Vuela, superando las murallas que parecen insuperables y observa la vista al otro lado de la red. Vuelas, incluso sin tener alas y con una terriblemente mala técnica. Vuelas, cierras tus ojos y confías en mí. Y entonces, tu que eres como el sol, me dejas, por un momento, cegado; y aprovechas a destruir mis muros y aprovechas de jugar con mi corona; entonces dejo de ser un rey solitario y tu te vuelves lo más importante.
