¸.• •.¸¸.• • "Sólo sé que ahoraestoy aquí. Y nohago otra cosa que pensar en ti" • •.¸¸.• •.¸
F. DE VITA

Las luces alumbraban, dañaban mi retina, sentía voces, un leve cosquilleo en mi piel, intentaba abrir mis ojos pero en el intento mis parpados caían. Oí una voz decir "llame al doctor Black y la doctora Swan, el paciente ya esta reaccionando"

Cuando logre abrir mis ojos por completo una hermosa mujer me observaba, y me perdí en sus ojos. ¿Quién era? ¿Por qué me miraba así? Cuando esas preguntas comenzaron a razonar en mi cabeza, surgió una gran pregunta en mi ¿quién era yo? Una punzada dio en mi cabeza, atine a agarrarme con las manos llenas de cable mi sien, y flexionar mis rodillas, pero estas no reaccionaron, sentía mi cuerpo pesado, como si hubiese pasado vario tiempo en la misma posición.

Vi que al lado de la doctora había un doctor intentando llenar una jeringa, sentí que ella hablaba pero no lograba interpretarla, estaba aturdido, nervioso, deduje que mis nervios no me estaban ayudando y que esa jeringa se dirigía a mi, asique hable.

-No quiero que me inyecte, no quiero dormir asique no se le ocurra acercarse a mi con eso.

Ella me miró sorprendida, detuvo al imbécil que venia con la inyección y comenzó a cuestionarme.

-¿puedes oírme? –asentí

-el doctor Black esta a cargo de tu caso, yo soy la doctora Swan y soy la asistente del doctor, necesitamos que tomes esto con calma, has despertado de un coma farmacológico al que te hemos inducido, para salvar tu vida. ¿Podrías decirnos tu nombre?

Que demonios decía esta mujer, ¿estuve en coma? ¿Por qué? ¿Qué me sucedió?, mis preguntas se hicieron publicas y ella atino a poner la manos en mi pecho, en ese momento me acababa de dar cuenta que atine a levantarme, sus manos sobre mi me produjeron una corriente etérea y su mirada me dio a entender que a ella le sucedió lo mismo.

-necesito que se calme, sino no podre ayudarlo. Le pregunte cual es su nombre. ¿Puede contestar eso?

- ¡claro! lo haría… si lo supiera.- mi respuesta sarcástica y malhumorada no la detuvieron, siguió cuestionándome.

-¿no recuerda su nombre?- anotaba algo en una libreta.- ¿recuerda lo que sucedió?, ¿por qué esta aquí?

-¡no! No lo recuerdo, no recuerdo quien soy, como llegue aquí… no recuerdo absolutamente nada.- le grite eso a todo pulmón que podía. No entendía porque diablos ella me cuestionaba como policía y el imbécil que estaba a su lado solo me observaba como bicho raro. Pero había algo más importante, no entendía por qué no sabía como me llamaba, quién era… ¡nada! No entendía nadad, y eso me altero.

Mientras ese estúpido agarro mis brazos, la doctora agrego a mi suero una inyección, por más que grite e intente mantenerme despierto la oscuridad me sumergió.

Volví a tomar conciencia y mis ojos volvieron a abrirse, pero los cerré de inmediato al oír la puerta abrirse, sentí que alguien se acercaba, al sentir ese exquisito aroma que jamás se me escaparía, deduje quien era. Abrí los ojos y ágilmente tome su mano con fuerza, asustándola y logrando que la inyección caiga al suelo.

-no intentes ponerme esa maldita cosa porque voy a cobrarme cada cosa que hagas conmigo.-

-suélteme por favor esta lastimándome-

-lo haré si promete no volver a inyectarme eso Swan-

-¡valla! Perdió la memoria pero es ágil con ella, eso quiere decir que existe la posibilidad de recordar.

Nos quedamos mirando fijamente por un momento hasta que ella dijo.

-¿No piensa soltarme?

