Naruto no es mío, es de Hinata… Digo! Kishimoto
Capitulo Uno
Esta situación era rara. RARA. Con cada una de las letras en monumental mayúscula, si alguien le hubiese dicho que estaría ahora mismo - Eran las 3 de la tarde y todavía no había almorzado, ¡gracias jefe!- ignorando las llamadas de un hombre tan absolutamente sensual como lo era Sasuke Uchiha, bueno, se largaría a reír-muy histéricamente - y le diría que probablemente se equivocaba de chica.
Y de nuevo otro timbrazo de California gurls -tenía que cambiar de tono-le recordaba las ironías de la vida. Miró muy discretamente -nótese el sarcasmo- hacia la máquina expendedora del pasillo, bendita manía de Tenten de no cerrar la puerta, y se aclaró la garganta. El sonido resonó en las cuatro paredes perturbando el absoluto silencio.
Alguien- preferentemente ella, al ser su única compañía en el casi vacío edificio-tenía que recordarle a ese hombre que una mujer hambrienta no era una mujer feliz y en ese momento no era, para nada una mujer feliz y el hambre no ayudaba en lo absoluto. Miró más insistentemente hacia el exterior estaban en el segundo piso y el calor del verano le invitaba un refresco helado y ella sin poder levantar los codos del escritorio. ¡Malditos balances semestrales! Aquel tirano siguió con lo hacía unos largos minutos más- solo para torturarla un poco más, se dijo- y empezó a guardar los papeles que había estado leyendo y firmando en el horrible porta folios - pasado de moda-que cargaba a donde fuera que iba.
-Con esto terminamos por hoy, mañana quiero verla aquí a las 8 am Sakura- Escuchan el coro de los ángeles.-Haga unas copias del contrato con los Sarutobi para la reunión- No se supone que tengan un tono tan grave- Y aléjese de los excesos para el jueves, la necesito entera para el viaje-
Ella sabía que no impresionaría al jefe en su actual estado- casi muerta de inanición- pero que alguien le regale un corazón a ese hombre ¡Rayos!
Lo siguió afuera del despacho y lo perdió de vista cuando subió al ascensor. Ni loca volvería a compartir un espacio de cuatro paredes con él, podía aguantar unos cinco minutos más la llamada de la naturaleza por un poco de alimento.
Decididamente apagó el teléfono, ya tenía suficientes "situaciones" que atender y se tomó la tarde para mimarse, necesitaba relajarse. No la tachen de desobligada, porque ¡vamos! Lo estaba intentando, ser cabeza de familia a los veintidós no era fácil.
8:00 Am del día siguiente.
"¡Rayos! ¡Mierda!"
Sakura leyendo la agenda que preparó Tenten. Sí, su jefe tenía dos secretarias.
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9:30Am
Sus tacones resuenan en el pulido piso de mármol.
-Sakura toma nota, Tobirama-san podría haberse saltado algunos puntos menores de la reunión. Siempre debemos estar atentas-
Quizá envidiaba un poco el entusiasmo de Tenten. Si… quizás solo un poco. No la culpen, se estaba esforzando. La peli castaña no era precisamente el típico prospecto de una mujer de veinte-pocos que se podía jactar de andar a la ligera por la vida. Como ella misma llevaba haciéndolo hasta hace poco.
" Como puede tener tanta energía"
Se acomoda la falda que le llegaba a las rodillas y puede que le apriete algo -mucho- la cintura. ¿Hace cuánto no iba al gimnasio? No quería pensar en respuesta.
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10:45 Am
¿Cuánto tiempo habían estado en la misma posición Tenten y ella?
Cuando la reunión terminó se permitió destensarse, todas sus articulaciones protestaron. Si no fuera por los hombres de rostro arrugado y la expresión de estar constantemente chupando un limón se habría permitido liberar el criminal botón que estaba drenando la circulación normal de su sangre hasta sus piernas. Se dijo que ya era lo suficientemente bueno no haber perdido la sensibilidad en esa parte durante la reunión como para tentar su suerte y cometer algunos de sus "bochornosos escándalos" como solía frecuentemente decirle con toda la dulzura posible- inserte sarcasmo- su querido abuelo Tobirama.
