Bueno... Es la primera vez que subo un fic a FanFiction. Ya he escrito otros, no muchos pero lo he hecho. Primero que nada les quiero decir algo personal; Tengo el defecto de ser muy vago. Por lo que tendré suerte si escribo un capitulo al mes. Se los digo para que no piensen que voy a escribir uno por semana, es más ni siquiera se si podre escribir uno al mes. Segundo; Me comencé a interesarme en esto de Jelsa (JackxElsa) por un vídeo que encontré en Youtube, que es una adaptación de la canción "Libre soy" para Jack. No esta muy cambiada, pero eso me hizo volver a FanFiction y buscar algunas historias y después de un tiempo se me ocurrió una propia. Espero la disfruten y me dejen comentarios, que a lo mejo eso me motiva a escribir más.
Casi lo olvido; Todos los derechos de autor y de personajes de las películas Frozen y Rise of the Guardians, pertenecen a sus respectivos creadores (Disney y DreamWorks) Historia escrita con el propósito de entretener y no con fines de lucro.
Me dijeron que si no ponía eso era posible que borraran mi historia.
Capítulo 01: Un Encuentro Programado
Mientras la tranquila noche transcurre, dos cometas; uno color dorado claro y otro negro. Ambos uno al lado del otro, recorren los paisajes del mundo; praderas, desiertos, selvas, ciudades y océanos. Estos cometas parecen tener voluntad propia, ya que cada uno hace movimientos propios, como zigzaguear, girar alrededor del otro o usar su estela para hacer escrituras en el cielo. Además parece que ambos están compitiendo, ya que por momentos el cometa dorado parece adelantarse al negro y viceversa.
Finalmente en algún punto en medio del océano. Ambos cometas se detienen. Por lo que su forma de cometa cambia a la de unos niños de unos 11 años cada uno. El cometa negro tenía la piel color ceniza, pelo negro opaco y su ojo derecho era rojo, mientras que el otro es color purpura. Lleva una camisa blanca, con un chaleco negro, pantalón negro opaco y unas botas de cuero negras. Sobre todo esto lleva una capa, con capucha negra con los bordes rasgados, su cuerpo parecía engendrar oscuridad. Él otro niño por otro lado tenía un color más vivo de piel, incluso tiene las mejillas rosadas, pelo rubio dorado y su ojo izquierdo es celeste, mientras que el otro es color ámbar. Llevaba una camisa igual a la de su compañero, pero el chaleco tenía un color dorado, mientras el pantalón es de un color marrón claro y de calzado lleva unos zapatos de cuero color beige, su cuerpo parecía emanar luz. Ambos niños tienen el mismo rostro y gesto sonriente en sus caras. Ambos se mantenían flotando, separados por unos 4 metros.
-No me parece justo, que esto siempre pase cuando te estoy por ganar.- Dice el niño de piel color ceniza con un tono feliz en su voz.
-¿Ganarme? Tú nunca me ganarías, en una carrera.- Le responde el rubio con el mismo tono.
-Como sea.- Responde, ignorando las palabras de su compañero. -Ahora tenemos que encargarnos de esto.- Levanta su mano derecha y sobre la palma abierta, aparece una esfera negra.
-Tienes razón. Después resolveremos esto.- Mientras levanta su mano izquierda y de la misma forma que paso con él morocho; hizo aparecer una esfera, luminosa.
Ambas esferas se alejan de sus creadores para acercarse la una a la otra. Una vez que ambas esferas se tocan, varias sombras comienzan a revolotear, rodeando así a los dos niños y sobre las sombras aparece una estela de color dorado que no se desvanece, la cual se envuelve alrededor de todas las sombras y una vez que la estela forma una esfera, de color dorado y consistencia sólida, en un instante se achica hasta desaparecer, con los dos niños en su interior.
Ambos niños aparecen en un lugar oscuro cuya única iluminación salía de un dibujo en el suelo. El dibujo está constituido por cientos de puntos, algunos parecían más grandes que otros. Los puntos no están agrupados en ninguna forma en especial, sino al azar sin formar ninguna imagen en particular. Los puntos tiene un sólido brillo naranja, haciendo imposible, que uno se pierda el más pequeño punto.
