Holis, ¿Qué tal? soy Julieta Jaureguiberri y vengo con una historia algo corta sobre Angelic Layer que se me ocurrió hace poco luego de terminar de ver esta fantástica serie, espero la disfrunten

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Sentir por un día: Angelic Layer

Sentir por un día

Cap 1: "¿Realmente nos conocemos?"

Dio un salto con dos giros en el aire para esquivar un golpe directo de su atacante.

Hikaru, el Ángel de Misaki Suzuhara aterrizó y se colocó en pose de pelea. Su oponente, Wizard, controlado por Ohjiro Mihara, comenzó a correr a toda velocidad hacía el Ángel escarlata y, dando un salto, lanzó una patada en dirección a su oponente.

- ¡Hikaru! – Soltó Misaki y ordenó mentalmente a la pelirrosa a hacerse a un lado justo a tiempo. Aprovechando la desventaja temporaria de Wizard, Hikaru le propinó un gancho en el estomago, obligándolo a caer al suelo. Pero esto no alarmó a Ohjiro, quien parecía disfrutar del combate.

Con una patada al ras del suelo hizo caer a Hikaru de espaldas y levantándose de un salto se acercó a ella con dos pasos. La pelirrosa se incorporó con un poco de dificultad y lo observó desafiante. Ninguno de ellos se movió, sino que se mantuvieron alertas al primer descuido del otro para atacar. De repente, se oyó el timbre del teléfono. Ohjiro, desconcertado, miró en dirección al objeto y con una seña él y Misaki se quitaron los cascos de combate al mismo tiempo, dejando a sus Ángeles en donde estaban.

- ¿Diga? – Preguntó el chico al levantar el tuvo del aparato, mientras observaba a Misaki de reojo. La chica se levantó de su asiento y se acercó a el, curiosa. – Ah, hermano ¿Qué pasó? – Un silencio corto - ¿Qué Shuko que? –

- Mamá… - Susurró Misaki preocupada.

- Muy bien, vamos para allá – Contestó el chico y cortó la llamada.

- Ohjiro-san, ¿Qué pasó? –

- Parece que tu madre ha tenido una recaída -

- ¡Oh no! – Ambos tomaron sus abrigos, un paraguas para cada uno, y salieron apresuradamente del apartamento dejando abandonados a sus dos Ángeles, inmóviles, en la plataforma de entrenamiento.

Por la ventana, con las cortinas entre abiertas, se observaban unos densos nubarrones negros que amenazaban con largar todo su contenido en cualquier momento. Y no solo eso, sino que podían verse destellos entre ellos, indicando la presencia de rayos. Transcurrieron unos diez minutos y los Ángeles, aún inmóviles, esperaban el regreso de sus dueños para seguir con el combate interrumpido. De repente, varios rayos comenzaron a caer separados por fracciones de segundo, y dos de ellos dieron en el pararrayos del edificio en el que hasta hacía poco, se encontraban los dos jugadores de Angelic Layer, produciendo un salto de la térmica que afectó a los dos Ángeles con una descarga eléctrica. Ambos cayeron al suelo y se mantuvieron inmóviles por un momento…

Abrió sus ojos con lentitud. Se sentía pesada y adolorida, como si hubiese sido golpeada sin posibilidades de defenderse. Se incorporó hasta quedar en cuatro patas y levantó la cabeza. Veía un gran salón con sus paredes pintadas de colores calidos y con varios cuadros y fotografías enmarcadas colgadas en las paredes. Una de ellas, la más cercana, tenía una fotografía de Misaki junto a su Ángel, sosteniendo el trofeo del torneo que había ganado hacía un mes. Tardó un poco en entrar en razón. Miró a su alrededor, ¡Estaba en la plataforma! Se giró hacía la izquierda para ver a su Deus, Misaki, pero ella… ¡No estaba! No podía entender como se estaba moviendo sin recibir órdenes. De repente, vio a Wizard y se acercó a el.

