Los personajes de esta historia no son para nada míos, pero la historia me pertenece.

Vaya si me pertenece…


TIGHTEN UP.

Sakura.

El silencio de la noche era embriagador, absoluto.

No podía dejar de observar una peculiar mancha en mi techo y no precisamente por gusto, tampoco es que pudiera moverme mucho en esta situación.

Gire mi cabeza un poco, encontrando la misma imagen que tenía a mi lado desde hace ya varias horas: El gran Shaoran Li, profundamente dormido. Otra vez.

Me tome el tiempo suficiente para analizar las facciones que tan bien conocía; una nariz recta, los labios tensados, la melena chocolate en guerra y esas espesas cejas que enmarcaban la mirada ámbar.

Aun recuerdo esos años de infancia y tierna rivalidad, cuando lo conocí.

Toda la primaria nos habíamos dedicado a competir en absolutamente todo: deportes, talentos, materias -he de admitir que él siempre me vencía en ello- e incluso amistades, cuando trate de quitarle la amistad de Eriol y él la de Tomoyo, lo cual por supuesto no funcionó.

En fin, con los años nos llegó algo de madurez en la secundaria, por lo que comenzamos a tratarnos de forma más civilizada y terminamos haciendo migas.

Descubrimos ser tan parecidos, comenzamos a salir en grupo con los demás y a juntar un millones de memorias, de las cuales sin duda seguiremos riendo cuando viejos.

Y ahora henos aquí, en nuestro segundo año de prepa.

No importaba el paso del tiempo, él siempre lucía igual.

Confiado, soberbio, desafiante, superior, atrayente… estúpido.

-¿Qué tanto miras?

Ahh claro, me faltaba grosero.

-Nada.

No supe cuanto tiempo llevaba despierto, pero no pude evitar el calor de mis mejillas al ser pillada mirándolo.

Y tampoco pude evitar la sonrisa socarrona y presumida por su parte.

-Mentirosa.

Y sostuvimos la mirada, sólo un poco más…

Y él se acerco, sólo un poco más…

Hasta que no pude resistir.

-¡AUCH! Hija de…

-¡Heey! Calladito y educado, pobre de ti si Touya te llega a escuchar…

-No fui yo quien pateo tu espinilla.

-No fui yo quien se paso de idiota Shaoran. Vamos, sé un poco más amable, no quieres que te acuse con Fuutie…

-Ni lo menciones, está vuelta loca…

-Es tu culpa, ¿Quién mierda esconde las cajetillas en el cajón de ropa interior?

-Bueno bueno, me queda claro que no fue mi más grande idea. Necesito otro escondite…

-Bien, pero debes volver pronto a casa Shao, me siento mal por mentirle de esa forma- intente, poniendo la cara que él llamaba "Perro triste y lambiscón". No funciono mucho, pero al menos pareció pensarlo.

-Vamos nena, has mentido peor.

-Y siempre es por ti…

-Es porque me amas- dijo, como siempre.

-Pero tú más a mí- respondí, como siempre.

-Eso no lo dudes.

Yo solo atine a expandir mi sonrisa ante esas palabras

-Es bueno que lo tengas claro, querido…

Shaoran simplemente se encogió de hombros y desvió la mirada, como hace siempre que quiere minimizar sus gestos más tiernos.

-Como sea, gracias por dejarme dormir aquí Saku, supongo que Fuutie ya ha recibido suficiente castigo con dos noches…

-No la hagas sufrir más, volverás a casa mañana.

-Sí, sí… tampoco es como que quiera irme, eh- dijo, al tiempo que me guiñaba un ojo

-¿Ah no?- respondí, adivinando sus intenciones.

-Nop.

-Ya veremos qué te parece dormir mañana con Touya, me parece que su cama es más cómoda.

Dije, alzando un poco las cejas. Pareció pensarlo un poco, pero al fin lo soltó.

-Tal vez, pero no me da ningún trato especial.

Dijo, mientras levantaba las cejas sugestivamente y se acercaba un poco más por debajo de las cobijas.

A lo que respondí, por supuesto, con un jalón de oreja tremendo.

-¡Aghh, Sakura!

No, él no está coqueteando conmigo, simplemente es la rutina.

-Vamos nene, no abuses de tu suerte. A dormir, que mañana toca lite a la primer hora y la maestra ya me trae en joda.

-Deberías agradecerme tú a mí, cuando duermo aquí llegas a tiempo a clases

-Uhm… cierto.

Me acerque un poco a él y di un fugaz beso en su nariz.

-Gracias Shao, eres el mejor.

-Lo sé nena, que descanses.

Dijo, mientras me daba un último guiño y se giraba, acomodándose para otra ronda de ronquidos.

Me encanta pasar el tiempo con mi amigo.

Sus gestos, los vicios y travesuras que compartimos, la confianza que nos tenemos, saber absolutamente todo de él y que él sepa todo de mi, poder leer hasta su más tonto pensamiento, su forma de ser, su forma de vestir, su cabello alborotado con ese aroma tan peculiar…

Que pasara lo que pasara, el siempre estuviera ahí para mí. Me lo había demostrado miles de veces.

Y aun mejor, que por increíble que parezca, el solo sea eso para mí: Mi único y mejor amigo.

Nuestra amistad siempre se ha desenvuelto en ese ambiente ligero e intimo; él no tiene a ninguna otra amiga tan especial, ni yo a otro como él.

De hecho no recuerdo haberlo visto tan cercano con ninguna chica. Jamás.

Por supuesto, este tipo de relación ha causado todo tipo de chismes alrededor. Muchos compañeros e incluso profesores juran que somos novios, aunque eso se tranquiliza cuando Shaoran llega a tener alguna novia, las cuales tampoco logran distanciarnos ni un poco.

Que se jodan todos.

Me siento muy feliz con nuestra amistad, me complementa demasiado y no incluye todas las complicaciones que una "mejor amiga" tiene: celos, rivalidad, chismes… cosas de chicas que detesto.

Con Shaoran todo es sencillo y alivianado: no existen secretos, rivalidades, celos ni ninguna de esas mierdas.

Debe ser por su carácter.

Debe ser porque nos conocemos desde siempre.

Debe ser porque compartimos todo.

No sé, no me importa.

Mientras sus ronquidos comenzaron a sonar en mis oídos, supe que no cambiaría a mi amigo por nada y tampoco dejaría que nada cambiara entre nosotros.

Nada.


Me alegraría mucho saber si les gusta la historia o no, prometo que se pondrá interesante jaja.

Nota final: NO, Shaoran no está enamorado de Sakura.

Gracias por leer (: