Hola mis queridos lectores, la he liado al subirlo y me he dado cuenta tarde, así que aquellos que siguen tooodo lo que subo, mil gracias y lo siento, tengo muchos tics a medias y proyectos, pero este me tenía la cabeza a punto de explotar, así que aquí os lo dejo y a ver que os parece.

Al fin he terminado los trimestrales y a pesar de los mil trabajos, sigo algo linda pero pude escribir algo medio decente, se que llego tarde, pero espero que os guste, a partir de ahora intentaré subir los cap más seguidos ^^

Una vez que he dado las explicaciones...,buenos días, tardes, noches o madrugadas si lees, escribes o estudias a mis horas ;), aquí os traigo la primera parte de una historia nueva, la primera de la liga yaoi que escribo, espero no decepcionaros, se la dedico tanto si os gusta como no a mi hermana, que cree que se escribir con lo torpe que soy TT

Disclaimer: Los personajes de ésta trama no me pertenecen, sino los habría puesto juntos y habría metido algo más de salseo entre ellos, son propiedad de Yütsei Matsui.

CAP 1: FRÍO

Madrugar nunca hacía sido su fuerte, mejor dicho lo odiaba, más aún en invierno, sobre todo teniendo en cuenta el frío, lo que tenía que caminar, las pocas horas de sueño que era capaz de tener y el echo de que se le hacía prácticamente imposible desayunar nada tan pronto.

Se revolvió un poco más entre la sábanas y miró el reloj, 5:45, se maldijo internamente por no ser ni siquiera capaz de sentarse encima de la cama, pero si no se daba prisa llegaría tarde y a saber lo que esa mujer le haría a su hijo si lo encontraba de buena mañana esperándolo precisamente a él en el portal. Se terminó de desperezar, se fue directo a la ducha y tras pelearse un par de minutos con la temperatura del agua salió se vistió, cogió su uniforme y se fue de casa, no sin antes comprobar que todo estuviera en orden y cerrado.

Odiaba el frío, era una de las cosas que tenía claras en la vida, te tenías que poner ropa de mas sino querías morir de hipotermia y la ropa de más obligaba a tener una menor movilidad para el combate, todo era desventajas, miro de nuevo el reloj, eran casi las 6:15, para esa hora debía de estar como mínimo en el portal del peliazul, suspiró y echo a correr, con algo de suerte llegaría antes de que su madre bajase y los pillara, esa mujer era digna de temer, estaba seguro de que podrían encerrarla en un centro psiquiátrico, pero no se le ocurriría decírselo a él, era un tema demasiado delicado.

-¿Llego demasiado tarde?,_le preguntó al verlo sentado en las escaleras del edificio, enseguida se puso en pie y negó con una sonrisa.

-¿Enserio vas a madrugar tanto todos los días?,_le preguntó de golpe al contrario.

-Nagisa, es invierno, hace frío y pareces una chica, seguro que intentan secuestrarte si te vas tan temprano tú solo,_le contestó con algo de burla consiguiendo que se sonrojase, aunque en el fondo sabía que había metido un poco el dedo en la herida.

-No me pasaría nada,_apenas murmuró, aferrándose a la mochila y siguiendo de cerca los pasos de aquel pelirrojo, Karma era muchas cosas, pero nunca era cruel en exceso, al menos con él y lo demostraba haciendo eso todos los días, levantándose casi una hora antes para acompañarlo, para ayudarlo a escapar de ese infierno al que llamaba casa.

-Lo sé, pero así estoy más seguro de que no te pase,_le sonrió con esa sonrisa ladina de siempre, acercándolo algo más a él,_enserio que odio el maldito invierno,_se quejó en voz alta.

-Nunca te ha gustado el frío, ¿verdad?,_le preguntó con una gota en la cabeza, a veces Karma parecía un niño pequeño, aunque no tenía nada de inocente.

-No, no le veo nada de divertido, además los del tiempo dicen que va a caer una buena tormenta de nieve y no dicen cuando, como se vaya la luz y todo igual que el año pasado será un auténtico tostón,_le contaba decaído.

-Karma, ¿tú vives sólo?,_le preguntó, era una pregunta estúpida, él mismo había estado varias veces en su casa, lo sabía de sobra, sus padres viajaban siempre por su trabajo y él se quedaba siempre solo en casa, no era algo que le importase demasiado, pero a él no le gustaba pensar que al pelirrojo podía pasarle cualquier cosa.

