Prólogo El Comienzo
"Una Rosa Florece Poco A Poco"
Era una tarde como casi todas, Ranma y Akane regresaban de la escuela, últimamente era mucho más fácil mantener una conversación amistosa o por lo menos un silencio de paz. Cuatro años y medio habían pasado desde que Genma Saotome y su hijo llegaron a la casa de los Tendo, cuatro años de convivencia, de peleas y momentos dulces, de celos y desafíos por amor.
Ellos ahora iban a la universidad en la Facultad de Educación Física para poder más adelante encargarse del dojo Tendo. El doctor Tofú finalmente logró controlar su timidez, mantener la cordura y declararle su amor a Kasumi, se casaron y ya tenían un hijo pequeño. Nabiki se encontraba estudiando en la Facultad de Contabilidad y hacía planes para irse de intercambio a Kyoto el próximo semestre.
En cuanto a lo demás casi nada había cambiado, Ryoga seguía desafiando a Ranma cada vez que lograba llegar a Nerima, al igual que Moose lo atacaba cada vez que podía, Ukyo, Shampoo y Kodachi aún no renunciaban al afecto de Ranma y seguían intentando ganárselo cada una a su propio modo. Incuso a pesar de la notable mejoría en su relación, Akane y Ranma seguían sin admitir sus sentimientos el uno por el otro y peleaban de vez en cuando.
Llegaron a la casa y saludaron, Genma y Soun se encontraban jugando su tradicional partida de Shoogi en el corredor cuando la voz de éste último llamó a los dos jóvenes interrumpiendo el juego.
- Akane, Ranma –la voz del señor Tendo se escuchó a través del pasillo- Vengan, Saotome y yo necesitamos hablar con ustedes
- ¿Qué sucede papá? –preguntó la chica entrando al corredor seguida de cerca por su prometido
- Ambos ya están lo suficientemente grandes... –comenzó a hablar el señor Tendo- Han entrado a la universidad y comienzan a prepararse para dirigir y hacerse cargo del dojo... –se aclaró la garganta antes de continuar para atraer la atención de Genma, quien había estado observando distraídamente los peces del estanque, Genma volteó a verlo sobresaltado y Soun continuó- Saotome y yo hemos decidido que ya es tiempo de que comiencen a practicar y comiencen un nuevo grupo de entrenamiento por las tardes. Ya he escrito la convocatoria para las inscripciones, el grupo estará conformado por niños de entre cinco y siete años para que no se les haga tan difícil. Ustedes se harán cargo tanto del registro de las inscripciones como de dar las clases ¿Alguna pregunta?
Akane movió la cabeza negativamente sin poder contener la emoción en su rostro pero a Ranma la idea no le gustó en lo más mínimo.
- Sí, tío Tendo, yo tengo una pregunta –dijo el chico de ojos azules con un ligero tono de reproche- ¿Por qué rayos tengo que hacer algo tan ridículo? Entiendo que debemos empezar a conocer cómo se maneja una escuela de artes marciales pero puedo entrenar a personas adultas sin ningún problema –luego agregó con cierto disgusto- ¿Por qué tengo que ser niñera de unos mocosos?
- Deja de quejarte muchacho –lo reprendió Soun dándole un codazo a Genma para volver a atraer su atención a la plática (Kasumi estaba llegando con su esposo y su hijo trayendo la comida preparada por ella y el goloso señor Saotome no pudo evitar voltear en una búsqueda ferviente de la fuente que emanaba ese olor tan delicioso)- Todos debemos empezar por el principio y cuando ustedes dos se hagan cargo del dojo, no podrán poner ningún tipo de restricciones y tendrán que entrenar a los niños también así que es mejor que de una vez se vayan acostumbrando.
Después de la comida, llegaron varias personas a inscribir a sus pequeños hijos al nuevo curso, Akane los recibió gustosa y apuntó los nombres de los niños en una libreta informándoles con una amplia sonrisa a los padres de familia que las clases darían inicio la próxima semana a las 5:00pm. Ranma simplemente se paró junto a ella en el mostrador para fastidiarla mientras recibía a sus futuros alumnos, criticaba su letra o su forma de hablar y terminó recibiendo un golpe que lo lanzó por los aires.
