Los personajes son de Inuyasha. No me pertenecen originalmente a mí, aunque la historia si. Disfrútenla.

Capitulo 1: El comienzo.

Kagome, ese era su nombre. La que de verdad amaba, la que de verdad quería. Su bello cabello ondulado, sus ojos color chocolate, su mirada profunda, sincera. La forma en que siempre lo enfrentaba, no importaban los riesgos. Pero, había algo que lo detenía, algo que hacia que su conciencia lo consumase hasta más no poder. Es que la veía tan inocente, tan... tan... tan... niña. La había intentado olvidar de tantas maneras, ninguna tenia efecto. La última fue con otra mujer, arreglada hasta los dientes y hueca. Kikyo nunca pudo superar la inteligencia de su pequeña. Si tan solo no la hubiera dejado acercarse tal vez no estaría en ese embrollo. Así empezó todo.

Halloween, la fiesta más grande de la escuela, aparte, claro, de la de San Valentín y día del niño. 6to de prepa era la generación más célebre. Entre ellos, una joven de estatura media y piernas de mula. Aunque siempre la recibían cálidamente, a veces se sentía fuera de lugar. ¿Y quién no cuando estás metida entre todos esos grandulones, a punto de graduarse y tu apenas empiezas tu aventura por la secu? Se veía muy chistosa entre ellos, ya que muchas la envidiaban por tener un mucho mejor cuerpo, siendo solo una chiquilla. Lo ignoraba, por algún tiempo se sintió culpable de todas esas miradas llenas de odio. Después, una amiga suya se lo hizo saber.

Desde lejos, unos ojos ámbar la observaban. Su mirada estaba entre la curiosidad, confusión, desprecio, e incluso afecto. Un afecto muy reservado, sin embargo. Desde que la vio el año pasado, fue cautivado sin tener una razón exacta para ello. No supo si fue porque se veía tan tierna corriendo para no llegar tan tarde. O por la forma en que lo miró al saber que la estaba observando. O simplemente porque era un misterio al ser de nuevo ingreso. Nada era obvio, excepto que sentía una atracción inexplicable que no había sentido por ninguna otra niña... o mujer.

Se rió para si mismo al recordar eso y otras anécdotas con ella. Él sabía que solo debía ver, pues su corazón ya tenía dueño.

-Inuyasha. -La voz de su mejor amigo lo despertó de sus pensamientos.

-¿Que pasó, Miroku? ¿Que no ves que aprovecho la vista de las de 6to?

-¿No será de alguien entre las de 6to?- Para él, Inuyasha era como un libro abierto. Había sentido algo por esa chiquilla desde que la vio, aunque no se lo admitiera.

-No seas ridículo, solo es una niña. Yo lo que busco es una mujer de verdad...

-Tiene mejores curvas que muchas de 6to.- Lo interrumpió.

-Aparte, esta enamorada de Koga y él de ella.- Le dirigió una mirada gélida.- Bueno, ¿para que me llamabas?

-¡Ah! Si, que tenemos que entrar al salón hasta el desfile d primaria.

-¿Ya que? Ahorita te alcanzo.

Vio por una última vez a su pequeña y se metió.

Kagome sintió una mirada en la espalda. Se volvió pero no vio a nadie. Siguió en lo que estaba.

Un muchacho de estatura media y bellos ojos verdes contemplaba embelesado a la misma niña. Sabia que solo tenia que hablarle y lo demás se daría por naturaleza propia, pero era muy tímido. Ella, tan torpe y despistada como siempre, era la completa dueña de su corazón, aunque no sabia mucho sobre eso. ¿Pero, eso que importaba si a ella también le gustaba? Como que ya estaba siendo hora de aventarse a ver que onda. Camino decidido hacia ella, rogando que las agallas no le fallaran. "¡Solo unos metros más, vamos, si se puede!"- pensó para sí- "Ya casi, ya casi". Justo cuando abrió la boca para llamar su atención ella se fue como si nada. Siguió con la mirada su silueta casi perfecta hasta que desapareció de su vista por unas escaleras. Suspiró ante su intento fracasado y regresó junto a sus amigos, quienes ya se sabían la historia de memoria.

