Aquí vengo dejando otra historietas de las mias. Dije que me iba a tomar un respiro, pero en realidad es que necesitaba un tiempecillo para saber cuales de las historias me convencía mas publicar. Me he decidido por esta.
No explicaré mucho en que consiste porque no quiero dar spoiler precipitadamente, pero si deciros que será movidita ( como ya os tengo acostumbradas).
Y supongo que esto es lo que os interesaba escuchar XDDDD...``Recordar que tiene categoria M. Osea que es para mayores de 18. Contendrá escenas muy, pero que muy subiditas de tono. O por lo menos eso intentaré. Aun me da un poco de corte escribir sobre ciertas cosas, pero si ustedes estais dispuestas a leer pues yo encantada de intentarlo. Me encantaria que me dierais vuestra oponion en algunos aspecto para saber si esta dentro de los limites ( se que muchos de vosotros os pasais las advertencias de la edad por ahí... XDD) ´´
Espero que guste y si no también querría saberlo. Aquí estamos todos para aprender.
Dedicación especial para este capi a mi angelito de la guarda ( Angelito97-Delena). Gracias y mil gracias por la portada. Eres un sol. A las demas recomendaros sus historas, son muy buenas ;)
Sin mas, un saludito de vuestra servidora...( nunca mejor dicho :P )
MJ.
Elena huye desesperada de una situación traumatica en su casa. Encaminada hacia su nueva vida en New York, el trabajo que encuentra allí no es ni mucho menos lo que ella espera. Es algo mucho mejor... [ Todos humanos]. Aviso: puede contener escenas sexuales. Solo para +18 !. Los personajes aquí descritos no me pertenecen. Son propiedad de LJ Smith y la cadena CW.
TRES SON MULTITUD
Elena
Hay ciertos limites que una persona nunca debería sobrepasar. El innombrable, como lo pienso llamar a partir de ahora, lo ha hecho y es algo que jamás perdonaré.
Mi vida no ha sido sencilla, prácticamente mi adolescencia me la pasé rogando a Dios por vivir un segundo de tranquilidad. Dejando los estudios a muy temprana edad para mantener mi casa y a mi familia, ninguno de mis sacrificios habían sido agradecidos. Mas bien todo lo contrario y ya que me estaba hartando.
No puedo pretender ayudar a alguien cuando no quiere tu ayuda, aunque esa persona sea tu madre. ¿ Quiere seguir con ese desgraciado?. Que lo haga, a mi ya no me importa.
Por lo pronto yo estaba mas obcecada en borrar los últimos días y prepararme ante el nuevo reto que se me presentaba. Mi futuro no estaba sellado a Mistic Falls y lo mejor que pude hacer era largarme de ese maldito pueblo. Por eso me dispongo a ir a New York. Una enorme ciudad, donde puedo empezar de cero y nadie me conoce.
De todos modos no estaré sola. La cabecita loca de mi amiga Caroline me acompaña en esta aventura y gracias a ella conseguimos una entrevista de trabajo. Fenomenal, porque el dinero nos hará falta cuando lleguemos.
Sentadas en el autobús, dejo volar mi imaginación tras el cristal de mi ventana y pienso en que todos los sueños que me faltan por cumplir. Con tan solo veinte años, puedo comerme el mundo y nada ni nadie me lo va impedir.
- Estas bien?-
- Lo estaré cuando pares de preguntármelo cada cinco minutos.-
- Lo siento, es que estás muy callada y el viaje es largo. Me aburro...- se reclinaba en el asiento.
- No tengo ganas de hablar.- mantengo mi seriedad.
- Estas preocupada por tu madre?-
- Ya no.-
- Acaso te arrepientes de venir conmigo?-
- No.-
- Mejor. Porque creía que te bajarías en la primera parada. Tienes que auto convencerte de que irnos de Mistic Falls es lo mejor que nos va pasar. Allí no hacemos nada. Para la gente somos escoria porque simplemente no tenemos dinero como ellos.-
- Lo sé-
Que me iba a contar. Sufrí la mayoría de burlas por parte de esos pijos en el instituto.