-Claro, además mi madre ahora mismo está atrapada por los temporales no se ni en que ciudad y mi padre esta de reuniones importantes en la otra punta del mundo, no creo que les apetezca venir a quedarse encerrados en una tormenta de nieve,_le confesó divertido,_¿tú estarás bien con tu madre?,_le preguntó abiertamente, no era una persona que fuese con rodeos, nunca lo había sido.

-Claro, ha cambiado un poco, así que estaré bien, no te preocupes, ¿tú estarás bien solo?,_le preguntó y se podía leer a kilómetros la preocupación en sus ojos azules, no sabía exactamente cuando, pero el pelirrojo se había convertido en alguien muy importante en su vida, además de que estar cerca de él le provocaba una serie de sensaciones que desconocía, pero que le agradaban, era como si con él todo fuera mejor.

-Si, no te preocupes, tengo comida como para un mes y una bomba eléctrica de esas, así que no me moriré de frío, solo de aburrimiento,_le confesó mientras entraban a la estación.

-No se como te lo puedes tomar tan a la ligera, si te pasa cualquier cosa, al menos avísame,_le pidió y el chico de ojos miel asintió para que el más bajo se quedase tranquilo.

El trayecto fue más corto de lo que esperaban, tan solo les quedaba subir la dichosa montaña, era más temprano de lo que pensaron en un primer momento, pero eso no les importó demasiado, no quedaban más opciones, así que tan sólo se dispusieron a caminar, cada uno dentro de sus propios pensamientos, hasta que el móvil del peliazul sonó, asustándolo al punto de casi resbalar sino fuera por los reflejos de su acompañante.

-¿Quién te llama a estas horas?, Nagisa, ¿estás saliendo con alguien?,_le preguntó con cierta picardía sonrojándolo, pero por algún motivo no le habría gustado que le contestase que si y habría odiado a la supuesta "pareja" de existir.

-Cla-claro que no, es mi madre, habrá pasado algo,_dijo algo asustado.

-Cógelo o será peor,_lo animo pasándole el brazo por encima de los hombros y dándole el valor que necesitaba.

-Buenos días mama, ¿pasa algo?,_preguntó con algo de miedo y noto como cierto pelirrojo lo atraía más para reconfortarlo.

-Buenos días mi niño, verás ha habido un problema en el trabajo y tengo que coger un avión, tú padre está fuera, sé que estás acostumbrado a quedarte solo, pero ahora viene un temporal de frío horrible, así que no se si podré volver dentro de los tres días que tengo previsto estar fuera, si quieres puedes traer a algún amigo a casa o irte a casa de algún amigo, se que no suelo ser tan permisiva, pero, creo que es mejor que te sientas más seguro con alguien más, me encontré con tu profesor y me recomendó darte un voto de confianza, ¿me prometes que estarías bien?,_le preguntó algo desesperada.

-Si mamá, no te preocupes, seguro que sólo serán tres días, nos veremos pronto, no me meteré en problemas, tranquila, suerte con el trabajo,_le dijo y se despidió de ella.

-Nagisa, estas pálido, ¿todo va bien?,_le preguntó algo asustado el más alto, en busca de alguna señal.

-S-si, todo va bien, es sólo, que es la primera vez que confía así en mi,_le contestó con una sonrisa.

-Sabes que sigo sin entenderte, ¿verdad?,_le contestó con una gota en la cabeza, consiguiendo que se sonrojase.

-Te lo explicaré luego,_le contestó consiguiendo picar la curiosidad del otro.

-Oye eso no es justo, venga, dímelo ya,_insistió pero el peliazul negó con la cabeza,_¿por qué eres así?, te propongo una cosa, una carreca, si gano me lo cuentas, sino dejaré que me tortures hasta que te venga en gana con no decirme nada, ¿trato?,_intentó convencerlo.

-No voy a picar Karma, ten algo de paciencia, no te matará, además no es nada malo,_le aseguró, aunque lo que realmente pasaba es que tenía que reunir el valor suficiente como para preguntarle, preguntarle si quería quedarse con él en su casa esos días de frío.

-Está bien, tú ganas, pero más te vale que sea bueno,_le sonrió pícaro para seguir hablando de cualquier cosa mientras un pulpo de color rosa en ese instante los veía escondido con una sonrisa, con su desarrollado oído había podido percibir toda la información, además de que había notado como la amistad de esos dos se estaba volviendo algo mucho más fuerte y profundo, aunque ellos aún ni siquiera se habían dado cuenta.