-Me duelen los pies-
Puede que su lloriqueo no haya sonado muy maduro, pero la risilla de Tenten tampoco lo fue.
Esa mujer sabía algo que ella no, Sakura estaba segura.
-Tenemos que darnos prisa, nosotras debemos llegar al auto antes que Tobirama-san para que cuando nos alcance podamos partir hacia el aeropuerto, el vuelo sale en...-Miró su reloj de muñeca y sus ojos chocolate brillaron tanto que la enceguecieron, literalmente -
Una hora-
Programó una alarma que probablemente sonaría en treinta minutos, lo que estarían tardando en llegar al lugar. Tenía que estar adelantada para cualquier situación que se pudiera presentar en el camino. Por lo menos ahora estaba segura de cuál sería el regalo de navidad perfecto para esa mujer maniática de la organización, ese reloj no aguantaría otra temporada.
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16:05 Pm
Por lo menos tenía salud.
Y una mierda. Alguien la odiaba allá arriba. Estaba por afirmarlo.
-Hasta que alguien logró convertirte en algo útil para la familia-
Y Sakura que pensaba disfrutar de su jugo de fresa, pensó en lo bien que se vería éste sobre el trajecito de Karin.
-¿Uhg? ¿Me hablabas a mí? Creí que estabas hablando contigo misma.-
-No creas que no me enteré de lo que hiciste- Siseó muy despacio, sus ojos rojos lanzando fuego. Sakura se tensó y le sostuvo la mirada.-Te aseguro que no será suficiente-
-¿Lo dices por experiencia propia?- Lo soltó con burla pero las palabras tuvieron un sabor amargo en su boca.
-No te vuelvas a acercar a él o me conocerás-
Levantó una ceja con desafío, entre ella y la pelirroja siempre hubo una gran rivalidad, pero esa competencia llegó a su punto más alto cuando Sasuke Uchiha apareció con su espectacular metro ochenta y cinco en la fiesta aniversario de Senju Corp. y todo se fue al carajo, por lo menos para Sakura. Ella tenía mucho más que perder que Karin y ambas lo sabían.
-¡Karin-sama! Que gusto verla, algunas palabras para OtoTv sobre este contrato...- Una periodista la asaltó de preguntas y Sakura aprovechó la oportunidad para escabullirse entre la muchedumbre. Gracias a esa mujer la jaqueca había vuelto y estaba dispuesta a dar todo su dinero por un masaje de pies en ese momento. No habían parado de asistir a eventos sociales desde que arribaron a Otogakure y encontrarse a su prima Karin en esa fiesta de beneficencia solo era la cereza del pastel de ese apestoso día.
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18:00 Pm
-Siempre me pregunté si tu cabello es de color natural-
-Que te den Tenten, a tí y a tus estúpidos tacos bajos- La castaña la ayudaba a caminar, sus pies habían colapsado en cuanto llegaron al hotel. Tenten se sorprendía de lo mucho que hubiera aguantado, la chica tenía potencial.
-¿A quién se le ocurre llevar unos zapatos tacón de aguja al trabajo?-
- A alguien que quiere verse esplendida y de paso impresionar a su jefe-
-Sabes que no era la forma, conoces a tu tío-
Sakura se apoyó en la pared y le dio la razón internamente mientras la castaña abría la puerta de la suite. Esos bellos tacos de aguja Gucci no volverían a pisar una oficina. En su vida y era una promesa.
Cuando ingresaron al living se derrumbó con muy poca gracia sobre los cómodos almohadones del sofá más cercano. Se quedó allí desparramada hasta que cuando estaba a punto de olvidarse todo lo demás y simplemente sucumbir al sueño, la vibración de su teléfono la sobresaltó y alejó todo atisbo de somnolencia de su sistema cuando leyó el mensaje que le había llegado, especialmente dándose cuenta de su remitente.
