Se levantó la mañana de un lunes para ir a clase, aunque se le pegaban las sábanas, consiguió vestirse y desayunar. Siempre iba lento de un lugar hacia otro, como si tuviera todo el tiempo del mundo (por esta misma razón perdía numerosas veces el tren que le llevaba al instituto). De camino miraba las notificaciones de su móvil, había algunas de su grupo de amigos, Sabo y Luffy, algunas preguntas de compañeros sobre qué deberes había para entonces (como si él lo supiera), pero ni rastro de la notificación que buscaba.
Ace tenía novio, mientras que él iba al último curso de preparatoria, su chico ya iba a la universidad, él le veía tan maduro, tan intelectual, no parecía de esos universitarios que solo bebían e iban de fiestas de noche. Marco sabía divertirse pero ante todo era responsable. Ace siempre había considerado que Marco le había ayudado a enderezarse y a elegir siempre lo mejor, desde que le conoció.
-Cuando estaban a punto de entrar en la preparatoria, Sabo, Ace y Luffy hablaban de lo mal que les iban a ir los próximos cursos.
-Que no os extrañe que deje de hablar por "whats", fijo que tengo que guardarlo bajo llave para que no me entretenga. –Bromeaba Sabo.
-Venga, ya será para menos! –Decía el moreno pecoso.
-Pues al final mi padre se ha salido con la suya y tendré que tomar clases de un profesor particular. –Dejó soltar un bufido, pensando en las horas de videojuegos que ya veía desaparecer. –Un universitario.
-Buah. Y tu padre cree que un universitario podrá ayudarte? Si solo piensan en ir de fiesta! –Pensaba el único rubio de los amigos. –O al menos es lo que pienso hacer yo cuando lo sea.
Luffy asintió con la cabeza cruzándose los brazos.
-Yo lo sé, pero él no. Es un tal Marco.
-Marco? –Se extrañó Ace. –Je, menudo nombre.
Fue un recuerdo que le golpeó de repente. Esa había sido su primera expresión de su actual pareja, reírse de su nombre. "Qué maduro", sonrió pensándolo. Cuando llegó al instituto entró por los pelos, pues el conserje Jimbei le dejó entrar a pesar de haber cerrado ya la puerta y haberla abierto especialmente para él. Ese conserje y él se habían hecho grandes amigos desde que Ace entró al instituto, y esa amistad se traducía en detalles así. Llegó bien a clase y así empezó el lunes, el típico lunes en el que sin querer iba a empezar a pensar en cosas que le transformarían anímicamente y psíquicamente.
Ante las miradas cansadas de sus profesores tenía un poco de tiempo para mirar el facebook. Él jamás se había considerado celoso, pero era obvio que comparando la actividad en la página entre su novio y él, quitando las peticiones de los juegos de Luffy del Candycrush, la suya era nula, mientras que la de Marco estaba llena de fotos etiquetadas, de comentarios de compañeros, de links compartidos... A pesar de lo abierto que había sido siempre, desde la muerte de su madre se había ido retrayendo, por ello aunque hablara y se llevara bien con la gente, jamás profundizaba con nadie, a excepción de estos 3 chicos. Lo único más parecido a otro amigo era su compañero de mesa, Law. Dejando a un lado su tono contestón con todo el mundo, le caía bien por lo despreocupado que era a veces y cómo siempre le preguntaba francamente cómo estaba.
Ese día el pecoso era un saco de suspiros, solo pensaba en Marco, y es que no le contestaba a ningún mensaje. La noche anterior habían tenido una fuerte discusión y ambos tenían demasiado orgullo para volver a hablar. Reflexionando sobre ello... Seguirían siendo pareja tras la última discusión?
Espero que esta historia guste, va a ser más psicológica que otra cosa, así que aquellos que quieran sufrir un poco, pasen y vean! Cuantos más reviews, más ganas tendré de continuar! *^* Aunque con que lo siga una persona lo continuaré, porque esta historia tengo ganas de escribirla.
Gracias por pasarse~