- Te aseguro que no los echaré de menos. Si tenemos suerte y nos podemos quedar a vivir en New York, hemos triunfado.- explica ilusionada.
- Pues como no nos den ese trabajo vamos a durar muy poco. Estamos a dos velas, Car.- le recuerdo para que sea mas realista.
- Tu por eso no te preocupes. La entrevista nos la llevamos de calle. Pero tú nos has visto?- presumía señalando nuestros cuerpos y me sacó una sonrisa.
- Y donde nos quedamos esta noche?- le di un poco de charla.
- En la casa de mi tía, pero mañana si todo va bien ya no tendremos que preocuparnos por el alojamiento.-
- Refrescame la memoria... ¿ De que era ese trabajo?-
Cuando hace unos días Caroline me comentó que tenia planeado irse a trabajar a New York, no me lo pensé dos veces. Pero la verdad es que no escuché nada de lo que vino después. Prácticamente he estado un poco ausente e inmersa en mis propios pensamientos.
- Pues mi tía no ha concretado mucho, pero decía que necesitaba chicas jóvenes para limpiar casas o algo así.-
- No estaremos cayendo en alguna red de prostitución, no?- le pregunté con temor al comprobar que no tenia mucha noción.
- No!- se ofendió- Mi tía es un cacho pan. Nunca me haría eso.-
La rubia se sorprendería del daño que puede hacerte uno de tu propia sangre.
- Esta bien. Sea lo que sea, menos prostituirnos, tenemos que cogerlo. No podemos permitirnos rechazar nada.-
- Pues si... Oye!, y como crees que serán los chicos de la cuidad?.-
- Sinceramente?, me da igual.- contesté apática.
No es un tema que me apetecía abordar ahora mismo.
- Oh, vamos Elena. Ya no vives bajo el yugo de tus atosigantes padres. Deberías abrir las puertas de tu corazón y de paso también las de tus piernas- suelta una de sus clásicas indirectas.
- Caroline!.-
- Que?. Solo digo que podemos dar con nuestro príncipe azul en cualquier lugar. Te imaginas que nos echamos unos novios del Upper East Side?-
- Esto no es Gossip Girl, Car.- la bajo de la nube.
- Lo se, pero soñar es gratis, no?-
Revolví mis ojos y seguí mirando por la ventana. Aun quedaba camino por delante y muchas cosas de las que reflexionar.
Bajamos en la estación y corrimos hacia la salida como si de dos turistas extranjeras nos tratásemos. De hecho lo eramos. Yo jamas había pisado este sitio y mi amiga cuando tan solo era un bebe, por lo que estábamos ansiosas en verlo todo con nuestros propios ojos y no a través de una pantalla de televisión.
- Madre mía...- pude pronunciar antes de que perdiera mi vista en esos altos rascacielos.
- Esto es alucinante.-
La gente iban cruzándose de un lado para otro sin ni siquiera mirarse a la cara, los taxis amarillos se apelotonaban en la entrada y hasta la peste a alcantarillado me gustaba. Este es el ajetreo que necesito y se que mi vida aquí no será nada fácil, pero estoy encantada de intentarlo.
Nos permitimos el pequeño lujo de coger un taxi para dirigirnos a nuestro destino, mas por miedo a ser atracadas que otra cosa, pero por lo visto su tía vivía en la otra punta de la cuidad y nos llevaría mas de dos horas llegar entre metros y mas autobuses.
Total, nos presentamos en su puerta mas o menos una hora después con tanto atasco, aun así la zona donde paramos era muy tranquila y apacible.
- Oh, ya estáis aquí!- nos recibió una mujer cincuentona, de larga melena morena y actitud dicharachera.- Que bien... ya estaba preocupada. Creí que os habíais perdido.-
- No tita, pero casi.- respondió Car dándole un tierno abrazo.