Rápidamente pasó la semana y las clases iniciaron, naturalmente Ranma entró al dojo solamente para criticar la forma en que Akane trataba de enseñar a los niños, ella trató de ignorarlo lo más que pudo para no asustar a los pequeños pero llegó un momento en el que ya no pudo contener más su enojo y le dio una potente bofetada.
- ¡¿Podrías hacer el favor de callarte, Ranma! –le gritó enérgicamente a la cara- Si tanto te disgusta la forma en que les enseño ¿Por qué no intentas TÚ dar la clase? –para después patearlo y lanzarlo por los aires atravesando el techo.
Los chiquillos se quedaron viéndola pasmados por la fuerza de los golpes y ella los miró avergonzada, temiendo que empezaran a tenerle miedo y no quisieran volver a clases "Todo esto es tu culpa, Ranma. Si no fueras tan odioso a veces..." Uno de los niños se acercó a ella y sonrió admirado.
- Maestra –dijo el pequeño con los ojos muy abiertos y brillosos- Usted es muy fuerte. Si entrenamos duro ¿Alguna vez llegaremos a ser así de fuertes? ¿Cómo usted?
Ella sonrió dulcemente y se agachó para quedar a la altura del niño mientras los otros también se acercaban admirados, puso una mano sobre su cabeza y le dijo con una voz casi maternal
- Si entrenan duro, podrán ser aún más fuertes que yo –a partir de ese momento todos empezaron a practicar con mucho entusiasmo y eso contagió a Akane quien no cabía en sí de alegría, por fin había encontrado algo que realmente le salía bien y lo estaba disfrutando realmente.
Por su parte, Ranma no tenía el más mínimo interés en ser la niñera de ningún mocoso pero la alegría de su prometida había sido tan notoria que no pudo pasarla por alto. Sentado sobre la barda que rodeaba la casa de la familia Tendo, el apuesto joven de ojos azules y cabello negro trenzado miraba a la chica que quizá algún día sería su esposa dar las clases con un entusiasmo y una energía que él jamás le había visto, el brillo de su mirada y la sonrisa en sus labios era la más hermosa que ella había tenido desde que él la conoció. "Sí que es realmente linda cuando sonríe... extremadamente linda... ¿Por qué no sonríe así más seguido?"
Sin darse cuenta, Ranma poco a poco se fue incorporando a las clases y cuando entró en sí, ya los niños lo llamaban "sensei", más que encariñarse con los críos, lo que lo mantenía ahí era el cambio que éstos provocaban en Akane... nunca la había visto más dulce, más tierna ni más sonriente, incluso él no era capaz de encontrar un momento apropiado para fastidiarla... y tampoco sentía ya ganas de hacerlo... si tan sólo él pudiera hacerla sonreír de ese modo... la clase concluyó y los padres de familia llegaron en busca de sus hijos, la chica salió a despedir a sus alumnos dejando a Ranma pensativo en el dojo.
- Ranma... –la voz de su prometida lo sacó de sus pensamientos de un brusco golpe- Ya se fueron todos ¿Quieres practicar un rato?
- Eh... este... –las palabras simplemente se rehusaban a salir de su garganta, la miraba parada en el marco de la puerta, con su traje de entrenamiento y una sonrisa en los labios- ¡Claro! ¿Por qué no? –era obvio que el dar las clases no era suficiente para expulsar toda esa energía que le transmitían los niños con su entusiasmo.
Es completamente de esperarse que el chico se dedicó a esquivar los ataques de Akane sin la más mínima intención de tomar la ofensiva salvo por unos cuantos golpes que lanzó lentamente a propósito con el fin de que ella tuviera todo el tiempo necesario para esquivarlos y a la vez fingir que no está teniendo tantos miramientos hacia su prometida. Estuvieron practicando hasta que la chica se cansó y cayó sentada sobre la duela del dojo, con un ligero rubor en las mejillas por la agitación y la respiración entrecortada.
- Creo que aún me falta mucho –dijo casi en un suspiro limpiándose el sudor de la frente- Estoy empezando a perder condición física porque ya casi no he tenido tiempo de entrenar... entre la escuela, las tareas y las clases de los niños se me van los días...
- Si quieres... –empezó el chico tímidamente- Si quieres... podemos aprovechar después de cada clase para practicar un poco
- ¿De verdad? –una sonrisa agradecida se dibujó en su rostro y el muchacho no pudo evitar sonrojarse- ¡Gracias! ¡Eso sería maravilloso!
