¡Hola chicos! Vengo a dejar esto por aquí, porque me llegó de golpe a la mente y tan rápido como pude lo escribí. No sé, no es la gran cosa, ni es mucho pero bueno ustedes dirán.
¿Me dejarían un reviews por favor? Se los agradecería mucho, al igual que todos los anteriores.
Gracias por leer.
Besotes
B~
Jace lo sabe, tiene plena consciencia de lo que ocurre dentro de su hogar. Lo siente cuando la besa, cuando la abraza, pero sobre todo puede sentirlo cuando le hace el amor.
Él podría jurar que ve los pensamientos de Clary cuando está sobre ella, atacando su boca y su piel, mientras se adentra en lo más profundo de su cuerpo, y entonces lo sabe. No es Jace en quien ella piensa, no es Jace el que ella desearía que la estuviera amando.
Porque no es Jace a quién ella ama.
Pero él no se queja, aunque si se pregunta muy a menudo como es que llegaron a aquello, como ella llegó a convertirse en lo que es ahora, pero la respuesta simplemente no aparece.
Sabe que su amor es tan grande como para abarcarlos a ambos, o al menos eso se repite cada mañana al despertar y ver a Clary acurrucada en el extremo opuesto de la cama; también cuando están almorzando junto a sus pequeños hijos; o cuando salen en un paseo. Y sobre todo cuando la mira a los ojos, sin encontrar en aquellos orbes verdes ningún rastro de cariño. Se conformaría tal vez con la pena, pero ella está vacía. Ya no tiene sentimientos.
No está seguro de cuál es la razón por la que él soporta aquello que lo está lastimando, que lo destruye y hunde en las profundidades de su desolada mente, que oscurece su alma... Si es que alguna vez tuvo una. Puede que sus niños sean la luz al final del camino pero... ¿cuánto tiempo podrá él permitirse verla?
Desearía que fueran nuevamente adolescentes apasionados. Aquellos que se escondían por los rincones de la Academia a besarse, que luchaban juntos y se amaban sin retenciones. Desearía que pudieran tener nuevamente aquel vigor... Una vida al menos, y no haber caído en aquel terrible limbo interminable y torturador.
Lamentablemente, algo que si es de su conocimiento, es la persona que podría hacer feliz a su esposa. Alguien que ella se arrepiente de no haber conocido antes, de haber tenido la fuerza de perdonarlo y el coraje de quererlo a tiempo. Alguien por quien ella daría incluso su vida.
Su hermano, Jonathan Morgenstern.
El nombre que Clarissa repite cada noche entre sueños.
¿Quién sabe no? Tal vez mañana sería un buen día para abrazar su cuello con una dura soga, y si lograba resistirlo entonces sería un buen día para apreciar la vida.
