N/A:
1) Los personajes de Once Upon A Time pertenecen a Adam Horowitz y Edward Kitsis.
2) La historia esta relatada desde el punto de vista de Regina y de Emma, tratando en lo posible de retratar la personalidad de los personajes de la serie original. Pero como en todo historia quizás se encuentren con alguna variación empezando por el formato en el que es presentado el relato, «texto poético».
3) La trama de la historia se estaría centrando entre la primera y segunda temporada y quizás algo de la tercera. Y los hechos han sido nombrados como en su conjunto dado la idea de introspección que hacen los personajes.
4) Si ven esta historia fuera de mi cuenta de FF o facebook por favor comuniquemelo, digamos No al plagio y apostemos siempre al original.
5)Cualquier sugerencia y/o crítica me la pueden hacer llegar por medio de un PM o un review.
Recuento de un año:
POV Emma:
De todas las mujeres del mundo tenía que fijarme en ella. Justo tuve que posar los ojos en la arrogante Alcaldesa de Storybrooke.
Perderme en su mirada tiránica despertaba en mí un deseo de desafiarla solo para conocer cada una de sus facetas.
Debo admitir que sacarla de quicio es mi pasatiempo favorito. Que me dedique cada una de sus miradas; altivas, encrispadas o desafiantes es lo que llena de emoción mis días.
A ciencia cierta no sabía bien que me esperaría al seguir a hasta aquí a mi recién encontrado hijo biológico. Y aún no me acostumbro a todo lo sucedido, como saber que mis padres son personajes de cuento de hadas y que casi son de mi misma edad. Que todo el pueblo en verdad pertenece a algún cuento, que mi hijo fue adoptado por la Reina Malvada, que yo sería algo así como «La Salvadora» y que poseo magia aunque aún no sepa controlarla.
Pero así se han dado los hechos y si no los hubiese sufrido en carne propia, creería que me he vuelto loca. Henry dice que no me acostumbro todavía porque no se me da bien creer en lo improbable, en la fantasía.
Mas entiéndanme la realidad me ha golpeado desde que era un bebé, siendo dejada a un costado de la ruta y luego con la inestabilidad del sistema de adopción. He pasado de casa de acogida en casa de acogida y hasta una temporada en prisión. ¿Cómo esperan que de un momento a otro crea que todo se debía a un determinado plan que consistía en salvar a todo un pueblo que provenía de un mundo de ensueño?.
Sin embargo a lo único que podía darle crédito era al poder de Regina. Ella hechizaba con sus ojos chocolate, sus trajes sastre y sus tacones. Además te desarmaba con una mueca de sus labios, de los cuales no podías apartar los ojos sobre todo cuando te percatabas de la cicatriz que había en un costado sobre ellos.
En numerosas ocasiones me he quedado mirando los labios de la Evil Queen, pensando en recorrerlos con mis dedos y luego con mi boca saborearlos. Y sé perfectamente que ella sabe de ello, por eso invade mi espacio para dejar su rostro a escasos centímetros del mío y poner a prueba mi resistencia.
Resistencia que cada día se hace más débil frente al movimiento de su cadera al andar y a su audaz mirar que parece desnudar mi alma.
A pesar de que la vida nos enfrentó, nuestras historias son similares. Están llenas de ausencias, abandonos y engaños. Eso nos hizo desconfiadas, frías y tercas. Solo que respecto a ella la magia negra sacó lo peor; pero eso solo da cuenta de su miedo a vivir, a creer que puede tener un final feliz.
Me gustaría devolverle esa ilusión que tenía antes de ser reina, cuando tan solo era Regina. Me gustaría verla sonreír como cuando le sonríe a Henry y en contadas ocasiones a mí, sobre todo cuando formulo alguna queja sobre mis padres.
Igualmente son tantas las capas de maldad, autosuficiencia, arrogancia y testarudez que tiene encima la Alcaldesa Mills; que veo poco probable un acercamiento que no termine en una batalla de luces, chispas y palabras irónicamente hirientes. Y eso que hemos estado juntas por un año pero amigas aún no somos y mucho me temo que menos podremos ser lo que imagino, sobre todo porque estoy segura que ella no siente lo mismo.
POV Regina:
Es totalmente imposible que yo haya caído presa del «encanto», nótese mi desprecio por esa palabra, de la madre biológica de Henry. De todas las mujeres del mundo en la que menos me fijaría sería en la señorita Swan. A leguas se ve que no tiene clase, que es irresponsable y rebelde, como si de un adolescente y no de una mujer adulta se tratase.
Y si aquello no fuera suficiente motivo para evitarla, está el hecho de que es hija de Snow y su príncipe encantador; lo que la convierte en mi enemiga natural.
No es atracción lo que siento por ella, es odio y miedo a que me arrebate a mi hijo. Hijo al que por cierto ella abandonó y del que ahora pretende ocuparse, reclamando derechos que no le corresponden al haber sido una adopción cerrada.
Pero a ella no le importan las leyes, pues su instinto es desafiarlo todo algo sacado del «encanto» de su padre y sin medir las consecuencias, pecando así de imprudente como su madre.
Y para colmo, a aquellas molestas características suma la suya propia que consiste en leer la verdad en los ojos del otro; y la lectura de mi mirada no escapa a su «súper-poder».
Es más me atrevería a decir que conmigo ese don es más preciso e infalible que cuando lee otros ojos. Pareciera que Miss Swan lograse llegar al fondo de mi alma y me descontrola todo. Ya que se nota que no ve en mí a la Evil Queen sino a esa Regina que sepulté tras capas y capas de maldad, arrogancia y autosuficiencia.
Sin embargo ante su mirada aparezco desnuda, vulnerable y termino comprendiendo como se siente ella. Permitiendo de esa forma que vea a Henry, que pasé tiempo con él y hasta la he admitido como mi digna adversaria.
Disfruto nuestros choques de miradas retadoras, palabras irónicamente hirientes y el agitar de ambas magias; que por alguna razón se atraen.
Y es que Reina Malvada y Salvadora no son del todo las antagonistas de la historia sino dos caras de la misma moneda. Así me lo ha hecho ver Emma, y digo su nombre por vez primera en esta sección del papel porque, a causa del juego que nos mantiene como enemigas, caí presa de sus miradas.
Y sé además que no le es indiferente mi presencia, pues la he sorprendido en varias ocasiones mirando mis labios como un niño ante un juguete nuevo. Aquí he de admitir que me gusta poner a prueba su resistencia, invadiendo su espacio, acercando mi rostro a escasos centímetros del de ella.
Aunque con el tiempo aquello se haya vuelto en contra mía y ahora la resistencia puesta a prueba es la que compete a mi persona. Y es así que de este año que ha pasado, sacó en blanco que Emma y yo no somos amigas y mucho menos puedo llevar a cabo lo que mi parte «Evil Queen» ha imaginado. Mas es innegable que algo nuevo en mí ha arraigado.
