FAN FIC BLEACH (titulo por encontrar)

¤÷(¤ TSUKI NO YUME ¤´)÷¤—

Sociedad de Almas…

Era una habitación bastante amplia y ordenada. En el centro había un sofá aparentemente cómodo, en él, una mujer de de cabello naranja descansaba tranquilamente. La luz que entraba a través de las ventanas, iluminaba directamente a una gran pila de documentos sobre el escritorio, que tenía que hacer equilibrios para no derrumbarse.

La mujer se incorporó mientras sonreía.

- ¿Necesita ayuda, taichou? - preguntó la mujer

Al otro lado de la torre de hojas, se oía el rasgueo de una pluma al escribir.

- Iie, no te preocupes – contestó una voz.

- ¿Por qué te empeñas en hacer el papeleo del 5º escuadrón? – la joven suspiró, - haces más del doble de trabajo que cualquier otro capitán.

Un muchacho apareció de detrás de los papeles, asomando la cabeza. Tenía el cabello grisáceo y una mirada bastante fría.

- Sabes de sobra que el 5º escuadrón no está pasando por su mejor momento, y aun no se han recuperado del todo – contestó serio, - es lo menos que puedo hacer por…

La puerta del despacho del 10º escuadrón fue golpeada, interrumpiendo la conversación de los dos jóvenes. El muchazo levantó la cabeza.

- Adelante, - dijo prestando atención. Un hombre con un kimono negro, pelo corto y rostro serio entró en el despacho.

- Hitsugaya-taichou, Rangiku-fukutaichou – saludó respetuosamente mientras inclinaba la cabeza, - Soy Rintaro Asari, oficial del décimo escuadrón. Tengo un comunicado del comandante Yamamoto.

Hitsugaya asintió para que procediera a leerlo.

- "Todos los capitanes disponibles de los trece escuadrones, así como sus subcapitanes correspondientes, han de presentarse inmediatamente en la sala de reunión, sin ninguna excepción. El tema a tratar será revelado en el momento de la reunión. Firmado por el Comandante Yamamoto Genryuusai, capitán de la primera división." – concluyó el oficial.

- Gracias, puedes retirarte – le dijo la subcapitana. El oficial asintió con otra inclinación de cabeza, y desapareció.

Hitsugaya miró a su subcapitana y frunció el ceño al ver como sonreía.

- ¿Qué te hace tan feliz? – preguntó, - es solo otra reunión en la que se hablará de los hollow y de la rutina de siempre, Matsumoto.

- No sea aguafiestas taichou – dijo la joven poniendo un puchero, - además, es la excusa perfecta para sacarte de ese aburrido papeleo.

- No es aburrido, Matsumoto - contestó con voz cansada el capitán, - es la obligación del capitán de un escuadrón, y la de un subcapitán, dicho sea de paso- le echó una indirecta a su fukutaichou.

- Lo que usted diga taichou – contestó ignorándole -, ¡Date prisa, Shirou-chan, tengo curiosidad, quizás sea algo interesante! – gritó mientras salía emocionada del despacho.

- ¡Es Hitsugaya-taichou! – gritó él, pero Matsumoto ya había desaparecido sin dejar rastro.

Mundo Humano, Ciudad Karakura…

Hacía un día estupendo. El cielo estaba teñido de un azul claro y totalmente despejado, no había una sola nube que amenazase con tormenta. Su mirada se perdía en los muchachos que corrían de un lado a otro por el campo de fútbol. Al parecer, su profesora se había puesto enferma o quién sabe qué, y les habían dado parte de la mañana libre. En ocasiones, los rayos de luz le golpeaban directamente en la cara, por lo que entornaba los ojos molesta. Parecía como si el Sol le sacase la lengua, burlándose de ella por estar encerrada mientras que otros corrían libres.

Después te patearé el culo… –se dijo mientras fruncía el ceño

Una brisa de aire entro a través de la ventana y le revolvió el pelo. Entornó los ojos.

Que agradable – pensó, - vaya, su olor me recuerda a… a Toushiro…

Sus ojos se abrieron de golpe, recapacitando en lo que acababa de pensar.

