Antes que nada NO PERMITO LA ADAPTACIÓN DE NINGUNO DE MIS FIC´S ASÍ COMO SEAN SUBIDOS EN OTRAS PAGINAS ETC... ETC. PARA ELLO PRIMERO CONSÚLTENLO CONMIGO!

¡Hola niños! Como saben he tardado en actualizar pero ha sido todo para bien, he hecho una nueva historia. Espero que sea de su gusto :D. Esta vez tanto como Sakura y Sasuke serán los narradores.

ACLARACIONES: Kishimoto-sama es el dueño de Naruto y sus personajes. Yo solo hice con mi "grata imaginación" xDD la historia usando los personajes.

ADVERTENCIAS: escenas 18+, lenguaje obsceno, violencia.

¡Gracias por leer!


~APUESTA~

Tome una gran bocanada de aire antes de agarrar aquella copa con un líquido de extraño color rojo, ya había bebido seis de esas antes, y aun no lograba acostumbrarme al horrible sabor que me dejaba en la boca, pero no tenía otra salida, debía hacerlo, debía beberlo. Cerré los ojos con fuerza y antes de pensármelo dos veces me lo lleve a la boca bebiéndolo de un solo trago. — ¡Ja! ¡Perdiste otra vez prima! —exclamo mi estúpido primo Gaara al dejar la copa en la mesa del recibidor de mi alcoba, poco antes de que yo lo hiciera, fruncí el entrejo nuevamente ¡Sabía que no debía seguirle el juego! Pero cada vez que mi querido primo Gaara No Sabaku me ponía un reto no podía negarme a ello. Era tan infantil hacerlo y lo sabía de antemano, pero este conocía perfectamente mis debilidades, y vaya que esta era una de ellas. Básicamente mi orgullo como Haruno no me dejaba perder una apuesta, no lo había hecho antes y esta sin lugar a dudas no sería la excepción. — Tienes que tomarte otra copa —predispuso esta vez un vaso más pequeño para mí, había bebido esa noche más vino, vodka y ron de lo que hubiera imaginado ¡Pero ahora esto! ¿Quería que bebiera Tequila? Entrecerré mis ojos mientras le miraba intensamente— ¿Qué ocurre? ¿Acaso no puedes con esto? —pregunto irónico ¡aaah! ¡Esto es el colmo! Sé que me está retando pero no puedo evitarlo.

—claro que puedo hacerlo, Gaara —dije con voz firme, soltando una triunfal sonrisa a sabiendas que había perdido una vez más, ¿Es que acaso no podía actuar de acuerdo a su edad? Había cumplido recién los veintiún años, era más alto que yo, atlético, de buen tono muscular, sus ojos tan profundos de color agua marina, y cabello pelirrojo, muy atractivo… y tramposo debo agregar, aunque en verdad no era nada mío, vivía con nosotros desde que sus padres fallecieron cuando era pequeño, siempre había sido muy unido a mi hermano siendo prácticamente criado por mi madre, él solo era algo así como un amigo de la familia. Nos llevábamos por cinco años, acababa de cumplir ese mes los veinte. — Solo mírame —solté, tomando el pequeño vaso entre mi mano derecha, llevándolo a mi boca, pero no fui consciente de que el líquido jamás llego a mi boca. Mire confundida mi mano, ya no lo tenía en esta. Busque con mi mirada a Gaara quien hacia un leve puchero. La desvié nuevamente a un costado mío, pero antes de realizar por completo mi cometido, me detuve a medio camino

—Gaara, ¿Hasta cuánto te has de comportar de acuerdo a tu edad? —escuche una voz a mis espaldas, una que conocía perfectamente.

— ¡vamos Suigetsu! No seas aguafiestas — ¡genial! Pensé irónicamente lo que me faltaba… mi hermano mayor.

—oye deja de jugar —me dijo algo serio, volví mis ojos en blanco y me gire a él con una expresión claramente molesta— no me mires así, toma —camino hasta quedar enfrente mío, me extendió su mano dejando en mi regazo una máscara de color plata.

— ¿Qué demonios es esto?

—una máscara ¿Acaso no las conocías? —le fulmine con la mirada, simplemente no estaba de humor para sus bromas.

—me refiero, para qué la quiero.

—Es para ir a la fiesta de esta noche —dijo mientras se sentaba a un costado de mí, me cruce de brazos levantando al mismo tiempo una ceja.

— ¿Y qué te hace creer que iré? —me había comentado algo mamá de una fiesta pero creí que sería opcional que fuera.

—No te lo estoy preguntando, es una orden de papá y mamá. —bufe a lo bajo. Al perecer esa noche no descansaría nada.

—acabo de llegar de Estados Unidos lo único que quiero hacer es relajarme y estar un buen rato con mi familia, no ir a un evento de la compañía

—Es necesario que vayas, Sakura — ¿Sakura? mi hermano jamás me llamaba por mi nombre por lo general era solo "Saku" o "cerezo". Fruncí el entrejo más de lo ya lo tenía, algo sucedía, mi intuición me lo decía.

—Habla —le expecte en tono demandante, recargándome en el mueble de mi habitación, oí a Suigetsu respirar profundamente y luego observar detenidamente a Gaara quien mantenía a esas alturas una burlona sonrisa.

—de todos se enterara, dile de una vez —comento divertido.