Esa noche Ranma no podía dormir, algo extraño empezaba a surgir desde el fondo de sus entrañas, era un sentimiento desconocido, un sentimiento cálido que lo hacía muy feliz, él siempre había sabido que Akane no le desagradaba tanto como siempre lo había querido aparentar... sin embargo siempre había resultado bastante cómodo que ella jamás luchara por su afecto abiertamente, eso le evitaba la molestia de reflexionar acerca de cómo hubiera reaccionado si ella aceptara su compromiso... ¿O es que realmente no era una molestia? Y si lo era ¿Por qué no podía conciliar el sueño en ese momento? ¿Por qué se ponía a pensar en eso si todavía no se veía forzado a ello? Sabía perfectamente que no quería a Shampoo, Kodachi o Ukyo pues si así fuera le hubiera resultado bastante fácil aceptar a cualquiera de ellas como esposa... si hasta la fecha no lo había hecho, era por algo. Sin embargo ¿Sería lo mismo con Akane? Si ella también estuviera dispuesta a casarse con él ¿La rechazaría? De eso no podía estar seguro... y mucho menos ahora que había visto ese nuevo brillo emanar desde sus ojos, nunca se había puesto a pensar en lo verdaderamente hermosa que podía llegar a ser...
Si bien era cierto que Shampoo también era muy bonita y Ukyo era su mejor amiga de la infancia (y quizá la única) también era cierto que aunque las protegiera cada vez que lo llegasen a necesitar, no sentía esa angustia tan profunda oprimirle el pecho como cuando imaginaba a Akane sufrir el más mínimo rasguño. No le gustaba la idea de ver lastimadas a Ukyo o a Shampoo pero no era lo mismo, al tratarse de Akane le dolía aún más que si lo hiriesen a él...
A simple vista pareciera que ambos se detestaban, incluso él no sabía en qué momento habían comenzado a ser amigos... y es que eran mucho más que amigos, ella siempre había estado ahí para él, siempre lo había apoyado y ayudado en todo lo que podía (claro, siempre a su propio modo pero qué se le va a hacer), entre ellos no había secretos... era una relación difícil de definir porque aunque no los hubiera tampoco se podría decir que ella fuera su confidente pues muchas veces resultaba complicado entablar una conversación con ella y... bueno... sí había un secreto y quizá el más grande y más importante... el secreto de lo mucho que ella le importaba, de cómo se sentía hacia ella... algo tan secreto que ni siquiera él sabía con certeza.
En su propia habitación, la chica de cortos cabellos azules y ojos cafés tampoco podía dormir, cansada de luchar contra su propio insomnio, bajó las escaleras rumbo a la cocina en busca de un vaso de leche caliente. Cada paso fue silencioso para no despertar a nadie. Una vez estando en la cocina, deslizó su mano sobre la pared cautelosamente en busca del interruptor de la luz. Cuando prendió el foco y la luz dejó al descubierto toda la cocina, escuchó un ruido detrás de ella y con el corazón casi saliéndosele del pecho giró en busca del causante.
- ¡Kasumi! –exclamó ahogando el grito lo mejor que pudo para no despertar a nadie más, esa noche, la hija mayor de los Tendo se había quedado a dormir en su antigua habitación porque el doctor Tofú tuvo que salir de viaje a tomar un curso de nuevas técnicas de acupuntura y Soun quiso aprovechar la excusa para tenerla de vuelta unos días en la casa- Lo siento mucho ¿Te desperté?
- No te preocupes pequeña Akane –la tranquilizó su hermana mayor notando su respiración agitada por el susto- ¿No puedes dormir? ¿Qué pasa? Debes estar muy cansada después de tanta actividad...
- Sí, estoy muy cansada –respondió la chica en un suspiro- Pero no importa cuanto tiempo pase acostada con los ojos cerrados, simplemente no puedo dormir, por eso vine a ver si con un vaso de leche caliente resuelvo el problema.
- Tú tienes algo –Kasumi se le adelantó a su hermanita y se puso a calentar leche en una olla- Dime ¿Qué es lo que te pasa? Quizá yo pueda hacer algo para ayudar –sacó dos vasos de la alacena y los asentó cerca de la estufa, después giró hacia donde estaba su hermanita y la miró a los ojos con un gesto maternal.
