Cien cartas sin remitente.

Autor: Lady Whispers

Disclaimer: La historia me pertenece, los personajes son de Masashi Kishimoto, sin embargo.

Argumento:

ELLA SOLO SABIA HACER LO CORRECTO…

Cuando la pragmática señorita Rose Collingwood, segunda hija del Conde de Newbury y mayormente conocida por sus allegados como Sakura, elevo

plegarias al cielo en un arrebato de locura por una temporada poco mas emocionante que las acostumbradas veladas londinenses para sus famélicas

debutantes; no previno que el poder de sus palabras, o la frecuente cuantía con la que las dijo, terminarían por colapsar los engranes de su destino.

Ella deseaba, como cualquiera de las jóvenes en su estancia por Londres, conseguir un caballero lo suficientemente conveniente para el matrimonio, o lo

suficientemente aceptable a los ojos de su familia; mas su propósito se vería como un mar de aguas turbias cuando, sin proponérselo, sus sentidos

alcanzaran a advertir la figura imponente del insólito Duque de York.

Sakura no quería sentirse terriblemente atraída por aquel aristócrata arrogante y frio. Sabía bastante bien que aquel hombre pareció detestarle desde el

mismo instante en que fueron presentados. Pero hasta para una chica tan práctica como ella, que siempre había hecho buen uso de su sensatez, había

situaciones difíciles de evitar.

ÉL SOLO NECESITABA LA DEBUTANTE CORRECTA…

El Duque de York tenía un objetivo en mente ahora que se encontraba siendo el último Rawcliffe en heredar el ducado… desposar una joven dama de buena

cuna y mantener el legado en su familia.

Convenientemente él era uno de los solteros mas codiciados para la temporada.

Aunque él no era un inglés puro, cualquiera podría saberlo con solo observar las facciones de su rostro o sabiendo de buena tinta su nombre de pila, el

particular acontecimiento no se manifestaba como un desaliento para las mujeres de Londres que parecían encontrarlo bastante, por mucho, aceptable para

el matrimonio… u otras satisfacciones.

Sasuke sabía que solicitaba entre las elegantes damas de Londres y que no demandaba, también.

El sólo pretendía hacer lo opuesto de lo que generalmente se acostumbraba para escoger entre las jóvenes debutantes porque decididamente él no quería

a la aspirante más popular de toda la temporada… Rose Collingwood parecía ser aquella.