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Era media mañana, época en donde el verano se acercaba, el ambiente se tornaba cada vez más cálido y un esplendido sol brillaba sobre las grandes torres de oficinas y empresas de diferentes compañías, al igual que unos cuantos hoteles de lujo.
En el segundo edificio más alto de la ciudad de Godric, el dueño de la empresa de importaciones recibía el informe de sus ejecutivos. El Sr. Grindelwald, nunca demostraba emociones en ninguna junta. Por lo que era difícil a sus subalternos saber el estado de ánimo o si sus informes serían bien recibidos o echados a la basura.
El hombre lentamente se puso de pie de frente a sus subordinados, cuando un zumbido rápido entró a la habitación y algo impacto directamente en su pecho y callo de espalda frente a ellos, los hombres se quedaron inmóviles por un momento, hasta que uno de ellos se puso de pie y miró a su jefe mientras su camisa blanca se llenada de sangre.
-¡Llamen rápido a una ambulancia!- otro de los hombres sacó su celular y comenzó a marcar mientras hablaba rápidamente y otro salió de la sala gritando pidiendo un doctor o el botiquín de primeros auxilios.
Mientras en el edificio que se localizaba al frente una sombra oscura se deslizaba por una habitación, se sacaba unos guantes de cuero, mientras hablaba por un diminuto micrófono en el cuello de su blusa negra y desarmaba un arma en varias piezas rápidamente. Tomó el teléfono y llamó a la recepción pidiendo que el botones subiera por sus maletas.
Mientras en la calle de la acera de enfrente las ambulancias y paramédicos habían hecho su aparición junto con unas patrullas quienes acordonaron la zona y una camilla era sacada por la puerta principal.
-¿pero que escándalo es ese?- en la recepción del hotel, el personal se preguntaba el por que del ruido.
-¿es esto común en su ciudad?- preguntó el elegante cliente que tenía enfrente el recepcionista, mientras esperaba que elaboraran su cuenta y a su esposa.
-Oh no señor- respondió sonriente, mientras extendía hacia el hombre la hoja de papel y el la revisaba, una hermosa mujer de cabellos rubios recogidos en una cola baja y su cabello a un lado de su hombro, mientras sus ojos estaban cubiertos con unos lentes oscuros se acercaba con el botones llevando sus maletas en una carretilla.
-estoy lista amor- y dio un beso en la mejilla al hombre, el le pasó una mano por su cintura.
-nos vamos en unos minutos- le dio una sonrisa a su esposa, mientras regresaba la vista al recepcionista que miraba con perplejidad a la hermosa mujer y se preguntaba como ella podía estar con ese hombre. Era elegante, pero físicamente… eran tan alto como ella, pero su cabello negro sin brillo y largo, sus ojos fríos, oscuros y penetrantes… "lo que podía el dinero" pensó mientras el magnate firmaba pagando la cuenta con su tarjeta de crédito.
-Su limosina está lista señor- informó el hombre tras el mostrador –espero que el incidente de afuera no le cause problemas para llegar a tiempo al aeropuerto- el hombre sonrió tomando a su esposa por la cintura y apretándola a él ya que el recepcionista no le quitaba la vista de encima a su mujer. Salieron por la puerta principal del hotel con el botones siguiéndoles y cargando sus maletas, una limosina negra estaba estacionada enfrente, la pareja miró hacia un lado donde las patrullas aun se encontraban en el lugar, subieron a su transporte y el auto inició su marcha esquivando los congestionamientos.
Cuando llevaban varios minutos, la ventana polarizada que dividía al chofer de los clientes comenzó a bajar, desde el espejo retrovisor podían observarse los ojos azules y las cejas finas de la chofer, que miraba con atención a sus ocupantes que se encontraban en silencio uno a cada lado de las ventanas.
-te queda bien el cabello rubio- la mujer le regresó la mirada quitándose los lentes oscuros descubriendo unos hermosos ojos verdes y mirándola con furia.
-¡odio este color! Prefiero el mío- la joven se llevó sus manos a la cabeza quitándose la peluca y revelando su cabellera pelirroja.
-¿sabes Lily? Rachel tiene razón- dijo el hombre sonriendo a las dos mujeres –te sienta bien el rubio-
-Cállense los dos- dijo sonriente sacudiéndose su cabellera.
-¿todo en orden?- preguntó el hombre sonriendo a la pelirroja de su lado. Mientras ella se llevaba una mano a su pecho mostrando una falsa ofensa.
-¿desconfías de mi Severus?- y sonrió malignamente -¿Cuándo he fallado?- la mujer que conducía se quitó el sombrero de chofer mostrando una cabellera larga negra y riendo ante la respuesta de la pelirroja.
-¿este no es el camino hacia la casa Rachel?- dijo el hombre a la chofer, que en sus ojos reflejaba la culpa.