- Que grande y guapa estás. Pareces una modelo oye.- su risa era contagiosa y fuerte, igual que el manotazo que le pegó a la sobrina.
- Tita, está es mi amiga Elena. Elena, ella es Isabel.- hace las correspondientes presentaciones.
- Encantada señora. Y muchas gracias por dejarnos dormir esta noche.-
- No hay de qué, pero por favor, de señora nada. Llámame por mi nombre. Y podéis quedaros cuanto queráis. No voy a dejar que mi sobrina duerma bajo un puente.-
- Gracias tita.-
- Elena. Tú eres hija de Miranda Gilbert, no?-
- Si, seño... Isabel.-
- Eramos amigas en el colegio. ¿ Como está?. Sigue con Jonh?-
- Si. Es mi padre.- dije con pesar.
- Wow! Llevan una eternidad juntos. Si ya salían desde el instituto. Hay que ver... una vida juntos...- suelta nostálgica.
- Si, si...- la interrumpió la rubia para cambiar de tema. Sabia perfectamente como me sentía respecto a ellos- Ahora cuéntanos los del trabajo que no lo tenemos muy claro aun.-
Esta vez si estuve atenta a toda la información. Mañana era la entrevista y tenia que ir preparada.
- Pues os comento. Es como una especie de casting para una de las comunidades mas lujosas del Soho. Buscan chicas jóvenes para amas de casa, limpiar, cuidar de los niños, etc, etc...-
- Ahora hay que pasar un casting para ser limpiadora?.- preguntó en forma de queja mi amiga.
- Y por qué quieren a chicas jóvenes?.- pregunté por lo que mas me interesaba.
Era un termino que no me convencía del todo.
- Ya sabes como son los ricos. Necesitan aparentar y que mejor tener a una chica guapa y joven sirviendoles la mesa.-
- Vaya por Dios, salimos de Mistic Falls para no aguantar mas niños pijos y ahora trabajaremos para ellos...- lamentaba.
- Eso si consigues pasar la entrevista. La comunidad de propietarios que lo organiza es una de las mas adineradas de la cuidad. Por lo que también quieren a personas responsables y sobre todo discretas.-
- ¿Que pasa, que las señora de la casa prefiere no enterarse lo que hace su marido con la sirvienta?- bromeó la rubia riéndose ella sola.
- Te aseguro que son muy estrictos con ese tema. Entre los propietarios hay políticos, actores, cantantes, gente como mucho poder que no quieren arriesgarse a que la asistenta airee sus trapos sucios por la tele. Se cubren las espaldas y es normal. Por eso lo del casting. - explicaba para que se lo tomase enserio.
- Y cuantos puestos hay vacantes?.-
- Solo cinco y allí os encontrareis con veinte chicas mas seguramente. Se que no es el trabajo que esperabais, pero os prometo que está muy bien remunerado. Las asistentas que trabajar para esa comunidad suelen ser las que mas cobran de New York.-
Lo que dijo ya me gustó mas. En un principio el dinero era lo que necesitábamos y ya luego ya se iría dando lo demás.
Al estar al tanto de todo lo que teníamos que hacer para mañana, Isobel nos mostró la pequeña habitacion donde dormiríamos y yo me moría por una ducha después del largo viaje por carretera.
Cuando salgo del baño con la toalla enredada al cuerpo me encuentro a Caroline portando en sus manos dos vestidos de fiesta y me sonríe insinuante.
- Ni lo sueñes. Estoy cansadisima.-
- Oh, vamos Elena. Estamos en New York!. Quizás mañana no consigamos ese trabajo y nos tengamos que volver al pueblo. Deberíamos aprovechar.-
Escuchar de que hay una mínima posibilidad de volver a Mistic Falls me atormenta demasiado y sacudo mi cabeza para borrarlo de mi mente. Ni por todo el oro del mundo vuelvo yo allí.
