Anoche habían traído a Jean Grey del lago Alkali; no había paradero de Scott, quien fue quien recibió el primer llamado de su prometida. Ahora, Marie estaba frente a la puerta de Logan, exactamente a dos de la mañana. Por fin, él había subido a su cuarto para descansar, después de cuidar a Jean durante dos días seguidos. No tocó, o hizo acto de presencia, simplemente giró el portillo de la puerta y se adentró en la oscura habitación.

Los rayos pálidos de la luna, se colaban en el interior, por lo cual, Marie podía vislumbrar el cuerpo de Logan bajo las cobijas de la cama. Su torso estaba desnudo, y las telas descansaban en sus caderas. Parecía tener un sueño pacifico, y respiraba con normalidad. Rogue sintió como su pecho se contrajo con aprensión.

¿Será por Jean Grey, por qué la tenía de vuelta?

A su memoria acudió el recuerdo de Scott, y algo en su interior le dijo, que su antiguo profesor ya no existía más. Observó a Logan, y simplemente admitió la derrotada, ella no podía competir con la pelirroja que al parecer Logan amaba, y lo más triste de todo, es que en realidad Rogue nunca había jugado, nunca fue más que la protegida del gran Wolverine.

En su mente Wolverine rugió furioso, haciéndose notar. Ella lo recibió melancólica y disfruto de la compañía de la parte más bestia del hombre que amaba. Wolverine era un asunto diferente, él siempre la quiso, y fue una de las razones por las cuales Logan le permitió subirse a su camioneta; Wolverine la quería.

Marie avanzó hasta la cama y subió teniendo cuidado de ser muy precavida, sintió el colchón ceder bajo su peso, y se acomodó a un lado de Logan, recargando la cabeza en su torso. Tuvo cuidado, por lo cual, una espesa cortina de cabello oscuro y mechones blancos le recubría la piel de la mejilla.

— Debes de dejar de hacer esto, niña. — la voz ronca de Logan se escuchó, cortando el silencio pacifico de la atmósfera. Sin embargo, se quedó quieto, no la movió. Tomo uno de los mechones blancos en sus dedos.

— Lo sé.

Fue la única respuesta de la muchacha. Algo en el tono de su voz sonaba a lo aciago. Logan alzo una ceja y respiro la esencia de Marie; picea, rocío y rayos de sol. Pero, había algo más, algo que se ensalzaba por sobre todo lo demás, un aroma latente que no le gustaba para nada; miedo, tristeza y una profunda angustia. Sin embargo, sabía que él era el responsable de aquello.

— ¿Estarás con ella verdad? — Preguntó su protegida en un susurro. Sonrió con pesar al pensar en la palabra "protegida", pues por un largo tiempo le costó verla como tal, y no como lo que Wolverine en él quería.

— Si ella quiere que así lo sea, estaré.

Logan sabía que sus palabras le dolían, pero no podía mentirle, no ahora, que había vuelto a recuperar a Jean. Respiró sus lágrimas, y estas se le clavaron en el pecho, un tipo de dolor que nunca antes había experimentado, ni siquiera cuando Jean murió aquella vez en Alkali. Sintió a Wolverine colérico, pues había provocado dolor a quien debería de cuidar, su compañera.

— Nunca tuve oportunidad ¿verdad?

Entonces Rogue levantó el rostro, observando fijamente las facciones de Logan. Esta vez, no había ningún rasgo duro o estoico, sino, un hombre desarmado completamente. Sus ojos ámbar brillando y mirando suavemente a Marie.

— Es mejor de esta manera, Marie. Las personas que están cerca de mi acaban muertas.

Lagrimas se deslizaban libremente por las mejillas de Rogue, mientras luchaba con todas sus fuerzas por mantener en su pecho los sollozos.

— ¿Sabes qué es lo que más duele? — preguntó Marie en un murmullo lastimero. — Que soy la persona que más te conoce, y que aun así me mientas… Se lo que sientes por mí desde que me viste en ciudad Laughlin, te tengo en mi cabeza...

Logan desvió la mirada, no podía verla a la cara después de aquello. Le llevo meses tratar de enterrar todo lo que Wolverine había sentido por Marie, y una parte de él, seguía negando lo que él realmente sentía por ella. Él no podía verla de esa manera, si la acercaba más de lo necesario, la perdería, y eso no lo podía permitir nunca. Tragó el manojo de sentimientos atorados en su garganta y la miro a los ojos.

— Es mejor de esta manera, Rogue. Estoy enamorado de Jean.

Ella le sonrió débilmente y asintió. No había nada más que decir.

Se acercó a él y cortó toda distancia, y como el roce de una pluma le acarició los labios con los suyos, apenas una caricia, tan solo un segundo, pero cargado de todo lo que nunca podrían ser.

Esa noche, Marie dejo el cuarto de Logan, con el pecho lacerado por una herida tan grande y profunda donde estuvo su corazón.

¡Hola!

Este es un ONE SHOT de mi pareja favorita de X men. Espero que les haya gustado.

Natsby.