— ¿Qué es lo que me tiene que decir? —su vista se posó en mis ojos, le rete con los míos a su mirada celeste.

—Irán los Uchiha —me quede callada por un momento, encontrando la situación algo incomoda, por culpa de esa familia casi quedaba la nuestra en la ruina—, por tu expresión sé que no quieres ir —se detuvo un momento antes de continuar—, yo tampoco, pero es necesario. Nuestra compañía es uno de los asociados que presentan el evento, y no solo eso. La hija del señor Yamanaka Ino-san, pidió exactamente que fueras. — ¿Ino? ¡Así que iría a esa tonta fiesta por la puerca! — es tu amiga ¿No?, se enteró que vendrías desde hace meses. Y le pidió a mamá que fueras.

—eso no explica lo de las máscaras y que irán los Uchiha.

—lo de las máscaras fue idea de ella, sabe de los problemas que tuvimos con esa familia y le pareció que sería bueno, que todos lleváramos mascaras para mantener cierto "anonimato", además no debería sorprenderte que vayan, recuerda que ellos también son socios de su familia —suspire de mala gana. Después de todo tendría que ir. — Sakura, quiero que comprendas la magnitud de este evento, si toda la familia va, el mundo se enterara que hemos ganado, que no dejamos que ellos nos robaran lo que por derecho era nuestro. Así que iremos te guste o no. Tu ropa esta sobre la cama, tienes quince minutos para arreglarte. Vamos Gaara. —tanto mi hermano y mi primo salieron por la puerta dejando sola. Pase mi vista por donde ellos habían estado tan solo unos segundos y luego a la gran cantidad de maletas que tenía aun sin desempacar. Había llegado apenas dos horas y al parecer no sería la excepción de los problemas actuales de mi familia. Respire profundamente para soltar el aire después. No tendría otra salida más que ir a ese tonto lugar. Realmente sería un fastidio.

Era una suerte que ya me hubiera duchado, Gaara había interrumpido justo cuando me estaba terminando de cambiar. Me acerque a mi cama, justo como me había indicado mi hermano, había un hermoso vestido de color negro, me lo puse inmediatamente, quedando maravillada, se ataba de la parte del cuello cruzado, la parte de mi espalda quedaba totalmente descubierta hasta donde empezaba mis caderas, dejando a la vista buena parte de mi piel. En la parte frontal, había un sumo cuidado en el escote que dejaba ver perfectamente la separación de mis pechos que se unía poco antes de llegar a mi dorso, aunque en un movimiento brusco se podría ver perfectamente mis senos desnudos. Había una apertura en la parte de mi pierna izquierda que se abría mostrando mi blanquecina piel un poco más de la cuenta extendiéndose hasta medio muslo, me sentía un poco expuesta vestida de esa manera jamás habría usado ese tipo de ropa antes, pero dada la situación debía usarlo, mi timidez siempre era un obstáculo para que pudiera desenvolverme, pero con el tiempo en América me fui transformando en una persona más extrovertida. Me acerque hasta el tocador de mi cuarto, pase un cepillo mi cabello, sujetándolo con una bella peineta de plata.

Tome el lápiz labial de un color rojo quemado, pasándolo por mis labios teniendo un efecto un segundo efecto realzándolos, un aplique un poco de rubor sobre mis mejillas sin exagerar, y sombras de un color plateado a juego de los largos aretes y un brazalete que me fue regalado por mi padre cuando cumplí diecisiete años. Aplique un poco de perfume en mi cuello y muñecas. Escuche que alguien se adentro a mi habitación, pero no me gire, inclusive cuando sentí su respiración sobre mí pero no me alarme ni nada por el estilo. Sabía con quien estaba tratando.

— ¿Sucede algo Gaara? —escuche una pequeña risa por parte de este, se alejo de mí hasta quedar a una distancia prudente, fue entonces cuando me gire a mirarlo.

—mis tíos se adelantaron, al parecer se cansaron de esperarte, tardas mucho sabes —le fulmine con la mirada levantándome de mi lugar. Dejando que el largo vestido se dejara amoldar a mi cuerpo, le mire tensarse por un segundo. Mientras se llevaba una mano a su rostro, no entendí ese gesto por su parte, jamás había actuado así.

— ¿saldrás con eso?

— ¿tiene algo de malo? —me acerque a mi closet sacando un bolso de mano color negro, metiendo mi celular y algo de dinero dentro de él.

—…—no me respondió solo se acerco hasta mí, me sostuvo de la cintura, inspeccionando mi rostro a detalle con su mano derecha, mientras con la otra acariciaba mi espalda desnuda, crispándome ante su inicial caricia. — Sakura… —sentí su aliento sobre mí, recargue mis manos en su pecho tratando de separarme un poco, pero él simplemente no cedió, mi respiración se volvió acelerada en cuanto su mano viajo hasta mi pierna tocándome con suavidad.

—Sakura… —escuchamos una tercera voz entrando a mi alcoba, antes de que pudiera hacer algo contra Gaara, este había puesto una notable distancia entre nosotros, me tuve que sostener fuertemente del tocador para no caer. Gire mi rostro en dirección a la persona que miraba con una notoria sonrisa de satisfacción en su rostro al parecer al contrario del pelirrojo le gustaba mi apariencia. — Solo te falta esto —dijo poniéndome la máscara a mi rostro con sumo cuidado, di vuelta sobre mis talones y me fije mejor en mi aspecto. — te ves preciosa.