-lo se hermanito- dijo –pero el jefe quiere vernos- los tres se miraron y suspiraron con resignación. Mientras ella los conducía por diferentes calles hacia uno de los últimos edificios que se encontraban en el área urbana, se detuvo frente a una pequeña estructura de dos pisos. Sus tres ocupantes bajaron y otro hombre recibía las llaves del auto, recibiendo las instrucciones de la joven de ojos azules.
Los tres subieron rápidamente una escalera ubicada en medio del pasillo blanco, la pelirroja estaba más cansada que sus otros dos compañeros, llevaba dos días sin dormir terminando los detalles de su trabajo. Al llegar al segundo piso, caminaron a la derecha hacia la puerta que se encontraba al terminar el pasillo. Al abrirla descubrieron un salón con muy poca luz, una mesa rectangular con ocho sillas a su alrededor, la silla de la cabecera ya estaba siendo ocupada por un hombre de mediana edad, con un bigote corto y perfectamente recortado, unos ojos café claros y serios se visualizaban tras unas gafas cuadradas, su cabello perfectamente peinado y su traje negro intachable.
-buenos días señor Crouch- saludó la pelirroja que presidía al grupo, pasando por la puerta seguida por sus otros dos compañeros, el hombre les correspondió el saludos solicitándoles que tomaran asiento. Los tres jóvenes miraron expectantes a su jefe mientras se sentaban Lily a su lado derecho y Severus junto a Rachel a la izquierda.
-quiero felicitar el trabajo de hoy- habló su jefe, los tres jóvenes sonrieron -…aunque es posible que debamos considerar algunos inconvenientes- los tres borraron sus sonrisas.
-¿Qué ha sucedido señor?- preguntó Rachel.
-el comisionado de policía ha sido cambiado…-los tres se miraron entre ellos –su lugar ha sido ocupado por Albus Dumbledore- la pelirroja se tensionó al instante y una arruga cruzó por su frente –y ha reestructurado el departamento-
El silencio de los tres jóvenes mostraba la tensión en ellos, los hermanos miraban con mayor atención a la pelirroja quien era la que directamente había sufrido las imprudencias del ahora comisionado, Rachel se debatía internamente por que su jefe mencionara y no a quienes deberían de estar más atentos, lo intuía y no quería saber lo que causaría en la pelirroja.
-ha creado una nueva división de investigación especializada llamada "la orden del fénix", a cargo de Remus Lupin y su equipo conformado por Sirius Black, James Potter, Alice y Frank Longbottom-
-he escuchado suficiente- la pelirroja se puso de pie –estoy cansada, permiso- caminó hacia la puerta abriéndola de golpe.
-¡NO HE TERMINADO SEÑORITA EVANS!- gritó Crouch poniéndose en pié y golpeando con un puño la mesa, Severus se puso inmediatamente y colocó una mano sobre el hombro de su jefe para tranquilizarlo. Lily se quedó quieta en el umbral de la puerta y se giró para ver a su jefe, la mirada de ella era tan fiera como la de su jefe. El respiro profundo y continuó –solo quiero asegurarme que… si llegan ha ser demasiado curiosos… ¿hará su trabajo?- ella sonrió y se acercó quedando frente a su jefe al otro extremo de la mesa apoyando sus dos manos.
-eso… será un placer señor Crouch- el hombre le regresó la sonrisa y se sentó nuevamente en su silla mientras la pelirroja se daba la vuelta y salía del salón. Los dos jóvenes también salieron detrás de la joven.
-¡Señorita Snape!- llamó su jefe, la joven se detuvo también en el marco de la puerta sosteniendo el pomo y mirándolo. –Investigue a los hombres de Dumbledore incluyendo a la mujer-
-¡si señor!- y salió cerrando tras ella.
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En el edificio en el que se encontraba la policía, un joven de cabello castaño y ojos color miel salía de la oficina de su superior, su mirada era dulce, unas pequeñas ojeras eran visibles bajo sus ojos mientras se dirigía con prisa hacia su oficina, una joven de cabello negro y ojos del mismo color recibía al castaño con la entrega de la correspondencia, mientras le seguía hacia dentro de la oficina.
-¿Dónde están Potter y Black?- miró a su secretaria interrogante.
-yo les avisé como me ordenó Sr. Lupin, pero…- la mujer se miraba nerviosa.
-Tranquila Vicky- dijo el castaño a la joven –tengo una pequeña idea de donde están- el castaño dejó su correspondencia con fuerza sobre su escritorio y salió azotando la puerta, ocasionando que Vicky se sobresaltara.
Bajó en el ascensor hasta la planta baja, luego tomó un pasillo al lado izquierdo del mismo en donde al finalizar se encontraba una puerta con seguridad, el joven deslizó una tarjeta por el y se abrió, bajó otro tramo de gradas en donde unos murmullos y gritos se escuchaban.