- ¡¿Toushirou!? – gritó. En ese momento, una tiza a gran velocidad golpeó su frente haciéndole una raya blanca, y pudo oír las risas y cuchicheos de sus compañeros.

- Itaeee… - susurró molesta

- ¡Kurosaki!, - gritó su profesora – ¿quieres dejar de soñar despierta y atender en clase?

- Hai, Akane-sensei…

Karin apoyó la cabeza en su mano derecha y se escurrió en el asiento. Pudo ver como su amigo Kenji la miraba con cara divertida, ella le devolvió una mirada amenazante. Él casi se ahoga por aguantar la risa. Ignoró a su amigo y miró a la pizarra; un montón de ejercicios que ni se había molestado en copiar. Últimamente se pasaba todas las clases en su propio mundo, pero…

¿Por qué demonios me acordé de Toushiro? – Suspiró, volvió a mirar a su amigo que estaba morado y parecía que iba a morir ahogado - mierda, a este no se le olvida hasta dentro de unos días…

Sociedad de Almas…

Todos los capitanes y subcapitanes se encontraban en la sala, guardando silencio. Hitsugaya echó un vistazo a todos ellos. A excepción de los ex-capitanes del tercer, quinto y noveno escuadrones, todos se encontraban allí. Incluso le sorprendió ver que, a pesar de su enfermedad, también estaba presente el capitán de la tercera división, Ukitake.

Al final de la sala, sobre una silla de alto respaldo, y sentado con su habitual postura, se encontraba el comandante Yamamoto. Cuando todos estuvieron reunidos, el capitán de la primera división carraspeo y comenzó a hablar.

- Ahora que ya estamos todos presentes podemos comenzar la reunión, - habló despacio y con voz clara. – A diferencia de los temas tratados estas últimas semanas, esto es algo más complejo que la aparición de unos simples Hollow en el mundo humano.

Al parecer Matsumoto tenía razón, - pensó Hitsugaya, y pudo ver como su fukutaichou sonreía, - ahora se pondrá insoportable…

- Hemos sabido que la presencia de Hollow en el mundo de los humanos ha aumentado considerablemente en estos últimos días, concretamente en la ciudad de Karakura. Todos ellos atraídos por un riatsu de gran nivel; fácilmente de un tercer oficial, descubierto recientemente.

La sala se llenó de murmullos rápidamente, y Ukitake fue el primero en hablar.

- ¿Se trata de un nuevo enemigo, Yamamoto-taichou? – preguntó con algo de preocupación. Después de todo, la Sociedad de Almas no estaba en sus mejores tiempos.

El comandante negó con la cabeza.

- No hay de que preocuparse. Concretamente no es un riatsu nuevo, tan solo que lo conocíamos como un leve poder espiritual, pero ha aumentado de forma bastante increíble – agregó.

Interesante… – pensó Zaraki, capitán de la undécima división, - lo del aumento del poder espiritual me recuerda a alguien…

- Creemos conveniente analizar más de cerca al humano portador de este riatsu, así como asegurarnos de que este no sufra daño alguno. Por ello, un capitán, acompañado de su subcapitán, acudirán al mundo humano – el comandante hizo una pausa, cerró los ojos y, al abrirlos, miró directamente a Hitsugaya, - capitán de la décima división, Hitsugaya Toushirou, y subcapitán de la misma, Rangiku Matsumoto. Ambos son los elegidos para realizar esta misión, partirán al mundo humano tan pronto como les sea posible, preferiblemente esta misma noche. ¿Alguna objeción? – preguntó.

- Ninguna, Yamamoto-taichou – respondió Hitsugaya

Entonces está decidido, ¿alguna pregunta? – Yamamoto observó a todos. Esta vez fue la capitana del segundo escuadrón; Soi Fong, la que habló.

- ¿Podría decirnos quién es el humano de tal poder espiritual? - preguntó con desprecio poco ocultado.

Todos aguardaron en silencio, haciendo sus propias suposiciones sobre el humano en cuestión. Yamamoto esperó unos segundos antes de responder con una voz imponente.

- Kurosaki Karin

¿¡Ella?! – gritó mentalmente Toushirou.

Matsumoto parecía muy feliz, y sus ojos brillaban de emoción.

