Spoilers: Historia basada en el final de Festín de Cuervos.
Disclaimer: Historia basada en los personajes y la saga creada por George RR Martin, todos los derechos le pertenecen.
Resumen: Bueno, no es resumen, más bien indicar que seguramente los personajes estén muy OOC, puede que en otras historias haya intentado ser más fiel al libro, pero bueno, necesitaba escribir un poco al releerme de nuevo Festín de Cuervos.
NOMBRE
-¡Jaime!
Jaime Lannister frenó su caballo y agudizó el oído, estaba claro que alguien muy cercano lo estaba llamando. Cuando escuchó el grito por segunda vez ya estaba seguro de dónde provenía. Cabalgó rápidamente hacia el sitio y observó tres personas colgando de un árbol. Lo malo era que alrededor de ellas había bastantes hombres, demasiados quizá para hacerles frente con su mano izquierda. Iba a alejarse cuando la figura que había en medio le resultó familiar.. muy familiar. Era Brienne.
Si tuviera que explicarse a sí mismo por qué lo hizo no encontraría respuesta. El odio que subió desde su pecho hasta su garganta le asfixio pero gritó el nombre de Brienne mientras ponía su caballo a galope y se lanzaba hacia aquel árbol. Cortó la cuerda de la que colgaba Brienne y siguió galopando hasta que perdió de vista a aquella gente. No podía dejar que le capturasen, ni que asesinaran a Brienne delantede sus ojos. Por un momento pensó en regresar, en quedarse con ella y ayudarla. Pero no podía olvidar que había partido en busca de Cersei, para salvarle la vida. Para salvarle la vida a la mujer que amaba. Jaime escuchó sus carcajadas mientras volaba a lomos de su caballo, huyendo de los ruidos que escuchaba detrás, demasiado lejanos como para darle caza, siguió riendo durante un buen rato, ¿acaso no es la vida un chiste?, ¿no se estaba riendo de él continuamente?, pues él se reíria ahora mucho más, porque era una auténtica broma el haber partido para salvarle la vida a la mujer que amaba y haber acabado con esa tarea mucho antes de lo que se imaginaba.
Brienne cayó al suelo, pero no notó daño alguno. Estaba segura de quién la había salvado, solo que no quería creerlo. Se levantó y miró alrededor, varios hombres habían salido tras su salvador y con la confusión que había nadie había acudido a por ella. Gritaban órdenes y salían corriendo, en busca de sus monturas. Brienne no perdió ni un sólo segundo, salió corriendo a por un caballo que había detrás de los árboles en los que yacían sus compañeros muertos.
Con las manos atadas es dificil subir a un caballo, pero por suerte para ella, se las habían atado por delante y montar en el caballo y asir las riendas no le costó ningún esfuerzo. Cuando miró hacia los árboles, lo último que vio fue a Lim señalarla y salir corriendo tras ella. Sin caballo.
No recordaba cuánto tiempo llevaba cabalgando, solo sabía que no podía parar. Le dolia el cuerpo entero, la mejilla, el cuello, las muñecas, el pecho... Volvió a oscurecer y siguió cabalgando.
Hacia la medianoche, se paró al lado de un riachuelo a beber agua y limpiarse las heridas. Agudizó el oído por si continuaban persiguiéndola, pero no había ni rastro de los bandidos. Decidió que el lugar era lo suficientemente aislado y lleno de vegetación como para poder dormir un rato. Era de noche todavía cuando un dolor punzante en el estómago la despertó.
-Me juraste lealtad -entendió a la perfección los susurros de Lady Corazón de Piedra.
Brienne se incorporó un poco, todo lo que pudo sin clavarse la daga que Catelyn Stark apretaba contra ella.
-Lady Catelyn, se lo suplico, dejeme cumplir mi juramento -sin querer empezaron a rodar lágrimas por las mejillas de Brienne, no por miedo a morir allí mismo, sino por quién fue Catelyn Stark y lo que era ahora.