"Contesta mujer, tenemos que hablar"
Bueno, su primera reacción fue reírse y así lo hizo, como desquiciada.
Tuvo que parar un poco para respirar y porque Tenten la miraba raro desde el mini bar. El viejo Tobirama al menos no había sido tan tacaño y les dio una suite presidencial a cada una, Tenten también se pellizcó cuando les avisaron y para celebrar su última noche en la excéntrica Otogakure, tendrían una noche de chicas. Tiró el teléfono a alguna parte del sillón cuando le paso un vaso. Levanto las cejas cuando le dio un sorbo a su bebida y se dio cuenta de su contenido.
- ¿Vodka?-
La castaña se encogió de hombros. -Fue un día largo-
A Sakura le faltaron cabezas para asentir ante lo dicho por su amiga y se lo bebió de una. El fuerte contenido de alcohol de aquella bebida la dejó atontada por unos segundos pero se sintió agradecida, de por fin tener unos minutos de paz para dedicárselos a embotarse la cabeza con algo más que problemas.
El celular vibró a su lado y ambas lo observaron en silencio.
-Me siento acosada- Soltó de improviso. Su amiga sonrió quedito.
-Por el hombre más sexy del planeta, hay que destacar- Agregó después de unos minutos.
Tenten la miró con más interés antes de tomar un trago de su bebida. Cuando encontró que las dos no habían tardado más de dos minutos en vaciar sus vasos se levantó para dirigirse hacia el mini bar mientras la escuchaba hablar con la voz cargada de un sentimiento que no supo reconocer.
-Pasé la noche más espectacular de mi vida, con el hombre de mis sueños. Lo último que debería estar haciendo es rehuirle como la peste-
La castaña trajo la botella y la puso en la mesita del centro. Ambas necesitarían de todo el alcohol que pudieran ingerir por esa noche. Total, sus responsabilidades ya estaban saldadas por esa semana y mañana se les había asignado un día libre para disfrutarlo como quisieran en la cuidad antes de volver.
-Quiero pensar que aún lo hago por lo de Moegui-
La pelirrosa observó su imagen distorsionada en el licor y no le gustó lo que vio. La misma chiquilla llorona que sufría por amor, pero algo más brillaba en su mirada esta vez. El juego de la venganza podían jugarla dos personas.
-Sabes, tus cambios de humor a veces me asustan- Y la castaña lo decía muy enserio a pesar de la gota de sudor resbalando por su sien -Pero, no solo las mujeres tenemos que ser siempre las que sufrimos por amor- Un guiño cómplice y Sakura supo que no era la única en una situación como esa.
-¡Que sufran!
-¡Sí!-
Un brindis un poco más eufórico sello el pequeño reto personal de ambas mujeres.
¡Ni una lágrima más!
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Ciudad de Konoha
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"Contesta mujer, tenemos que hablar"
Patético, con el orgullo pisoteado había enviado ese mensaje, que bajo había caído. Desde cuando rogaba la atención de alguna mujer, de alguna persona si quiera. Pero lo había hecho sin pensar, un impulso casi blasfemo a su inteligencia, aunque para su pesar esos episodios eran demasiado frecuentes cuando se trataba de esa mujer.
Sasuke Uchiha podía considerarse un genio en el mundo de los negocios, a sus veinticinco años se había forjado su futuro a base de un esfuerzo férreo impulsado solo por su fuerza de voluntad. A pesar de haber nacido en cuna de oro, nunca tuvo la oportunidad de alcanzar su mayor meta autoimpuesta, superar a su hermano mayor. Vivir bajo su sombra jamás fue una opción para él, y a pesar de ser renegado por su propia familia, encontró en el exilio la fuerza que lo impulsó a llegar más alto que Itachi Uchiha. Su alma estaba corrompida por el poder, era un hombre solitario que había aprendido a convivir con la soledad y alimentarse de ella, su familia le había dado la espalda y no esperaba nada más de nadie.
