Disclaimer: Nada me pertenece. Personajes y demás a Jotaká Rowling.

Es un drabble sobre mi pareja preferida. No le busquen mucho sentido porque creo que no tiene. Tiene posible continuación, aún no lo sé, con final picantito.


9 de enero

Severus ya no podía aguantar el calor. El sol y la arena estaban haciendo estragos en su blanquecina piel. Él no era un tipo al que le gustase la playa, y ahora estaba en un endemoniado país al sur de América en bañador.

Hermione nunca había sido muy partidaria de seguir a la multitud, y ahora lo demostraba con creces.

Desde que ambos habían admitido sus sentimientos para con el otro, las cosas habían ido viento en popa, excepto, claro está por las locas ideas de Hermione de festejar el cumpleaños de Severus, argumentando que se merecía más de lo que tuvo en su juventud.

Se dirigió a la cabaña que la castaña había rentado. Una construcción relativamente nueva de cuatro ambientes.

Al entrar vio al verdadero amor de su vida cocinando. Cuando la chica lo vio le gritó:

-No te acerques más, ve a la habitación-

-¿Qué me está proponiendo, Señorita Granger?- preguntó levantando las cejas, un gesto que aún años después la volvía loca- ¿Algo indecente, tal vez?-

-Más tarde, quizás. Ahora no puedo.- Y le hizo ceñas para que dejara de husmear y se retirara.

Ella quería que ese día fuese especial para él, que se sintiera amado, protegido, que se sintiera en casa. Apenas dos años atrás la Guerra había terminado, dejando atrás un pasado espantoso y sombrío, que nadie quería recordar. Pero no sólo habían pasado cosas malas. Un día después ellos anunciaban al mundo su relación, sin importarles el que dirán.

Dos meses después, se iban a vivir juntos a una cada de campo a las afueras de Londres.

Ahora, día de su cumpleaños número cuarenta y dos ella tenía unos regalos para hacerle.

El primero era un postre de chocolate, el sabor preferido del profesor, el cuál estaba decorando con letras de merengue que decían "Happy Birthday Severus" y donde colocó una vela.

Tomó la torta entre sus manos y se dirigió a la habitación.

El hombre se encontraba en bóxers negros tendido sobre las blancas sábanas de la cama, tamaño King Size.

-Hola mi amor.-

-Hola hechicera ¿Lista para la acción?- y le lanzó una mirada pícara.

-Aún no, pero por lo que veo tú si lo estás- le respondió ante la vivacidad de un apéndice de Severus.

-Tengo dos regalos para tí-

-Creí que el viaje era mi regalo.-

-Bueno sí, pero ésto es otra cosa- Y le plantó el postre delante- Pide un deseo, Severus-

-¿Qué pasa si no tengo nada que pedir? ¿Qué pasa si tengo todo lo que quiero?-

-Entonces pide que nada cambie.-

El mago cerró los ojos y se concentró. Pese a ésto, su deseo no se cumplió.

-Mi segundo regalo es de dos personas-

-No me digas que Harry me regaló otra capa-

-No, no- dijo la chica riendo, y sin previo aviso, sin anestesia- ¡Feliz cumple, Papi!-

Él padre, sin duda alguna era el mejor regalo de su vida. Tomó a la castaña por los brazos, dejando la torta en el suelo, y la besó.

-Te amo, Hermione. Gracias por darme el mejor cumpleaños de mi vida-


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