-Bien. Es hora de buscar.- Dice el rubio, mientras agacha la cabeza y busca entre los puntos, separándose de su compañero, quien hace lo mismo y busca entre los puntos. En poco tiempo uno de los puntos llama su atención, por lo que se pone en cuclillas, para poder verla mejor. -¡La encontré!- Oye de su compañero, quien sobre su palma izquierda, flota uno de los puntos naranja. Su compañero lo mira serio, por lo que el de la vestimenta dorada pregunta. -¿Qué?- Y este le responde. -Yo también lo encontré.- Y a la vez con la punta de su dedo índice, de su mano derecha, toca el suelo justo donde está el punto naranja en el cual se concentró, separa la punta de su dedo del suelo y poco después el punto se separa del suelo. El morocho se para y expone frente a su compañero el punto, quien solo reacciona diciendo. -¿Eh?-
Un rato después...
Ambos personajes estaban uno frente al otro, mirando fijamente los dos puntos naranja, que estaba en medio de ellos dos.
-No es un error.- Dice el chico rubio, mientras mira ambos puntos mostrándose deprimido por la situación.
-Esto es nuevo. Son dos problemas, en dos universos diferentes.- Habla él morocho, con un tono molesto por la situación.
-No creo que tangamos opción. En este caso tendremos que intervenir personalmente en esto.- Dice él joven del ojo celeste, terminando la frase con un suspiro.
-No tan rápido.- Le responde su compañero. -¿Me permites?- Le dice el niño vestido de negro, mientras apunta a uno de los dos puntos frente a él, su compañero solo inclina la cabeza hacia abajo, afirmando la petición.
Él joven de piel pálida, con su dedo índice derecho, toca unos de los puntos, con lo que arriba de este punto, aparecen varios símbolos ilegibles. -Podemos usar a ella.- Explica, mientras con el mismo dedo toca el otro punto naranja, sobre el cual aparecen otros símbolos ilegibles muy similares a los primeros. -Y a él.- termina de aclarar, mientras el joven luminoso mira los símbolos y pone un gesto, como si intentara entender lo que le explican.
-No entiendo, ¿por qué ellos dos?- Pregunta sin entender el plan.
-Es básico, nuestro problema es que no podemos enviar a dos personas a dos mundos distintos.-
Explica, pero su compañero lo interrumpe, para continuar la explicación. -Pero si enviamos a uno de ellos al otro y los dejamos resolver un problema a la vez.-
Vuelve a explicar el de la capa rasgada.-Por lo que no tendríamos por que intervenir.-
Ambos se comienzan a sonreír mutuamente. Como si de compañeros de un crimen se tratasen.
-Además...- Agrego el vestido de negro. -Ambos comparten similitudes con sus poderes, por lo que podemos enlazarlos entre ellos y no con nosotros.-
-Esto no podría ser más perfecto.- Agrego el rubio feliz por la situación. Por lo que él morocho solo agregó.
-Ahora solo queda resolver ¿A quién enviamos, a dónde?-
Él rubio mira a ambos puntos y concluye. -Él de él no parece estar muy afectado, por lo que podemos enviarlo con ella.-
Su compañero solo se aleja y responde. -Bien yo iré con el tú ve con ella y prepárala. Creo que allá es navidad ¿no?- Una vez dicho eso, desaparece en la oscuridad del ambiente en donde están.
En Inglaterra, se encuentra presente una gran y fuerte tormenta de nieve.
Sobre el techo superior de la Torre de Isabel, la cual estaba adornada con luces navideñas, esta recostado un joven de piel y cabellos blancos, ojos azules y cejas castañas. Viste una remera de mangas largas color celeste, un chaleco azul con capucha y unos pantalones verde agua con cuatro bolsillos; dos a la altura de la cintura y los otros dos al de las rodillas, estos últimos se cierran con velcro. En sus manos sostenía un cayado, que recostaba sobre su hombro derecho. Sus ropas además de ser de tela fina, tienen rastro de escarcha, con diseños de cristales de hielos. Y a pesar de la época él joven no usaba ninguna clase de calzado.
Él joven Con una mirada tranquila y una sonrisa en el rostro, observa la ciudad que resistía la fuerte tormenta, sin siquiera verse afectada, por lo que comienza a cantar para pasar el tiempo.