Las horas de clase eran un coñazo y desde que el "pulpo", como Karma a veces lo llamaba, había decidido potenciar sus puntos fuertes y mejorar los débiles se pasaba la hora de matemáticas haciendo problemas cada vez más y más dificiles, la mayoría de los cuales tenían una fórmula como solución, distintas soluciones o ninguna y sólo conseguían quebrarle la cabeza.

-Karma, ¿lo ves o no?,_le preguntaba con su cara amarilla a rayas verdes.

-Si lo veo, ya te lo he dicho, además me has dado un número mal, ¿cómo quieres que lo resuelva?,_le preguntaba ya desesperado.

-Karma, fíjate bien, espera déjame ver, anda, es verdad, perdona te di un número mal, pero si lo haces así, tienes razón no tiene sentido está mal el número,_dijo mostrando un circulo en su cara mientras que Akabane se dedicaba a dispararle.

-Es todo un caso a veces, Karma-kun lo va a terminar matándolo,_comentaba Nakamura que le disparaba desde detrás apoyando a Karma, a ella le ponía traducciones y frases complejas de ingles.

-Bueno, se pasa con él siempre en mates,_la apoyaba Kayano.

-Os tengo dicho que nada de disparar en clase,_les regaño al ver que el número de tiradores aumentaba, justo en ese momento sonó la campana y dejaron de lanzar balas, total, tendrían que barrerlas todas y no serviría de nada.

Última hora clase de gimnasia, o mejor dicho, de entrenamiento especial, primero corrieron 10 vueltas al patio y luego, al igual que en las anteriores veces se dividieron en equipos para enfrentarse entre ellos, como de costumbre tenían que ir con un compañero y ya lo tenían pactado desde hace tiempo, así que siempre se ponían juntos.

-Karma-kun, esta vez yo soy la que dirige, ¿alguna sugerencia?,_le preguntaba la rubia.

-Tengo varias,_sonrió sádicamente, mientras le susurraba algunas cosas a la rubia.

-Esos dos dan miedo juntos, ¿verdad, Nagisa-kun?,_le preguntaba una alegre peliverde que se alegraba de estar en el mismo equipo que él, pero fue completamente ignorada.

El peliazul estaba ensimismado en otra cosa, ya que por algún motivo, le molestaba infinitamente que su Karma estuviera tan cerca de cierta rubia, un momento, SU Karma, ¿desde cuando Karma era suyo?, es decir, eran amigos, ¿no?

-Nagisa-kun, ¿pasa algo?,_preguntó algo preocupada.

-N-no, nada, no te preocupes,_dijo algo sonrojado y alzando las manos, pero ese sonrojo dirigido a lo que creía otra persona no fue pasado por alto por cierto pelirrojo, que lo miraba algo molesto con el ceño fruncido, pero, ¿por qué le molestaba tanto?

-Llamando tierra al rey del mal, concéntrate Karma-kun, ¿qué te ha mosqueado tanto?,_preguntó la rubia fingiendo inocencia,_eres un lento para ciertas cosas, aunque no eres el único, tú pecas de idiota y él de inocete,_le susurró Nakamura con cierta maldad.

-No te pases, no sabes lo que pasa por mi cabeza,_le dijo restándole importancia al asunto.

-Ya, ya, claro, claro, bueno, venid todos que os explique el plan,_les pidió la rubia con una sonrisa que infundía dolor y desesperación.

Tras repartir las tareas cada uno ocupó su lugar, Karma hacía de pareja con Nagisa, cosa que no le ayudaba en ese preciso momento a centrarse y contestar, no entendía del todo las palabras de Rio, pero algo le decía que podrían resolver algo que llevaba tiempo atormentándolo, y tener la presencia de su enigma con él no le ayudaba.

-Karma, ¿te pasa algo?,_le preguntó en voz baja, pero el más alto negó con la cabeza y casi que lo ignoró.

-Mantente en tu posición y no te muevas._le contestó más frío que de costumbre, consiguiendo que al más bajo se le estrujase su diminuto corazón, así que simplemente obedeció, se subió al árbol y aguanto su posición, aguardando al enemigo, mientras Karma entre los matorrales lo defendería.

Llevaban apenas 10 minutos cuando iniciaron el tiroteo, ya habían caído varios del otro grupo bajo sus manos, tal y como los definía Koro-sensei, juntos se podían considerar un arma letal, juntos y concentrados, no cada uno enfrascado en lo suyo, por suerte ninguno de los dos sufrió la baja. Por fin se escucho la alarma que daba fin a la disputa de ambas partes.