—Gracias Sui-chan —así le llamaba a mi hermano, un apodo de cariño desde que éramos niños.

—Gaara, vámonos. —lo vi asentir de mala gana, salimos de mi alcoba y recorrimos el largo pasillo hasta llegar al recibidor bajando las escaleras. Una vez que estuvimos en la entrada abrió mi hermano la puerta principal. Frente a nosotros estaba un auto plateado deportivo, uno de los mayordomos de la familia me abrió la puerta trasera del auto, agradeciendo con una leve sonrisa. Suigetsu y el pelirrojo entraron seguidos de mí, poniéndonos en marcha. Durante el transcurso estuvimos sumergidos en silencio, saque mi celular mirando la hora, pasaba de la medianoche y nosotros apenas íbamos a la dichosa fiesta. No quiera ni imaginar cómo se pondría Ino en cuanto me viera.

Iba tan sumergida en mis pensamientos que no me fije que ya había llegado. Salimos del auto, mientras un hombre uniformado se llevaba este. Comencé a caminar para alcanzar a Suigetsu que iba mas adelantando que yo, pero sentí que alguien me jalaba de la cintura— perdiste la apuesta Sakura —me susurro a mi oído golpeando bruscamente su respiración sobre mí, ladeando mi rostro a respuesta de su acto.

Me soltó en el instante que Suigetsu apareció en la escena, con una pelirroja de gruesos lentes cuadrados negros, usaba vestido de un tono coral. Ceñido a su figura con especial cuidado en sus pechos. — Sakura, déjame presentarte a Uzumaki Karin, mi prometida —Karin hizo una pequeña reverencia, al igual que yo lo hacía, aunque un poco más nerviosa. — Karin ella es Sakura, mi hermana menor.

—Es un placer conocerte —dijo la pelirroja con una sonrisa en su rostro.

—igualmente —dije tratando de mantener una sonrisa, aunque por la cara de burla de Gaara pude adivinar que se veía muy forzada, la verdad es que me aterraba pensar que mi hermano ya tuviera planes de casamiento, si él se lo había propuesto todo estaba bien, pero si era por parte de mis padres… significaría que no pasaría mucho tiempo antes de que me buscaran uno a mi también. — ¿Has dicho prometida? –mencione aun algo sorprendida.

—sí, es la hija mayor de los Uzumaki, ¿los recuerdas? –asentí levemente, claro que los conocía su hermano menor y yo éramos inseparables en escuela elemental y media, pero le perdí totalmente la pista en cuanto me fui a hacer la preparatoria y parte de la universidad en América– bien pues ella también es amiga de Ino y…

— ¡Suigetsu! —Interrumpió a mi hermano, llevándose una mano a su pecho— Olvide que tengo que buscar a Ino, sus lugares están cerca al mío, los guiare, pero me tendrán que disculpar, es necesario que la encuentre —avanzaron ambos, dejándonos atrás a mi amado primo y a mí. Hubo un momento en que los perdí de vista entre tanta multitud, puse mis ojos en blanco. En serio que esto era peor que una tortura.

— ¿y bien? Estás lista para el castigo —me murmuro al oído mi acompañante, a esas alturas ya estaba totalmente cansada de su acoso, y también por los momentos en los que me había llegado a sentir mareada, seguramente por las bebidas alcohólicas que había ingerido esa noche.

— ¿esta vez que me toca hacer?

–tengo una teoría de cómo ha cambiado tu comportamiento de hace años al de ahora. Aunque me hubiera gustado probarlo antes, pero creo que esta noche será necesario.

—deja de hablar en clave y dime de una vez que tengo que hacer —dije al punto del colapso de mi paciencia, sobando mi cien con la yema de mis dedos. Este levanto su rostro y miro entre la multitud, como si buscara a alguien en especifico. Una sonrisa se instalo en su rostro y a pesar de estar usando la máscara pude notar cierto malicioso brillo en sus ojos.

—quiero ver de lo que eres capaz ahora que ya estas más grande —levante una ceja a modo de pregunta— es bastante sencillo ¿Miras a aquel sujeto que está hablando con la rubia del vestido purpura? —mire en la misma dirección que este para ver al sujeto que decía y de paso a la chica, a quien reconocí inmediatamente. Podría pasar años que no la viera pero siempre reconocería a Yamanaka Ino, mi mejor amiga, quien se veía a lenguas que se llevaba bien con el tipo– pues bien, después de que se vaya, quiero que… intentes seducirlo. — ¡¿Seducirlo?! ¡Acaso bromeaba!

— ¿disculpa?

—bueno, mas bien, es si puedes hacerlo caer ante tus encantos, le quitas una cosa insignificante, como una mancuernilla, un reloj, anillo, lo que sea…

—eso es robar, además no quiero hacer eso, sabes lo delicada que es la situación de mi familia ¿cierto? —dije ya al borde de la histeria.

— ¡Oh por favor! Te aseguro que nadie en esta sala recuerda a la pequeña Sakura Haruno, te fuiste hace casi cinco años. No me digas que tienes miedo.

—no es eso, yo…

—Ya veo, entonces eres una cobarde —me interrumpió fragantemente, grave error por parte de Gaara, o más bien el mío. Odiaba ser llamada cobarde, me acerque más de lo debido a este, que nuestros rostros estaban separados por unos cuantos centímetros, nuestros labios casi se rozaban.

