¿Que podia estar fastidiando a este prodigo ninja?

Como siempre, la respuesta era su mejor amigo, rival y ahora novio, Naruto Uzumaki.
Y es que el azabache pensaba que era injusto, era injusto que debido a la maldita recuperación del bijju nunca pudiera dejarle una "prueba de propiedad" (Porque Naruto era suyo y eso debía quedarle claro a todo el mundo, le podria un cartel si fuese posible, pero el rubio se enojaría) ya que cualquier chupeton que dejase desaparecía a los pocos minutos, no importaba la fuerza con la que lo hiciera, ni siquiera lo fina que fuese la piel en ese lugar, como maximo duraban 10 minutos. Ante esto el Uchiha no podía evitar sentirse en desventaja, aunque quisiera las marcas nunca quedarían en el rubio y, para colmo, el oji-azul parecía tener una especie de "complejo de mosquito" ya que cada vez que tenia la oportunidad aprovechaba hasta hacer parecer que el moreno padece de sarampion permanente severo.

- Oi teme ¿Que pasa?- No se habia dado cuenta que se habia quedado inmerso en sus pensamientos, esto estaba mal, necesitaba responder esta cuestion para quedarse tranquilo de una buena vez.

- Tsk- murmuro algo incomprecible, y es que aunque queria sacarse la duda no iba a tirar su orgullo por esta idiotez, no, eso no, orgullo Uchiha ante todo.

- Encerio, ¿que demonios te pasa?-

No dijo nada, se limito a poner una mano sobre su cuello y acariciarlo levemente, era una señal casi impreceptible, de hecho era poco probable que alguien lo entendiera, pero el no iba a hacer mas que eso. Y como si el Uzumaki leyera sus pensamientos tomo la mano "de su teme", como le gustaba llamarlo, y la puso en su pecho. El azabache estaba un tanto confundido ante el gesto, pero no hizo falta que pidiera explicaciones ya que el oji-azul prosiguio a hablar.

- Aunque no lo veas, tu dejaste una marca muy profunda, aqui- Apretujo la mano del contrario contra su pecho- y puedo asegurarte que te pertenece solo a ti-tebbayo

Sasuke no pudo evitar mostrar una sonrisa ladina.
Vaya que Naruto podía ser sentimental a veces, aunque tampoco era como si quisiera que cambiase.