-La nieve pinta la montaña hoy,
No hay huellas que seguir,
En la soledad un reino,
Donde el hielo vive en mí,
El viento ruge,
Y hay tormenta en mi interior,
Una tempestad que de mi salió...-
Su canto es interrumpido por un ruido parecido a una explosión. Él joven comienza a mirar a su alrededor y ve lo que se podría describir como un agujero en el cielo, del cual sale volando un trineo rojo empujado por renos, que tenían una apariencia feroz. Sobre el trineo estaba un hombre robusto de mediana edad, con barba y cabellos blancos, vestido con un grueso abrigo rojo, un gorro ruso del mismo color y botas negras de cuero, además el trineo estaba lleno de varios sacos que desbordaban regalos para los niños. Él joven da un salto y comienza a volar, dirigiéndose al trineo volador. Una vez que alcanza al trineo, comienza tener una conversación con el conductor de este, el cual comienza a tener problemas, para mantenerse en el aire, por las fuertes ventiscas de la nevada.
-¡Hola, Norte! ¡Se te hizo tarde ¿no?!- Expresa el espíritu con una sonrisa en la cara.
-¡Jack! ¡¿Qué hiciste?!- Pregunta molesto, con su acento ruso, mientras intenta mantener el control del trineo.
-¡¿Yo?! ¡Yo no lo hice, es una tormenta natural!- Le dice aun alegre, mientras aterriza con algo de dificultad dentro del trineo. -Pero no te preocupes, apenas me entere de esta tormenta vine de inmediato, a darte una mano.- Le comienza a hablar en un tono más moderado, ya que Norte está al lado suyo.
-¿Cómo? No puedes detener una tormenta natural.- Mostrándose aun preocupado por la situación.
-No. ¡Pero puedo hacer esto!- Apunta su cayado al frente, con lo que crea un pequeño vórtice de viento, que rodea el trineo y sus renos, protegiéndolos de la ventisca. Santa suelta un grito de victoria, mientras que Jack, se acomoda en el trineo sin dejar de apuntar al frente con su cayado.
Gracias a Jack, el recorrido por Inglaterra fue más sencillo. Norte saltaba al interior de las chimeneas y salía volando por otra, para aterrizar de vuelta al trineo y abastecerse de juguetes, para volver a las chimeneas.
Mientras en otro lugar. Más específicamente en el Reino de Arendelle:
Se podían oír risas, provenientes de una de las habitaciones del castillo. En la cual están dos chicas, vestidas para dormir, sentadas sobre una cama. Una castaña pelirroja, de ojos azules, lleva puesto un camisón de seda, con varios tonos de color verde. En cambio la chica de piel blanca y pelo rubio pálido; Usaba un camisón que hizo ella misma, arriba empezaba blanco y mientras bajaba se volvía celeste, hasta finalmente volverse azul.
-Entonces cuando finalmente lo saque del lago congelado, me dijo que lo mejor para ambos; Es que volviera al Reino y que él se encargaría de recolectar y llevar el hielo.- Contaba la castaña, entre risas. Mientras Elsa trataba de contener la risa, pero dejaba escapar algunas carcajadas. -Bien. Para abreviar no creo que Kristoff me vuelva a llevar a buscar hielo.-
-La verdad que no entiendo, a ese hombre Anna. Es decir yo podría crear el hielo, para que lo reparta por toda Arendelle.- Comento riendo un poco.
-No sé. Creo que le gusta hacerlo a la antigua. No creo que tenga algo en tú contra, Elsa.- Dijo en defensa de su novio. -Además a él le gusta las creaciones de hielo que haces.- Agrega.
-Lo sé, lo sé. Solo digo que no creo que sea necesario que él se vaya, a buscar algo que yo puedo hacer aquí mismo y en solo un segundo.- Le dice su hermana.
-Estoy de acuerdo. Pero así son los hombres.- Le responde su hermana.
-Tercos, como una mula ¿no?- Agrega la del pelo rubio.
-¡Sí!- Le contesta, mientras ambas comienzan a reír. -¡Ahí dios! Tanto reír me ha abierto el apetito. Voy a la cocina por algo de chocolate ¿Quieres que te traiga un poco?- Le pregunta a Elsa.
-No, gracias. Pero te agradecería si me trajeras una manzana.- Le dice la reina a su hermana.
-De acuerdo.- Dice Anna mientras deja la habitación. Y deja a Elsa sola.
Mientras Elsa espera a su hermana. Oye un sonido proveniente de la terraza de su habitación. Elsa se pone en guardia y advierte.
-¿Quien está ahí?- Espera respuesta, pero no la hay, aun así ve la silueta de alguien, detrás de las cortinas. Por lo que vuelve a advertir. -Quien seas te advierto, que no soy fácil de arrinconar.- Elsa comienza a prepararse para usar sus poderes.