-¡si por supuesto! Cuando me jure que no volverá a inyectarme eso…

-¡podríamos estar todo el día así!- sugirió ella.

-bueno… convengamos que no tengo muchos lugares a los que ir…

-de acuerdo, hagamos un trato, yo le prometo no inyectarte el sedante, pero con la condición de que no te alteres, contestes todas mis preguntas, y que si aparece el medico que te han asignado, intentes hacerte el somnoliento.

-¡hecho!- le conteste sonriente. La vi sonrojarse, y no por qué… pero me gusto.

-¡bien! Dígame, ¿qué recuerda antes de haber despertado aquí?

-primero dígame porque mi cuerpo esta tan pesado, me duele todo, apenas puedo mover mis brazos y con mucho esfuerzo.

-nuestro trato, era que contestaras todas mis preguntas, no yo las tuyas.

- ¡No hay trato si no contestas mis preguntas, estoy seguro de que aquí el que tiene más dudas soy yo! ¡No tu!- sonrío… ¡era hermosa por completo!

- Seguramente tu puesto de soldado debería ser un cargo alto, porque eres demasiado altanero.

- Asique eso soy… un soldado.

-voy a contestar tus preguntas pero, recuerda mantener la calma. Has estado en coma farmacológico por 3 semanas, tus músculos no se han ejercitado por todo ese tiempo y has estado en esta posición desde que te trajeron, es normal que te sientas así, realmente necesitamos que te serenes para que los efectos de los fármacos se pasen, puedas recobrar tu sensibilidad completamente y nosotros observar si hay alguna complejidad de locomoción, para que puedas andar por ti mismo. Llegaste aquí con una costilla fisurada y una hemorragia interna, traumatismo de cráneo. Ya no estas en peligro, te hemos trasladado a esta sala que es de cuidados intermedios.

-¡valla! ¡Parece que me perdí de algo! ¿Quién me trajo?

-unos hombres te encontraron, te llevaron a un centro de salud provisorio, en una camilla casi muerto. Fue un milagro que resistieras, de allí te trasladaron aquí. Desde entonces hemos tomado el caso con el Dr. Black.-

-¿Desde donde me trasladaron? ¿y que lugar es "aquí"?

-te trasladaron de África, estas internado en "Clinic Hospital", Phoenix, Arizona.

-¿cómo sabes que soy un soldado?

-por que traías un uniforme con la marca de cascos azules, aquellos a los que envían a priorizar la paz en una guerra, solo que estaba destrozada la manga de tu bandera, no traías papeles, asique no sabemos tu procedencia ni tu nombre, esperábamos que despiertes para que nos lo comuniques, pero si tu no recuerdas, mandaremos aviso a todos los países que han mandado sus tropas. Solo será cuestión de tiempo… lo buenos es que estas con vida.

-¡maldita sea mi suerte!- cuestión de tiempo, de estar atendido como niño… y sin memoria.

-no lo tomes mal… no eres tu solo quien se encuentra en esta situación.

-¿lo dice quien anda campante con una sonrisa en su cara? Ni siquiera puedo moverme- le grite- ¡no siento mis piernas!- vi su rostro tensarse, sabia que ella no tenia la culpa… pero necesitaba desahogarme… era insoportable no saber nada de mi pasado.

-tu actitud no nos ayuda mucho, si tomas esto con calma te recuperaras pronto… pero al parecer te encanta estar internado.- que se creía esta mujer… quería que tomara todo con calma… cuando me encontraba tirado como inútil… no sé que vida llevaba antes… pero estoy seguro que la de un flojo no… porque muero por salir de aquí adentro.

-¡tu no sabes nada! ¿Te paso esto alguna vez como para estar dando concejos de algo que no viviste?- me estaba portando nada caballeroso, pero esta situación me superaba.

-¡intento ayudarte de la mejor manera que encuentro! Pero eres imposible… será mejor que me retire, una enfermera estará controlando tu evolución.

-¡no! Espera… discúlpame… esto es complicado para mi.

