Esta es una sería de viñetas que responden a la tabla Sentidos:Tacto de la comunidad 10 Instantes. El link de esta comunidad lo pueden encontrar en mi profile.
Saludos. ¡Y que sea de su agrado!
Disclaimer: Ninguno de los personajes utilizados me pertenecen…Todos provienen de la mente de mi querida Jotacá… Si Sirius fuera mío… Merlín sabe lo que le haría..!
04.Aspereza.
Si le preguntaran a Hermione que es lo que más le gusta de un
hombre, lo primero que le respondería sería: sus manos.
Inevitablemente, cada vez que conoce a alguien lo primero que hace es
fijarse en ellas. Y las de Sirius Black no fueron una excepción.
Luego de varios días de estadía en el número 12 de Grimmauld
Place, durante una sobremesa pudo observar detalladamente las manos
de aquel hombre. Definitivamente, no le gustaban. Eran grandes, y a
simple vista, parecían fuertes. Su piel estaba algo arrugada y
denotaba una clara aspereza. Sus dedos tenían algunos callos,
probablemente eran consecuencia de largos años utilizando la pluma.
No pudo evitar arrugar la nariz en señal de reprobación, gesto que
no pasó desapercibido para Sirius que levantó una ceja con algo de
diversión.
-¿Ocurre algo, Hermione?-preguntó con algo de
arrogancia en su voz. La sangre Black siempre estaba presente aunque
él haya renunciado a ese apellido muchos años atrás.
-No.-respondió
con la cara ruborizada.
-Me pareció notar que algo te…
¿desagradaba?...-respondió con una sonrisa de lado que hizo que las
rodillas de Hermione temblaran. "Por Merlín que bueno está",
pensó la chica ganándose como consecuencia una gran reprimenda
mental.
-Lo siento, Sirius. Es que… tengo una gran fascinación
hacia las manos… Y… no puedo evitar observar la de las demás
personas…-respondió más roja que un tomate.
El moreno alzó
ambas cejas. Al principio no había entendido el significado de la
respuesta de la chica porque se había perdido en el momento en que
la escuchó pronunciar su nombre… En la boca de ella sonaba tan…
sensual… En menos de un minuto se imaginó diversas situaciones en
las que la podía hacer repetir su nombre hasta el cansancio, pero
todo llegó a su fin cuando recordó que era una niña de 15 años y,
cuando esa joven había dejado de hablar hacia ya medio minuto y él
se había quedado callado como un idiota. Hermione ya empezaba a
mirarlo ansiosa, esperando su respuesta y él solo atinó a irse de
la cocina cuanto antes. Aquellos pensamientos lo habían afectado de
sobremanera y solo tenía tres opciones para calmar a lo que acaba de
despertar. 1) Cumplir todos y cada uno de sus deseos con Hermione. 2)
Volver a utilizar su mano luego de tantos años. 3) Dirigirse al baño
y darse una larga ducha de agua fría. Luego de unos minutos de
debate interno, decidió que la última opción sería la mejor. Con
la primera, se declararía un pedófilo en potencia, y
verdaderamente, no quería volver a Azkaban. Y con respecto a la
segunda, según él, eso era caer demasiado bajo.
Salió del baño
más relajado silbando una canción de Las Brujas de Macbeth. Entró
a su dormitorio y no había ni dado dos pasos cuando oyó golpes en
la puerta.
-Adelante.-dijo monótonamente. Se dio vuelta para ver
quien era y lo que se materializó frente a sus ojos lo dejó con la
boca levemente abierta.
-Sirius, yo… solo…este…bueno… en
realidad…-Hermione se había quedado sin habla. El ver al hombre
vestido solamente con los pantalones de su pijama, con su pelo
goteando agua y las runas tatuadas en su pecho hicieron que ella
perdiera la razón. Esto no pasó desapercibido para el moreno que
sonrío internamente. A decir verdad, el también estaba afectado.
Hermione había entrado a SU habitación y cerrado la puerta…Y ¡por
las calzas más sucias de Merlín!, estaba más linda que nunca…
Con un simple camisón y el pelo atado en una trenza.
-Yo…-respiró
hondo. ¡Debía serenarse!-VeníaapedirtedisculpasSirius-dijo muy
rápido como tratando de irse de allí lo antes posible.-No debí
decir que tus manos son feas y hacer ese gesto y…-Hermione perdió
el hilo de la conversación cuando una mano de Sirius se había
posado sobre su rostro. Cerró sus ojos instintivamente.
-Con que
mis manos son feas, eh…-susurró roncamente el
moreno.
-Yo…eh..Sirius…que…dios…que haces…-logró
articular cuando el hombre la había arrinconado contra la
pared.
-¿Qué tienen de malo mis manos, Hermione?-preguntó y la
aprisionó más. Definitivamente había perdido la cabeza.
-Son…
ásperas… y… grandes…-respondió con dificultad. El hecho de
sentir el cuerpo de Sirius tan pegado al suyo, con una inocente mano
en su mejilla y el aliento cálido de él rozándole su lóbulo
izquierdo provocaba que su cuerpo y su mente pidieran a gritos un
beso.
-Mmm… ásperas y grandes… interesante…-dijo en un
murmullo el moreno.- ¿Sabes todas las cosas que han hecho, y por
cierto aun pueden hacer, estas manos, Hermione?-agregó mientras con
la punta de su nariz rozaba el cuello de la chica. Hermione ahogó un
gritito.
-Puedes… cocinar… hacer buenos
en-encantamient-t-tos…-se estaba poniendo nerviosa y su rostro lo
demostraba, tenía la cara más roja que nunca. Esto a Sirius le
encantaba, amaba sentir que tenía el control sobre la otra
persona.-Sirius, esto n-no esta b-bien, déjame i-ir a mi habitación
(N/a: o.O WTF?, yo no le digo a Sirius que me deje ir ni
loca!!)
