pero ahora podría ver al resto de los alumnos de aquella escuela y también conocer el edificio un poco más; para eso no había mejor tiempo que el del almuerzo.

-Por fin el almuerzo, muero de hambre!- Exclamó Inuyasha poniéndose de pie.

-Pues, no te vayas a comer las mesas, perrito.- Se burló un chico de cabello oscuro y largo amarrado en una alta coleta, y celestes ojos.

-Cierra la boca, estúpido.

-No me da la gana¿qué harás con eso?

-Te romperé la cara…- Dijo Inuyasha con el puño apretado.

-Ya basta de pelear. Hola chicos.- Dijo una chica de cabellos rojos y verdes ojos. – Ah! Tu eres la chica nueva, Kagome¿verdad?

-Así es.

-Bienvenida. Yo soy Ayame.

-Y yo soy Kouga, un placer.- Dijo tomando la mano de Kagome.

-Igual digo.- Dijo Kagome sonriendo, algo avergonzada.

-Baboso.- Murmuró Inuyasha.

-Ya te escuché, tarado.- Dijo Kouga volteándose hacia él.

-Pues no me importa, babosito.

-Ya me tienes harto, imbécil.

En el almuerzo -------------------------------------------------------------------------------------------------------

Una vez sentados a una mesa Kagome, Sango, Miroku e Inuyasha…

-Y Kagome¿por qué te fuiste de Kioto?- Preguntó Sango.

-Por el trabajo de mi madre.

-Oh, ya veo.

-¿Y ustedes hace cuánto se conocen?

-Pues, nos conocemos desde primer grado, en primaria¿verdad?- Inuyasha y Miroku asintieron.

-Mucho tiempo.

-Sí.

-Hola, chicos. Disculpa Sango.

-Sí, dime Keiko.- Dijo la castaña a la chica que se había acercado. Era muy bonita. Tenía el cabello rubio claro y ondulado y ojos verdes. Miroku no le quitaba los ojos de encima.

-¿Cuándo será la próxima reunión del grupo?- Preguntó y, por un momento, sus ojos se posaron en Miroku.

-Será en dos días, el miércoles a las 14:30 hs. ¿Vendrás, verdad?- Preguntó Sango.

-Sí, por supuesto.- Aseguró. –Hola, Miroku.

-Hola, bonita.- Saludó el chico.

-¿Tú también vendrás?- Inquirió Keiko. Miroku le lanzó a Sango una mirada que parecía suplicar silenciosamente, la castaña resignada asintió.

-Sí, Miroku estará ahí.- Dijo.

-Oh, bien, bueno nos vemos, chicos. Hasta luego.- Saludo con la mano y se fue a una mesa lejana en la que almorzaban sus amigas.

-Sí!.- Exclamó Miroku haciendo de victoria con la mano. – Gracias, Sanguito. Te quiero tanto, por eso eres mi mejor amiga.- Le besó la mejilla. –Nos vemos, chicos.- Y se fue. Sango lo vió alejarse.

-Miroku es un idiota.- Dijo Inuyasha mirando a Sango a la cara como sabiendo lo que su amiga pensaba.

-¿Quién era esa chica?- Preguntó Kagome.

-Es Keiko.- Respondió Inuyasha.

-Sí.- Confirmó Sango. –Va un curso más abajo que nosotros y esta en el grupo de estudio del que estoy a cargo.

-Ah

-Sí. Sango es la presidenta de la clase.- Agregó Inuyasha.

-Oh. Genial.- Dijo Kagome.

-Sí, supongo.- Suspiró la castaña. –Será mejor que vayamos para la clase de Literatura. No quiero llegar tarde.

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-Que bien, ya nos vamos para casa. Estoy tan cansado.- Exclamó Miroku cuando ya se encontraban en las puertas del colegio. –Vamos, Sango.

-Sí, espera. ¿Tú por dónde te vas Kagome? Miroku y yo siempre tomamos aquél camino.- Dijo señalando para la izquierda.

-No, yo debo irme por el otro lado.

-Genial, puedes irte con Inuyasha. Él también toma aquél camino.- Anunció Miroku.

-¿Vamos?- Preguntó Inuyasha.

-Sí, claro.- Respondió Kagome.

-Bien, adiós.- Dijeron Miroku y Sango.

-Adiós.- Se despidieron los otros dos, y comenzaron a caminar hacia la derecha.

CONTINUARÁ…

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Hola

Otro de mis inventos n.n

Aviso que el fic se tratará básicamente de las parejas KagomeInuyasha y Sango/Miroku, aunque pueden aparecer varias más… ya verán.

Este primer capítulo es algo introductorio a lo que será el fic. Es prácticamente para que sepan algo de los personajes y demás.

Espero les haya gustado el comienzo y dejen reviews con su opinión, onegai

La continuación la publicaré lo más pronto que pueda, tengo que actualizar mis otros ficsu.ú Ya saben, mientras más reviews más ganas de continuarlo e irlo mejorando.

Hasta la actualización,

MahiaraHiteru