Habitación 219

Por Katou Yuu

ADVERTENCIAS: AU, yullen, moe, shota por el momento XD.

DISCLAIMER: D. Gray –man le pertenece a Katsura Hoshino


No entendía como había llegado a cometer una idiotez como aquella, quizás se había dejado llevar por su grupo de compañeros de clases, su padre siempre elogiaba su fuerza y sus compañeros solían admirarle y en algunos casos temerle, parecía que nada era capaz de afectarle, no entendía como aquellos niños lloriqueaban ante una simple cortada o un raspón en la pierna, solía llamar a aquellos niños "llorones" por momentos se sentía privilegiado de no poder sentir lo que aquellos llamaban "dolor". El era fuerte, más fuerte que nadie por eso no sentía dolor. Entonces nada iba a pasar cuando uno de esos niños le retara a ir a la azotea de la escuela y probar su valor -llevar las cosas al límite- y saltar desde el sitio más alto, estaba tan confiado que ni siquiera pensaba la consecuencias, no escuchaba a Alma que estaba tan preocupado le pedía que lo reconsiderara, hizo oídos sordos, solo sería un simple salto...

Allí se encontró sin la capacidad de moverse viendo al cielo y escuchando los gritos horrorizados de todo el colegio, no dolía, para nada pero entonces por qué no era capaz de mover su cuerpo, su cabeza apenas se movió para ver algo del rastro rojizo que comenzaba a fluir fuera de su cuerpo, eso indicaba que estaba herido, quizás había sido una gran herida, pudo escuchar el llanto de Alma mientras los profesores llegaban y buscaban contactar los paramédicos, quizás había llevado todo demasiado al límite...

- No me duele - dijo Kanda tratando de incorporarse.

Ahora mismo, escuchando a la profesora llamar a emergencias por un hospital y a la directora pedir espacio y que nadie lo moviera, lo único que podía pensar era que lo castigarían por causar tal conmoción.

Si su padre se enteraba seguro estaría molesto.

Pero no importaba cuánto les jurara que no dolía nada y cuánto le sonriera a Alma, tenía el tobillo fuera de lugar y eso sólo era lo que podía verse a simple vista, tenía que doler.

Los niños que lo habían retado lo miraban primero sorprendidos, luego asustados. El rostro de Kanda estaba lleno de sangre.

Alma estaba llorando asustado mientras los profesores ignoraban sus palabras exigiéndole que no se moviera por más que él quisiera argumentar que estaba bien, pudo escuchar entre todo el bullicio que alguien había dicho algo, no supo quien fue pero pudo reconocer de esa voz asustada la palabra "monstruo", al instante los profesores quisieron apartar a los alumnos de la escena, pudo escuchar la sirena de la ambulancia y aunque no quisiera no tenia las fuerzas para resistirse a ser llevado por los paramédicos, su padre sabría todo era lo más seguro, ya no pudo mantenerse consciente durante el trayecto, solo lograba escuchar a esos hombres hablar de números y nombres que entendía aparte del tono de urgencia que expresaban.

Despertó en la cama del hospital. Se desperezó y trató de incorporarse pero su cuerpo estaba muy pesado. Lo intentó una vez más apoyándose en su codo pero de inmediato se venció y cayó sobre el colchón, su brazo había hecho un pequeño clic.

Su padre llegó y desde el umbral de la puerta lo vio tratar de sentarse. De inmediato soltó el café y lo obligó a calmarse.

- ¡no te muevas! - dijo alarmado

- estoy bien, no me duele nada ¿podemos ir a casa? - dijo sonriendo.

Su padre lo tomó por los hombros y negó con la cabeza.

- lo siento, no lo vuelvo a hacer... - dijo Kanda temiendo que estar en el hospital fuera su castigo.

- tenemos que esperar al doctor - dijo Tiedoll sentándose en una silla al lado de la cama.

- ¿estás enojado? - dijo Kanda al ver que su padre estaba nervioso y le apretaba la mano con ansiedad.

- No Yuu, pero no deberías hacer esas cosas, aunque seas muy valiente y no te duela, tu cuerpo está lastimado - dijo su padre relajando un poco el gesto sólo para dejar de preocuparlo.

Kanda vio a su padre, la preocupación no desaparecía. - Me has dado un gran susto- escucho a su padre casi en un susurro, supuso que no fue nada divertido recibir aquella llamada. Quiso disculparse pero en ese momento llego el doctor a cargo junto a una enfermera, el doctor se presento como Komui Lee.