-Hermione-respondió disfrutando cada sílaba. Se estaba
excitando de sobremanera, y lo único que estaba haciendo era
escucharla hablar.- No puedo dejarte ir. Desde que llegaste que me
estás volviendo loco. Te paseas por la casa con tu pijama como si
esto no afectará a nadie, te muerdes el labio constantemente, y dios
mío, no sabes lo que eso genera en mi, hablas con ese tono de "me
sé todas las respuestas" que me dan ganas de callarte con un beso.
No lo resisto, eres tan jodidamente sexy, Hermione, y lo peor de todo
es que tienes 15 años y no te das cuenta que me estás volviendo
loco.
-Yo… Sirius…-no sabía que decir. Se sentía realizada,
completamente feliz. ¡Sirius le correspondía! Y ella no había
intentado nada, había salido todo naturalmente, ahora él se
acercaría le daría un suave beso y… STOP… No se podía, el era
muy mayor para ella, tenía 20 años más… Y encima era el padrino
de su mejor amigo… No quería ni imaginar la cara de Molly, que
siempre había peleado con Sirius, cuando se enterara lo que él
estaba haciendo con ella en este momento, seguramente lo castraría o
le gritaría hasta el cansancio o lo entregaría a los dementores.
Definitivamente eso estaba mal. Recurrió a su autocontrol, respiró
hondo y comenzó a hablar.- Esto está mal, Sirius. Eres muy mayor, y
Harry… Y Molly… los dementores…-hablaba sin sentido, no sabía
exactamente que estaba diciendo.
-Sí, ya lo he pensado.-dijo
simplemente el moreno con una sonrisa- Después de esto lo mínimo
que me harán será entregarme a los dementores. Pero iré feliz,
Hermione. Feliz de haber probado tus labios.-en menos de un segundo
acortó la distancia que lo separaba de su boca.
Al principio,
solamente presionaba sus labios con los de ella, pero luego comenzó
a incitar a la joven. Delineaba los labios de Hermione con su lengua,
mordía su labio inferior suavemente y la chica comenzaba a perder la
razón, sabía que no debía, pero la pasión le estaba ganando al
autocontrol. Entreabrió sus labios dejándole lugar a Sirius para
que haga lo que quiera con ella, subió sus manos hasta el cabello de
él, para despeinarlo y pudo sentir como se estremecía ante ese
contacto. La castaña sonrío internamente.
Sirius profundizó el
beso y posó una de sus manos en la cintura de ella, la otra se
encargaba de acariciar la espalda de Hermione por debajo del pijama.
La Gryffindor sentía que estaba perdiendo la razón, que se
encontraba en el paraíso.
Sirius era tan perfectamente perfecto
que ya ni recordaba su nombre, enredó sus piernas en la cintura de
él al tiempo que el moreno la empujaba más contra la puerta. Sus
pechos se chocaron contra los del hombre, provocando un gemido
ahogado del moreno. Las manos de Hermione acariciaban la espalda de
él, y las de Sirius vagaban por los muslos de la chica.
En el
momento en que la castaña comenzaba a sentir cuan excitado se
encontraba el moreno, este la depositó en el suelo y se alejó de
ella de inmediato.
Hermione tardó unos segundos en reaccionar,
cuando abrió los ojos se encontró con que Sirius estaba mirando por
la ventana de espaldas a ella.
-¿Qué…-comenzó a hablar pero
el hombre levanto una mano, aun de espaldas, y la hizo
callar.
-Tenías razón, como siempre. Esto está mal, debes
olvidarte de lo que pasó, fue un desliz… Soy un pederasta, nunca
debí…perdón-dijo roncamente
-¿Qué nunca debiste? ¿Qué
eres un pederasta? Pero por favor… Todo fue con mi consentimiento y
yo, realmente, no me arrepiento de nada.-chilló Hermione- ¡¿Cómo
vas a pedirme que me olvide de lo que pasó!? Estás completamente
loco, Black.
-Vete, Hermione. Va a ser mejor.-respondió sin darse
la vuelta. Tenía sus puños apretados con tanta fuerza que estos ya
tomaban un color blanco, estaba haciendo un esfuerzo tremendo para
contenerse y ella no quería marcharse. ¿Es que no se había dado
cuenta que estuvo a punto de hacerle el amor como nunca nadie se lo
podría haber hecho? ¿O es que realmente ella quería que él se lo
haga? Sea cual sea la respuesta él no lo averiguaría. Debía
serenarse, ella era una niña. ¿Pero que niña besaba de esa manera
y lo hacía perder la razón de esa forma? Ninguna otra mujer lo
había vuelto tan loco. Escuchó un sollozo y supo que Hermione
estaba comenzando a llorar. Cuando su corazón le ganó a su mente y
se dio vuelta para consolarla, abrazarla y decirle que en realidad no
quería que se vaya, oyó el ruido de la puerta al cerrarse.
Una
vez en su cama, Hermione cerró los ojos. Nadie la besaba y tocaba de
esa forma y luego se arrepentía. La castaña le mostraría a Sirius
lo que era capaz de hacer y, esperaba con ansias, que el moreno la
vuelva a tocar con esas manos que desde esa noche comenzaron a ser
sus preferidas, porque, después de todo, no eran tan ásperas
Espero que les haya gustado.
Nos encontramos en la próxima viñeta.
Y ahora sí!.
Dale al GO! Y deja un review si queres que Sirius te estampe contra la puerta y te bese y te toque con sus manos ásperas..!
Ro Malfoy