¡Esto se pone interesante! – sonrió al ver la expresión de su capitán

Mundo Humano, Ciudad Karakura…

La campana que ponía fin a las clases había sonado hacía una media hora, y el instituto estaba completamente vacío. Una pequeña brisa hizo que un remolino de hojas bailase frente a ella, provocando que un poco de polvo se metiese en sus ojos. Se los frotó con cuidado y miro la hora.

Mierda, voy a llegar bastante tarde – pensó mientras se echaba la mochila al hombro y aumentaba el ritmo, - Yuzu me hará un interrogatorio…

La culpa de todo la tenía el idiota de Kenji. La había perseguido durante todo el día, incluyendo a la salida del instituto, acosándola con preguntas acerca del "chico misterioso" y burlándose de ella.

Si no fuera porque era su mejor amigo, le habría dado una paliza. Recordó la comida de hoy, había sido… diferente.

Se encontraba en la azotea del edificio, apoyando la espalda en la pared mientras observaba el cielo. Las nubes viajaban tranquilamente sin preocupaciones ni temores. A veces las envidiaba.

- ¿Dónde está el resto? – preguntó Kenji sentándose a su lado.

- Castigados,- respondió ella, - intentaron saltarse la clase de lengua para ir a jugar al fútbol, pero les pillaron

Karin abrió el bento que le había preparado Yuzu, guardándose la tela que lo cubría. Su almuerzo era algo sencillo; a ella no le gustaba que su hermana tuviese que prepararle cosas complicadas. Consistía en unas cuantas bolas de arroz, rellenas de pasta de judía y recubiertas por una lámina de alga nori.

- Están preocupados, - continuó llevándose una bola de arroz a la boca, estaba deliciosa. Kenji la miró sin entender. – Por lo del campeonato, ya sabes… quieren entrenar, creen que no seremos capaces de llegar a la final.

Kenji le quitó una bola de arroz de su bento, poniendo como excusa que el suyo se le había olvidado en casa.

- Todos estamos preocupados por el campeonato – el muchacho tenía la boca llena y al hablar, se le escaparon unos cuantos granos de arroz hacia Karin, - es muy importante para nosotros…

Una venita creció en la frente de la chica mientras se quitaba los granitos de arroz que había en su mejilla.

- Yo no lo estoy – respondió muy segura, - solo hay que ganar

- Como sea – dijo Kenji sin darle importancia al asunto, - ¿Quién es él?

- ¿Quién es quién? –levantó una ceja sin entender

- Oh vamos - sonrió, - el "chico misterioso", como era…- se llevó la mano a la barbilla como si estuviera intentado recordar algo, - Toshi… Totsu… ¿Toshitsugu? – preguntó dudoso.

-¿Toushirou? – Karin le miraba con el ceño fruncido

- ¡Eso! – exclamó feliz el chico, y luego recibió un capón por parte de ella.

Itaeee, oye, si tienes problemas amorosos no lo pagues conmigo – murmuró burlón

- ¡Te dije que no es nadie! – gritó, - solo fue un estúpido sueño en el que…

- ¿Amigo?, - ella se levantó y tiró los papeles a la basura, - ¿Novio?, - Karin se sacudió los pantalones y se levantó, - ¡Ja, lo sabía, es tu amante!, - El chico se cruzó de brazos asintiendo con la cabeza, y Karin le estampó la caja de bento en la cabeza.

- ¡¡Que no es nadie!!

Una gota resbaló por su cabeza al recordar la escena. Había sido un día agotador, pero también bastante divertido. Siguió caminando por la calle, perdida en sus pensamientos, sin ni siquiera darse cuenta de que ya había atardecido.

El "chico misterioso", ¿eh? – pasó por debajo de un puente, e hizo una mueca divertida, - así qué es verdad que no le recuerdan…

La carretera por la que caminaba estaba vacía y, a su izquierda, se encontraba una colina de verde césped, con multitud de árboles. Se sentó en la valla metálica y dejó que la brisa le revolviera el cabello.

- Aquel día nos encontramos justo aquí – Susurró. No pudo evitar sonreír tristemente al recordarlo, - hace cinco años…

Karin estaba con sus amigos entrenando, a la espera de que apareciera Toushiro. Después de retar a aquellos chicos a un partido, necesitaban un gran jugador; le necesitaban.