Entonces... ¿Por qué le afectaba tanto que esa mujer lo rechazara? ¿Por qué ni siquiera podía darle un nombre a lo que sentía?
No tenía el valor de asumir sus culpas.
¿Eso era el Karma?
Maldito Naruto y sus estúpidas ideas.
-Creo que si quiere conducir, ya no puedo servirle más señor Uchiha- Miró su vaso de licor y quiso estamparla en la barra, él decidía hasta donde tomar.
-Dame la botella- Lo desafió a contradecirlo.
Su mirada oscura bastó para intimidar al hombre, dejando de lado cualquier intento de persuasión.
Miró a su costado, la pantalla de su celular se burlaba de él, siete llamadas y tres mensajes, ninguna se la había devuelto o respondido. Lo estaba ignorando y eso fragmentaba su orgullo cada segundo. ¿No se suponía que quien las olvidaba pasada la noche era él?
Favor que le hacía, no necesitaba saber más de una mujer como ella, tan quisquillosa, presuntuosa, tan…
Molesta.
Esa mota rosada revolvía su mundo en cada encuentro.
Se le había hecho tarde, imperdonable. A pesar de ser un evento que solo cumplía por compromiso no se permitiría a sí mismo quedar como un irresponsable ante sus socios. No había llegado a donde estaba tomando las cosas a la ligera.
-No son tuyas ¡Dámelas Konohamaru!-
-¿Por lo menos sabes usarlas? No es un juego de niñas tontas, apártate-
La niña cayó de bruces al suelo cuando el pequeño castaño le golpeó el hombro al salir corriendo hacia alguna de las habitaciones del hotel.
Aparentemente peleaban por algún juego electrónico notó aburrido.
Escuchó el repiqueteo de campanillas y se quedó tieso observando a la pequeña peli naranja llorando en el suelo. El sonido le había recordado algo, un destello fugaz tan espontaneo como ese extraño timbre.
Observó a la niña de unos cuatro años, se había puesto a llorar y no había nadie más que él en el living.
Torció la boca incómodo, tratar con infantes jamás fue lo suyo, Sasuke miró a su alrededor buscando alguna manera de salir de aquella situación.
Lo escuchó de nuevo, un tintineo.
La pequeña se había levantado y se frotaba los ojos con sus manos.
Cascabeles, eran cascabeles y estaban atados a su muñeca por un listón rosa.
¿Por qué le resultaba tan familiar aquella escena?
Un recuerdo sin rostro de algún pasado que prefería olvidado.
-¡Moegui-chan! ¿Qué haces aquí? ¿Por qué lloras cariño? - Una mujer que aparentemente había salido de la nada, se puso a su altura y le tomó el rostro con las manos. Tenía el gesto amable y una sonrisa dulce. Pensó que posiblemente era su madre y se sintió indiscreto al ser espectador de la escena, no perdió más tiempo y se apresuró al salón principal donde se celebraría la fiesta aniversario de la empresa de uno de sus socios.
No supo identificar lo que le produjo aquel simple sonido de cascabeles repiqueteando, pero definitivamente sintió que fue algo ya vivido alguna vez, ¿Cómo lo llamaban los supersticiosos?
Un...
Dejavù
Su teléfono lo sobresaltó y se sintió estúpido por la rapidez con la que había revisado el remitente.
-¿Qué quieres imbécil?-
-La princesa no está de humor esta noche...- Las risas del otro lado le provocaron migraña, colgó.
Cuando el teléfono volvió a sonar se replanteó la idea de apagarlo, el dobe de Naruto podía ser muy idiota pero nunca lo llamaba solo por llamar desde que se había conseguido novia.
-¡No vuelvas a colgarme Teme!- Bufó frustrado y rodó los ojos
¿Por qué carajos alguien como ese rubio escandaloso era su amigo? ¿En que estaba pensando?
