Dial-A-Goddess

Este fic esta 'basado' a partir de uno de esos 'Castle Fanfic Prompts' de Tumblr.
He estado leyendo fanfics en inglés que están basados en diversos 'prompts' y se me ocurrió ir a Tumblr y hacer un fanfic yo sobre alguno que pareciera interesante y divertido:

"Beckett vuelve al Dial-a-goddess shop pidiendo un trabajo allí y lo consigue gracias a que sabe hablar Ruso y Francés*. Mientras, Castle empieza a llamar a esta tele operadora porque 'necesita terapia' y la persona que le atiende es Beckett, aunque él no lo sabe porque pone acento"

(*En realidad Beckett solo habla Ruso en la serie. Francés no. Así que en mi fic solo pondrá acento ruso para que sea más fiel a la serie, aunque en realidad esa situación es completamente imposible xD)

Espero que os guste, en mi mente creo tendrá unos diez capítulos, y pues a leer! :D

PD: Puede que me odiéis porque tengo historias empezadas que aún no las he terminado, pero me he propuesto escribir más seguido.


Capítulo 1

- Este caso ha sido bastante difícil de resolver, me alegro que lo hayamos cerrado finalmente. –Kate se sentó en el sofá de su apartamento después de entregarle una copa de vino tinto a su amiga y dar un sorbo a la suya.

- Definitivamente chica, yo sinceramente aún me pregunto cómo se le ocurrió a la mujer meterse de tele operadora en una línea erótica para investigar –le contestó Lanie acomodándose mejor.

- En realidad a nadie se le hubiera ocurrido, tiene su parte original y admirable, aunque es un poco asqueroso que te paguen para hablar de forma cachonda a los hombres que llaman.

- Bueno ya sabes… algunos solo llaman porque se sientan solos y necesitan consuelo.

- Eso es estar muy desesperado… -apuntó Kate

- ¡Vamos Kate! Seguro que te gustaría sentirte dominante hablando con un hombre ajeno. Sintiéndote terriblemente deseada con cada palabra que pronuncias…

- Eso ya lo hago en persona-sonrió llevándose la copa a los labios- ¿Para qué dedicarme a eso vía telefónica?

-Porque en realidad desde que te dejaste con Josh después de tu disparo no tienes vida sexual. No puedes ligarte a cualquiera cara a cara porque tienes ese miedo terrible a que alguien vea tu cicatriz del pecho. Y además porque, aunque tu estás loca por Castle y él colgadísimo de ti, tu sigues resistiéndote a lanzarte a sus brazos.

Kate se tensó y bajó la mirada ante las grandes verdades que acababa de soltar su amiga.

- No estoy preparada por una relación con Castle ni con cualquier otro hombre.

- Lo sé cielo, me lo has dicho miles de veces. Pero ya ha pasado medio año desde que te dispararon, y conoces a Castle desde hace casi cuatro años, ¿Cuánto más vas a esperar?

- No estoy esperando Lanie. Simplemente me estoy tomando un tiempo para recuperarme y ser capaz de afrontar todo lo que pasó.

- Vale… Y partiendo del punto de que Castle realmente te va a continuar esperando durante todo este tiempo, tu vida sexual que?

- ¿Mi vida sex…? ¡Lanie! –se sonrojó Kate.

- Chica, yo tengo a Javi, pero tu necesitas acción! ¡Estas a dos velas!

- Tranquila, que tengo aún por estrenar el regalo que me hiciste por mi cumpleaños hace tres años…

- ¿¡Aun no has probado mi vibrador!? Encima que te regalo uno pensando en ti… –Kate negó divertida con la cabeza.

- Lanie, te dije que no lo necesitaba. –le repitió.

- Esos trastos no son baratos, eh? –exclamó- al menos no uno de los buenos como el que te regalé. Si lo llego a saber te compraba uno de los chinos.

- Pues haberlo hecho. Si quieres aún te lo puedo devolver, a ver si lo usas más tu –rió Kate.