-El Matarreyes -dijo.
-Iba a cumplir su juramento, pero no pudo. En Desembarco del Rey no sabían el paradero de su hija Sansa. Jaime tuvo que quedarse, pero yo le relevé en su juramento, y no le fallaré, ni a él ni a usted, encontraré a sus hijas.
-Matarás a Jaime Lanninster, me traerás su cabeza.
-No, por favor, no entiendes lo que te he explicado.. -Brienne tuvo que callarse ya que Catelyn apretó aún más la daga en su vientre.
-Me traerás a mi hija, y la cabeza de Jaime o morirás -sentenció Lady Corazón de Piedra.
Brienne sabía que esa mujer, ese espectro, no era Catelyn Stark. Había vuelto de entre los muertos pero solo su ira y su venganza la mantenían de nuevo viva. Vería a sus hijas vivas y a sus enemigos muertos pero no se quedaría junto a ellos. Brienne tenía la certeza de que cuando eso ocurriera, Catelyn desaparecería para siempre. Sus hijas..
-Lady Catelyn -empezó Brienne-, le traeré a sus dos hijas vivas a cambio de la cabeza de Jaime.
-Mentiras -susurró la mujer encapuchada-, solo tengo una hija.
-Tienes dos hijas vivas, iba tras la pista de Arya cuando me capturasteis. Sandor Clegane estuvo con ella.
Cuando sintió que Catelyn quitaba la daga de su cuerpo, Brienne se incorporó. En comparación con ella, el espectro de lo que fue un día Catelyn Stark, le llegaba a la altura del pecho.
-Nunca duermo, nunca descanso. Escucho, espio y mato a todos los que acabaron con mi familia -Brienne tuvo que agachar la cabeza para entenderla- No tuve tiempo de estar con mi marido, no regresé con Ned. Quiero regresar con él y descansar para la eternidad, pero antes he sido llamada para terminar esta tarea.
-Yo la ayudaré, jamás la he traicionado.
-Cállate -gritó Corazón de Piedra y Brienne quedó muda al instante-, me traicionaste en el momento en que dejaste al Matarreyes al lado de su hermana. Asi que esta es la sentencia, vivirás si me traes a mis dos hijas. No te persiguirán mis hombres, no lo haré yo. Vivirás toda tu vida si no me traicionas esta vez.
Brienne casi grita de alegría. Le traería a sus dos hijas, solo eso y dejarían en paz a Jaime, ella podría volver con su familia, viviría..
-No te perdonaré otra vez más -le dijo el espectro-, no me traiciones Brienne de Tarth. Traeme a mis hijas, vivas, regresarán a Invernalia. Y no lo harán solas. La cabeza del Matarreyes adornará las murallas de nuestro antiguo hogar.
-Mi señora, por favor -Brienne cayó de rodillas delante de ella-, es inocente.
-Un lannister jámas será inocente -los gritos sonaban espeluznantes en la garganta de Catelyn-, no te atrevas a decir eso en mi presencia. Cumplirás con lo que te ordeno o te mataré aquí mismo.
No podía estar pasando esto. Salvar a las niñas era su objetivo, siempre lo fue, pero matar a Jaime. Él acababa de salvarle la vida, jamás podría hacerlo y sin embargo lo dijo.
-Cumpliré con lo que me pedís. Salvaré a sus hijas y mataré a Jaime, no descansaré hasta que las encuentre.
-Así debe ser -Catelyn Stark sacó una espada de debajo de su abrigo-, esto te ayudará, sé que te encontrarás con Jaime Lannister.
Brienne cogió a Guardajuramentos entre las manos, pesaba demasiado, le pesaba la tarea que tendría que realizar con ella.
-Cumple lo que me has jurado.
Brienne no dijo ni una sola palabra más. Alzó la cabeza hasta que no quedó ni un solo rastro visible de Lady Corazón de Piedra. La vio alejarse lenta y silenciosamente y volvió a llorar.
TBC...