—ya veras, que no soy ninguna cobarde —le dije antes de darme media vuelta y marcharme. Esa noche sería interesante.


¡¿Cuánto duraría esto?¡ Me pregunte a mí mismo, al colapso de mi paciencia. Llevaba en ese lugar más de dos horas y no encontraba nada bueno que hacer, paso la vista de mi reloj de pulsera a mi alrededor, mi hermano mayor y su esposa estaban en la pista de baile al igual que mis padres, parecían que se estaban pasándola en grande y ¿Yo? Solo pude suspire resignado. Tome un poco más del trago que me había servido el mesero, era la única salida que le hallaba para poder continuar en ese absurdo evento. Aunque no podía irme, ya que la empresa de mi familia era de una de las que había promocionado esa fiesta. Supongo que era el precio de ser parte de una las familias más adineras del país. No estaría tan molesto de no ser que debo de llevar una estúpida mascara plateada. Aun no entiendo qué demonios pensaba Ino, ella era la hija de uno de los socios de mi padre, y también en su tiempo fue una de mis ¿novias? Aunque esa no es la palabra exacta para describir mi relación con ella, que fue más sexo sin compromiso como la mayoría que había tenido hasta ese entonces, pero era mejor así, a estar a atado a alguna chica sin escrúpulos, para mí solo servían las mujeres para hacer una cosa y esas eran darme placer.

Continuamente sentía las lascivas miradas de las mujeres sobre mí, que parecían comerme con estas, a pesar de usar esta estúpida mascara me reconocían la mayoría sin duda alguna esta noche tendría un poco de acción, tenía mucho de donde escoger, esboce una sonrisa maliciosa, ¿Por qué no escoger ahora que había mucha variedad? Repase con mi mirada el alrededor casi todas las mujeres hacían uno que otro gesto para llamar mi atención levantando así mi ego hasta las nubes. Iba a avanzar pues vi una buena candidata para pasar el rato que desde hacía un buen rato me sonreír y movía su cuerpo insinuándose, no era la gran cosa pero sería lo suficientemente buena como para complacerme, antes de poder lograr a cabo mi intención, sentí unas manos detenerme en el antebrazo.

—Sasuke, ¿A dónde crees que vas? —me volví hacia quien me hablo y descubrí a la rubia, usando un vestido que mostraba un poco más de lo debido, muy bien acentuado a su cuerpo, resaltando su figura, aunque se veía muy tradicionalista lograba resalta, era de un color purpura, su cabello suelto, tapando la mitad de su rostro ¿Hace cuánto que no me acostaba con ella? Bueno tal parecía que esa noche la elegida seria mi "amiga". Mantuve mi sonrisa, tratando de mantener un cierto aire seductor para comenzar, unas cuantas palabras, unos "roces accidentales" entre nosotros y estaríamos haciendo en cuestión de segundos.

—Solo iba por allí —hable lo más ronco posible para que hacer notar mi excitación.

— ¿No será que te ibas ya? A veces quisiera saber qué es lo piensas, claro además del sexo, no puedo entender como pude enrollarme contigo —hablo molesta. Bien ahora lo entendía, no iba a hacerlo con ella, parecía más actuar como una mujer vieja en lugar de ser alguien de su edad.

—no, Ino, por lo menos no aun —sonrió ampliamente.

—qué bueno es escucharlo, solo venía a cerciorarme de que no cometas una locura esta noche, como acostarte con alguien de aquí. — mmm, ¿estaría celosa?

—mph… Ino, si es porque no he tenido sexo contigo… puedes estar segura que

—No es eso —me interrumpió seria. — Es solo que… —desvió su mirada de la mía por un segundo. Algo se traía entre manos. De ello estaba seguro— no creo que sea bien visto que te vayas con alguien en estos momentos a un motel, tú sabes. Ahora es cuando menos debes de armar algún escándalo —finalizo, aunque dudaba mucho que fuera eso lo que en verdad quería decirme.

—lo sé perfectamente no tienes por qué decírmelo —dije exasperado por su respuesta

—bueno, solo quiero actuar como buena amiga

—Ino… —llego una pelirroja de anteojos gruesos antes de que pudiera continuar, me saludo con una leve sonrisa, le susurro algo a Ino que hizo que se sobresaltara un poco.

—Entiendo, gracias Karin, enseguida iré —asintió la mujer y despareció entre la multitud. Luego mi amiga se giró hacia a mí, un poco nerviosa. — debo irme, pero — ¡Te estaré vigilando Uchiha! —dijo en tono infantil, sin más se fue, cosa que verdaderamente agradecí, avance hasta la mesa donde nos habían asignado, ya que había perdido de vista a la chica con la que había escogido acostarme esa noche, maldita Ino esta me la pagaría, allí estaba mi hermano y su mujer abrazados, sus manos estaban sobre el abultado vientre de mi cuñada, en unos meses nacería su primer hijo.

—Sasuke-kun, veo que volviste Yamanaka-san sabe persuadirte bien ¿no es así? —capte el doble sentido de esas palabras pero solo sonreí de lado como respuesta. Vi a mi hermano algo serio, después de abandonar el vientre de Konan–, ¿quieres dejar de pensar en ello, Itachi? Creo que hubiera sido mejor no contártelo

— ¿qué sucede? —pregunte al ver la extraña reacción de esta.

