Shingeki no Kyojin no me pertenece, sino a sus respectivo autor, Hajime Isayama. Yo sólo uso a sus hermosos personajes para sacar mi imaginación y entretener a los lectores.

Bueno, este es mi primer fanfiction acerca de esta pareja (LevixEren). La cual la estuve pensando escribir desde hace mucho tiempo pero no sabía como comenzarlo o como emplearlo. Pero ahora que mis ideas por fin salieron disparadas y me dieron la oportunidad de escribirles, espero y sea de su agrado.


Capítulo I

''Naufragio''

Sinceramente, nunca fui amante del océano. Si, lo observaba desde lejos, yo y mi mejor amigo leíamos libros sobre este, me contaban acerca de él, pero nunca me atrajo. Nunca aprendí a nadar, no era algo que estuviera en mi lista de pasatiempos. Pero agradezco no haberlo hecho, ya que o sí no todas las aventuras que pasé, el romance, la diversión, todo eso jamás lo hubiera experimentado. Yo de chico era muy mimado. Mis padres me consentían mucho, aunque no era de una familia rica, lograban siempre complacerme con algo, por eso los quería tanto. Casi no tenía amigos en ese entonces, así que por eso mi mamá jugaba conmigo y nos la pasábamos genial.

Mis padres querían salir del país el cual vivíamos, deseaban regresar a su tierra natal. Nunca pudieron acostumbrarse a Inglaterra. Extrañaban Alemania, igual que yo, pero creo que ya me había acomodado ahí, ya que ahí tenía a mi mejor amigo, Armin. Un chico de altura baja, ojos azul celeste y unos cabellos dorados los cuales eran inconfundibles, tenía la misma edad que yo. Él era huérfano, así que vivía con nosotros, lo consideraba como un hermano, éramos muy cercanos. A Armin siempre le gustó la lectura, por lo que algunas veces nos sentábamos en un lugar y leíamos todo el día, era algo muy divertido, luego inventábamos historias tontas o jugábamos con los personajes de los libros.

El puesto económico de mis padres no les permitía salir de Inglaterra. Yo trataba de hacer lo posible para ayudarles, pero un simple niño de diez años no podría lograr nada. Justo cuando cumplí los doce años, mis padres conocieron a un señor alto, de piel muy blanca, ojos avellana y rubio, su nombre era Hannes. Él era muy amable conmigo y mis padres, se volvió muy amigo de ellos, al grado que le llamaba yo ''Tío''. Tres años después, mi padre consiguió, gracias a mi tío Hannes, un pasaje en un barco de carga para poder irnos a Francia y de ahí partir a Alemania, sería un largo viaje, pero estaban dispuestos a hacerlo. En ese entonces ya tenía yo quince años, ya era todo un hombre, según mi madre

. Armin y yo no teníamos problema, estábamos emocionados por el viaje, habíamos empacado rápidamente, ya listos para partir hacía Francia. Sólo una cosa, seguramente extrañaríamos mucho al Tío Hannes y claro, a la bellísima Inglaterra en sí. Nos despedimos de manera adecuada con una divertida fiesta de despedida, nos la pasamos toda la noche platicando y contando chistes con amigos de mis padres. Debo confesar que bebimos algo de alcohol esa noche, aunque a mi madre no le gustaba del todo.

Ya el día en que partimos nos despedimos de todos y embarcamos. Llegamos a donde se suponía que dormiríamos, no era una habitación de lujo ni pobre. Era una simple habitación en un barco de carga y pues estaríamos a gusto los días en que navegáramos. Dejamos nuestras respectivas cosas adentro y salimos a conocer el barco, era un barco muy amplio, aunque era de carga, era muy acogedor. Tenía un comedor para todos los marineros, en la noche encendían con velas, la cubierta tenía unos banquitos para sentarse y no estaban del todo limpio, pero nos gustaba. El barco era cómodo, debo confesar.

Los primeros días estuvieron tranquilos, la brisa del mar se sentía genial al atardecer, el océano se veía hermoso, daban ganas de echarte y nadar hasta no poder más. El cuarto día, Armin y yo leíamos en la cubierta del barco felizmente, era un libro acerca de piratas, yo desde pequeño tenía una afición por los piratas, siempre quise conocer uno y ser parte de su tripulación, era un sueño muy tonto que jamás iba a ocurrir, según todos los que me rodeaban. Los piratas eran muy mal vistos, nadie los quería, la policía los perseguía, robaban, asesinaban, pero yo siempre creí que ellos eran geniales.

