Nota: Para Retos a la Carta, tabla Fin de año. Tanto que escribir y tan poco tiempo, Dios..
Irresistible
#1 Fiesta
Están locas, piensan todos cuando las miran ahí, bailando juntas, pegadas, riendo.
Y es que Hannah Abbott y Susan Bones tienen una relación extraña. A veces ni se miran, o lo hacen con la nariz mirando el cielo, se golpean en el hombro o hacen que sus mochilas golpeen a la otra. Otras, se sonríen en los pasillos, se saludan en la mañana, se entregan libros caídos y hasta se defienden mutuamente. Nadie entiende cómo es eso posible.
Pero lo es, porque sucede. Porque Hannah acaba de poner una mano en la cintura de Susan y acaba de reír más fuerte. Porque Susan acaba de acercarse más a Hannah y ha sonreído con la risa de la muchacha,
No han tomando nada, tampoco han inhalado nada peligroso. Su relación es así, tan cambiante como el agua y tan sorpresiva como el cielo.
Muchos las miran mal por acercarse tanto, por tocarse con nada de vergüenza, por hablarse al oído en susurros, por verse tan cómplices como una pareja. Nadie sabe qué son y tampoco nadie pregunta. Porque en el fondo saben el trato que tienen Susan Bones y Hannah Abbott.
Todos cierran los ojos y sólo fruncen el seño, prejuiciosos.
A ninguna de las dos les importa, de todos modos. Están en una fiesta, disfrutando todo lo que pueden y bailando pegadas en un rincón, mientras se proponen cosas indecentes en el oído y se entrelazan las manos de vez en cuando.
Algo más allá, Justin mira con fastidio la escena, mientras que Ernie ríe de vez en cuando y Zacharías suspira con resignación. Porque ambas están locas, porque Susan acaba de robarle un beso a Hannah y porque Hannah acaba de acercarla por la cintura.
Porque ahora están pegadas a la pared y se están besando sin el menor recato y porque sí, porque no son normales.
Porque Susan ha metido una mano entre las dos piernas de Hannah y porque la otra ha suspirado y ha metido una mano bajo la camiseta de Susan. Porque se están mordiendo los labios y danzando con las lenguas. Porque se mueven, se regalan suspiros, se besan.
Y a veces, se odian.
Como lo harán mañana. Se dirán de excusa que fue la locura de la fiesta y se llevarán mal hasta próximo aviso.
Quizá, hasta el próximo encuentro casual en algún corredor oscuro.