-Oye Nakamura, es imposible pasar si colocas a esos dos juntos en cualquier parte,_se quejaba Terasaka.

-Si fueres más abierto de miras te lo habrías esperado, no me vengas con tus llantos ahora, hemos ganado y punto,_le hacía de rabiar la rubia.

-Ya se ha terminado,_apenas susurró el peliazul, hacía un rato que había sonado la campana, pero seguía encima del árbol, apenas había escuchado los gritos del resto celebrando o lamentándose.

-¿Vas a bajar o no?,_le preguntó Karma, no entendía nada, esa maldita lo había hecho pensar de más y no conseguía sacar nada en claro.

-V-voy, perdona, me he distraído,_se disculpó, pero la voz tan fría de Karma lo estaba empezando a lastimar de más y mientras estaba pensando en todos los motivos por los que podría hablarle así resvalo, cerró los ojos para sentir un impacto que nunca llego.

-Hoy estas muy distraído,_le dijo Karma, que había terminado en el suelo con el encima,_¿te he dicho ya que odio el invierno?,_le pregunto con una mueca de dolor.

-Un par de veces, ¿estás bien?,_le preguntó, pero entonces lo vio y todo su mundo perdió el sentido por un segundo,_¡Karma, estás sangrando!,_gritó asustado sentando al pelirrojo para revisar la herida.

-Nagisa cálmate, no es nada, me lo hice antes,_lo intentó relajar, era cierto, se distrajo al disparar desde su posición, resbalo y se clavo una rama, eso había pasado un poco antes de que sonase la sirena.

-¿Cómo que no es nada?, quieto deja que te lo vea,_le insistió, seguía sentado sobre el pelirrojo, pero estaba tan asustado que no le dio importancia.

-Te estoy diciendo que no es nada,_suspiró cansado,_la sangre es muy escandalosa, ves, es un rasguño,_le dijo mientras le dejaba revisar el brazo a su voluntad.

-De rasguño nada, por lo menos habrá que darle un par de puntos,_le regaño el más bajo,_venga, vamos a la enfermería.

-¿Qué más te da?,_le contestó algo frío.

-Mira, nose que te pasa ahora conmigo, pero me da igual que tenga que pelearme contigo a golpes, vas a ir a la enfermería, si o si,_le dijo serio, cambiando su mirada incluso.

-¿Enserio?, ¿a golpes?, ¿no has pensado en como te dejaría?, porque no te bastaría con la enfermería, irías derechito al hospital,_había varias cosas que no toleraba, una de ellas eran las amenazas, normalmente al ser él simplemente bromearía, pero había puesto esa mirada así que iba en serio.

-Me da igual,_dijo convencido se había puesto de pie y el demonio lo imitó, no quería atacar a Karma, mejor dicho no podía, pero entonces recordaba como le susurraba cosas a la rubia y no podía contenerse, ¿por qué a ella y no a él?, ¿por qué le importaba tanto?

-No te dará igual dentro de unos segundos,_decía, no tenía en si grandes motivos para pelearse con él, pero el mero echo de imaginárselo a solas con la peliverde, sonrojado ante alguien que no era él, lo carcomía por dentro y no podía pensar con claridad.

Se iban a acercar peligrosamente cuando el más bajo se engancho con una de las raíces del árbol y termino en el suelo, encogido de dolor y sujetándose el tobillo.

-¡Mierda!, ¿estás bien?,_en ese momento lo vio claro, solo era capaz de proteger a Nagisa, de cuidarlo, de intentar que estuviera bien, quizás, solo quizás, le gustaba un poco, necesitaba salir de dudas y con el huracán de emociones que tenía en su cabeza el era imposible, así que se centro en lo más sencillo, en atender a su amigo, más tarde se calentaría la cabeza.

-Duele, Karma,_los ojos que antes habrían hecho que cualquiera temblaba ahora tenían acumuladas unas lágrimas cristalinas.

-Mira que eres idiota, ¿a quién se le ocurre no mirar donde pisa?,_le ayudo a ponerse en pie,_¿puedes caminar?

-Cr-creo que si,_contestó algo sonrojado por la cercanía del chico, aprovechando para estudiar todas sus reacciones,_¿por qué tú puedes mirarme las heridas y yo no?,_le preguntó hinchando las mejillas en señal de desacuerdo.

-Porque Nakamura-san te dejo a mi cargo y no al revés,_le contestó con poca lógica y con simpleza, metiendo a la rubia, cosa que lo molesto.