—los Haruno vendrán. Eso sucede —respondió mi hermano, fruncí el entrejo.

—Sasuke-kun, tú no por favor. —intercedió esta vez mi cuñada.

—Konan… —suspire molesto.

—hemos venido aquí, a demostrar que la familia Uchiha puede salir de cualquier problema con la cabeza en alto. No vengas a cometer una locura ahora con algo tan trivial como esto… —se quedó un momento callada, como tratando de encontrar palabras de aliento— además piensa en tu padre, ha estado muy estresado en el trabajo, lo último que quiere saber es de un disgusto que le proporcionen, así que tranquilícense. — Itachi suspiro derrotado. Al parecer no quedaba otra opción que seguirle el juego a su mujer. Yo por otra parte solo maldije a lo bajo. Esa noche sería demasiado larga.

Pasó alrededor de otras dos horas, y aun no encontraba nuevo que hacer. Trataba de encontrar una buena victima que valiera la pena. Pero todas las chicas que miraba simplemente se me hacían tan simples. Además… ya me había acostado con la mayor parte de las mujeres jóvenes del lugar. La tendría difícil si quería algo de diversión esa noche, sacudí mi cabello con una mano, y me lleve a la boca mi trago, pero pare en seco, quedándome a la mitad del camino. Era… tan exótico lo que vi, aunque fue solo una fracción de segundos, se me hizo eterno. Me levante de mi lugar bruscamente, avanzando entre la gente, oí los gritos de Itachi llamándome pero los ignore de lleno. Tras buscar extenuantemente, llegue a creer que había sido mi imaginación la que me jugó una mala pasada, pero definitivamente aquella imagen debía ser real, la de aquella hermosa mujer, tenía que ser verdad. Era en definitiva absurdo lo que hacía, jamás iba detrás de las mujeres, ellas ibas detrás mío. Llegue hasta los jardines del salón. Y aun no la hallaba. Resignado me gire para entrar.

— ¿me buscabas? —escuche una suave y sexy voz detrás mío, me volví hacia la desconocida. Quien me sonreía de una manera tan insinuante con los brazos cruzados alzando con cuidado sus pechos sobresaliendo tan exquisitamente y pasando uno de sus dedos por el exquisito y perfecto escote que dejaba verle el inicio de sus senos, sus labios entreabiertos color rojo siendo tan apetecibles o de la perfecta piel que dejaba ver por la apertura de vestido en su pierna izquierda. Vaya que no había hecho mal al seguirla. Era poco más baja que yo, tal vez solo con diez centímetros de diferencia, si pensaba que el cuerpo de Ino era único, estaba en un error. Esa mujer usaba un vestido que estaba ceñido a su cintura dejando ver aquellas exquisitas curvas. Su cabello color ¿Rosa?, era tomado en una peineta de plata, al igual que sus aretes, brazalete y zapatillas. Se acercó con cautela hacia mí, sus manos me rodearon mi rostro acariciándolo con delicadeza. Sentí una corriente eléctrica al momento en que toque su piel, que mis sentidos se pusieron alerta al instante. Se mordió el labio inferior con fuerza. Sentí las malditas ganas de besarlas en cuanto paso sus dedos por el borde de mis labios. Cerré los ojos por instintos, pero… nunca llegue a sentir los suyos. Abrí de nueva cuenta, solo para darme cuenta que avanza con sigilo con rumbo al estacionamiento con una sonrisa de satisfacción en su rostro.

No pude mas… esa mujer era exquisita, la seguí en cuanto vi que se alejaba de mí, hasta que la encontré en el estacionamiento de espaldas totalmente estática, sin duda alguna me esperaba, eso hizo que sonriera de lado. Me acerque cauteloso a su cuerpo tomándola de la cintura, golpeando mi aliento contra su cuello, haciendo que ladeara su rostro un poco. La voltee para que quedáramos frente a frente, le recorrí con la vista a su cara, aun de llevar esa absurda mascara se veía preciosa, no pude aguantar más mis deseos y la aferre mas a mi cuerpo, llevando mi rostro a la altura del suyo. Rozando mis labios contra el lóbulo de su oreja, y mis manos jugaban a hacer diversas figuras en su espalda pero solo con la yema de los dedos para comenzar. — aahh —dejo soltar de sus finos labios, al sentir que una de mis manos se adentraba dentro de su escote tocando uno de sus desnudos senos. Su pezón enseguida se puso rígido en cuanto tuve contacto con este. Masaje con firmeza y cierta rudeza, escuchando ligeros ronroneos por parte de la chica. Quien comenzaba a restregar su cuerpo contra el mío. Fuimos caminando ciegamente hasta quedar cerca de un automóvil que era muy bien conocido por mí, mi lengua lamio desde su lóbulo hasta el blanquecino y perfecto cuello, maravillado con el sabor natural de su piel, bruscamente baje hasta la separación de su pecho, mis manos viajaron a sus caderas y de estas a sus glúteos los cuales apreté con fuerza y esta por inercia, enrolló sus piernas a mi cintura, friccionando su pelvis contra la mía de una manera tan sugestiva, haciendo los movimientos cada vez con más fuerza, mis labios buscaron los suyos, fui bien recibido en cuanto entraron en contacto, mi lengua recorrió su cavidad bucal explorando a fondo en tanto mis caderas le ayudaban a la chica a que nuestros sexos se friccionaran con mayor frecuencia. Nuestras lenguas se encontraron comiéndose una a la otra con furia.