Las puertas que dan al balcón se abren y el viento comienza a soplar con la fuerza suficiente para levantar las cortinas y revelar al extraño quien resulta ser él niño de pelo rubio dorado.
-¿Quién eres?- Pregunta desconfiada, sin bajar la guardia.
Él joven solo se dedica a sonreírle y Elsa sin darse cuenta enfoca su mirada al ojo izquierdo color celeste, el cual comenzó a brillar. Con lo que Elsa entra en trance y se tranquiliza.
-Bien ahora solo hace falta preparar la puerta y todo estará listo.- De la palma de su mano izquierda, sale una esfera luminosa, igual a la que hizo para transportarse y se ubicó un poco antes de la entrada a la habitación.
De vuelta en Inglaterra…
El entretenido espectáculo de acrobacias del hombre de rojo, termino en poco tiempo, irónicamente el mismo que duro la tormenta. Por lo que Jack y Norte comenzaron una conversación.
-Gracias, Jack. Hoy me has ayudado mucho.- Agradece Norte por la ayuda prestada.
-¡Oye! No hay problema. Además tenía que agradecerte por la ropa que mediste.- Alega el espíritu alegre, mientras muestra como le queda la ropa.
-Me alegra que te guste. Y es que después de 300 años te venía bien un cambio.- Dijo el barbudo, mientras dirigía el trineo a su nuevo destino.
-Bueno. Me tengo que ir. Tengo que hacer nevar en el norte de Japón. No será para todos, pero intentare dar una blanca navidad.- Al decir eso Norte se ve preocupado y cuando Jack lo noto, agrego.-Tranquilo. Sera una nevada ligera. Lo prometo.- Por lo que se prepara para partir.
-¿Quieres que te lleve?- Dijo él grandulón, amablemente.
-¿Llevarme? Norte, aun tienes que entregar regalos a toda Europa, sin mencionar Asia ¿Seguro que tienes tiempo para llevarme a Japón?- Pregunta dudoso por la propuesta de Norte.
-Tranquilo. No pasara nada si tomo un pequeño desvió. Además con mis globos de nieve llegaremos en nada.- Explica confiado en que nada, malo pasara.
-De acuerdo. Vamos entonces.- Dice mientras se acomoda en el trineo.
-Bien. Pero primero debo abastecerme.- Mientras apunta a los sacos vacíos.
-¿Entonces vamos al Polo Norte?- Pregunta sin entender como ir al Polo Norte, abastecerse, y llevarlo a Japón, en tan poco tiempo.
-No hace falta.- Norte mira la torre, son las 12:04. -¡Sujétate Jack!- Advierte con alegría y confianza, mientras marcha a toda velocidad hacia la torre. Jack es empujado a la parte de atrás, ya que el trineo tomo velocidad rápidamente. Una vez que están a solo metros de la torre, Santa tira de las riendas, haciendo que los renos comenzaran a volar en vertical, trotando a solo metros de la pared del Big Ben, por lo que comenzaron a subir a la punta de la torre. -¡Jack! ¡Prepárate para la caída!- Dice mientras pasan por una de las caras, de uno de los relojes de la torre, ya eran 12:05.
-¿Qué caída?- Responde Jack con una sonrisa, mientras intenta mantenerse en pie, sobre un trineo que vuela verticalmente. Jack logra ver uno de los portales de Norte, encima de la torre. -¿No dijiste que no hacía falta ir a tu taller?- Dudando de Norte.
-¡Y así es! ¡Ahora cuidado!- El barbudo posiciona horizontalmente el trineo, pasando encima de la punta de la torre, pero bajo el portal. Del cual salen cinco sacos cargados de juguete que caen dentro del trineo. -¿Nos vamos?- Dice entretenido, por lo recién sucedido, igual que Jack. -¡A Kanto, Japón!-
Finalmente Norte arroja un globo de nieve, con lo que se abre un portal. Pero sin ser notado, antes de que el trineo entre, una sombra ingresa inadvertidamente al interior del portal. Y una vez que los dos espíritus ingresan al portal se encuentran con una sorpresa del otro lado; A pesar de los puntos de luz, compuestos tanto por las estrellas, como los del paisaje de abajo, todo estaba en total silencio y oscuridad. Incluso, por el tamaño de los puntos de luz de abajo, parecía que estaban a gran altura.
-Ah… Norte ¿Dónde estamos? Porque no creo que esto sea la zona de Kanto.- Le dice él joven, mostrándose preocupado.