-Pues no hace falta que sigas las órdenes de nadie,_eso le había dolido, que lo cuidase sólo por el deber.

-No las sigo, ya ha sonado la señal, la "guerra" ha terminado,_le contestó, era la única forma de no atragantarse con su orgullo, ¿por qué Shiota era tan lento?

-Y-ya veo,_contestó con algo de timidez, empezando a andar con algo de dificultad junto a Karma.

-¿Prefieres que te atienda otro?,_le pregunto, pero rápidamente el peliazul negó y se aferró algo más a él,_vale, vale, no tienes que partirme el brazo,_se quejó un poco al notar la tensión de la presión cerca de su herida.

-L-lo siento mucho Karma,_se disculpó.

-No pasa nada, así no vamos a llegar nunca, además si sigues andando con el pie así vas a empeorar la lesión,_sonrió picaro consiguiendo que el ojiazul temiera por su integridad física.

-Karma, ¿qué vas a hacer?,_preguntó con un hilo de voz.

-Nada malo, solo sujétate fuerte,_le susurro, acto seguido lo cargo sobre su espalda y salió disparado a toda velocidad montaña abajo.

-Se te va a abrir la herida, puedo andar, Karma, quédate quieto,_se quejaba sin soltarse, Akabane podía ser realmente ágil y rápido, sobre todo en barrancos y precipicios.

-Venga ya hemos llegado, abre los ojos, ni que fuese a dejar que te cayeses,_le sonrío ayudándole a bajar.

-¿Pero que rayos os ha pasado a vosotros dos?,_preguntó una algo preocupada Rio.

-La guerra es dura,_contestó el pelirrojo ignorando la pedida incipiente de explicaciones.

-¿Te ataco o algo?,_le pregunto con disimulo la peliverde a Nagisa.

-Claro que no, al contrario, sino fuera por él habría acabado incluso peor,_le contestó algo molesto, siempre tenían que verlo como alguien violento o malvado, pero él sabía perfectamente que Karma no era así, no siempre, pero ganarse su amistad era algo bastante complejo y agradecía tenerlo como amigo, aunque, algo dentro de él le decía que no era eso lo que realmente quería, quizás, hacía tiempo que veía a Karma como algo más y ahora empezaba a darse cuenta.

-Venga Nagisa, tu también a la enfermería, sois mi responsabilidad, ¿qué es lo que ha pasado?, el idiota de Karma no me dice nada,_le exigía respuestas la rubia, mientras lo ayudaba a caminar.

-Si no te las da él yo tampoco, lo último que necesitamos es que se altere y no deje ni que le echemos un vistazo en esa herida, es muy escurridizo cuando quiere,_le advirtió Nagisa.

-Sois igual de desesperantes y mira que sois diferentes,_se rindió Nakamura dejándolos a los dos con su profesor en la enfermería y que él se encargase de ellos.

-¿Algo que confesar?,_les preguntó antes de revisarlos.

-Si, odio el invierno y los árboles en invierno,_recalcó Karma, consiguiendo que su profesor se pusiera rosa,_¿Y ahora que le pasa?,_preguntó desesperado.

-No lo sé, Koro-sensei, ¿se encuentra bien?,_le preguntó con cierta duda, ambos sabían porque ponía esa cara, obviamente no tenían ni idea de que los había estado vigilando.

-Nada, nada, a ver vamos a curar esas heridas, os llevaré a casa si queréis, es importante que aprendas a limpiarte la herida Karma, te la tendrás que limpiar tu solo todos los días,_Karma asentía de mala gana, aunque se fijaba en todo,_y tú Nagisa afloja el vendaje por las noches y algo más tenso por el día, ponte hielo, ¿sabes como hacer el vendaje?,_le preguntó a lo que el peliazul asintió.

-Ves, no necesitaba puntos,_le dijo nada mas salir el pelirrojo sacándole la lengua.

-Eres un caso perdido,_le contestó con una gota en la cabeza,_Karma, ¿puedo proponerte algo?,_pregunto con cierta timidez.

-Te voy a acompañar a casa y no, no entraré para que tu madre no se entere y así no me ejecute,_sonrió ayudándolo a andar y llevando las cosas de ambos.

-En realidad no está, me quedaré solo unos días,_le confesó con algo de timidez.

-¿Vas a quedarte tú solo en ese estado?, pero si apenas puedes caminar,_lo miraba preocupado, no podía permitir que estuviera solo, él estaba acostumbrado a estar solo y herido, pero Nagisa nunca se metía en líos.

