¡Hola amigos de Fanfiction!

Por fin, después de mucho tiempo (de hecho, varios años) de titubear, me he decidido a reeditar mi fanfic. Y ahora sí es en serio.

La intención que tengo es corregir y modificar de manera integral este texto. En su momento llegué a recibir críticas muy positivas por parte de los que llegaron a leer y a disfrutar esta historia, pero ya me conocen: soy un necio, y por más que me digan que está bien, yo no puedo evitar sentirme un tanto... inconforme con el resultado final.

Lo que hay que decir en torno a la trama del fanfic, es lo siguiente:

Esta es una historia post-Hades, es decir, comienza justo después del final de dicha saga (esta aclaración es pertinente, porque derrocharé algunos spoilers a lo largo del relato), centrada de manera particular en mi personaje predilecto, Ikki de Fénix, al que he elegido como protagonista de esta nueva saga de los Santos de Athena.

En términos de continuidad, insisto, esto es post-Hades y no toma en cuenta ninguno de los eventos sucedidos en el Tenkai-Hen Josso, por lo que dicha película no existe para mí, o por lo menos no existe en el momento de narrarles este universo alterno. De igual forma, tampoco tomo en consideración historias alternativas como Lost Canvas o Episodio G, ni sigo la línea de continuidad del manga Next Dimension. Aquí no hay un Seiya en silla de ruedas, tampoco un Touma, ángeles del Olimpo, una Artemisa ni un Apolo, ni Shijima de Virgo, ni Suikyo de Garuda... y si existen, les aseguro que lo hacen de una forma distinta a la que han sido presentados hasta ahora.

En términos de cronología, luego del reciente retcon que sufrió la historia (originalmente SS comenzaba e 1986, y ahora resulta que la historia comienza en 1990), he de admitirles que mi fanfic permanece sin cambios. Para mí, Saint Seiya comenzó en 1986 y esta historia (la de mi fanfic) comienza en 1991-1992, más o menos.

Finalmente, en lo concerniente a la remasterización de este texto, hago el aviso a los que ya me hicieron el favor de leerlo alguna vez, que en esta ocasión encontrarán varias diferencias con respecto al escrito original, y entre esas diferencias, puedo citar las siguientes:

-Corrección en errores tipográficos.

-Corrección en los diálogos. Dejé a un lado el formato de "guión" de televisión o de obra de teatro, para dar a lugar a un manejo mucho más adecuado.

-Corrección en la sintaxis.

-Corrección (no a conciencia, sólo una manita de gato) en ortografía.

-Pasajes renovados (con mayor extensión o con una disminución significativa de texto).

-Pasajes totalmente nuevos (pasajes que no se encontraban originalmente en el fanfic.

Pretendo publicar tres capítulos al mes, y de ser posible, publicar más todavía. En términos de la historia, les adelanto que mi intención es tratar de crear una continuidad con el universo de ls Crónicas Zodiacales de Pollux Dióscuros... ¿lo conseguiré? Entre el nesio y yo ya existe algo platicado hace muchos años, y todavía tendríamos que discutir el destino de un personaje vital para él y para mí, pero eso ya lo veremos con el tiempo. Por lo demás, no puedo revelarles más detalles, salvo que pueden esperar muchos momentos depresivos, desesperados, sumados a otros donde predominará la violencia y la sangre.

Espero que de verdad puedan brindarme una oportunidad, y que a lo largo de mis publicaciones disfruten su lectura, que no les parezca demasiado pesada (porque son capítulo muy largos), y que sientan plena libertad de hacerme preguntas, correcciones, señalamientos, no sé, todo lo que pudiera surgir en ustedes conforme vayan leyéndome.

De forma oportuna y correcta, aclaro que este fanfic lo escribo sólo por diversión, que no existe ninguna forma de lucro al publicarlo, y que todos los personajes (con la excepción de los que yo mismo he creado para esta historia) pertenecen a Masami Kurumada y a Toei Animation.

Creo que sería básicamente todo. Éste es el primer fanfic que escribí de Saint Seiya; ésta es mi visión de los personajes, y ojalá puedan compartirla. Les sugiero que lean los episodios como si se trataran de unas Ovas que están viendo animadas, que bajen las canciones que sugiero como openings y endings de los capítulos, que de ser posible se consigan algo de música de Saint Seiya para acompañar su lectura, y por último sólo me resta repetirles mi deseo: que esta historia sea de su agrado.

Cosmos de una Nueva Era

Prólogo

Desde la época del mito, el planeta Tierra ha sido el principal escenario de un odio de proporciones cósmicas; sus praderas, sus bosques, cada superficie de ese punto azul en medio de la nada ha servido como el campo de batalla de incontables guerras sagradas, diseñadas para conseguir pena y sufrimiento en el género humano. Los hilos siempre han sido sujetados por mentes ignominiosas, dueñas de un poder inconmensurable; entidades de gran perversidad que entre los hombres se identifican como "dioses"; seres que sólo existen para deleitarse con los derramamientos de sangre, el dolor y la muerte que forman parte de este incircunscripto juego macabro. Desde la época del mito, el hombre siempre ha sido el foco de atención de estas inteligencias de vileza inefable, sirviendo como el único peón en los conflictos provocados por sus crueles maquinaciones. Estos dioses son seres ambiciosos, malignos, que olvidaron la condición humana que gozaron o padecieron alguna vez y que, desde su pedestal de poder, existen únicamente por el regocijo que les produce la desgracia de los inocentes.

