Tuturututu~ Bienvenidos al primer fanfic de South Park que publico y/o escribo. Este fanfic se podría decir que es un - proyecto - ya que estoy experimentando con él, como es mi primer fanfic de este fandom, quise ver qué se me podía ocurrir. Será un fanfic de capítulos cortos, o eso calculo, y un poco largo.

Advertencias, creo que no tiene ninguna, leer si gustaís, y eso.

South Park pertenece a Matt Stone y Trey Parker. Esta cosa la hago sin fines de lucro, ni nada por el estilo, claro que no.

Sin más, a leer.


.

Melodías Imaginarias

.

Introducción

.

Desde que tienes memoria, todo lo que hiciste o hay dentro de ti, fue para encajar.

Mamá decía que tenías que ser perfecto. Buenas notas, buenos modales, buenos estudios y buen futuro en una oficina de alguna empresa importantísima donde trabarías dieciocho horas diarias y recibirías un salario mínimo.

Pero no quieres nada de eso.

Nunca fuiste de los que mienten o fingen, siempre te expresas como quieres y con lo que piensas; pero eso no te bastó para encajar. Diste todo de ti, pero simplemente no pudiste integrarte.

En un pueblo chico como lo era South Park se esperaba unos chicos simples y sin prejuicios; lástima que fuera todo lo contrario. La gente desde el momento en que se dieron cuenta que eras un cerebrito nato, te miraba con recelo y, sí, desprecio. Y nada mejoró cuando se enteraron que eras Judío.

Típica historia del chico nerd al que molestan todos los días de su puta vida, que se deprime, lloriquea y luego va al váter a cortarse las venas y morir.

Pero no. No, no, no.

No ibas a lloriquear por esas mamadas. En todos los países, estados o islas en los que has estado – por culpa del trabajo de tu padre – siempre era lo mismo. Ya te habías acostumbrado a la rutina, pero simplemente tenías ganas de ponerle un alto a todo de una puta vez.

No sabes por qué, últimamente los abusos habían estado en aumento. Ya no solo eran uno o dos; era todo el colegio. Risas, bromas de mal gusto, jugarretas pesadas y, oh, las golpizas.

Ya no eran unos pubertos descerebrados de once, sino que eran pubertos descerebrados de quince años; con músculos y menos masa cerebral. Fue hace no más de dos años que – gracias a Craig Tucker – habían descubierto lo divertido que era usar al judío como piñata.

Es más, justo ahora te encontrabas recostado contra la pared del Instituto y sentado en la nieve, con moretones por todo el cuerpo y el labio partido.

Suspiraste.

Joder, sí que pega duro el tío… – pensaste, recordando como Trent con una sola mano te había sacado a volar como si fueras una cometa de plástico. Haciendo un esfuerzo sobre humano te levantaste de la nieve, se te estaba congelando el culo.

-Tch… – susurraste caminando a paso tranquilo sujetándote el brazo izquierdo, dolía, vaya que dolía.

Decidiste ir al baño, para limpiarte un poco la sangre y la suciedad de la cara. Todo pasó sin mayores inconvenientes, ya que todos se encontraban pululando por el patio, felices de la vida ya que el profesor de Físico-química había faltado. Todos muy ocupados con sus vidas como para darle importancia a la tuya. Perfecto.

Caminaste a paso relajado por los pasillos pasando por la sala de maestros, la cafetería y la biblioteca; bien al fondo del colegio había un baño que casi nadie utilizaba, por ende era el más limpio e higiénico del lugar.

Pero justo al pasar cerca del aula de música – uno de los lujos que se había costeado la alcaldesa para la escuela del pueblito – lograste captar un sonido.

Una melodía.

Tus ojos se abrieron en sorpresa y pegaste tu oreja a la puerta de aquel salón. Aquella melodía… no era ni Mozart ni Beethoven; si no que…

-Sergei Rachmaninov. – murmuraste. Sí, esa melodía era inconfundible, era una pieza del pianista Ruso, ¡Y vaya que sonaba bien!

Soltaste un suspiro disfrutando de la tranquilidad que te daba escuchar aquella melodía, la limpieza de ejecución que tenía la persona del otro lado de la puerta, era sublime. Pero de un momento a otro tu mente se desconectó de la melodía y lo que pasaba a tu alrededor.

¿Quién estaría tocando con tal maestría? De repente tu mente fue succionada con la duda y la curiosidad. ¿Si abrías esta puerta con qué te encontrarías? ¿Una golpiza? ¿Un amigo? No lo sabías, y de cierta forma te daba pavor.

Tomaste una rápida bocanada de aire y te mordiste el labio. ¿Abrir o no abrir?

No te diste cuenta cuando la música se detuvo. Ni mucho menos cuando se oyeron pasos acercándose a la puerta; solo captaste lo que estaba sucediendo cuando la puerta se abrió, y caíste de bruces al suelo.

-Auch. – te quejaste agarrándote el brazo izquierdo ¿Justo sobre ese tenías que haberte caído? Mientras te retorcías en el piso, desde arriba una figura imponente te escrutaba con la mirada.

Los bellos de la nuca se te erizaron, tragaste en seco. Me descubrieron… - mierda. Sea quien sea lo golpearía por andar haciendo de chismoso…

Pero al levantar la vista, tus ojos se desorbitaron.

La presión se te bajó.

Realmente no esperabas… que fuera él.

-¡Tú! – dijiste sentándote con una rapidez sobre humana mirando frente a frente a la figura que se cernía sobre ti.

.


Bueno, una pequeña introducción a lo que será esto. ¿Os a gustado? Espero que si. Bueno, aunque no me fío mucho. Quizá no sea "¡WOW! Espectacular" Pero bueno, es mi primer fanfic de este fandom. Es lo que hay (?)

Pues, nada. Nos vemos en el capítulo I ~