-N-no te preocupes, estaré bien,_le dijo algo sonrojado, no era capaz, no podía pedirselo, aunque quisiera, le gustaría estar con él, pero hacía un rato casi llegaban a las manos.

-Venga ya, antes me he pasado un poco, estaba pensando en demasiadas cosas, lo pague todo contigo y has terminado así, déjame al menos compensarte, además, me debes una explicación, ¿no?,_le recordó con su sonrisa gatuna, Nagisa asintió y le explico los permisos que le había dado su madre.

-Así q-que puedes quedarte en casa si q-quieres,_le dijo completamente rojo el peliazul y con el corazón a mil por hora, no entendía porque, pero estaba seguro de que se le iba a salir del pecho.

-Te dije que te quería compensar, no tenerte de criado, ha bajado la temperatura, si nos damos prisa podemos pasarnos por tu casa, necesitaras algo de ropa, ¿no?,_le preguntó mientras lo cargaba en brazos.

-K-Karma vas a empeorar tu herida, quédate quieto,_le medio suplicó, pero sabía que no iba a servir de absolutamente nada.

-Tranquilo, no es tan grave, ya te lo ha dicho el pulpo,_le sonrío, mientras lo aseguraba bien a la espalda.

Con una sonrisa ambos iban en el tren, apenas habían tenido tiempo ni de ducharse ni de cambiarse, por suerte a esas horas la estación estaba vacía y nadie sospecharía de ellos, una vez en la casa del peliazul le ayudó a hacer la maleta, ropa, zapatos y abrigos, muchos abrigos, porque hacía un frío horroroso.

-¿Ya está todo?,_le preguntó su acompañante, nunca había estado en su casa, así que había curioseado un poco, sobre todo por el cuarto de su invitado, era divertido verlo abrir y cerrar todos sus cajones y armarios en busca de ropa que considerase adecuada para estar con él.

-Si, ya esta todo, o eso creo,_le dijo mientras se movía cojeando de un sitio a otro.

-Venga, tendré que cargar contigo, mi casa esta algo lejos, ¿prefieres el metro o los brazos?,_le preguntó alzando los hombros.

-Dirás el brazo, así que mejor el metro, tenemos bono mensual de todas formas,_le recordó, aunque tuvo muy claro que no iba a cargar con sus cosas, era algo que el pelirrojo dejo claro desde el principio.

Tras otro paseo en su transporte habitual y unas cuantas vueltas más llegaron a la casa del pelirrojo, el frío ya empezaba a calar los huesos y el cielo anunciaba que empezaría a nevar de un momento a otro, Karma abrió la puerta y lo hizo pasar, siempre le había intimidado estar en el barrio del pelirrojo, todos eran familias adineradas, acomodadas y en sí la gran mayoría o eran ricos o le faltaba poco, solo había una cosa que le llamo la atención, cada vez que el llegaba a casa informaba por si estaba su madre, sin embargo esa costumbre no la tenía el dueño de esa casa.

-Voy a preparar el baño y a buscar las vendas, ponte cómodo,_le indicó con una sonrisa mientras subía las cosas de su invitado y las propias a su habitación.

Asintió y se dispuso a entrar en el salón, había cambiado un poco la decoración y los muebles, pero en sí era como recordaba, se detuvo a observar las fotos sobre la chimenea, eso era nuevo, seguro que era cosa de su madre, nunca la había conocido pero Karma le hablaba de ella alguna que otra vez, no pudo evitar sonreír, había fotos de todo, de los tres como familia, de sus padres y de Karma de pequeño, se veía muy adorable, pero sin embargo sus ojos tenían esa chispa nada inocente.

-¿Te entretienes?,_le preguntó con una sonrisa divertida.

-L-lo siento, no debería de..,_le puso un dedo en la boca indicándole silencio.

-No pasa nada, si las dejo ahi es porque no me importa, mi madre compro los marcos y los llenó de las fotos que más le gustaban, lo mejor es que siempre lleva un album con una estas mismas fotos,_le contó divertido.

-Tu familia esta muy unida, ¿no?,_le preguntó con una sonrisa algo triste y la mirada perdida.

-Bueno, supongo que si, tenemos nuestras peleas y la distancia a veces no ayuda, pero estamos bien, la última bronca fue hace un par de semanas, así que ahora están con el bajón los dos, pero en unos días estarán juntos,_le indicó mientras se quitaba el abrigo y subía un poco la calefacción.

