AVATAR: THE LEGEND OF KORRA NO ME PERTENECE.
¡Hola! Hace tiempo ya, estoy casi obsesionada con el Korrasami. Recientemente, me animé e inspiré para subir un fic acerca de ellas. ACLARACIONES : ESTA HISTORIA TIENE LUGAR LUEGO DEL FINAL DEL LIBRO 2.
Al parecer la inspiración no se ha ido, ya que hace unos minutos acabo de terminar este fic. Planeo que tenga dos capítulos (sinceramente no creo que lo extienda mas). Pronto subiré la continuación, que (por supuesto) tendrá lemon.
Son de mis primeros Korrasami, por lo que pido un poco de paciencia.
Agradecería sus opiniones.
¡Cualquier sugerencia es mas que bienvenida!
Acerca de nuestros ex-novios.
–Adelante – dijo la joven Sato al abrir su puerta y encontrarse con la morena.
Korra sonrío y entró al departamento de la empresaria.
Ella le indicó que tomara lugar y la guió al comedor.
Se sentó y su amiga la miró.
– ¿Cómo has estado? – pregunta sentándose ella también.
–Bien – suspira mientras no deja de observar todo el departamento – Asami, esto es hermoso, en verdad tienes buen gusto para la decoración.
–Gracias – responde, un poco sonrojada.
Hacia poco más de una semana, que Asami se había mudado.
Pudo conseguir un bonito departamento en la zona céntrica de la Ciudad. Recientemente, le había hecho las últimas remodelaciones, y había invitado a su amiga para estrenarlo.
Korra se sintió feliz de volver a ver a la joven, ya que durante la semana, debido al estrés de la mudanza y a las propias tareas que ella tenía como el Avatar, no habían podido pasar un tiempo juntas.
Sin mencionar, que Korra tenía un gran problema por delante. Dejar el portal de los espíritus abierto, fue una decisión que le pareció correcta en su momento. Si bien eso no había cambiado en absoluto, consecuencias por su accionar habían surgido.
La Ciudad estaba infestada de vegetación, típica del mundo de los espíritus, pero incomoda para los ciudadanos.
La prensa y el mismo presidente no dejaban de presionarla. Si ella había causado eso, ella debía arreglarlo.
Los días pasaban y sus ideas se agotaban, junto con su paciencia.
A la joven Sato, le iba un poco mejor. La empresa de su padre estaba en constante crecimiento. Muchas veces, se quedaba hasta tarde trabajando, un nuevo crecimiento viene acompañado de más responsabilidades.
Ahora que las cosas marchaban bien, se dedicaba a trabajar y relajarse, por más que le gustaría tener más tiempo para realizar lo segundo.
Comenzaron a platicar acerca de las novedades de la Ciudad, sus rutinas y lo que había sucedido en el tiempo en que no se vieron.
Hablaron de sus conocidos, e inevitables, una persona salió a la luz durante la conversación. Mako.
Ambas se miraron y suspiraron al mismo tiempo.
Eso era algo de lo que nunca habían hablado.
La ruptura entre el Avatar y el maestro fuego había sido muy reciente, y ninguna de las dos tenía demasiado tiempo para tocar esos temas. Aún si lo hubieran tenido, no hablarían exactamente de eso.
Se percibía una leve tensión en el ambiente cada vez que alguien mencionaba su nombre.
–Voy a buscar algo – anuncia la joven de ojos verdes, levantándose y yendo a la cocina.
Regresa con dos botellas de vidrio, llenas con un líquido color turquesa, el cual no paso de ser percibido por la morena.
– ¿Qué es eso? – pregunta Korra.
Asami ríe suavemente.
–Confía en mí – contesta la joven Sato, sirviendo un poco del líquido en un vaso – te gustará.
Le pasa el vaso a la morena, y ella lo toma en sus manos. Observa y analiza ese líquido. Segundos después, lo prueba.
Su sabor era especial. Comenzaba siendo dulzón y suave, pero al terminar de tragarlo se convertía en algo fuerte y un poco amargo.
La morena casi sentía como aquel líquido quemaba lentamente su garganta.
– ¿Y? – no tardó en preguntar la anfitriona – ¿Que te pareció?
–Es un poco amargo – contestó después de pensarlo por dos segundos – y quema mi garganta.
Asami río un poco y tomo el vaso de la morena, llenándolo nuevamente.
–Créeme, pronto te acostumbrarás a la sensación – dice a lo que ella también se sirve un poco en su vaso.
–Dime Korra – dice suavemente. Toma un trago y luego continua hablando – ¿Que tal las cosas con Mako?
Ella se atora con su bebida. Se sonroja y se esconde tras el vaso, bebiendo un buen trago. Esta vez, no le importó la sensación de ardor en su garganta.
– ¿Por qué lo preguntas? – inquiere ella.
–Pues, no lo sé – se jacta, levantando sus hombros – simple curiosidad.
La morena toma un trago más antes de hablar.