- Es por el curso de entrenamiento que iniciamos Ranma y yo hace dos meses... –respondió ella mirando hacia el piso con un gesto de tristeza, Kasumi no quiso presionarla y se volteó con el pretexto de vigilar la leche para que su hermanita pudiera expresarse más libremente- Entre los alumnos que ingresaron hay una niña pequeña, sus padres la inscribieron porque era muy callada e insegura, pensaron que el karate le ayudaría a desarrollar su carácter...
Kasumi asintió levemente en señal de que estaba escuchando y sacó la olla del fuego para verter su contenido en los dos vasos, después le dio uno a Akane y le indicó con un gesto que fueran a sentarse a la mesa para continuar con la conversación. La hija más pequeña de los Tendo siguió a su hermana mayor hacia el comedor y se sentó frente a ella tomando un sorbo de su leche antes de proseguir con el relato.
- Al principio fue un poco difícil integrarla a la clase porque era muy tímida así que traté de acercarme a ella lo más que pude y por fin logré que se sintiera un poco más confiada, las dos nos hemos encariñado mucho la una con la otra y como siempre la vienen a buscar tarde, se queda conmigo platicando después de clase o me sigue a donde vaya como un pollito... –Akane miró de nuevo su vaso y se quedó pensativa pero esta vez una sonrisa leve se dibujó en su rostro ante el recuerdo de la pequeña- ¡Es tan tierna, Kasumi!
- Me da mucho gusto –un amplia sonrisa apareció en el rostro de la chica de cabello café- Yo estaba segura de que ibas a poder hacerlo muy bien.
Akane se le quedó viendo un rato entre sorprendida y agradecida, su hermana mayor siempre la apoyaba aunque supiera que no fuera capaz de hacer las cosas, era la única que siempre confiaba en ella y nunca la desalentaba, sino por el contrario, trataba de darle ánimos a como diera lugar. Por eso Akane la quería mucho, ella no solamente era una excelente cocinera y una muy buena ama de casa, era prácticamente una mamá sustituta para ella y para Nabiki.
- El problema... –prosiguió la menor tras darle un sorbo más a su vaso de leche...
FLASHBACK DE AKANE
Es la hora de salida y los niños están reunidos en la entrada jugando, todos los alumnos se divierten practicando los últimos movimientos que les enseñaron y tratan de aplicarlos en combate uno contra otro, Ranma los mira de cerca para cuidar que ninguno se pierda o se haga daño por indicación de Akane. A él no le hace gracia y se apoya en el marco de la puerta con los brazos cruzados pero sin descuidar a los chiquillos.
Una señora vestida muy elegantemente y con un semblante serio saluda al muchacho respetuosamente y entra hacia el mostrador donde está la joven maestra atendiendo a los padres de familia seguida de cerca por una niña de cinco años de edad, cabello corto, negro y ondulado y grandes ojos verdes, tiene la cara un poco escondida tras una capa de cabello y el uniforme de entrenamiento le queda ligeramente grande pues es un poco más pequeña de estatura que las niñas de su edad.
La señora la mira y con un gesto le indica que es hora de irse a casa, se inclina para quedar a su estatura y le dice con voz firme que vaya a esperarla a la entrada porque quiere hablar un poco en privado con la chica de cabello corto y ojos cafés. La niña duda un poco y se le queda viendo a su joven tutora con una mirada de súplica y miedo, ella capta el mensaje y le sonríe tiernamente.
- No te preocupes –le dice Akane acariciándole la cabeza con dulzura- haz lo que te dice tu mamá, no tardaremos mucho.
Una muy leve y casi invisible sonrisa de alivio se dibuja en los labios de la pequeña y luego se encamina hacia donde están los demás niños. La chica le sonríe amablemente a la señora y le pregunta en qué puede servirle.
- Quiero darle las gracias por lo que está haciendo por mi pequeña hija –comienza la señora sin suavizar el semblante- Desde que empezó a entrenar la veo un poco más sonriente y ha empezado a hablar más... le confieso que me cuesta mucho trabajo hablar con ella... mi esposo es un hombre malo y... –hace una pausa incómoda durante la cual la mujer frunce el ceño y se muerde el labio inferior- Bueno, mi hija siente una gran admiración y cariño por usted... muchas gracias.
