Notas de la autora: Holaaaa, jaja, tiempo sin aparecerme por aquí. ¿No me extrañaron? Yo sé que no, jaja. Bueno, nos leemos más abajo.

Disclaimer: Las PowerPuff Girls no me pertenecen.


CAPÍTULO I

Los sollozos ahogados de una de las chicas reunidas en la sala hacían eco en el silencio. Otra de las chicas se encontraba mirando por la ventana hacia el pueblo ignorante de lo que pasaba dentro del palacio, con los brazos cruzados sobre el pecho y los ojos llorosos. La tercera pasaba su mano por la espalda de la primera chica, tratando de reconfortarla cuando ni ella misma se encontraba bien.

Cuando la puerta chirrió, las tres se tensaron y giraron. Blossom se puso de pie mientras Bubbles se pasaba las manos por las mejillas humedecidas y Buttercup comenzaba a caminar directamente hacia el médico.

—¿Cómo está?

El anciano soltó un suspiro.

—No muy bien. ¿Han intentado alimentarlo?

—Por supuesto —habló Blossom—, pero no ha querido probar bocado alguno y si llega a comer aunque sea un poco, lo devuelve al cabo de un rato.

—Ya veo —asintió el médico—. El estado de Su Majestad es delicado, y si no come algo existe mucho riesgo. —Suspiró—. Los síntomas son bastante similares a la peste negra de hace unos siglos, pero me parece extraño y descarto la posibilidad de que se trate de ella ya que no se ha visto en un largo tiempo. —Las miró, mostrándoles una pequeña sonrisa—. Altezas, cuiden de su padre, esperaremos lo mejor. Volveré en unos días después de ponerme en contacto con unos colegas míos para obtener información.

Cuando el médico desapareció de la sala, Bubbles habló por primera vez:

—¿Qué vamos a hacer?

—Primero tenemos que intentar darle de comer —dijo Blossom, y sus hermanas asintieron.

—No comprendo —insistió, ya cansado.

—Te he dicho que solo te mantengas en silencio y no cuestiones mis acciones.

Brick frunció el ceño, molesto, y dirigió su mirada hacia el paisaje de la izquierda tragándose las palabras que querían salir de su boca. No entendía por qué su padre nuevamente había decidido hacer este largo viaje al reino de Utonio; es decir, sabía que había estado entablando recientemente una alianza con ese Rey, pero ¿tan importante era para hacer dos viajes en menos de dos semanas, si el camino era sumamente largo?

Estaba celoso de sus hermanos que se habían quedado tranquilamente en el palacio con su madre mientras él era arrastrado por su déspota padre. Odiaba viajar. Le dolía la espalda y se le entumía el trasero, además de que el ir así por días y hasta noches solo lo arritaba. Y si ya tenía un carácter y humor de perros, la cosa se ponía aún peor.

La mano de su padre estaba fría y pálida. Ella la tomaba entre las suyas, queriendo transmitirle un poco del calor de su cuerpo.

—Padre, por favor, abre la boca —pidió Blossom.

Bubbles apretó con más fuerza su mano a la de su progenitor mientras escuchaba cómo sorbía la sopa con un gemido de dolor. Blossom tomó un trapo y limpió la comisura de la boca del Rey antes de pedirle nuevamente que sorbiera despacio, pues sabía que se encontraba sumamente débil. Por su parte, Buttercup observaba todo desde un rincón de la habitación, negándose a estar cerca de su padre.

No es que fuera una ingrata, pero odiaba ver a su héroe sin color en la piel, con los ojos cansados y rojos, las manos temblorosas y que a duras penas podía hablar; le recordaba a lo que había sido la muerte de su querida madre y su corazón se estrujaba del dolor.

Llamaron a la puerta y Blossom le pasó el plato a Bubbles para ir a abrir. Nadie tenía permitido ver al Rey de esta manera, por lo que salió rápidamente de la alcoba y se encontró con uno de los guardias reales, quien inclinaba su cabeza con respeto hacia ella.

—Majestad, el Rey Him se ha presentado inesperadamente y desea ver a su Alteza.

—¿Le habéis informado de su enfermedad?

El caballero se incorporó.