- Y tampoco lo conseguiremos si llegamos a esa entrevista resacosas perdidas.-
- Solo será un ratito. Vengaaaa...- suplicaba como una niña caprichosa.
No se en que momento me convenció, pero de repente me vi enfundada en un fino vestido prestado y confeccionado por Caroline. En eso no había discusión. La rubia era un hacha para la moda, le encantaba diseñar y como nunca podía permitirse comprarse alguno de marca, no tenia reparos en plagiarlos.
- Nos faltan los Manolos, pero creo que estos tacones del mercadillo darán el pego .- decía delante del espejo.
- Pues yo creo que esto está demasiado ceñido- tire un poco de la tela- Y este escote ...- para nada estaba cómoda.
- Lo que te pasa es que no estás acostumbrada. Tu padre siempre te reñía cada vez que enseñabas mas de lo debido. Menudo machista.-
- Nos vamos ya?- no quería que me lo volviera a nombrar.
A las puerta de un exclusivo club, Caroline fue directamente para la puerta pasando de esperar la cola. Sorprendentemente el gorila de la entrada nos miró de arriba abajo y nos dejó pasar sin ninguna objeción. Claramente ir vestidas así de provocativas ayudaba y mucho.
Dejamos nuestros abrigos en el guardarropa y pronto nos pusimos en marcha para sacar un par de copas gratis. Siempre era la rubia quien daba el paso con los tíos, yo no tenia esa facilidad. Mi actitud con ellos se resumía en un par de charlas, beber la copa que nos invitaban y si te visto no me acuerdo.
Quería mantenerlos alejados de mi vida por ahora y esperar a que curasen mis heridas. Algún día mi príncipe azul aparecerá, pero en este momento me era imposible llevar una relación.
- Me encanta esta canción!. Vamos a bailar.- tira de mi hasta la pista.
Una vez allí la mayoría de lo chicos se nos quedaron mirando y yo empecé agobiarme.
- Caroline, es mejor que hoy no bebamos nada. No tengo ganas de aguantar al buitre de turno por una sola copa.- le dije en forma de suplica.
- No, Elenita. Esta noche vamos a ligar. Tenemos que buscarnos unos amiguitos que nos enseñen todo esto.- la escucho y me llevo la mano a la frente.
¿ Que he hecho para merecer esto?
- Por favor. Bailemos un par de canciones y vayámonos.-
- ¿ Pero que te pasa?. Antes eras el alma de la fiesta y desde que has salido de Mistic Falls estas deprimida. Tanto los echas de menos?-
- Quieres dejar de recordarmelos?-
- Es que llevas una ultima semana super rara y me extrañó mucho cuando aceptaste venirte conmigo tan de repente.-
- Estoy bien, Car. Solo estoy cansada y me quiero ir a dormir.-
- Jooo...!- resopló- Paso de discutir contigo. Cuando quieras me lo cuentas, pero yo no me voy de aquí hoy sin beber algo.- se empecinó.
Conté hasta tres y me relajé.
- Esta bien, busca alguien ya y así terminamos antes.-
Mientras bailábamos paseó la mirada por toda la sala para encontrar a su presa y por la expresión iluminada que puso, creo que dio con ella.
- Elena!- tira de nuevo de mi brazo y hace presión con sus dedos.
- Me haces daño.-
- No te gires, pero a las 12 en punto hay un Dios griego apoyado en la barra y no para de mirarnos.-
- Car, esto esta lleno de tíos salidos. Es normal.-
- Si, pero este tío no es normal...-
Cuando fui a comprobar disimuladamente la razón de tanta expectación me encontré con los ojos mas bonitos que había visto en mi vida. Azules como el mar, pero a la misma vez tan profundos como el océano. La curiosidad y sensualidad con la que me miraba contrastaba con la suavidad de una tierna sonrisa que me dedicó.