-Ya, Koga, no es para tanto.- Lo intentó consolar uno. Ginta y Hakkaku eran sus dos mejores amigos. Se cuidaban las espaldas entre los 3 y se conocían desde bebés.

-Es cierto, siempre tendrás otra oportunidad.- Hakkaku se empezaba a quedar sin palabras d ealiento para su amigo.

-Pero ¿por qué tiene que ser tan indiferente? ¿No se supone que yo le gustaba?

-Capaz y ni se dio cuenta.

-Ya ves lo distraída que es.

-Buen punto. Lo intentaré otra vez después. Entremos, q Totosai debe estar como loco buscándonos.

-¡Kagome! Sal, ya empezó el desfile. – Sango, su mejor amiga, la llamaba emocionada para que viera a todos esos niñitos con sus pequeños disfraces y caritas cachetonas. La apreciaba mucho, pero la querría más si entendiera que no le agradaban los niños chiquitos. Su mirada fue entre interrogativa y de flojera, pero al final se paro de su banca y salió junto a ella. Veía aburrida como la directora de la escuela baila con Kinder hasta q 2 disfraces en especial le llamaron la atención. Uno era una niña- Ipod y el otro una niña- "rubik cube". Le fue divertida la escena al ver 2 d sus pasiones juntas, la música y las matemáticas.

En eso, llegaron las faltantes del grupito: Eri, Ayumi, Yuka, Rin y Kanna. La primera era + bien como la pelvis del grupo, si faltaba no había problema, pero si se infectaba era mortal.

-Hola.- Saludaron todas al mismo tiempo.

Kagome agradeció que hubieran llegado. Ahora se podía ir con Rin y Yuka y dejar a Sango con Eri, Ayumi y Kanna.

-Niñas, ¿ya vieron a la niña Ipod?

-Si, esta muy divertida. El próximo año deberías venir así, jaja.

-No es mala idea. Tal vez si lo haga.

-Y ¿que tal la niña-cubo-de-rubik?

-También está muy chistosa.

-Rin, Yuka, ¿me acompañan al baño?- Ellas 2 sabían que el significado de esa pregunta era "¿me sacan de aquí?"

-Si, vamos.

Se alejaron con paso lento mientras les contaba lo que pensaba hacer hoy en la tarde.

-Voy a decirle a Inuyasha que yo soy Midoriko.

-¿Qué?

-¿Estás segura?

-Si, completamente segura.

-Pero, ¿y Koga?

-Koga no tiene por qué enterarse… A menos que Uds. le digan.- Las vio amenazadoramente.

-No se de donde sacas que le vamos a decir si ni siquiera hablamos con él, pero puedes estar segura que no lo haríamos por ninguna razón.

-Muy bien. Ahora, necesito de su ayuda.

-Dinos para que somos buenas.

-Necesito que lo llamen para decirle.

-¿Por qué no vas tu sola?

-Timidez, supongo.

-Ya ves, no estas segura de lo que vas a hacer.

-Pero si no lo hago ahora nunca lo voy a hacer.

-Tiene razón, Yuka, es ahora o nunca.

-Bueno... pero solo no te arrepientas cuando lo tengas ya en la cara.

-Intentaré- La vieron con cara de "no te atrevas". -Muy bien, muy bien. Lo haré.

-Ahora, Rin necesito que tu vallas por Inuyasha y tú, Yuka, por Miroku.

-¿¡Por Miroku?!¿Tú que quieres con Miroku?

-Es que... También usé a Midoriko con él.

-Ay, Kagome, no tienes remedio. Bueno, pues, ya que. Iré por "Gruñoku, el gigante".

-¿Segura que no te vas a acobardar?

-No, ahora que lo pienso.

-Pues que triste, porque Yuka ya se fue y yo también.

Para cuando Kagome volteó ya las 2 se habían perdido entre la muchedumbre. Esperó un tiempo hasta que apareció Rin con Inuyasha tras ella. El corazón le latía a 1000 km/h. ¿En qué rayos se había metido? Ya empezaba a pasarle por la cabeza la idea de huir corriendo de ahí.

-Ya, Kagome, dile.