Mi miembro cada vez palpitaba con más fuerza, ¡la necesitaba ya! Jamás había conocido a una mujer que me excitara de sobremanera como ella lo estaba haciendo. Nos separamos salvajemente a la falta de aire, interrumpiendo nuestro pasional beso, hundí mi rostro entre sus senos arqueándose del gusto— aahhh —gimió con más fuerza, parecía que no le importaba ser descubierta, mph… me está comenzando a fascinar esta mujer. La empuje brutalmente contra mi auto, gimiendo de dolor, abrió con lentitud los ojos que había cerrado a la hora del impacto soltando unas pequeñas lagrimas a los costados que pude percibir aun usando aquella mascara, pude notar que sus mejillas se habían teñido de color carmín insinuando inocencia que contrastaba con la innata sensualidad que estaba desbordando justos en esos momentos. Abrí como pude la puerta del copiloto adentrándola conmigo. Recline el asiento para dejarla acostada a mi total y pleno merced. Intente quitarle el molesto antifaz pero me lo impidió. — ¿es más excitante así no te parece? —susurro entrecortada, con el pecho subiendo y bajando cada vez con mayor frecuencia. Note sus pezones erectos a través de la tela. Sin duda alguna era demencial.

Mis manos entraron por la abertura de su pierna hasta su muslo, hasta ese momento no había dejado de mirar como su rostro mostraba el placer que está sintiendo, iba a continuar pero no espere que ella desatara de su cuello lo que unía la tela para que cayera su escote dejando a la vista sus senos. Subí mi vista mirando más de cerca su tonalidad de ojos. De un color jade ensombrecido por el deseo, y la lujuria. Hábilmente cambio posiciones conmigo, quedando encima de mí, se veía que tenia practica, aunque por lo general yo era siempre quien iba arriba, deje que por esa única ocasión estaría abajo, su boca busco la mía, entregándose por completo en el brutal y salvaje beso que nos proporcionábamos, bajo su mano hasta mi pecho masajeándolo con cuidado. Mis manos acariciaban la piel expuesta bajando con lentitud hasta llegar a la zona de su coxis, comenzó a mover sus caderas a la altura de mi sexo, rozándolo cada vez más rápido, cosa que me hizo tensar y echar la cabeza hacia atrás, cerrando mis ojos por un instante— ¿te gusta? —me pregunto la pelirrosa. Asentí con la cabeza. Escuche una pequeña risa por parte de esta, había parado en seco, apenas me iba a incorporar en cuanto me di cuenta que sus manos abrieron mi cremallera y sacando mi viril miembro que acariciaba con cuidado. Haciendo movimientos circulares con la yema de sus dedos, de arriba hacia abajo. Se llevo una mano a su vestido levantándolo para que pudiera ver sus bragas de encaje negro que lograba que mi erección aumentara más de lo que ya estaba. Su mano hizo de lado su braga para introducir un dedo a su entrada— aaaahh —gimió con fuerza mordiéndose su labio inferior.

—introduce un segundo dedo —le dije complacido con aquella sensual vista, obedeció a mi orden, apretándole su trasero y metiendo a mi boca uno de sus pechos lamiendo, succionando aquel botón tan fino y delicado a mi gusto, estire con mis dientes el pezón con un poco de fuerza, ronroneando la chica. Con una de mis manos libre fue directo a su entrada, no se lo espero porque se sobresalto en cuanto uno de mis dedos entraron juntos con los suyos. Los empezó a mover a un ritmo sin frenesí, al poco rato ella me imito de buena gana.

—más… más rápido —suplico entrecortada, aunque no lo hice, los saque al sentir que su humedad aumentaba cada embestida que proporcionaba sabiendo que en cualquier momento llegaría, al contrario de ello, le cambie de lugar, poniéndome a la altura de sus pequeños senos que cabían tan perfectamente en mi mano, bajándolas haciendo movimientos suaves en su dorso, masajeándolo, era tan suave los rincones que recorría, su piel me estaba siendo tan deliciosamente adictiva, baje hasta quedar peligrosamente a la altura de sus piernas, acerque mi rostro a su sexo deslizando sus bragas a un costado como ella lo había hecho en su momento, deje escapar un ligero suspiro chocando mi aliento contra la entrada de la chica. — aahh —le mire retorcerse haciendo sus nudillos blancos. Uno de mis dedos pasaron nuevamente a este descubriendo que se había humedecido una vez más. — Lo quiero —levante mi vista fingiendo no saber qué era lo que decía. — Lo quiero adentro. —sentencio con firmeza. Saque de uno de mis bolsillos un paquete de aluminio que rompí lo más rápida que pude con los dientes, antes de lograr sacarlo, me lo quito de la mano colocándolo con suavidad sobre mi palpitante erección lo hacía a adrede… lo sabía, tenía esa quisquillosa sonrisa dejando salir jadeos en el proceso. Sin pensármelo dos veces, me enterré lo más profundo que pude. — aaahhh —gimió con tal fuerza que casi pude jurar que nos escucharon los invitados de la fiesta, pero ya no importaba, mis penetraciones se volvían mas bruscas, viendo fascinado como mi pene se perdía entre sus pliegues vaginales. Estaban tan estrechas, apretaba sus paredes vaginales contra mi miembro, suerte que contaba con mucho autocontrol, sino me hubiera corrido en cuanto entre en ella.