Sentí que los colores se me subían y me pase el flequillo por detrás de la oreja de puro nervio apartando contacto visual con él.
- Mmmmm, Elenita. Te mira a ti.- me espeta exaltada.
- Es algo mayor, no crees?-
- Que va. Tendrá los treinta y tantos. Y para nada es viejo.-
- Para nosotras si.-
- Bah!. Tu sigue bailando. Si quiere algo que venga él.-
- Pssss, pues que va querer?. Lo que quieren todos.- le quito hierro al asunto.
- Si. Y por lo visto tú estarías encantada de dárselo.- bromea.
- Caroline!-
- Vale, vale... ya paro.- bufa- Cuando termine la canción nos vamos, vale?- accede fastidiada.
Me tranquilizo cuando me da su palabra y respiro hondo para bajar mis pulsaciones. Dios!. Como un hombre te puede mirar como un diablo y sonreírte como un ángel?.
Damon
Dos minutos en esta puñetera fiesta y ya me quiero ir. Sino fuera porque tengo que ejercer de mejor amigo no estaría metido en esta guardería.
Enzo llevaba dos meses mal y necesitaba mi ayuda. Poco a poco estaba saliendo de la depresión por perder al amor de su vida, como él la llamaba. Para mi simplemente era una ramera que lo quiso dejar seco.
- Me lo estoy pasando de puta madre, colega. Gracias por acompañarme.-
- De nada.- nos acercamos a la barra.- Cuando me llamaste para salir no daba crédito. Normalmente es siempre al revés.-
- Para que veas las vueltas que da la vida.- llama alzando su brazo al camarero.
- Una pregunta. Por que hemos venido a este club?. Esto esta lleno de niños de papá y mamá.-
- Porque con la mala suerte que tengo seguro que me encuentro esa zorra en algún sitio y no tengo ganas de ver como se enrolla con otro delante de mis narices.- se enfurecía nada mas imaginárselo.
- Ok, ok.- lo intento tranquilizar- Vamos a tomar algo y disfrutemos de la noche.-
- Se que no son los lugares que te gusta frecuentar, pero necesito cambiar de aires. Ademas aquí hay muchas universitarias cachondas. Alguna caerá.- se frotaba las manos.
- Son todas unas niñas, Enzo.- le hago un gesto con mi mano señalando a la pista mientras yo le pido al camarero.
- Wow, wow, wow!- escucho su silbido y me da dos toques para que mire yo.- Pues esa rubia no parece tan niña. Para mi que es toda una mujer. Fíjate en su culo...-
Eché un vistazo y la espalda de una chica esbelta con una larga cabellera rubia bailaba a unos metros de distancia en frente nuestra. Hablaba con alguien, pero no podía ver con quien.
- Lo dicho, unas niñas.- repetí sin cambiar de opinión.
De repente la chica se hizo a un lado y mostró el tesoro guardado que tenia tras ella. Hablaba con otra chica morena, supongo que su amiga, y parecían que estaban discutiendo.
Me llamó mucho la atención la forma en la que se llevó la mano para darse un pequeño golpe en la frente e involuntariamente me hizo sonreír. No estaba cómoda en este ambiente, se le notaba. Como yo, no dudaría en irse de esta patética fiesta.
Por un momento me quedé absorto en su hermosa cara y me extrañó observar como sus chispeantes ojos marrones escondían una gran tristeza. Luego simplemente se dio la vuelta. Quise mirarle el culo, pero lo que realmente deseaba era seguir contemplando su mirada.
- Pero que tenemos ahí!. Son dos. Y la amiga también está de pan y moja.-
- Estás loco. Para ellas seremos unos viejos. Pierdes tu tiempo.- intento por todos los medios que no lleve a cabo lo que está pensando.
- Perdona?. Lo de viejo dilo por ti. Apenas hemos superado los treinta.- se molestó por mi acusación.- Te demostraré que no es así.- se abrocha la chaqueta y se prepara para ir.