Al terminar el libro comenzamos a mirar hacía adelante, donde el sol se estaba ya escondiendo para permitir que la luna salga con su hermoso brillo en el anochecer. Platicamos hasta entonces, el viento estaba algo frío, parecía como sí estuviera a punto de llover. Miré a Armin y le dije. –Armin, vamos adentro. Está empezando a llover y no quiero pescar un resfriado.- me paré de donde estaba sentado, ayudando a mí amigo a parar. –Claro.- respondió con una sonrisa en su rostro recogiendo su libro.

Nos dirigimos hacía nuestra supuesta habitación donde estaban mis padres, los saludé y me senté en una de nuestras camas, solo habían dos, una para mi padre y madre y otra para Armin y yo. –Está lloviendo afuera, así que decidimos venir aquí adentro.- dije explicando a mi madre el porqué habíamos entrado tan temprano a la habitación, ya que la mayoría del tiempo nos la pasábamos afuera leyendo, platicando, comiendo, o haciendo algunas bromas a los marineros, era muy divertido.

Pasaron unas horas y sólo se escuchaban unos truenos, los cuales no me dejaban dormir, por lo que decidí salir y ver qué estaba pasando. Para mi sorpresa estaba cayendo una tormenta y el barco estaba siendo agitado por las violentas olas que esta creaba. Tuve una intuición que debía despertar a mis padres y a Armin porque algo malo estaba apunto de pasar. Armin se despertó y me miró algo confuso se sentó en la cama y se talló los ojos. –Hay una tormenta afuera, muy fuerte. Parece como sí nos fuéramos a hundir.- Estaba algo asustado, ya que yo jamás había tenido contacto con un barco ni sabía qué hacer en esos momentos, Armin me tomó del hombro para calmarme. –Tranquilo, Eren. Esto pasa seguido, no es algo que te tengas que alarmar.- eso me tranquilizó un poco, aunque sabía que tenía que seguir a mi intuición, pero decidí volverme a acostar.

Unos minutos después escuché como tocaban agresivamente la puerta de la habitación, mi padre se paró y abrió esta. Era uno de los marineros. –¡Salgan rápidamente de aquí, el barco se está hundiendo!- lo miramos algo incrédulos y luego nos paramos enseguida y salimos y como lo dijo, el barco se estaba hundiendo. –Te dije, Armin. ¡¿Por qué no me hiciste caso?!- Yo estaba algo enojado con Armin y a la vez asustado, el estaba paralizado y muy asustado, no sabía qué hacer, y eso que el era muy ingenioso. -¡Eren, Armin, apúrense y vamos! ¡Tenemos que tomar uno de esos botes!- mi madre nos gritó dirigiéndose a uno de los botes con mi padre. Yo los miré y corrí hacía ellos junto con Armin.

Ya llegando abordamos el bote pero justamente cuando lo estaban bajando mi madre al quererse sentar se resbaló cayendo al agua. -¡Mamá!- grité con todas mis fuerzas, preparándome para lanzarme hacía el agua para salvarla. Mi padre me detuvo, lo miré confuso, y noté que estaba muy asustado y nervioso. –Eren, yo lo haré.- mi padre me hizo a un lado y se aventó al agua. -¡No!- yo me asomé para ver sí los encontraba, pero no veía ni un rastro de ellos, empecé a entrar en pánico. Armin estaba llorando asustado y sin saber qué hacer, estaba oscuro y no se veía nada más que las agresivas olas pegando al dañado barco, sólo se podía observar gracias a la luz de la luna.

Soltaron el bote donde estábamos nosotros y una ola gigante nos golpeó haciéndonos caer de este, nos caímos al agua y las olas no nos daban la oportunidad de salir a respirar, sentía que este era nuestro fin y nos íbamos a ahogar. Pero en eso encontré de nuevo nuestro bote, agarré a Armin con todas mis fuerzas y lo ayudé a subir al bote, no sabía nadar, pero de alguna forma pude sobrevivir unos minutos ahí, aplicando lo que había leído con Armin en algunos libros. Cuando nos subimos al bote nuevamente me quedé paralizado queriendo llorar, miré a mí alrededor de nuevo para ver sí encontraba a mis padres, pero era inútil, no estaban en ningún lugar. Empecé a llorar y a gritar con furia, en ese momento Armin estiró sus brazos hacía mí dándome un cálido abrazo para que me calme. –Eren, tenemos que sobrevivir por ellos, ¿sí?- me dijo mientras los dos llorábamos en el hombro del opuesto. –E-Está bien.- me limpié las lágrimas y me recosté en el bote junto con Armin, teníamos frío, estábamos deprimidos, no sabíamos qué comeríamos. Sólo esperábamos que la suerte estuviera de nuestro lado.