Le levante de su lugar quedando ahora ella encima mío, esta me ayudo con sus caderas haciendo movimientos circulares al instante en que comenzaba a besar mi cuello y yo hacía lo mismo con el suyo, sus manos jugaban con mi cabello desordenándolo, mientras las mías bajaban a su clítoris haciendo movimientos circulares. — más… más… rápido —sus gemidos era como música para mis oídos era una lástima que no gimiera mi nombre, pero me conformaba con verla de esa forma, se subió un poco más arriba del asiento, girándose bruscamente sobre si misma sin salir de mi, comenzando a cabalgarme a conciencia, le levante el vestido mas, dándome el mejor espectáculo de mi vida. No pude resistirme más y le di una nalgada en su trasero que resonó con fuerza en las paredes del auto. — mmm… —giro su rostro para verme me levante de mi asiento un poco más para besarnos, mientras nuestros cuerpos seguían buscando el placer. Fue entonces cuando sentí que su sexo apretaba al mío con mayor necesidad. Unas embestidas más y sentí correrme dentro de ella, gritando ambos por haber llegado al éxtasis— aaahh —gimió ella mientras yo solo pude gruñir mordiendo con fuerza su cuello. No Salí de ella, divise que aun estaba entregada a ese mar de emociones que habíamos experimentado ambos, curioso, jamás había llegado al mismo tiempo con ninguna mujer hasta ahora. Nuestras respiraciones que estaban bastante agitadas para ese entonces comenzaron a regularizarse, fue entonces que ella salió de mí, para girarse. Me saque el condón guardándolo en el empaque, sacando otro, lo coloque sobre mi viril miembro que parecía revivir nuevamente y antes de que hiciera algo mas se auto penetro a sí misma, lo cual hizo que gruñera, tensando mis músculos una vez más. Se acerco a mi rostro tomándolo con ambas manos, haciendo que sus movimientos sobre mi fueran más pausados, sintiendo endurecer a mi amigo, sonreí altanero. Esta noche sería muy interesante.

Comenzó a peinar su cabello que para ese entonces estaba bastante desarreglado al igual que su maquillaje, sus joyas, su ropa ¿tenía que seguir? Lo habíamos hecho más de cuatro veces y cada una de ellas fue mejor que la anterior, ¡Jamás volveré a ver el auto de mi hermano de la misma manera!, nunca hubiera imaginado que hacerlo en el estacionamiento fuera tan demencial. Se giro hacia mi mirando directo a mis ojos, se acerco un poco más para besar mis labios, levantando todo su cuerpo para quedar encima mío de nueva cuenta, mis manos se fueron directo a su cintura, pero paro de un momento a otro, quitándose de encima. — ¿trabajas en alguna de las empresas de la fiesta? —solté sin pensar, ¡¿Pero qué mierda?! Nunca hacia preguntas personales, antes o después de una sección de sexo, ¿Por qué lo hacía ahora?, me miro sorprendida ante mi pregunta, pero sonrió de igual manera.

—no, bueno vengo acompañando a un amigo —¿amigo? Mph… por algún motivo, me enfade por el tono tan elocuente con que había llamado a aquel sujeto— descuida, no hay nada entre nosotros… es como un hermano para mí —sentencio con una burlona y amplia sonrisa. — ¿Es costumbre tuya preguntar algo de personal después el sexo? Creí que una regla básica del sexo casual es no hacer preguntas… —no supe que responder, no sabía lo que hacía, tenía en cierto caso razón, no tenía ninguna necesidad de saber ella, pero… había algo en mi que necesitaba saber más, algo… que jamás… había hecho antes. Me gire para responderle pero ya no estaba allí, me había sumido demasiado en mis pensamientos que no había notado que se había bajado del auto. Salí con prisa de igual forma buscándola con la mirada a mis alrededores, solté un maldición a lo bajo. Regresando al auto puesto que no había cerrado la puerta del piloto, lo iba a hacer recién pero algo llamo mi atención, en el piso del asiento, resaltaba un brazalete lo levante inspeccionándolo con la vista. Era de color plata con detalles de cerezos en flor, había unas iniciales que resaltaba con firmeza SH. Ese era su nombre. Solté un pequeño suspiro, lo guarde en mi saco. Regresando al salón en busca de mi familia.


Salí corriendo del auto para evitar seguir haciendo una locura, tras asegurarme que el hombre no estaba por los alrededores, llegue hasta los sanitarios del lugar para retocarme, había sido una verdadera suerte que había encontrado mi bolso en la mesa que Karin le había comentado a mi hermano, aunque fue más bien cuestión de suerte al encontrarlos, trate de mejorar mi aspecto, colocándome un poco de rubor en las mejillas y lápiz labial, arregle mi ropa que en esos momentos se podía ver perfectamente mis pechos con ligeras marcas de dientes y partes de mi cuello rojas. Ese hombre había sido una fiera, de los hombres con los que me había acostado antes jamás había experimentado algo como lo que sentí con él, me lleve una mano a mis labios repasando la sensación tan placentera cuando entraba en contacto con los suyos, o sus manos recorriendo cada centímetro de mi piel, estremeciéndome a cada caricia, cada beso… yo… ¡basta! Tenía que concentrarme, si quería dejarle en claro a mi "primo" que cuando tenía determinación, la tenía, salí del sanitario antes de que alguien entrara, recorrí el sitio con la vista, no lograba encontrar a mi hermano o a Gaara, debía irme si no quería encontrarme con el sujeto con el que había tenido sexo. Comencé a caminar sin rumbo alguno, el salón era grande y ya pasaban de las cuatro de la madrugada ya casi no había mucha gente como cuando llegue y para el colmo tenía todas las miradas encima mío, la mayoría de los hombres, esa situación me estaba incomodando mucho, quería irme, estar en ese lugar me causa escalofrió sobretodo porque sentía una mirada bastante fuerte sobre mi persona, iba a caminar más deprisa, no conocía a nadie y no quería que se aprovecharan de la ventajosa situación en la que me encontraba, algunas personas que caminaban a la par pararon y caminando en dirección mía, dispuesta a ir por el camino contrario algo o alguien me detuvo.