La elegante dama se aleja dejando a la joven maestra totalmente atónita y sin habla, mirando fijamente su figura alejarse hacia la niña que miraba jugar a sus compañeros. La toma de la mano y la niña busca los ojos de Akane para decirle adiós con la mano desde la entrada, la chica le responde alegremente con una sonrisa y por un momento se olvida de la sorpresa que le causó el inesperado agradecimiento.
FIN DEL FLASHBACK
- Entiendo –dijo Kasumi terminando lo que quedaba de leche en su vaso- ¿Estás preocupada por la pequeña?
- Sí –respondió tristemente la aludida mirando su vaso cuyo contenido estaba casi intacto- Su mamá me dijo que la niña me admira y quiere ser como yo algún día pero tengo miedo de ser un mal ejemplo para ella... yo nunca fui una niña muy femenina... en la escuela primaria actué el papel de un chico en la obra de teatro... –una lágrima de dolor casi se asoma por los vidriosos ojos de la chica.
- Sí, pero después, en la preparatoria... –agregó su hermana mayor- volvieron a presentar la misma obra y esta vez te tocó ser la protagonista... te pusiste ese hermoso vestido y saliste al escenario luciendo como una princesa. Además todos los chicos del colegio querían salir contigo, Nabiki me contó acerca de todas las batallas que había en la escuela cada mañana.
- En eso tienes razón... –volvió a bajar la mirada tratando de ordenar sus ideas- Pero aún así Ranma siempre me ha molestado diciendo que soy una marimacho... yo no quiero eso para Kaede, no quiero que cuando crezca y tenga un prometido, él le diga que es una niña poco femenina.
- Eso no sucederá –afirmó confiada la joven- Yo sé que aún no te has dado cuenta pero estás creciendo mucho gracias a estas clases y yo sé que te esforzarás mucho para no ser un mal ejemplo... no te desanimes, tú tienes una tenacidad muy grande, utilízala... –sonrió ampliamente mientras a su hermanita se le suavizaba la expresión de angustia dejando surgir una leve sonrisa.
- Por favor, Kasumi... –un ligero destello comenzaba a asomarse por su oscura mirada- ¿Podrías enseñarme? ¿Me enseñarías a ser más femenina?
- ¡Claro que sí! –exclamó la chica con una sonrisa en los labios.
La joven sonrió agradecida y bebió toda su leche de un solo trago. Kasumi era la mujer más femenina que ella conocía y si algún día tuviera que seguir los pasos de alguien, no había nadie mejor que ella, linda, amable, atenta y fina, Kasumi era la mujer de ensueño, ciertamente el doctor Tofú era muy afortunado de tenerla por esposa. La más grande de las hijas de la familia Tendo tomó ambos vasos y se los llevó a la cocina para lavarlos junto con la olla en la que calentó la leche antes de irse a dormir. Su hermana menor la siguió esperando en silencio a que los trastes estuvieran limpios y acomodados de nuevo en su lugar de la alacena. Después ambas chicas se fueron a dormir a sus respectivos cuartos.
Akane se acostó en su cama y cerró los ojos. Antes de quedarse dormida, una brillante sonrisa apareció en su rostro "Voy a lograrlo" pensó para sus adentros y luego se acomodó para dormirse sin desaparecer la sonrisa de sus labios.
Notas de la autora Bueno, este prólogo lo escribí para tratar de aclarar un poco el por qué del "repentino" cambio en la conducta de Akane. A lo largo de toda la historia no se menciona nada acerca de las clases porque ésta se desarrolla durante las vacaciones de verano. (Sé que no se entiende mucho esto pero entenderán conforme esto vaya avanzando)Por si a alguien le quedó la duda (cosa que dudo mucho a menos de que no estén familiarizados con la serie) la obra de teatro de la que hablan Akane y Kasumi en su plática nocturna es "Romeo y Julieta" que presentan en el capítulo de "Ranma y Julieta"(Creo que así se llama en el anime) y en el manga en los capítulos "La Batalla Real de los Romeos", "¿ROMEO, por favor...?","El Juego de Julieta" y "Un beso para el vencedor"(todo esto en la versión mexicana publicada por la editorial Toukan).
¿Qué más puedo decir? (Ya es suficiente de tanto rollo) Me despido esperando que a alguien le parezca aunque sea medianamente aceptable.
LunaGitana