—¿Cómo me pregunta eso, Princesa? Su padre pidió absoluta discreción, y sé que guardaremos silencio ante el reino hasta que él mismo lo indique.

Blossom se disculpó y bajó a recibir al Rey que se encontraba de visita en el palacio.

"Este castillo es más grande", pensó Brick cuando el carruaje entraba en la residencia.

Cuando bajaron, fueron bien recibidos por las criadas y los guardias, aunque le pareció extraño que el mismo Rey en persona no fuese el que les diera la bienvenida, pues esa era una tradición muy marcada en la época.

—Esperen aquí, majestades, un guardia informará a las princesas de su llegada, en seguida os recibirán —decía respetuosamente una mujer de edad avanzada, que vestía un simple vestido blanco con un mandil gris—. ¿Gustáis algo de vino, un poco de agua? ¿Queréis que les prepare una habitación? Supongo que vendréis agotados de tan largo viaje.

—No, esperaremos al Rey —contestó su padre.

La mujer solo asintió y, después de una reverencia, desapareció. Brick decidió tomar asiento en uno de los mullidos sillones de la estancia, y su trasero alabó dicha idea.

—De pie, Brick —gruñó el Rey Him.

Brick resistió el impulso de rebeldía y se incorporó mientras que el sonido de unos tacones repiqueteando en el suelo se acercaba cada vez más. No tardó mucho tiempo para que el sonido se detuviera y una chica apareciera en la estancia.

—Princesa Blossom —saludó el Rey Him, haciendo una reverencia que fue seguida por Brick.

A Blossom realmente no le agradaba este sujeto.

—Rey Him —saludó de igual manera.

—Mi hijo y yo hemos viajado desde lejos para ver a Su Majestad. —Se hizo a un lado, sonriendo con la gentileza de una cobra—. Él es Brick, mi primogénito y heredero —presentó.

Brick, como todo caballero, se acercó a la Princesa y tomó su mano, besándole el dorso de la misma e incomodando a la chica. No tuvo opción más que hacer una reverencia en respuesta.

—Yo soy Blossom, hija mayor, primogénita y heredera del Rey Utonio —se presentó ante Brick. Luego, dirigió su atención al mayor—. Mi padre no está predispuesto, pero puede tratar conmigo el asunto que os trajo aquí.

—Disculpe mi desconfianza, Princesa, pero este asunto solo puedo tratarlo con vuestro padre.

Blossom resistió el impulso de entrecerrar los ojos sobre la sonrisa afilada del Rey Him y, al ver que no tenía opción, les pidió que la acompañasen arriba. El camino fue tenso, y Brick no podía apartar la mirada de la espalda femenina y de ese sedoso y brillante cabello pelirrojo que bailaba al compás de los pasos de la bella Princesa… Brick sacudió la cabeza y prefirió fijar la vista al frente.

Se detuvieron en la puerta de los aposentos del Rey, y Blossom pidió que esperaran afuera, donde dos guardias reales custodiaban la entrada. Cruzó el umbral e hizo una reverencia.

—Padre —Blossom miró de reojo el plato casi lleno de sopa y suspiró antes de continuar—, el Rey Him ha venido al palacio de manera inesperada, y solicita verte enseguida.

—Por favor —tosió el Rey—, ayudadme a tomar asiento para recibirle.

Buttercup y Blossom se apresuraron a ayudar a su padre para que éste se acomodase sobre la cama. Antes de salir, Bubbles se acercó a su progenitor y le besó el dorso de la mano con cariño.

—Querido padre, por favor, si algo pasa, llamad a los guardias y estaremos aquí en menos de un segundo.

El Rey Utonio sonrió.

—Mi pequeña niña, prometo estar bien —le dijo con ternura, dándole un beso en la frente.


Hello, it´s me...

Jaja, más de dos años sin subir nada. ¡Soy un caos! Mi cabeza no aceptaba lo que mis dedos escribían, además de que tuve ciertas cosillas que hacer y mi vida cambió tanto... al igual que mi persona (física y emocionalmente).

En fin, este es un nuevo proyecto fruto de los miles de borradores que llenan mi memoria USB.

Espero sus comentarios, y prometo por lo más sagrado comprometerme y no abandonar esta historia pase lo que pase.

Con amor, FD. Alias: la desaparecida.