Era un día caluroso de primavera cuando Hikari se asomó a la ventana de su habitación y vio algo inusual en el paisaje.
- Mira Tai, hay un camión delante del edificio, y trae muchas cajas- Taichi dejó lo que estuviera haciendo y se asomó también por la ventana.
- Vaya, parece que vamos a tener vecinos nuevos- Siguió escrutando la escena hasta que su expresión cambió a una de sorpresa- Anda mira, si tienen hijos.
En efecto, dos pequeñas figuras se encontraban junto al camión, la más alta ayudaba a descargar cajas a la que parecía ser su madre mientras que la más pequeña se encontraba apartada, mirando los alrededores.
- Mira Kari, parece que vamos a tener dos vecinos nuevos, ¿Te parece que vayamos a saludarlos?- Hikari se lo pensó un momento pero viendo que no había nada más que hacer en aquel día de vacaciones asintió.
- Claro, hermano.
Salieron rápido de la habitación y se encontraron a su madre preparando la comida.
- Mamá, ¿Sabías que tenemos vecinos nuevos?- Vociferó contento Tai, le encantaba conocer gente y hacer amigos.
- Sí, creo que han comprado el apartamento del último piso, más tarde subiré a presentarme, cuando se hayan instalado.
- Nosotros bajaremos ahora, vamos a presentarnos a los hijos y los invitaremos a jugar.
- Está bien, pero no seáis pesados, están ocupados.
- Yo nunca soy pesado, mamá- Exclamó divertido Tai.
Salieron como una exhalación del apartamento bajando las escaleras de dos en dos, aunque Taichi iba permanentemente pendiente de su hermana para que no cayera, pronto llegaron a la entrada del edificio, justo cuando el camión vaciaba la última caja y se marchaba. La mayoría de cajas estaban instaladas en el ascensor mientras el resto las amontonaban los más cerca posible para subirlas luego. Tai y Kari se acercaron a la familia que ultimaba los detalles para subir la carga.
- Hola señora, ¿Necesita ayuda?- Preguntó Tai.
- Oh, vaya, me habéis asustado. No gracias, podemos solos pero agradezco el ofrecimiento. Soy Natsuko Takaishi, encantada de conoceros- Dijo mientras sus dos hijos miraban curiosos a los dos Yagami. Parecía que el mayor tenía la edad de Tai y el pequeño parecía ser algo más pequeño que Kari.
- Yo soy Taichi Yagami y esta es mi hermana Hikari, aunque puede llamarnos Tai y Kari. Yo tengo 11 años y mi hermana 8, espero que nos llevemos bien.
- Estos son mis hijos, el mayor es Yamato y tiene 11 años también y el pequeño es Takeru, también de 8 años.- La coincidencia en las edades dejó asombrados a los dos Yagami mientras en el rostro de Tai comenzaba a formarse una amplia sonrisa, por el contrario Yamato se mostraba reticente a mirar a sus nuevos vecino y Takeru se escondía tras su hermano mirando con curiosidad la escena. Hikari miró directamente a Takeru mientras le mostraba una amplia sonrisa y lo saludaba con la mano tras lo cual su hermano lo apartó y lo llevó hacia el ascensor.
- Disculpadles, están un poco cansados de la mudanza, así que nos despedimos, ha sido todo un placer conoceros, Tai y Kari.
- Señora Takaishi, mi madre subirá a saludarla cuando estén instalados- informó Tai, intentando retener un poco más a los nuevos vecinos.
- Oh, vaya, un gran gesto por su parte, la estaré esperando.
Los tres subieron al ascensor y la puerta se cerró dejando a ambos hermanos algo extrañados, ambos venían con la esperanza de hacerse amigos rápidamente de ambos chicos y por el contrario estos apenas los habían mirado.
- Parecían muy tímidos- apuntó Hikari, ya de vuelta en la habitación de ambos.
- Si… - aquel silencio en Taichi no era habitual.
- ¿Qué piensas, hermano? A lo mejor no quieren ser amigos nuestros- Dijo cabizbaja Hikari, ella siempre intentaba que los demás estuvieran a gusto y el haber hecho algo que hubiera molestado a sus nuevos vecinos no le gustaba.
- No, sólo son tímidos. No pienso rendirme, subiré con mamá y lo intentaré de nuevo- Rendirse no estaba entre las cualidades de Taichi Yagami.
Efectivamente, ya entrada la tarde Yuuko preparaba una sencilla cesta de bienvenida con algunas conservas y unos pasteles caseros para los nuevos vecinos, se mostró encantada cuando sus hijos quisieron acompañarla. Subieron los pocos pisos que separaban ambos apartamentos y aguardaron a que abrieran.
- Vaya, buenas tardes, usted debe de ser la madre de Tai y Kari- Saludó Natsuko sonriente.
- Sí, encantada, me llamo Yuuko Yagami y vivo en el primero, les ayudaré en todo lo que pueda- Le dijo mientras le entregaba la cesta.
- Vaya, muchas gracias, mi nombre es Natsuko, les invitaría a pasar pero está todo hecho un desastre.
- No se preocupe, lo entiendo.
Mientras ambas madres se presentaban Hikari y Taichi escrutaban el interior del apartamento lleno de cajas y cosas por todas partes pero no encontraron a ninguno de los dos chicos.
- Oiga señora, ¿No están sus hijos en casa? Me gustaría invitarlos a jugar con nosotros- Preguntó Tai lo más educadamente que pudo.
- Vaya, lo siento, han ido al supermercado a comprar algo para la cena, pero les diré que has preguntado por ellos, has sido muy amable.
Otra vez se frustraba el plan de Taichi pero eso sólo hacía que el chico tuviera más ganas aún de conocer a aquellos hermanos. Ya por la noche Tai y Kari charlaban en la cama.
- Oye, hermano, ¿Por qué tienes tantas ganas de hacerte amigo de los vecinos?- Preguntó curiosa Hikari, su hermano siempre tenía un sexto sentido para las personas, al igual que ella.
- Porque sé que necesitan amigos, así que yo seré el suyo- La respuesta dejó más confusa aún a su hermana, aceptaba que el más pequeño, Takeru, parecía tan curioso con ellos como Taichi con ellos pero eso no quería decir que necesitasen amigos, con ese pensamiento Hikari se quedó dormida.
Taichi aún tardó un poco más en dormirse, lo que había dicho a su hermana era cierto, él siempre había sabido de una manera u otra cuando alguien necesitaba su ayuda y esta vez no era diferente, intuía que Yamato era alguien solitario y parecía estar triste por ello, pero aquello no duraría mucho más, nadie mejor que Taichi Yagami para ayudar a alguien que lo necesitara.