-No los ves mucho, ¿verdad?,_le preguntó aunque se arrepintió en el acto.

-La verdad es que no, pero bueno, tampoco hago esfuerzos por verlos, soy muy cabezota en ese aspecto, no me hace gracia la idea de mudarme cada dos por tres, en cuanto me dejaron vivir solo fue lo mejor, no me gustaba estar de un lado a otro todo el rato, así que, decidí quedarme aquí,_le contó con una sonrisa que escondía algo que no supo descifrar, pero que nunca había visto en la expresión del pelirrojo.

-Supongo que tiene que ser duro,_apenas susurro el peliazul.

-Bueno, no tanto como lo tuyo, unos porque están y otros porque faltan,_suspiró el pelirrojo para echárselo al hombro y subir a la planta de arriba.

-K-Karma, ¿qué haces?,_preguntó mientras se sonrojaba completamente.

-No puedes andar, menos subir escaleras, mientras te has entretenido aquí abajo he preparado el baño, ¿vas a ponerte el pijama o ropa directamente?,_le preguntó mientras lo arrastraba prácticamente a su habitación, estaba tan ordenada como de costumbre, aunque cualquier pensase que sería un desastre, realmente el chico de mirada miel era increíble.

Reviso sus cosas y opto por su pijama, el pelirrojo hizo lo mismo, le ayudo a ir al baño y con el vendaje, le iba a preguntar como era posible que tuviera un kit tan amplio de primeros auxilios, pero conociéndolo lo raro sería que no tuviese nada.

-¿Me vas a dejar revisar eso?,_le preguntó con cierta duda.

-Está bien,_cedió ante la mirada preocupada que tenía enfrente, suspiro y se quitó la camisa sentándose al lado del peliazul, le dejo quitar la venda y revisar la herida, no tenía mala pinta, apenas le rozó para deshacerse de una de las tiras que debía quitar y el pelirrojo se sobresalto.

-Perdona, ¿te hice daño?,_preguntó algo preocupado, lo último que necesitaba era empeorar aún el estado del brazo de su querido demonio.

-No te preocupes, no esperaba que fueras a quitarlas, hazlo de golpe Nagisa, sino duele más,_le recomendó sacándole la lengua.

-Estás demasiado acostumbrado, deberías de dejar de meterte en tantos líos,_le dijo con una gota en la cabeza obedeciendo y quitando las seis tiras, si seis, porque el chico que le gustaba, porque así es como había decidido definirlo hacía varias horas, pero verlo sin camisa no le ayudaba a seguir viéndolo como un simple amigo.

-Venga, no me eches la bronca, sabes que no tengo remedio, además, estoy mejorando, y no te olvides, ahora estás bajo mi cargo, ¿no te fías de mi?,_le pregunto con una sonrisa ladina.

-S-si confio en ti,_pero verlo medio desnudo no ayudaba precisamente y ya empezaba a notar toda su sangre en sus mejillas, lo observo por un segundo lo miraba divertido, Karma terminaría haciéndole daño, al menos estar pensando en él de esa forma.

-Te vas a desnudar o tengo que hacerlo yo, no te dará vergüenza a estas alturas, ¿no?,_le preguntó con cierta maldad, pero la verdad era muy distinta, o se quitaba la ropa y lo dejaba verlo o se la arrancaba el, no le iba a dar más opciones, además no estaba muy seguro de si era sano pensar así de un amigo, aunque estaba seguro de algo, para él sería a partir de ese momento ver a Nagisa como un amigo.

-Espera, espera, ya voy,_le dijo todo lo rápido que pudo mientras maniobraba, se soltó el pelo y fue ayudado por Karma a entrar en el baño.

-Eso es, con mucho cuidado, no te resbales,_le indicaba el pelirrojo sujetándolo con cuidado, Nagisa obedecía asentía y se preguntaba como de rojo estaría en ese momento.

Tomo asiento en una de las tantas zonas que tenía el baño, era enorme, solo de pensar en lo difícil que seria limpiarlo le dio algo, no sabía como se las apañaba para llevar entrenamientos, estudios y el mantenimiento de una casa así de grande el solo, incluyendo la compra y preparación de toda la comida que tomaba.

-¿Fría o caliente?,_le preguntó ofreciéndole una de las cinco alcachofas.

-A medias,_le contestó, mientras lo venía ir de un lado para otro, cogiendo y dejando cosas.