—Sakura — ¡era Gaara! Me gire a dirección de suya, agradecía de haberme encontrado con él, los que estaban a nuestro alrededor siguieron como si nada, por algún motivo empecé a temblar desesperada. — ¿dónde demonios…? —no lo deje terminar pues me abalance contra él abrazándolo con fuerza, hundiéndome en su pecho. — ¿te encuentras bien? —Asentí con la cabeza, al momento en que sus brazos me rodearon dándome un poco de protección. — ¿quieres regresar a casa? —volví a asentir, aunque esa escena fuera muy comprometedora, sentía que alguien me observaba cuidadosamente como si en cualquier momento fuera al ataque, agradecía a Gaara que hubiera llegado por mí, aun rodeada con sus brazos salimos del salón inmediatamente. Le dieron las llaves de mi hermano, entrando al auto seguido de él. Como la primera vez, ninguno de los dos hablo solo nos dedicamos a permanecer en silencio. Divise en el horizonte mi "hogar", deteniéndose el auto en la entrada. Me abrió la puerta Haku uno de los más fieles sirvientes de mi familia, era bastante joven y llegaba a perecer una mujer, pero era realmente una persona confiable. Le salude con una sonrisa haciendo este lo mismo. Gaara gruño un poco ante la actitud de Haku, pero no le di importancia.

Me llevo hasta mi habitación, donde finalmente me sentí completamente a gusto. Me quite mis zapatillas corriendo a mi cama donde salte al colchón, saltando sobre este varias veces. El pelirrojo no me quito de encima la vista ante mi infantil comportamiento, a decir verdad no me había quitado el ojo de encima desde que lo había vuelto a encontrar en el salón— ¿dónde está Suigetsu? —pregunte algo extraña de no haberlo visto cuando regresábamos.

—Se quedo con Karin, tu sabes… pasar un rato a solas –su semblante cambio drásticamente poniendo su rostro totalmente serio. — ahora me dirás a dónde estabas, tu hermano estaba muy preocupado, tuve que decirle que te encontraste con una conocida y te fuiste con ella para platicar un rato.

—fui a hacer lo que me pediste —dije quitándome la maldita mascara que me estaba molestando usarla a esas alturas. Me levante de mi cama para ir a mi gran armario. Donde cambie el largo vestido por una camisa más amplia de colores azulados. Era una camiseta vieja de Suigetsu que le había quitado en una ida a la playa.

—no lo vuelvas a hacer, tuve miedo. —Salí de este, parando en seco a mirarlo con una expresión que dejaba mucho que desear ¿había escuchado bien? — si te pasaba algo… no sabría qué hacer, ¡sabes lo que tu hermano me haría! —comento en tono divertido, solo puse mis ojos en blanco, quitándome mis aretes y el maquillaje.

—descuida no pasara de nuevo, de hecho te sorprendería saber quien gano la apuesta.

—no me preocupa Sakura se perfectamente de lo que eres capaz —desvió su mirada al reloj de pared de mi cuarto, las cinco y media de la madrugada— descansa, no quiero anticipar mi victoria, en la mañana sabremos de lo de nuestra apuesta, pero ya lo he dicho, la victoria es mía princesa —soltó burlón, saliendo de mi alcoba, a veces no se que se trae entre manos ese idiota, corrí hasta mi tocador sacando de mi bolso una pequeña y exquisita pieza que era de oro, una mancuernilla de la camisa del sujeto con el que me había acostado. Gaara definitivamente se retractaría de haberme llamado cobarde, camine hasta mi cama, acostándome, fruncí el entrejo levemente al ver un extraño símbolo en la pequeña pieza, era como una especie de abanico. Me resultaba bastante familiar, pero lo más raro, era que no podía recordarlo, poco a poco deje que me venciera el sueño, recordando antes de cerrarlos, aquella mirada ónix tan hechizante… y misteriosa, era una lástima, que no lo volviera a ver.


¿Y bien? ¿Qué les pareció Espero que les haya gustado :D no duden en decirme que les gusto o no. Dependiendo de la respuesta de ustedes es como seguiré.

Por cierto, ¿ustedes no saben de algún libro que sea parecido a 50 sombras de Grey?, es que no tardo en terminar ese libro y me gusto mucho la trama. (Quiero terminar de enviciarme hahahahha xDD) Si saben de alguno por favor les ruego e imploro que me digan. Gracias.

¿Reviews?

Cuidense mucho, hay nos estamos leyendo :D

atte: CiinDii