La verdad es que el vestido de esa chica delineaba su figura a la perfección y mi mente solo podía imaginarse como seria quitárselo para descubrir lo que en él guardaba. Por no hablar también de su bronceado natural. La hacia resaltar sobre las demás, aunque pareciese que estuviese enfadada, estaba igual de guapa.
De repente me doy cuenta de que la rubia nos mira y unos segundos después lo hace ella con disimulo.
No se cortó en mantener sus ojos puestos en mi y de inmediato sentí la inocencia en su rostro. Curvé un lado de mi boca cuando sus mejillas enrojecieron y se pasó el flequillo tras la oreja retirando su mirada.
- Vaya, vaya... Creo que a la morena le has gustado. Perfecto, yo me quedo con la rubia.- me da una palmada en la espalda y se encamina hacia allí.
Yo creía que Enzo no se iba atrever y me sorprendió hasta el punto de tener que ir a por él. No quería molestarlas y sobre todo arriesgarnos a que nos rechazaran.
- Enzo, espera. No seas gilipollas. Nos van a mandar a la mierda.- le susurro al oído cuando en menos de dos segundos estamos delante de ellas.
A partir de aquí me tengo que mantener sereno.
Enzo se pone tras la rubia y yo me pongo tras de él. Conozco los métodos de ligar que tiene mi amigo y seguramente se ganará una buena bofetada. Carraspea un par de veces y le da dos toques a ella en el hombro para que se de la vuelta.
- Perdona...- pone su voz de ligón- se te ha caído un papel.- le señala al suelo.
La chica no entiende nada pero aun así mira.
- ¿ Que papel?- pregunta desconcertada.
- El que te envuelve, bombom.- termina y se queda tan pancho.
Yo mire al cielo y negué con la cabeza. Un intento de risa que escuché hizo que dejara de prestar atencion a mi amigo y me centrara de nueva en esa desconocida me que tenia descolocado.
La ternura con la que me observaba creaba un efecto en mi que no podía describir. ¿ Por qué no podía parar de mirarla?.
- Así ligas tú?. Pues vaya decepción.- espetó la rubia jactándose de él.- Creía que al ser mas madurito tendrías mejores tácticas.-
- A que te refieres con eso de madurito, rubita?-
Se enzarzaron en una ridícula pelea de la que ninguno saldría ganador. Yo en cambio puedo correr mejor suerte...
- Hola - gesticuló con su boca tímidamente.
- Hola- respondí igual y con sigilo me puse a su lado.- Tendréis que perdonar a mi amigo. Lleva tiempo sin tratar con mujeres.-
He dicho mujer?. Si apenas diez minutos era una niña para mi.
- No me lo tienes que jurar. Pero ha tenido su gracia.-
- Si, en eso Enzo es el mejor.-
Ambos mirábamos como nuestros amigos peleaban por no se que asunto de una apuesta.
- Cuando quieras spaguetti te desmonto esa teoría.- le dijo la rubia irritada.
Lo del mote supongo que venia porque ya mi amigo le comentaría que era medio italiano.
- Venga. Si demuestras que estoy equivocado te invito a una copa.- la retaba.
- Hecho.-
Desaparecieron delante nuestras narices en dirección a la barra. Allí se pusieron en una esquina, pidieron algo y retomaron la discusión.
- Esto es increíble...- comentó irónica.
- Por lo menos nos han dejado en buena compañía.- me puse en frente.
- Ahm...yo soy Elena.- me ofrece su mano.
- Un placer, Elena- la recojo y me la llevo a la boca besando sus nudillos.
Siento como tiembla levemente ante el roce de mis labios y le dedico las mejores de mis sonrisas.
- Yo soy Damon.-
- Encantada, Damon.-
- Bueno... quieres una copa?.- pregunté para romper el hielo.