- Yuu, a ver... llegaste aquí dándole un susto a todo el personal médico, hemos leído tu "historia" ha sido algo muy imprudente - el parecía muy serio al respecto, aunque no había sido consciente de cuan mal estaba su cuerpo hasta que el comenzó a enumerar las múltiples fracturas y heridas, pasaría en el hospital un buen tiempo en observación. -Necesitaremos hacer un estudio a fondo de tu condición una vez mejores.

No le agradaba eso para nada - Quiero irme a casa, padre... - quiso hablar con él para que pudiera apoyarle pero él le negó cualquier protesta, la enfermera paso a su lado sonriéndole para cambiar su dosis de suero, en ese momento se dio cuenta que aparte de tener un brazo fracturado tenía una intravenosa clavada en su otro brazo lleno de moretones, de pronto una enfermera irrumpió en la habitación buscando al doctor al parecer habían asuntos que atender en la emergencia.

- Parece que hoy será un día duro, nos vemos Yuu. - el doctor Lee desapareció de la habitación y Kanda se echo pesadamente en la almohada haciendo un puchero.

A la sala de emergencias acababa de llegar un grupo de paramédicos explicando al doctor Lee y a las enfermeras lo que había ocurrido con el niño que llevaban en la camilla.

El niño lloraba y pedía ver a su padre. Tenía fracturas, varias heridas, algunas quemaduras.

El Dr. Komui revisó apresurado y pidió un quirófano. Preguntó por el padre, pero entendió que era mejor tomar acción lo más pronto posible cuando le dijeron que estaba en la siguiente camilla. Aquel hombre no tenía pulso.

Una enfermera revisó las pertenencias del hombre: Mana Walker, había sólo un número de emergencia.

Pidió a una de las enfermeras marcar al número mientras el volvía con el paciente, había que operar de urgencia, reunió a su equipo para la dura jornada.

Kanda en su habitación había pasado las siguientes horas viendo al techo aun preguntándose ¿por qué no podría ir a casa? su padre que parecía más tranquilo buscó el control remoto tratar de aliviar un poco la tensión en el ambiente, puso el canal infantil buscando distraer la mente de Kanda. Kanda casi ni prestaba atención al show, es mas ni le agradaba pero no se sentía en capacidad de exigir algo, no quería empeorar su "condena".

Ahora que lo pensaba todos habían estado asustados, Alma había llorado por su culpa y esa persona que le había llamado "monstruo", la palabra resonó en su cabeza ¿podría Alma también llegar a pensar eso de él?

Su padre le había dicho muchas veces que era valiente por no llorar al caer o al lastimarse, Alma también lo admiraba y le había dicho que quería ser tan fuerte como él. No entendía por qué sería monstruosa esa habilidad.

Tal vez era fuerte como Hulk... él si era un monstruo, pero no tenía ni el tamaño ni la furia.

Era un poco más como si tuviera un traje de Iron Man, o como si fuera Superman, no lo podían lastimar.

Poco a poco se quedó dormido. Se preguntaba si era más como un súper héroe que como un monstruo.

A la mañana siguiente, cuando despertó, vio que la cama de al lado estaba ocupada y que su padre dormía apoyando la cabeza y los brazos en la cama.

Fue poco lo que se movió pero su padre despertó, había pensado que quizás había sido duro para el dormir allí y más en esa posición, Se podía escuchar en la habitación el pitido que hacia el monitor de los signos vitales de la persona al otro lado de la habitación no era capaz de ver quién o como era esa persona, seguramente había llegado cuando él estuvo dormido.

- Yuu hace unas horas llegó otro paciente a esta habitación, recuerda que no puedes hacer ruido, al parecer está muy mal y tuvo una noche difícil.

Kanda solo asintió, el solo veía el día pasar muy lentamente, la enfermera llegó con el desayuno y algunos cambios en su medicación, aun le costaba moverse con normalidad, menos mal que tenía una mano útil para poder comer, no podría soportar el hecho de ser alimentado como un bebé. Su padre había anunciado que no volvería en un buen rato, iría por algunas cosas a casa y también para llevar el reposo medico al colegio.

Después de la comida estuvo jugando con los canales de la tv, pero por más vueltas que daba a la programación descubrió que habían bloqueado todo dejando sólo los canales infantiles.