Escuchó una risa nerviosa al otro lado de la línea que no le agrado nada.
-¿Puedes venir a buscarme?-
-¿En qué te metiste esta vez idiota? No soy tu niñera-
- ¡Teme! ¡Quieren violarme! ¡Veo manos por todas partes!¡No puedo faltarle a Hinata-chan!-
Se masajeo la sien y aparto el celular de su oído o se quedaría sordo. No lo mando al demonio solo porque le debía unos favores al pelirrubio y éste era lo suficiente mente quejica como para recordárselo.
-Donde-
Cuando se estacionó frente al conocido hotel recordó la invitación que había olvidado -o ignorado mejor dicho- aquella vez en la fiesta de socios organizado por las empresas Senju. No le apetecía para nada ir a la despedida de soltero de Madara Uchiha, mucho menos en su condición de "exiliado" de la familia. Entonces recordó un detalle que pudo haber estado obviando en todo aquello ¿La futura esposa de Madara no era familiar de Sakura? ahora que se ponía a asociar los apellidos se dio cuenta de que posiblemente si lo era. La mujer, cuyo nombre no se acordaba, tenía el mismo apellido que Sakura y solo había una familia Haruno con la que un hombre como Madara Uchiha tendría deseos de emparentarse.
Si su tío estaba teniendo su despedida de soltero, entonces su prometida también la podría estar teniendo en ese momento, Sakura tendría que estar allí y él podría por fin hablar con ella
Bajo del auto con una urgencia muy bien disimulada y se adentró al hotel donde se conocieron, tenían demasiadas cosas de que hablar.
Cuando se encontró a Deidara en el pasillo del living tratando de reconocer los números para tomar el ascensor totalmente tambaleante, se hizo a la idea de que Naruto posiblemente no estaba en diferentes condiciones cuando lo llamó.
Escuchó las risas del tipo rubio y su aliento alcohólico le golpeó el rostro cuando éste pareció reconocerlo y se acercó a él tomándolo desprevenido con un tosco abrazo. Lo hubiese lanzado al piso si sus palabras no lo hubieran dejado tan intrigado.
- Oi Itachi... E-esta es tu op-ortunidad de fu-garte con l-a novi-a, no que te gu-ustaba. Pro-onto será de-emasiado tarde-e- Apretó el botón del piso diez y siete con la curiosidad picándole la cabeza después de empujar al borracho amigo de su hermano. Por lo que sabía, estaban iniciando un proyecto en conjunto con otros amigos. Akatsuki, era ambicioso pero sostenible con la dirección adecuada, se había percatado desde el primer momento que supo de las intenciones de su hermano de desvincularse también de la empresa familiar. Con una media sonrisa de burla miró la cuidad de Tokio mientras ascendía.
Así que, entre otras cosas su perfecto hermano quería tirarse a la prometida de Madara...
Interesante
Alguien dijo edición…
He vuelto! (escucha abucheos, le tiran tomates. Acaso eso esa es la pantalla de una computadora? Corre a refugiarse)
Ok, volviendo al asunto. Como desde ahora me he propuesto escribir capítulos para mis fics con, como mínimo; 3000 palabras, reitero mínimo porque me gusta alcanzar las 6500 y cuanto me cuesta T.T Así que al unir los tres capis en uno descubro que era tan floja, que apenas llegaba a las 3000 palabras! Tres capis juntos! Bueno era el colmo hasta para mí, así que aquí llego de nuevo por estos lares, conti en mano y cambiando algunas cosas, espero para mejor.
Y por último quero agregar…
Lamento la tardanzaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa, lo siento T.T. no he tenido tiempo y cuando lo tenía no me venía que escribir.
Si alguien sigue pendiente de esta historia en algún recóndito lugar del mundo, amo a esa persona y espero que llueva chocolate sobre su casa; ok, eso no es tan bueno (¿
Perdón por la tardanza, enserio.
Bueno eso es todo.
Chiaooo!