Toda la noche me quedé despierto, hasta que hubo un punto en el que cerré completamente los ojos y caí dormido. Y ahí estábamos los dos, profundamente dormidos, aún con frío y tristes por todo lo ocurrido. En mi mente rondaban recuerdos de Inglaterra y mis padres, lindos recuerdos que jamás olvidaría.

Al día siguiente, cuando la tormenta ya no estaba y el sol ya había salido resplandeciente. Nos despertamos y nos encontrábamos en un lugar muy raro, parecía ser como un una cubierta de algún barco. Había gente rondando por ahí, limpiando la cubierta y algunos tomando ron hasta no poder más. Miré a mí alrededor confundido, y asustado, ¿dónde estábamos? ¿Qué estaba pasando? ¿Por qué la gente estaba vestida como sí fueran una clase de piratas? Armin miró hacía arriba observando las velas del barco y en eso me golpeó suavemente con su codo., ya que no tenías movilidad en las manos, porque estaban atadas, y señaló con el índice hacía las velas. Tenían una extraña imagen de unas alas como en un tipo escudo, yo me preguntaba ¿acaso son marineros? No, al ver sus prendas de vestir y su comportamiento eso no era posible.

En eso una persona de baja estatura, ojos plateados con mirada asesina y cabello negro salió de la cubierta, dirigiéndose hacía nosotros y mirándonos de reojo. Todos dejaron de hacer lo que hacían anteriormente y nos observaron fijamente. La mirada del azabache me incomodaba mucho, era fría. –Veo que la cuatro ojos los encontró perdidos en el mar.- Armin y yo nos miramos mutuamente algo nerviosos por la mirada del pelinegro hacía nosotros. –Bien, tal vez me sirvan en la tripulación. Siendo marineros o esclavos, ¿ustedes qué dicen?- miró hacía su demás tripulación preguntando con la voz alta. -¡Esclavos!- todos votaron por esa opción, y los dos nos quedamos paralizados y confundidos, ¿qué les pasaba? ¿Por qué tendríamos que ser esclavos? ¿Qué clase de juego era este?

–¡Hey! ¿Y nuestra opinión dónde está?- el azabache me miró, se agachó, ya que nosotros estábamos sentados, amarrados de las manos, se acercó a mi cara con la mirada aún más asesina. -¿Tienes algún problema con la votación, mocoso de mierda?- preguntó con una voz amenazante y eso me dio escalofríos. –Uhm, no, no, para nada. Sólo que yo creo que sería una mejor idea sí nos preguntara y así nosotros pudiéramos deci-.– antes de poder terminar la oración el ojiplateado me dio una patada en la cara haciéndome perder un diente. -¡¿Q-Qué le pasa?!- lo miré con ira, y este me respondió con otra patada, agarrándome del cabello y estrellando mi cara en su rodilla, luego de eso me pisó la cabeza con el pie derecho. -¿Decías algo?- el azabache dijo despreocupado por todo lo que me había hecho, todos ahí miraron el espectáculo y se quedaron atónitos, aunque ya sabían como el Capitán era, les sorprendió mi valentía a contestarle.

Me agarró del cabello acercando mi cara a la suya. –Soy el Capitán de este barco, ¿entiendes? Así que lo que yo digo se hace, todo lo que te ordene lo debes cumplir, o habrá un castigo peor al que recibiste anteriormente.- se me quedó mirando algo curioso y sonrió de lado. –Pero no te mataré, me sirves en mi tripulación, últimamente hemos perdido a varios, y creo que tú estarías perfecto para limpiar la cubierta. ¿Qué dicen, marineros?- volteó a ver a la tripulación. -¡Sí!- todos contestaron alegremente, yo no sabía porque estaban tan alegres de que alguien limpiara la cubierta, pero en ese momento estaba más concentrado en quitar el dolor que tenía. –Bien.- me soltó y se enderezó limpiando sus manos con el pañuelo que llevaba en el pecho. –Alguien limpié la basura.- se retiró a su cabina sin decir nada más, yo seguía en el suelo adolorido. -¿Estás bien, Eren?- Armin me preguntó preocupado. –Eso creo…- yo sin casi poder hablar, por el dolor que me había causado la pérdida de mi diente.