-Jabón, champú y esta cosa nose lo que es pero la usa mi madre para los enredos, ¿te sirve?,_le preguntó con la ceja alzada dejando los botes al lado del chico de ojos azules, trasteando el agua hasta que la temperatura era la que creía adecuada y cogiendo otra,_Nagisa, no te asustes,_le indico antes de mojar su brazo herido del que obviamente brotó sangre alegremente.

-K-Karma, pero ten cuidado, no seas así, hombre, espera al menos que te ayude, te vas a desangrar,_le dijo intentando incorporarse pero el otro fue más rápido.

-La hemorragia se cortará rápido, tranquilo, entretente en ducharte,_le indicó,_¿te apetece algo especial de cena?, ¿alguna alergia?

-¿Vas a cocinar tu?,_le pregunto con algo de duda mientras obedecía a toda prisa, cuanto antes terminasen antes saldrían y aunque ver el cuerpo del contrario no era algo que le desagradase, si le podía hacer perder la cabeza, además de eso, no era bueno perder tanta sangre, y aunque podía tacharlo de exagerado es lo que había.

-Claro, ¿no te fías?, llevo años haciéndolo, y cocino bien, sino me moriría de hambre,_le confesó con una sonrisa mientras se enjuagaba.

-¿Necesitas algo más?,_le dijo mientras le trasteaba el pie,_se está empezando a poner algo morado, ¿te duele?,_le preguntó, si quería conseguir que se muriera de vergüenza iba bien, la imagen de Karma de rodillas delante de él y con esa cara de preocupación no ayudaban a que lo viera como algo más que un amigo.

-No te preocupes, ¿estás ya?, si quieres puedo llenar la bañera,_le dijo con una sonrisa.

-Prefiero que dejes de sangrar de una vez, ya he terminado,_le respondió poniéndose en pie y caminando medio cojo, lo cogió de la mano y lo arrastró esta vez a él.

-Mejor te ayudo yo a ti, te puedes resbalar,_dijo con una sonrisa, pero tras ser atravesado con una mirada de esas que no prometían nada bueno rió y se dejo hacer.

Se medio secó como pudo y empezó a examinar el brazo de su querido pelirrojo, por suerte la hemorragia se paro rápido tal y como le había dicho, aún así utilizó todas las cosas a su alcance para curarlo.

-Te vas a resfriar,_le regañó colocándole una toalla sobre la cabeza con su brazo libre,_no me mires así, me estoy quedando quieto, ¿no?,_le preguntó con su sonrisa gatuna.

-Quédate quieto, ya casi he terminado,_le respondió más calmado, recuperando su mirada dulce y habitual.

Una vez que finalizó tanto su anfitrión como el se vistieron, después de eso lo vendo con cuidado, para después empezar a registrar en distintos armarios.

-Karma, ¿dónde aprendiste a vendar?,_le preguntó, es cierto que les habían enseñado algunas técnicas de vendaje, pero la facilidad y agilidad del chico de ojos ámbar para hacerlo era asombrosa.

-Bueno, aprendí un poco sobre la marcha, la verdad,_le dijo a la vez que se le iluminaban los ojos, había encontrado lo que buscaba sin duda,_menos mal que mi madre tiene uno de estos en cada sitio, si te lo secas no te resfriaras,_le indico divertido.

-No hace falta,_suspiró, sabía que solo tenía la opción de obedecer, no había otra forma, se lo desenredo y empezó a investigar los distintos botones del secador que le había ofrecido el pelirrojo, por muchos botones que tocase esa cosa no funcionaba, así que muy a su pesar tuvo que llamar al demonio.

-Nagisa, te traigo una silla para que no tengas que estar a pata coja, ¿pasa algo?,_le preguntó y el peliazul muy a su pesar asintió, explicándole la situación.

Akabane no pudo evitar reirse, y trastear los botones hasta hacerlo funcionar, como según el el chico de ojos azules no se veía bien en el espejo sentado se entretuvo en secarle el pelo, no era tan malo y aunque al principio se quejaba se dejó hacer, aunque se estaba muriendo de vergüenza, tenía que reconocer era la primera vez que se alegraba de tener el pelo largo.

Muchas gracias mis queridos lectores por llegar hasta aquí, eso significa que lo habéis leído entero (o has aburríais tanto que habéis llegado hasta aquí del tirón u.u).

Y bien, ¿qué os pareció?, ¿sigo?, ¿continúo?, ¿me retiro?, contadme en los comentarios para entre todos ayudarnos a mejorar ^^

MUCHAS GRACIAS POR LEER Y COMENTAR n.n