- ¡No hay problema! Soy doctora… y a pesar de no tener tanta experiencia, puede que no sienta lo que estas sintiendo, pero intento entenderte.

-¡gracias!- me sentí un desgraciado por tratarla mal… pero el mal humor se me estaba apegando y me sentía incapaz de controlarlo.

-no hay de que.

-Dra. Swan,… si me trasladaron ¿esta no es zona en guerra verdad?

- esta no es zona de guerra asique estas a salvo.

-¿porqué eligieron este lugar para traerme?

-parece que no hay nada que se te escape ¿verdad?- le regale una sonrisa por el cumplido y para el deleite de mis ojos volvió a sonrojarse. – hay varias razones por las que lo trajeron aquí, este es uno de los mejores hospitales del país, suponen que eres estadounidense y lo mas importante, contamos con aparatología que nos dio probabilidad de mantenerte estable cuando creíamos que te ibas. ¿Alguna pregunta más?

-no por el momento.

-¡Bien! Que alivio. Me retiro entonces, mi guardia termino asique debo irme a descansar. Espero no encontrarlo sedado por mal comportamiento cuando regrese.

-descuide ¡aquí estaré! Divirtiéndome de lo lindo.- salió de la habitación riendo, y su sonrisa era música para mis oídos. Mis ojos volvían a pesar porque aun mi cuerpo estaba intoxicado con los malditos fármacos, pero esta vez cerré mis ojos, por mi propia voluntad, no cabe duda que una muñeca de tez blanca, pelo castaño claro y hermosos ojos color chocolate me traía paz en medio de este tormento.

B ella pov.

Hacia mas de tres semanas que él había llegado, lo trajeron muy mal, gracias a dios ya esta estable, no se por qué me sentí tan apegada a él desde que traspasó la puerta de ingreso… tanto que le pedí a mi superior, el doctor Black que me permitiera entrar en este caso, junto nos encargábamos de su estado, parecía un ángel descansando. Hoy por fin abrió sus ojos, eran color esmeralda, hacían sus facciones mas lindas de lo normal. Definitivamente este hombre no era normal era un querubín sobre la tierra. Mantuvimos una charla un poco amena sobre la situación pero de vez en cuando se ponía tenso. Finalmente nuestro dialogo seso, me retire para dejarlo descansar. Al salir de la sala me tope con Jack y me ordeno que me retirara, que mi guardia había finalizo. El además de ser mi superior, era mi amigo, había estado intentando conquistarme por un tiempo, ahora se mantenía al margen, yo no estaba dispuesta a tener un novio, hacia poco que me había recibido y este era mi primer trabajo, para una pueblerina como yo todo fue complicado, pero valió la pena el esfuerzo, adoraba mi profesión y mi trabajo.

Llegue a casa exhausta, pero quería dormir rápido, y volver al trabajo…. No entendía por qué sentía la necesidad de volver a cuidar a "mi paciente"… me golpee mentalmente por eso, él no era "mio"… que te esta pasando Isabela esto no es normal en ti… solo tienes 25 años ¡no te eches a perder así!

No se porque… pero me dormí pensando en él.
Me desperté con el humor feliz de madrugar para ir a trabajar… apenas desayuné, corrí a mi viejo auto para disparar al hospital… quería llegar temprano por varios motivos… aunque mentalmente me reprimía a mi misma… solo había un solo motivo para cumplir mi acometido… quería ver como había amanecido.

Al llegar al hospital comencé mi ronda con urgencia… hasta llegar a su habitación, cuando ingrese él estaba ahí con ojos preocupados, pero con una media sonrisa que me irradiaba felicidad.

Bueno! Acá les va mi segundo fic! Gracias a quienes me leen… estoy intentándolo hacer si faltas, ni desfasajes… pero obvio no soy una escritora profesional asique deseo que disfruten lo mejor que se pueda! Espero que se pierdan en esta historia tanto como yo lo hago en mi imaginación! Que comiencen un lindo año! besos