El Ángel estaba sentado intentando recomponerse de lo que sea que le había golpeado y al ver a Hikaru tan de cerca no pudo evitar ponerse en guardia. La pelirrosa levantó ambas manos indicándole que se tranquilizara y luego le señaló hacía el lugar donde debería estar Ohjiro, su Deus, pero él tampoco estaba. Wizard arqueó ambas cejas, confundido. Hikaru lo ayudó a incorporarse. Ambos se miraron y luego a su alrededor en busca de sus Deus, pero al no oír nada entendieron que estaban solos. Volvieron a mirarse, esta vez de arriba hacía abajo, algo curiosos de poder moverse a su propia voluntad.

Hikaru, sin saber que hacer, comenzó a frotarse las manos enguantadas con cierta lentitud, entonces se sorprendió. Wizard la miró confundido. La pelirrosa se miró la mano izquierda y para darle a entender sin palabras lo que le había ocurrido a su amigo, le acarició la mejilla. El peliazul sorprendido apartó la mano de ella sosteniéndola con la suya, tras eso, permanecieron un momento inmóviles, hasta que Wizard, algo avergonzado, la soltó con suavidad. Ambos habían sentido el rose y las caricias, cosa que antes había sido prácticamente imposible. Hasta entonces, solo habían sido capaces de sentir el daño provocado por sus oponentes en las peleas, pero nada más.

Una melodía se escuchó en la habitación, llamando la atención de ambos Ángeles, quienes miraron en todas direcciones en busca de la fuente de aquél sonido. De repente, Hikaru divisó lo que parecía ser un celular – Aunque ella no sabía lo que era- pero lo que le interesó era que la música era lenta, similar a un vals, y sin pensárselo se encontró bailando al compás de aquella música tan relajante. Disfrutando aquello con un arrebato de diversión tomó a Wizard de la mano y lo obligó a bailar con ella. Aunque el chico se mostraba bastante enrarecido por la actitud de su amiga, no tuvo más opción que seguirle la corriente. Pero, tan pronto comenzó la música se detuvo, dejando a ambos Ángeles sumidos en ese incomodo silencio que volvió a reinar en el apartamento, además de estar peligrosamente cerca el uno del otro. Se miraron, extrañados otra vez. De repente, el sonido de la llave en la cerradura de la puerta del apartamento, hizo que se separaran dando un paso atrás y se pusieran alerta.

La puerta del apartamento se abrió y entraron Misaki y Ohjiro, totalmente empapados por la lluvia a pesar de haber llevado paraguas.

La chica pelimarrón se acercó a la mesa de entrenamiento y observó a ambos Ángeles, ahora inmóviles, con cierta extrañeza.

- Ohjiro-san… - Dijo sin apartar la vista de Hikaru y Wizard.

-¿Qué ocurre Misaki-san? – El chico se sacó el abrigo empapado y lo colgó en el perchero para acercarse a donde estaba la joven.

- ¿Aquí fue donde quedaron Hikaru y Wizard? – Preguntó Misaki señalando a los dos Ángeles.

- Puede ser… - Ohjiro pareció dudar – No estoy seguro – Misaki se dirigió a su asiento para tomar el casco de combate mientras era observada por Ohjiro. Estiró la mano para recogerlo, pero apenas lo tocó con los dedos le dio corriente obligándola a apartar la mano.

- ¡Ay! – Soltó. El grito ahogado de Ohjiro distrajo su atención. Miró hacía la plataforma - ¡Hikaru! – El Ángel que respondía a ese nombre había recibido una descarga eléctrica y cayó atontada en brazos de Wizard, Quien la sostuvo inconcientemente preocupado. Los dos chicos se sorprendieron y se quedaron mirando a ambos Ángeles con cierta incredulidad. Ante sus ojos, Wizard se agachó con lentitud para recostar a, la aún atontada, Hikaru.