Cada hora, más o menos, la enfermera pasaba disimuladamente, cada dos horas hacía su ronda y revisaba desde el suero hasta su temperatura. Se dio cuenta que hacía varias horas que no iba al baño y temiendo que hubiese mojado a cama sin darse cuenta (como a veces lo hacía en casa mientras dormía) revisó las sábanas. Nada, en lugar de alguna mancha, se encontró con que un tubo salía de debajo de su bata, se levantó un poco para ver y descubrió que entraba justo en su... "pajarito", en su "cosita", en sus "partes privadas".

Se angustió de inmediato y tocó el tubo. No le dolía pero era muy raro tenerlo ahí. Con calma trató de seguir esa manguera con la vista y encontró una bolsa con un poco de líquido amarillo, de inmediato o entendió, como no se podía levantar, el habían puesto eso para que pudiera hacer "pipí" acostado.

En cuanto llegara su padre le pediría que le sacaran eso, estaba seguro de que con algo de esfuerzo podría ir al baño solo.

Si Alma le viera en ese estado seria vergonzoso, aunque si lo pensaba... Alma vendría a verle? el sonido del pitido le saco de sus pensamientos, si se fijaba la otra persona en su habitación no había hecho ruido alguno, es mas por un momento olvido que compartía habitación, con algo de esfuerzo trato de ver más allá apoyándose en el extremo de la cama, no podía moverse bien con esa "cosa" conectada "allí" el paraban apenas le permitía ver bien, solo pudo ver algunos mechones blancos en la almohada, de inmediato la idea que cruzo por su cabeza era que su compañero de habitación era un anciano, nada interesante la verdad, la poca curiosidad que tenia se esfumo y volvió su vista a la televisión, un sonido débil llamó su atención, haciéndole sobresaltarse. Una vocecita apenas audible.

La persona de al lado se quejaba. Escuchó que llamaba a alguien, luego algunos sollozos. Se extrañó al escuchar que era la voz de un niño. Trató de estirarse un poco para correr la cortinilla pero estaba demasiado lejos.

Se conformó y trató de ignorar el llanto, no era tan escandaloso como los que Alma tenía, pero en verdad ese niño debió haber sufrido un accidente grave pues él no lloraba y tenía roto un brazo.

Tal vez había caído de un edificio.

Hizo el esfuerzo con todo lo incomodo que le resultaba de acercarse, su padre quizás le regañaría por eso, la vocecita llamaba a un tal "Mana", lo más que pudo hacer fue tratar de hablarle aunque no le pudiera ver.

-Oye... llamaré a la enfermera.

No obtuvo respuesta solo estaba su respiración algo agitada mientras seguía susurrando ese nombre y el pitido que comenzaba a hacerse más molesto, opto por lo más inteligente que podía hacer y presionar el botón para llamar a la enfermera, esperaba que llegara pronto presentía que algo malo ocurría con esa persona.

La enfermera llegó apresurada y aunque se detuvo a ver a la persona a su lado, movió la cortina y le preguntó qué ocurría.

- Está llorando, creo que se siente mal - dijo Kanda señalando al otro lado de la habitación.

La enfermera le dio las gracias y fue a ver qué ocurría. Le había dejado un poco corrida la cortina y ahora podía ver un poco más. Esa persona tenía un vendaje en la cabeza.

Escuchó cómo trataban de tranquilizarlo. Le decían que pronto vendrían a verlo y le pidió descansar, pero no obtuvo respuesta. Salió de la habitación unos minutos y luego volvió con una aguja que vació en el suero de su compañero de habitación.

Los sollozos se fueron calmando, pero el chico seguía llamando a "Mana" cada vez más bajito hasta que se durmió.

Kanda pensó que debería conseguir un poco de esas jeringas para cuando Alma comenzaba a llorar.

Un rato después la enfermera regresó y lo hizo tomar sus medicinas. Se aburría tanto que pronto volvió a dormir. Esperaba que al despertar su padre ya estuviera ahí para llevarlo a casa.


NOTAS:

Vuelvo con un nuevo fic que estará un poco fuera de lo que suelo hacer pues esta vez los personajes no estarán en edad de hacer cochinadas (no por el momento). Espero que les guste.

Miles de besos a todos los que me han seguido en cada fic que escribo y en verdad espero no decepcionarlos con esta nueva historia. Saludos y abrazos!