- No gracias. Te apetece a ti bailar?-
- No me gusta bailar.-
- Ahm. Vale...-
Vaya ...primer momento incomodo. Ahora el adolescente era yo porque no encontraba las palabras exactas con la que contrarrestar. ¿ Que me pasa? Yo no soy así.
- Podemos ir a la terraza.- solté como ultimo recurso- La noche esta estrellada y no hace frío.-
- Pues...- dudó.
- Prometo no utilizar mis tácticas de ligar contigo.- alcé mis manos para tranquilizarla.- Me gustaría charlar sin todo este ruido entre los dos, eso es todo.
Le saqué una pequeña risa para después asentir.
- Pero donde haya gente.-
- Es lo justo...- le dejé pasar primero y que eligiera el sitio.
Salimos al exterior de un gran balcón donde ya no había tanto bullicio y solo unos cuantos fumadores y algunas parejas permanecían alejados de la fiesta.
Aproximándonos a la barandilla, los altos rascacielos se alzaban ante nosotros y ella admiró todo a su alrededor con esperanzas e ilusión.
- No eres de aquí, no?- me atreví a preguntar.
- Tanto se nota?-
- Mas por tu amiga que otra cosa. Parece que viene de Los Angeles.-
- Si... Caroline suele llamar mucho la atencion. En cambio yo soy mas reservada.-
- Eso es bueno. Las cosas hermosas nunca pretenden llamar la atencion.-
Ante mi halago esboza una sonrisa y me mira. La candidez en sus ojos me tiene anonadado, sin contar con la gran pureza que me trasmiten. Absortos el uno en el otro, parpadeo un par de veces para regresar a la realidad.
- Bueno... y... cual es la razón de venir a la cuidad mas espectacular del mundo?-
- Empezar de cero, supongo.- no lo dijo muy convencida y desvió su mirada hacia el horizonte mientras se apoyaba sobre la barandilla.
- Pues has venido al sitio adecuado. Aquí puedes empezar de cero cuantas veces quieras y ser la persona que te de la gana.-
- No quiero ser quien me de la gana. Quiero ser yo misma.-
Vaya... estaba totalmente asombrado por la madurez con la que hablaba. Conforme pasaban los minutos me demostraba que no era la típica adolescente rica y tonta. Eso, con la sensualidad inocente que tenia, me estaban llevando a un estado de completa locura.
- Y tú?. Trabajas o ... haces algo aparte de gastar tu fortuna en estos sitios?-
- Por que supones que tengo dinero?-
- Tú te has visto?.- me repasó empezando de abajo arriba hasta que se encontró con mis ojos y rápidamente se arrepintió de su pregunta.- Lo siento, pero seguro que tan solo la chaqueta de cuero que llevas tiene que valer un pastón.- comenta nerviosa cambiando de tema.
- Y tú te has visto?.- le devolví la pregunta.- Ese vestido que llevas es de un buen diseñador y tampoco a tenido que salir barato.-
La carcajada que a continuación soltó me cogió de improvisto. No es que me quejara de escuchar ese lindo ruido, pero no entendía nada.
- He dicho algo gracioso?-
- No es nada.- me hizo un gesto con la mano para que no le diera importancia- Mejor cuéntame de que trabajas.-
- Soy investigador...-
- De la policía?-
- No. Investigador medico.-
- Oh, vaya... Luchas contra el sida o algo así?-
- Digamos que estudio enfermedades, si.- no profundicé mucho.
- Eso es muy importante.-
- Para nada si no obtienes buenos resultados.-
- Como que no?. Tal vez este hablando con el hombre que obre un milagro y cure el cáncer en el futuro. Para mi es todo un honor.-
- Gracias, pero para eso falta mucho. Y... no creo en los milagros.-
- Dicen que existen y, en algo hay que creer.- encogió sus hombros de una forma simpática.
- Soy un hombre de ciencias. No creo en nada que no pueda tocar con mis propias manos.- mi cuerpo actúa por cuenta propia y le acaricio su mejilla.