-...

Él la veía extrañado, paciente a lo que tuviera que decirle. Kagome no podía hablar, era como si se hubiera quedado muda. En lo que decidía si salir corriendo o no, pudo divisar a lo lejos a Yuka discutiendo con Miroku. Era de esperar, él siempre había sido desconfiado.

-¡Kagome! ¡Dile ya, caray!

-¡No le voy a decir nada!

-¡QUE LE DIGAS!

-¡NOOOOOOOO!

-¡SIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII! ¡O nada más me hiciste pasar por un oso sin razón!

-¡Me vale un pepino! ¡No le voy a decir ab-so-lu-ta-men-te NADA!- Se alejó rápidamente, echando chispas.

-Ya te puedes ir, Inuyasha.- Rin corrió para alcanzar a su amiga. -¿Qué paso, Kagome? ¿Por qué te acobardaste si te veías tan decidida?

-No lo se. Bueno, se lo diré después con más calma.

-Ahí tu... Mira, es Yuka, sin Miroku

-No me extraña.

Yuca se veía cansada y frustrada.

-¡Ese gran bruto!- hizo una voz grave y burlona- "No voy a ir a menos que me digas que quiere hablar conmigo" ¡Que necio es! ¿Por qué no dejas pasar esto con él? Sólo esto.

-No, la conciencia me come.

-¡Tú maldita culpa va a volver loca a MI mente sin remordimientos!

-Calma, calma. Yo hablaré con él después.

-Bueno, ¿y a Uds. como les fue con Inuyasha?

-Mal- respondieron al unísono Kagome y Rin con la cabeza gacha.

-Que triste. Para animar el ánimo ay que ir a la casa de los sustos ¿Les parece?

-No estaría mal.

Pero, camino hacia allá se encontraron con quien menos pensaron: Koga. Y no estaba solo, junto a él, su acompañante se apodaba "Fata". Kagome se había hecho cargo antes de cambiarle el apodo a "Fata, la cara de rata". En realidad solo tenia cara de roedor indefinido. Los mechones lacios a los lados de su cara asemejaban a dos orejas grandes, como las de un conejo. Sus mejillas llenas como las de un hámster. Y los 2 dientes frontales sobresalientes cuando hablaba, igual que una rata. Así que era de cariño "la ratita". Se veían MUY tiernos juntos, como unos novios. Kagome no la envidiaba sólo porque tanta miel la hostigaba. –"lo siento, Koga, pero si eres así de rabo verde, entonces no quiero nada contigo." Sabía que estaba con la fulana porque ella siempre lo rechazaba. Increíble al nivel de desesperación al que un chico puede llegar por una chica como ella. Usando a la primera escoba con falda que encontraba para poner celosa a una mujer así. La vio con lástima al notar que era una tabla por delante y por detrás. Lo más lamentable es que no tenía ningún chiste en la personalidad. Fresa, creída, altanera. De verdad que Koga tenía que ser un ocioso para intentar meterle celos con una niña así. Sí no fuera porque la había visto entre las de primero, hubiera pensado que estaba en 5to de primaria.

Pasó enfrente de él con la cabeza en alto y sin dirigirle una pequeña mirada. Yuka y Rin se dieron cuenta de esto, pero no dijeron nada. Era de suponer porque había sido tan fría con él y se lo merecía.

¡Valla que los de 6to se habían esmerado con la casa de los sustos! La entrada estaba espectacular. Pero lo mejor, definitivamente fue la salida, con el hermano mayor de Kagome, Bankotsu y su mejor amigo, Renkotsu. Se llevaba muy bien con los amigos de su hermano, eso explicaba porque se pasaba una gran parte de su tiempo con esa generación. Se tomó un rato para saludarlos y felicitarlos. Después se fue con Rin y Yuka para buscar a Sango y las demás. Otra vez a Koga se le ocurrió aparecerse con su niña de primaria. Les estaban tomando una foto abrasados. Se hubieran quedado escondidos en el lugar en donde estaban, así no tendría porque pasar un gran oso demostrando que se había ligado a la niña que cuidaba cuando la hacía de niñera, o al menos eso parecía.