-No lo sé. Y eso me preocupa. Primera vez que uno de mis globos, me lleva al lugar incorrecto.- Responde él hombre mientras, baja la velocidad, para ir a una más moderada y mirar los alrededores.
En eso Jack nota un olor en el aire, un olor que le es muy familiar. -Norte ¿Reconoces ese olor?- Pregunta mostrándose serio y preocupado. Para después comenzar a volar y bajar.
-Si lo puedo oler. Es…- Santa se percata de que Jack dejo el trineo y comenzó a bajar.
Jack desciende, hasta ver una sombra bajo él y una vez que esta frente a frente a la sombra, la toca con su cayado, dejando un rastro de escarcha. -¡Norte! ¡Creo que estamos sobre el océano!-
-¿En el océano? ¿Cómo es que llegamos al océano?- Se pregunta mientras Jack vuelve al trineo.
-Norte ¿no crees que este es un buen lugar para…? ¡Whoa!- Suelta un grito, ya que el trineo se comienza a sacudir. -¡Una trampa!- Ambos espíritus lo único que logran ver es una sombra y por experiencias pasadas solo logran sospechar de una persona.
-¡Pitch!- Gritan los dos espíritus, mientras el trineo es atacado constantemente por la sombra, en determinado momento Jack deja el trineo y ataca a la sombra.
-¡Jack! ¡¿Qué crees que haces?!- Interroga el Barbudo mientras busca un globo de nieve para huir, de su perseguidor.
-¡Es obvio que lo que quiere es arruinar la navidad!- Le explica mientras la sombra cambia de objetivo al joven de pelo blanco. -¡Vete! ¡Yo puedo contra él! ¡Tú deber es llevar los regalos!- Norte escucha a su compañero y emprende la retirada.
-¡Te enviare ayuda!- Avisa a su compañero, para después lanzar un globo de nieve y huir por el portal.
Una vez que Santa abandona el lugar, la sombra se dedica a huir del lugar. -¿A dónde crees que vas Coco?- Le dice con una sonrisa y lo comienza a perseguir.
Después de una carrera, de unos pocos kilómetros, la sombra se detiene y se deja ver al completo. Era el niño de vestimenta negra. -¿Quién eres?- Pregunta al niño quien solo le sonríe. Lo que molesta a Jack y confunde más. -¿Quién eres? ¿Por qué nos atacaste...?- Jack termina enfocando su mirada al ojo rojo derecho del morocho. Y termina en un estado de trance.
-Bien. Ahora solo queda una cosa.- Dice el morocho, mientras que de su mano derecha saca una esfera oscura. La cual comienza se acerca a Jack, hasta estar frente a frente. -Tómala.- Ordena con una sonrisa y Jack obedece. Al tomar la esfera, una sombra comienza a envolver a Jack.
Mientras en Arendelle…
Elsa seguía en trance y el niño no se había movido de su posición en la terraza. Incluso la esfera seguía frente la entrada a la habitación sobre la terraza.
Pero sin ningún aviso, la esfera de luz comienza a girar en circulos, dejando una estela dorada por donde pasa, la cual no desaparece. Comenzando a formarse una esfera y en su interior comienzan a aparecer sombras.
En medio del océano…
Jack sigue bajo la influencia del niño, la sombra casi lo ha envuelto por completo. Además una estela dorada, ha comenzado a formar una esfera. Y mientras la esfera está a poco tiempo de formarse. Jack sale de su trance, al ver como es rodeado por la luz intenta salir de ahí, pero la sombra que lo envuelve, evita que lo haga. En un último intento por liberarse Jack, se esfuerza por realizar un último ataque a su contrincante. Pero es demasiado tarde, la esfera se completa y se achica hasta desaparecer.
De vuelta en el castillo…
Elsa sale de su trance y ve como una esfera de luz se agranda, hasta explotar en un flash de luz segador. La reina siente como algo la cubre y derriba al suelo. También siente un peso sobre ella, una vez que la luz se desvanece, se saca lo que la cubre, que resultan ser las cortinas de la puerta que da al balcón. Y es cuando ve al espíritu del invierno. Elsa se le queda viendo y Jack con la respiración agitada, también lo hace.
Continuara…
En Mi opinión yo diría "Que es mucho ruido y pocas nueces" ya que escribí demasiado y casi no explico nada de lo que sucede. Pero espero que lo hayan disfrutado y ya saben comenten, agreguen a favoritos o algo que con eso a lo mejor comienza a escribir más.