Baja la mirada con timidez y se pasa otra vez el flequillo tras la oreja apartando levemente su rostro. Es un gesto que tiende hacerlo mucho y por lo que veo es cuando se siente cohibida o nerviosa. A mi por lo pronto me encandila y con mi dedo indice levanto su mentón para que alzara sus ojos hacia mi.
- No escondas tu mirada, por favor.- le pedí en un susurro.
Dios... ¿ Pero que me ocurre?. Ahí estaba otra vez esta condenada atraccion. Es fácil sentirla cuando tienes delante a un bellezon, pero a diferencia de lo que me pasa con otras mujeres, con ella existía una conexión especial y no tenia idea de donde provenía.
De repente se fija en mis labios y respira como si le faltara el aire provocando así mis ganas por atrapar los suyos. Probar el sabor de su boca es lo que me apetecía en este momento y no podía esperar mas para hacerlo. Me acerco con sigilo y con la aproximación ella va cerrando sus ojos dándome la confirmación oficial de que también quiere esto.
- No se porque te sigo escuchando...- la voz de la rubia saliendo al balcón nos hizo separarnos de inmediato.
Hice una mueca de fastidio cuando tomo una distancia prudencial.
- Porque sabes que llevo razón.- Enzo la seguía mientras venían hasta nosotros.
- Elena, ahora ya nos podemos ir. Este capullo me ha estropeado la noche.- decía echándole las culpas a mi amigo.
- Pues que sepas encanto que tu también me la has estropeado a mi.- responde a su acusación sarcástico.
- Caroline, se mas amable.- le pedia Elena.
- Amable?. Este tipo no se merece ni eso. Vamos!.- se dio la vuelta dándole con su melena en la cara a Enzo y volvió a entrar.
- Lo siento mucho.- se disculpó y eso la hizo mas grande ante mis ojos.- Caroline tiene mucho genio. Encantada de conoceros. Adiós.-
Da dos pasos para atrás y se despide con su mano. Apresura su paso para alcanzar a su amiga y yo no supe como reaccionar.
- Vas a quedarte ahí parado como un pasmarote?. He visto que estabas a punto de besarla. Por que no terminas el trabajo?. Por lo menos que moje uno de los dos.- me animaba Enzo.
- Ahora vengo-
Le hice caso y fui tras ella. En la calle la llamé a lo lejos justamente cuando se subía a un taxi y ocultando su alegría vino hacia mi.
- Si?- presionaba su pequeño bolso con los dedos.
- Me preguntaba si ...- ahora el nervioso era yo y me dio por rascarme la cabeza- Te volveré a ver?-
- Ahm...- vaciló- ¿ Por que no dejamos que lo decida el destino?. Así cuando un día nos encontremos podrás creer en los milagros. -
No era la respuesta que esperaba escuchar, pero no me quedó mas remedio que aceptarla. Apenas me conoce, es normal que una chica de su edad no se fíe de un desconocido. Al fin y al cabo quizás ella no este tan interesa como quiero creer, aunque todos los indicios me digan lo contrario.
- Tampoco creo en el destino..- enmascaré mi insistencia para obtener otra respuesta.
- Bueno, así probaremos si existe, no?.- rompió con todas mis ilusiones.- Realmente a sido un placer, Damon. Ya nos veremos.-
Se mete en el taxi con su amiga y me quedé paralizado cuando se despide de mi con la mano al bajar la ventanilla. El coche se pone en marcha y desaparecen de mi vista al gira por una de las calles.
Impresionado, esa era la palabra que define mi estado actualmente. Esa niña, chica, mujer o como quiera llamarla me dejó totalmente impresionado. Aun no comprendo cual es la razón que me ha llevado a cometer la locura de coquetear con ella y sobre todo el impulso de impedir que se vaya de mi lado. Y si nunca la vuelvo a verla, jamas lo sabré.