- No hace gracia Beckett. –se puso seria – Lo que quiero decir es que quizá… podrías probarlo…

- ¿¡El qué!? ¿¡Hacer de tele operadora sexual!? – gritó abriendo mucho los ojos al ver por dónde iba su amiga- ¿¡Estás loca!? NO.

- ¡Vamos, Kate! ¡Es una buena idea! – contestó Lanie.

- ¿Buena? –levantó las cejas – Te das cuenta que me estas sugiriendo que ponga esta voz –puso voz sexy – y me… dedique a hablar con chicos por teléfono?

- Exacto, esto es lo que te estoy diciendo. Así tienes algo de vida sexualmente y ni siquiera el hombre tiene que ver o tocar. Solo le tienes que hablar. ¿No te resulta estimulante?

- Si tanto te estimula a ti, ya estas tardando a pedir un trabajo.

- Créeme, con Espo ya tengo suficiente –sonrió- Y hablando de él, hemos quedado para salir a cenar. – Se levanta del sofá dejando la copa en la mesilla y Kate se ve obligada a levantarse también para acompañarla hasta la puerta.

- Espero que te vaya muy bien la noche – le guiñó un ojo Kate ya en la puerta.

- Yo también lo espero, nena. –sonrió Lanie- Y tu ve corriendo a pedir trabajo en esa línea erótica! –gritó ella mientras Kate le cerraba la puerta a los morros también riendo y contestó:

- ¡Y una mierda! – negó con la cabeza mordiéndose el labio delante de la puerta que acababa de cerrar.

Volvió hacia el sofá para terminarse el vino, mientras decidía si pedir comida thai o sushi.


No sabía exactamente como había terminado ahí. De hecho aun estaba a tiempo de volver por donde había venido y hacer como si esa idea nunca se le hubiera pasado por la cabeza.
Simplemente, mientras cenaba su comida thai favorita, había estado pensando en las palabras de su amiga y en que en cierta manera tenía razón. Su vida era completamente aburrida y monótona, sin absolutamente nada de actividad sexual. Y aunque eso tampoco lo fuera, la línea erótica le serviría para entretenerse mientras seguía yendo a terapia para recuperarse de todas sus heridas psicológicas. Podría ser incluso divertida. Un reto.

Ahora estaba a punto de llamar a la puerta 250 de ese bloque de pisos en el Bowey. Kate se repetía mentalmente que ella no estaba desesperada. Solo quería probarlo si la aceptaban. Un trabajo en plan temporal.

Finalmente su mano tocó el timbre y se mordió el labio nerviosa. Unos segundos después la secretaria rubia de la 'agente sexjecutiva' le abrió la puerta sorprendida al reconocerla.

- Buenas noches Detective Beckett, necesitaba alguna cosa? –preguntó amablemente.

Detrás de la chica las cabinas con las diferentes mujeres hablando con sus respectivos clientes se veían atrafagadas. Un bullicio general de palabras se mezclaba en aquella oficina. Kate respiró a hondo intentando aplacar sus nervios y entró.

- En realidad ya no es nada sobre el caso, pero me gustaría hablar con la Srta. Kane. –pronunció.

La rubia asintió y la acompañó hasta el despacho de Marilyn Kane.

Kate se presentó y habló con ella sobre la posibilidad de trabajar allí de operadora temporalmente durante algunas horas. Marilyn la verdad es que no se sorprendió mucho. Sonrió viendo que la detective tenía potencial gracias a su carácter, y más cuando le dijo que también sabía hablar ruso. Tenía algún que otro cliente ruso y, además, el acento del Este solía poner bastante también a los clientes Norteamericanos.

En poco rato acordaron que empezaría a trabajar el día siguiente y haría unas tres horas diarias hacia medianoche después de cenar. Su nueva jefa le informó de las normas de la empresa: no ponerse en contacto con ningún cliente, no dar datos personales, debía ser una persona completamente anónima.

Kate se fue a su casa extrañamente contenta de si misma, pero a la vez avergonzada por haber sucumbido a la idea de Lanie.

Mañana sería el gran día.