–En realidad ni siquiera yo lo sé – suspira –desde que hemos terminado no lo he visto mucho tiempo. Vive en la estación de policías y no viene, ni siquiera a visitar a Bolin.
–Supongo que debe ser difícil para él ir, estando tú ahí – comenta con total naturalidad – y más aún durante el tiempo en que yo viví también allí.
Asami cerró su boca cuando entendió que habló de más.
Espero una reacción negativa de Korra, que se enfadara o intentará cambiar de tema.
Todo lo contrario a sus expectativas, la morena lanzó una carcajada.
Sorprendida, miró su vaso y notó que ya estaba vacío.
Tal vez el alcohol había comenzado a hacer efecto.
– ¿Te imaginas? – pregunta ella entre risas – las dos ex-novias, viviendo juntas.
Asami se une a la risa de Korra.
Esta vez, es la morena quien toma la botella y se sirve nuevamente.
–El caso es que, aún cuando te mudaste, el no regresó al templo – comenta Korra – no me extraña, es decir, ni siquiera tuvo el valor para confesarme que te besó a tan sólo horas de romper conmigo.
Asami escupió la bebida, sorprendida.
–Korra, yo – intento explicarse, muerta de vergüenza. Sus mejillas se habían teñido de rojo, mientras sus manos jugaban inquietas, debía encontrar las palabras justas.
–Esta bien Asami – dice la morena, mientras que de un solo trago bebe la mitad del contenido del vaso – después de todo, yo besé a Mako cuando tú estabas de novia con él.
– ¡¿Qué hiciste qué?! – preguntó ella, intentando parecer ofendida.
La cara del Avatar palidece y pareciera como si su lengua se trabara, intentando formular una respuesta.
–Es broma – dice rápidamente, antes de que Korra se desmaye del susto – lo supe hace tiempo ya.
Korra suspiro aliviada, luego levantó una ceja, curiosa.
– ¿Ya lo sabías? – pregunta sosteniendo el vaso – ¿Quien te lo dijo?
–Eso es un secreto – susurra Asami, tomando un pequeño trago – prometí a esa persona no revelar nunca su identidad.
–Fue Bolín ¿Cierto? – asegura la joven maestra de todos los elementos.
–Si, fue él – contesta.
Ambas ríen nuevamente.
La primera botella se acabó y Asami abrió la otra.
– ¿Sabes? – comenta la morena – me alegra que cualquier cosa que haya sucedido con Mako, esté fuera de nosotras.
Asami sonríe, asintiendo con la mirada.
–Nunca tuve una amiga para hablar de estos temas – sigue hablando Korra – ya sabes, aparte de Naga.
La joven Sato mira a la morena con ternura.
–Pues tú y yo somos amigas ahora – comenta sonriendo.
Korra la mira y levanta su vaso.
– ¡Por nuestra amistad! – propone un brindis.
– ¡Salud! – remata la joven de ojos verdes.
La morena se toma todo el contenido del vaso de un solo trago.
–Debes detenerte si no quieres emborracharte – advierte Asami, quien ciertamente tampoco estaba en su mejor momento.
Recibe una risa como respuesta, y ambas siguen bebiendo.
En pocos minutos, la segunda botella estaba totalmente vacía, y ambas jóvenes totalmente borrachas.
–Debo volver – dice la morena levantándose, y fallando en el intento.
Luego de varios segundos, logra ponerse en pie. Comienza a caminar y sus piernas se cruzan, provocando que esté a punto de caer. Asami la toma en brazos antes de que eso suceda.
–Puedes quedarte aquí – ofrece – tengo un cuarto de huéspedes.
–No, no, no – sacude su cabeza ella, con su voz indicando que estaba intoxicada por el alcohol – debo volver al templo con el maestro Tenzin y mi novio, Mako.
–Korra – dice Asami conteniendo su risa – Mako y tú ya no están juntos.
–Es verdad – susurra ella, como si un balde de agua fría acabase de caerle en su cabeza.
La joven Sato la mira con preocupación, pensando que en ese preciso momento explotaría en llanto.
– ¡Es un alivio! – grita riendo la morena –de todas formas, no sé que vimos en él.
–Al principio era dulce – comenta Asami, luego de analizarlo bien – pero luego se convirtió en un patán.
–Si, un patán que besa bien – suspira la morena, cerrando sus ojos.
Asami hace una pequeña mueca de disgusto.
–Pensé que lo que sucediera con él no nos afectaría – dice, algo molesta.
–Y no lo hace – contesta Korra – solo estoy dejando en claro lo bueno que era besando.
–No era muy bueno – exclama Asami, llevándole la contra.
–Pues para mi si – se encapricha la joven – es más, sus besos son los mejores que me han dado.
No sabía si el alcohol le había dado valor, o estupidez, pero esa noche Asami hizo algo impensado.
–Te mostraré como es un buen beso – dice tomándola de los hombros, antes de conectar sus labios con los de Korra.