Una chica de lentes, de estatura alta, algo hiperactiva y castaña se dirigió a nosotros con una enorme sonrisa en su rostro. –Uhuhuh, ¿qué tenemos aquí? ¡¿Náufragos?!- dijo la chica emocionada. –¡Woah, qué hermoso! ¿Me ayudarán a encontrar a ese monstruo que abunda en los mares, verdad?- nos preguntó con algo de emoción y nos desató. Después me ayudó a parar y a Armin igual y nos llevó a su cabina, ya que ella era una superior en la tripulación. Nos sentó en una de las sillas que tenía ahí en esa habitación y empezó a curar mis heridas con otra chica de cabellos marrones, casi rubios y con una mirada amable. –Lo siento, nuestro capitán es algo estricto y algo agresivo, heheh.- dijo la chica de cabello marrón mientras curaba mis heridas, luego me sobó la cabeza. –Lo bueno es que te mantuviste callado después, o sí no te hubiera lanzado al mar nuevamente.- yo la vi con algo de miedo recordando el dolor empleado por este.

–Y-Yo… no sé qué hago aquí..- las dos chicas me miraron y la de lentes sonrió. –Estás aquí porque te encontró la tripulación a unos metros de nuestro barco en un bote, parece que el barco en donde iban naufragó, ¿cierto?- yo la miré y al instante recordé a mis padres y luego bajé la mirada. –S-Si… íbamos a Francia, para después partir a Alemania, mi tierra natal.- suspiré y llevé mi mano a mi cabeza sobándola. –Ya veo, bueno, no te preocupes aquí estás a salvo y pues todos en la tripulación son buena gente, aunque parezcamos malos por ser piratas. Por cierto, yo soy Petra, mucho gusto, náufrago.- me guiñó un ojo y luego sonrió. No podía creer que una chica tan linda como ella fuera una pirata, ¿acaso también había naufragado? –Y yo soy Hanji, gusto en conocerte.- me agitó la mano rápidamente. –Yo soy Eren y el es mi amigo Armin.- señalé a Armin que aún estaba paralizado por lo de anoche y no había hablado desde que entramos a la habitación.

–Hey, ¿pasa algo?- lo miré preocupado y el luego me miró riendo nerviosamente. –No, claro que no. Es sólo que, seremos piratas ahora, Eren. Y no te has dado cuenta que jamás iremos a Alemania, jamás volveremos a ver a tus padres de nuevo. Aunque tu sueño de ser un pirata, se hará realidad.- bajó la mirada y sonrió. –Pero tal vez esto sea una aventura, ¿no crees?- me dijo mientras yo lo escuchaba atentamente. –Claro que sí, Armin.- le sonreí tratando de olvidar todo lo que había pasado esa noche, tratar de no olvidar a mis difuntos padres, pero sí guardarlos en mi corazón.

Petra y Hanji terminaron de curar mis heridas. –Bueno, terminamos, ahora síganme, les enseñaré donde dormirán de ahora en adelante.- la castaña me hizo una seña para que vaya y Armin y yo nos levantamos de las sillas donde estábamos sentados y salimos de la habitación, Petra se despidió de nosotros porque tenía deberes qué hacer en el barco y nosotros nos dirigimos a nuestra habitación con Hanji.

Cuando llegamos Armin y yo miramos a nuestro alrededor y observamos que habían muchas más camas, parecía que eran para toda la tripulación, la chica nos guió a una de ellas, que era una litera, ahí dormiríamos los dos. –Para ser piratas tienen las cosas muy ordenadas y limpias.- Armin agregó pasando el dedo en uno de los buros que se encontraban ahí. –A Levi no le gusta la suciedad, ahahah. Es un obsesionado con la limpieza, así que váyanse acostumbrando. Bueno, tengo cosas qué hacer, así que me despido, el chico de arriba les dirá que tienen qué hacer. Es uno alto de cabello negro y de piel apiñonada, se llama Bertholdt.- la castaña se fue despidiéndose con la mano y riéndose como loca. -¿Quién es Levi?- pregunté curioso. -No sé, debe ser el supervisor o tal vez el capitán.- el rubio me respondió inseguro. -¿Seguro que no estoy soñando, Armin?- pregunté incrédulo de todo lo que estaba pasando. –Sí estuvieras soñando yo también tendría que estar soñando lo mismo.- el rubio agregó dirigiéndose hacía la puerta para salir. –Supongo que tenemos que subir, vamos.- me dijo mientras yo me le quedaba mirando, luego le respondí con una sonrisa casi imperceptible. –Si.-

Continuará…..


Yay! Bueno, este fue el primer capítulo, espero y les haya gustado. Este sólo es el inicio para una grande aventura y nuevas amistades. :00

Sí tienen algún comentario constructivo, que me ayude a mejorar o sólo qué les pareció el primer capítulo me ayudaría mucho para el próximo capítulo, hahah.

Eso fue todo, adiós!