Cuando llegó al final del pasillo encontró a sus "maduros amigos" rodeados por otro grupo de compañeros, James y Sirius se encontraban sentados uno cada uno en una silla con rodos, mientras dos de los policías con mayor musculo estaban tras de ellos esperando que otro de ellos terminara la cuenta hacia atrás para lanzar las sillas.
-3…2…1… ¡FUERA!- las dos sillas salieron disparadas hacia el otro extremo del salón en el que dos colchonetas esperaban el impacto de los jóvenes que se inclinaban para ver quien llegaba primero, la silla de James era más rápida y fue el primero en estrellarse contra el colchón. Los gritos y quejidos de los apostadores se dejaron escuchar con fuerza. Mientras los "pilotos" se chocaban las manos con los demás compañeros que disfrutaban la victoria de James.
-¡QUE DEMONIOS ESTÁ PASANDO AQUI!- todos los presentes se tensaron al ver a un superior que les había descubierto, menos James y Sirius que le sonrieron a su amigo del alma, quien les dirigió una mirada asesina a los dos -¡SALGAN TODOS INMEDIATAMENTE ANTES QUE AVISE A SUS SUPERIORES! ¡EXCEPTO USTEDES DOS!- y señaló a James y Sirius que reían del tono autoritario que había ocupado su amigo y que no les quitaba la mirada de encima, mientras todos los demás corrían para salir del lugar.
Cuando quedaron solo los tres James y Sirius se echaron a reír a carcajadas.
-Vamos Remus…- reía Sirius acercándose a su amigo posando uno de sus brazos en los hombros del castaño, que se la quitó de un manotazo.
-les mandé a llamar hace más de quince minutos- dijo indignado el castaño mientras James se acercaba a ellos.
-pero nos habíamos asegurado de llegar a tiempo…- dijo James tomando su reloj de una pequeña mesa de la esquina.
-¿así? ¿Cómo?- el castaño se cruzo de brazos mirando molesto a sus amigos.
-Alice estaba vigilando…-dijo Sirius –por cierto ¿Dónde esta?- del fondo empezaron a escucharse risas que se acercaban a ellos, mientras una pareja joven se acercaba riéndose y de la mano, mientras la joven se arreglaba su camisa, al ver la mirada del castaño los dos se tensaron.
-¡Remus!- dijo la joven soltándose del otro hombre de pelo cobrizo. James y Sirius volvieron a reír al ver a los jóvenes que se arreglaban sus ropas. Remus rodó sus ojos y pasó en medio de ellos hecho una furia.
-será mejor que le sigamos- les susurró James a sus amigos mientras seguían a su jefe hacia su oficina, entró en ella con sus compañeros tras él, se sentó en su oficina y miró a los cuatro que se quedaron de pie frente a el, James y Sirius reían, mientras Alice y Frank se veían nerviosos.
-chicos ¿en verdad desean hacer este trabajo?- les miró molesto a todos –por que si quieren perder su tiempo en juegos, ¡una guardería estaría de acuerdo a su edad!- se levantó molestó de su silla quedándose frente a ellos y apoyando sus dos manos en el escritorio. –Albus confía en nosotros… ¡¿Y ASÍ ES COMO LE PAGAN?!-
-cálmate Remus…- inició James tratando de tranquilizarlo –lamentamos mucho esto… por favor, te prometo que no volverá a pasar ¿verdad?- y miró a sus compañeros que asintieron, Alice y Frank aun más nerviosos, mientras Sirius y James mostraban sorpresa ante la severidad de su amigo.
-bien, si es así, tenemos nuestro primer caso…- Remus sacó unos papeles de uno de los sobres de manila que tenía sobre el escritorio y los puso frente a ellos quienes se acercaron a agarrar el informe preliminar que había hecho la policía –el asesinato del mayor inversionista de las exportaciones Nurmengard… Geller Grindelwald-
-¡Wow! Mira esto…- dijo Sirius a James –disparo directo al corazón- y silbó
-no hay ninguna huella en la bala- dijo Frank
-un asesino hábil…- dijo James –por fin un buen reto-
-bien, tenemos la autorización para revisar el edificio y el hotel Salazar- Remus sacó las ordenes de registro.
-¡andando chicos! Tenemos trabajo que hacer-
-¡¿Y yo que?!- gritó Alice cruzando sus brazos en su pecho girándose viendo a los chicos que ya estaban en la puerta y mirándola extrañados. –les recuerdo que el hecho que sea la única chica del equipo, no puedes pasarme desapercibida así que ¡mejora tu vocabulario Potter, si quieres que este en tu equipo!-
-Alice…- dijo Frank acercándose a su esposa, mientras James sonreía con nostalgia, la mujer de su vida también hacía lo mismo que Alice.
-perdóname, vamos Alice sabes que ere una pieza importante- y sonriendo salieron de la oficina.
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Hola ¿Qué les parece? Espero puedan dejarme sus reviews para saber sus opiniones.
Gracias y hasta la próxima.