- I-Imposible… - Soltó Ohjiro totalmente escéptico

- Se están moviendo por si solos… - Continuó Misaki. - ¿Cómo es posible eso? – Ambos se miraron. En ese momento Hikaru se incorporó temblando hasta quedar sentada y miró con miedo a Misaki. La chica se sintió muy mal y con los ojos llenos de lágrimas le pidió disculpas. – Lo siento, lo siento… ¡Yo no quería…! ¡No sabía, lo juro! – Miró a su Ángel quien levantó ambas manos para calmarla en silencio. - ¿Estas bien? – Le preguntó. La pelirrosa meditó unos segundos, para luego asentir. – ¡Que bueno! –

- Será mejor que le avise a mi hermano, seguro que le interesará – Comentó Ohjiro y observó a Wizard. – Cuida bien de Hikaru – Le ordenó, el peliazul asintió. Y el chico se dirigió al teléfono mientras Misaki y Hikaru lo observaban con sorpresa.

El timbre de la casa distrajo a los cuatro. Ohjiro, aprovechando su cercanía a la puerta la abrió para darle paso a la pequeña Hatoko, acompañada por su Ángel Suzuka.

- ¿Qué tal están? – Preguntó con ese tono de respeto, totalmente desentonarte con su edad.

- Bien… Hatoko-chan… Ven a ver esto – La llamó Misaki, sentada en el suelo, mirando hacía la plataforma.

- ¿Qué ha pasado? – La niña, junto a Suzuka se acercaron mientras Ohjiro cerraba la puerta y regresaba al teléfono. A modo de respuesta a la pregunta de la niña, Misaki dijo

- Wizard, Hikaru… Suzuka llegó –

- Misaki ¿Qué…? – Se quedó helada al ver como los dos Ángeles se movían por si solos y la miraban con cierto respeto. – Oh… Dios… Es… Imposible – Articuló. - ¿Cómo…? –

- Acabamos de llegar y… Los encontramos así – Resumió Misaki también desconcertada.

- Mi hermano ya viene… Y dice que tu madre también… - Respondió Mihara colocándose junto a Hatoko.

- Pero ella… -

- Ya sabes como es… -

- Puedo… - Preguntó Hatoko con la mirada perdida. Los otros dos la miraron. – ¿Podría… Intentar…? - Continuó

- Si… ¿Por qué no? – Le permitió Ohjiro. – Pero me temo que no puedes utilizar los cascos, están electrificados… -

- Además tienes a Wizard y a Hikaru que atraparan a Suzuka. – La tranquilizó Misaki.

- Bueno – Agradeció Hatoko y dio dos pasos hacía atrás - ¡Ve, más rápido que la luz y el sonido, Suzuka! – Lanzó a su Ángel hacía la plataforma. Atravesó el campo magnético y comenzó a caer. Wizard y Hikaru se apresuraron a colocarse en posición para atraparla justo a tiempo y la recostaron por un momento – Parece… - Comentó decepcionada la niña – Que no se va a mover… - Para su sorpresa, su Ángel se incorporó lentamente y se la quedó mirando, enrarecida. - ¡Suzuka! ¡SUZUKA! – Soltó ilusionada acercando su cara a la plataforma.

- Se está… Moviendo… - Comentó Misaki un tanto escéptica. Mientras ella y Ohjiro se acercaban a la niña. Hatoko sonreía de oreja a oreja, mientras su Ángel era ayudado a levantarse por Hikaru y Wizard.

- Pero… ¿Cómo…? –

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Proximo: "Un misterio de Ángeles"

Parececiera imposible... Pero no lo es, ahora eran testigos de aquél acontesimiento... ¿Y ahora? Ante algo bueno, tmb hay algo malo oculto... ¿Que sucederá ahora con Hikaru y los demás?

Espero que les haya gustado este primer capi Dejen rrs, porfis, asi lo continuo!!