Sudado, exhausto, jadeante y totalmente agotado, se encuentra una pequeña figura, de ropas negras casi en su totalidad, ojos amarillos cual rojos, podría decirse que ambos colores se encontraban armónicamente dentro del globo ocular, cual pintura que todos artista quisiera realiza. Dejando de lado aquellos bellos ojos, nuestra pequeña figura, poseía un bellos y ardiente cabello rojizo, que resaltaba como un rayo de sol luminiscente, cortos y muy bien cuidados.
Su hermoso rostro cual infante, se encontraba totalmente sonrojado, frente la figura de su acompañante, que era todo y menos , que el rey de aquellas tierras, figura esbelta, cual dios griego, ojos cual par de azulejos, con cabello de oro, y sonrisa encantadora. Que como su compañero se encontraba rojo cual tomate.
Ambos se encontraban, en una posición algo comprometedora, pues Heine se encontraba sobre el rey, con las piernas abiertas sobre la ingle del mismo ya mencionado. En cambio el rey se encontraba con manos en el muslo del tutor, atrayendo hacia el.
¡Ah!-Se escuchó un pequeño gemido, dentro de aquella pequeña y oscura habitación.
*Chuuu* Haine, que nos descubrirán-Se dirigió Viktor, hacia el pequeño tutor, con un toque de picardía en su voz.
¡Ya lo se!, Viktor-Le exclamo un poco enfadado- No estaríamos en esta situación, si tu te supieras aguantar- Se lo reprocho al contrario.
¡Vamos!, Heine, es como en los viejos tiempos-Le contesto alegre cono siempre- Y no esta mal jugar de vez en cuando-Pronuncio con tono seductor.
¡Odio! que siempre me metas en tus líos- Le dijo agitando los brazos.
¡Ah!-El movimiento del profesor, había causado mas fricción, provocando un gemido.
¡Escuchaste eso!-Afuera los guardias del palacio, buscaban al rey y al tutor, para una reunión importante- ¡Por aquí!
Se escucharon pisadas fuera de donde ellos se encontraban, causando un nerviosismo enorme, en ambos, pero , a la vez sentían la adrenalina correr por sus venas, al realizar aquellas travesura, muy cerca de los guardias.
¡No hay nada!-Volvió a exclamar el guardia a su compañero- ¿Busquemos en otro lado?- Le ofreció- Me parece bien vamos- Ambos se retiraron corriendo.
Ya al escuchar las pisadas más lejos ambas figuras, soltaron un suspiro de alivio, de que el peligro allá pasado. Se miraron a la cara y al verse ambos sonrojado no pudieron evitar estallar a carcajadas.
JAJAJAJAJAJAJA
Te dije que seria divertido, Heine-Risueño el rey a su compañero- Tienes razón Viktor, pero, no lo volvamos a hacer, ya somos muy mayores, para esto-Reclamo, pero, con una sonrisa en su rostro-Esta bien lo que digas, mi pequeño, peti rojo.
Ambos se arreglaron sus ropas y retiran de aquel lugar con una sonrisas en sus rostros y es que no todos los días, se juegas una broma a la reina madre, saliéndote con la tuya.
Si ellos, se habían escondido en el viejo y pequeño almacén, alejado del palacio. Quedando en aquella incomoda posición por la falta de espacio.
¿Qué?, habían pensado en otra cosa, muy mal, ellos solo jugaron una broma, ¿verdad?.
Heine, eso me recordó cuando..tu sabes...-Pícaro- ¡SERA MEJOR QUE LE CALLES!-Le lanzo una patada a su compañero, dejando atrás, corriendo al palacio a toda velocidad- Moooo, Heine, era una broma, ¡esperame!-Realizo un puchero el rey, levantandose, para ir con su acompañante.
Y es todo fue una simple broma, donde pasaron un poco de "vergüenza", ¿verdad?