Súbitamente, deteniéndose un instante dentro del inexorable paso del tiempo, en un frenesí de rabia y codicia, estos dioses llevaron el juego más allá de las fronteras establecidas por ellos mismos; buscaron consolidar su superioridad y su lugar en el universo, persiguiendo con afán el dominio absoluto o la destrucción total del ser humano. Desde ese entonces se ha pactado una guerra inmortal contra el hombre, una guerra sin cuartel, sin tregua, donde todos los dioses han decidido formar un frente común; todos y cada uno de ellos, con la excepción de un alma repleta de luz: Athena.

De todos estos seres de poder inigualable, solamente Athena, la Diosa de la Sabiduría y de las Guerras Justas, se apartó del ideal que contemplaba el dominio del planeta Tierra y de todos sus habitantes, tomando de inmediato un lugar activo en el conflicto, no como aliada de estos dioses, sus iguales, sino como su enemiga, oponiéndose absolutamente a ellos sin importar las consecuencias. Esta diosa benigna, esta Athena, junto a un grupo de jóvenes valientes conocidos como los Santos, se atrevieron a cruzar los límites, a transformarse en rebeldes, a hacer de sí mismos caudillos de la libertad, mostrando resistencia heroica y total ante las fuerzas hostiles los dioses. Sólo ellos, Athena y sus Santos, se han proclamado defensores mártires de la humanidad, luchadores incansables que buscan conquistar la paz para el mundo entero; guerreros comprometidos con la protección del futuro y las esperanzas de los seres humanos, aun a costa de sus propias vidas.

En esta Era, la última Guerra Sagrada tuvo lugar en la dimensión conocida como Elysion. El conflicto bélico entre humanos y dioses, había llegado a su fin. Athena y sus fieles Santos lucharon por vez última para garantizar la salvación del planeta Tierra y del hombre. El último enemigo, el dios más vil y poderoso, el peor de todos, había muerto finalmente...

Año 1986 - Elysion.

Lágrimas, sangre, furia, resignación… una vorágine de emociones se había desatado en el último escenario del drama cósmico protagonizado por Athena y Hades, dos piezas antagónicas dentro del tablero de juego de los dioses. Athena y Hades. Hades y Athena. Dos personajes que tenían que cumplir con un rol determinado; un invasor y una defensora; dos enemigos que sostuvieron una rivalidad encarnizada que consiguió superar los extremos entre la vida y la muerte: entre el espacio y el tiempo. Pero el enfrentamiento tendría un desenlace definitivo.. En la región dimensional conocida como Elysion, después de tantos milenios de guerra y dolor, el drama cósmico había llegado a su fin.

A unos instantes de haber obtenido la victoria en la guerra más cruel jamás peleada por los nobles Santos de Athena, la derrota definitiva de Hades, el Dios del Mundo de los Muertos, cobró un precio muy elevado a cambio de la muerte tan vicioso y malvado enemigo. Los Santos de Athena tuvieron que hacer un sacrificio más y pagar con sangre; el costo fue la muerte de uno de los mayores héroes que la Tierra haya conocido: Seiya de Pegaso.

El cuerpo inmóvil del Santo de Pegaso, después de tan heroica y lamentable muerte, irradiaba, todavía, un cosmos lleno de brillo, amor y esperanza; un brillo cargado de un resplandeciente e inigualable fulgor dorado, tan potente como el Sol.

Compartiendo un silencio doloroso, los cuatro Santos sobrevivientes, en la cúspide de aquella triste gloria y con sus armaduras hechas pedazos, rodearon a su Diosa que, desconsolada, no dejaba de mirar el cuerpo del valiente Seiya; el hombre al que amaba en secreto.

Athena, quien en la Tierra fue conocida como Saori Kido, observó con tristeza y desconsuelo el cadáver de su soldado, tratando de comprender por qué a pesar de haber salvado de la destrucción a la humanidad y de saberse a sí misma vencedora en una guerra eterna, no podía dejar de sentirse derrotada y humillada; vencida al soportar en sus brazos el cuerpo exánime de su heroico guerrero. Abatida, pero con gran determinación, Athena logró crear un campo de energía impenetrable alrededor de ella y del cuerpo inanimado del noble Santo de Pegaso, lista para emprender un viaje del que no volvería a ser vista…

Los cuatro Santos de Bronce, estupefactos por la belleza del cosmos de la diosa, observaron este acto de amor recibiendo una última orden por parte de Athena...

Váyanse de aquí, mis jóvenes Santos... lo mejor es que ustedes regresen a un mundo de luz…