Karin corría en su busca, estaba segura de saber donde encontrarle. Y así fue.

Estaba apoyado en la valla, con el teléfono móvil entre sus manos. Su pelo grisáceo se movía con el viento.

- ¡Toushirou! – llamó mientras se acercaba. Paró en seco, con la respiración agitada y las manos en las rodillas.

- ¿Otra vez tú? – le dijo sin apartar la vista del aparato

- ¿Por qué no has venido a entrenar? – preguntó molesta

- Nunca dije que fuera a ir – Karin seguía cansada y gotitas de sudor caían por su rostro, - Además, no tengo mucho tiempo libre

- ¿Cómo es que estás tan ocupado cuando solo eres un chaval de primaria? – preguntó sorprendida

- Cállate – dijo suavemente mientras cerraba los ojos. Karin suspiró

- Eh, ¿por qué vienes a este lugar?- sentía curiosidad de por qué Toushirou acudía aquí cada día, - ¿Vives por aquí?

- Pues no, la verdad – contestó simplemente. No dejaba ni un segundo el móvil. Karin le miró en silencio, como esperando que continuase hablándola.

Toushirou miró al cielo. El sol se escondía entre las nubes, bajo ese cielo anaranjado; pintado con tonalidades muy diferentes, toda la ciudad se veía hermosa.

- Es el mejor lugar para mirar al cielo – susurró con una voz triste. Sus ojos brillaban mientras recordaba una vieja historia. – Me trae recuerdos…

- ¿Recuerdos? ¿Cuántos años tienes? – estaba un poco confusa

- No es de tu incumbencia – el chico se levantó para irse, cuando su teléfono sonó. Le echó un vistazo y echó a correr, si no fuera porque Karin le sujetó del brazo. El chico se sorprendió ante el contacto.

- ¡No vayas por allí! – el rostro de Karin mostraba una gran preocupación, soltó su brazo despacio, - bueno, eh… quiero decir… tengo un mal presentimiento – miró hacia otro lado intentado disimular, y escondió los brazos a su espalda.

Toushirou la miró seriamente, observándola con cuidado.

Será que ella puede… - un pitido interrumpió sus pensamientos. Al parecer el hollow había sido derrotado.

- Toushirou… ¿Qué pasa?

-Iie, nandemonai– Entornó los ojos. No sabía quien era ella, pero no quería preocuparla.

- Eh… - Karin dudaba de qué decir, - vendrás mañana, ¿no?

El muchacho la miró fijamente. Karin se perdió brevemente en sus ojos aguamarina.

- Quién sabe… – murmuró observando la puesta de sol

Karin despertó de sus recuerdos y sacudió la cabeza. Miró al cielo, las estrellas brillaban imponentes. Todo estaba en completo silencio e incluso había empezado a refrescar. Se había hecho de noche y no podía perder más tiempo soñando despierta. Recogió su mochila y salió corriendo hacia su casa. Tendría que pensar una buena excusa si no quería someterse a un duro interrogatorio…

En un descampado, una liebre que paseaba por entre la hierba, sin preocupaciones, corrió asustada de repente. Una gran puerta japonesa de color ocre, de aspecto antiguo y tradicional, apareció de la nada. Una franja de luz violeta salió de ella, dando paso a dos siluetas.

- Ya estamos aquí, - echó un vistazo al lugar, - vaya, nos ha dejado un poco lejos… - dijo algo sorprendida. El viento mecía su largo cabello.

- Lo sé – habló un muchacho a su lado, - no tenemos tiempo que perder Matsumoto, vamos – La joven asintió.

Emprendieron camino a través del cielo, a gran velocidad, camuflándose entre las estrellas.

Voy a verte de nuevo… - Toushirou sintió algo extraño en su interior, - Karin…

Y en un instante, junto con dos extrañas mariposas, los dos shinigamis se perdieron en la oscuridad de la noche.

Mientras, no muy lejos de allí, una chica daba vueltas en su cama sin poder conciliar el sueño.

¿Por qué te recuerdo ahora… - Susurró Karin a su almohada cerrando los ojos, - Toushirou…?