Marinette y Adrien estaban cambiándose y arreglándose para ir a sus respectivos trabajos. Marinette como diseñadora de la industria de Gabriel Agreste y Adrien como modelo de la misma.
Ellos vivían en el mismo departamento. Un idea mutua que pensaron al estar trabajando en el mismo lugar para llegar más temprano al trabajo como pasar más tiempo juntos, ahora que era novios.
Los cuales se estaban preparando. Por el lado de Adrien, este se ponía la camisa, comenzando a abotonarsela. Por la parte de Marinette ella estaba enfrente del tocador teniendo en mano un lápiz labial rojo pasión, quien se miró al espejo y probo su nuevo lápiz labial, diferente a los que usaba con la intención de poder verse más madura. Al terminar de ponérselo, noto en el reflejo del espejo como Adrien se posicionaba detrás de ella y ponía sus manos en sus hombros.
— Cada día te ves más hermosa —Le coqueteo, esbozando una sonrisa ladeada.
— Y tu más adulador —Contesto con una sonrisa y un inevitable sonrojo en sus mejillas.
El rió y provocando que gire el cuello. La beso.
— Mmm —Articulo al separarse.
— ¿Que sucede? —Al ver su cara con un expresión de extrañeza.
— ¿Cambiaste tu lápiz labial?
— Si ¿Qué pasa? —Le pregunto un poco asustada— ¿No me queda bien? —Cuestiono ahora mirándose en el espejo.
— Marinette te queda espectacular, pero... ¿Por qué lo cambiaste?
— Porque los que usaba antes eran infantiles, solo quería usar un lápiz labial que me hiciera ver más... madura —Confeso con la cabeza gacha, avergonzada.
— Marinette —La llamo —Cierra los ojos —Le pidió tomando los dos costados de su cara y apretándolos levemente.
— ¿Qu...
— Te voy a pintar los labios —Le interrumpió antes de que pudiera intentar hablar. Entonces busco encima del tocador un lápiz labial de los que su novia anteriormente usaba y comenzó a pintarles los labios con ese color que era parecido al otro.
— Escucha Marinette, no me importa si ese lápiz labial te hace ver más madura, me gustan los otros, los que tiene esa esencia, brillo y sobretodo sabor —Le explico y cuando termino de aplicárselo, se acercó a sus labios estando centímetros y susurro: Además tienes que recordar que yo soy el que todos los días prueba tus labios.
Con eso dicho, la beso. Quien la aludida había abierto los ojos muy sorprendida ante esa revelación, enrojeciéndose de un carmesí, pero a las milésimas de segundos, los cerró. Correspondiéndole el beso, el cual Adrien disfrutaba a pleno el sabor dulce de sus labios, hasta que se separaron por la busca de aire.
Y cuando se recuperó Adrien con una sonrisa de lo más picara y ya Marinette sintiendo como su pobre corazón ante tanta galantería iba a explotar. Él modelo espeto: Y este sabor cereza es absolutamente delicioso.
Entonces el corazón de Marinette se detuvo por un momento.
