NOTA: Bueno los sucesos de esta historia se basan en el sexto año de Hermione, todo es parecido al transcurso de los libros excepto el renacimiento de Voldemort, por lo tanto éste todavía sigue sin poderes y sin conocerse su paradero.
"Uno de los problemas ortográficos de la vida
es no saber poner un punto final."
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Hermione corría como un bólido por los pasillos intentando sujetar en vano la montaña de libros que tenía en sus brazos. Había salido tarde su clase de Aritmancia y quería llegar a tiempo para la cena. Se agachó con pena recogiendo algunas hojas que se habían resbalado de éstos mientras algunos alumnos salían del gran comedor y la miraban burlonamente.
Suspirando y con mucha rapidez, recogió todo el material y se puso en marcha de nuevo con más calma. Vio a Harry y a Ron sentados en el medio, sonrió al dase cuenta que había llegado a tiempo, no le agradaba comer sola.
-¿Dónde estabas?- preguntó Ron mientras comía una salchicha.
-Me he tardado- le contesto rápidamente mientras dejaba sus libros y tomaba los cubiertos empezando a comer.
-Sí, nos hemos dado cuenta- replicó él mientras miraba en respuesta a Harry- Por eso te he preguntado-
-Y yo te he respondido- le espetó Hermione mientras tragaba, giró la cabeza al ver acercarse a alguien y vio a Ginny mientras ésta se sentaba justo al frente de donde ella se encontraba.
-Que día infernal- comentó con desasosiego.
- ¿Por qué?- preguntó Harry curioso.
- No sé, estoy cansada. No he podido dormir en las noches, quizás sea la presión de las clases, Snape está presionando mucho-
- La verdad lo que te hace falta es tener un horario mas organizado- le sugirió Hermione mientras detallaba su rostro- Creo que te veo más pálida-
- Si, es que no he podido dormir nada… y cuando digo nada, es realmente nada de nada… ojala fuera sólo nada- respondió con sarcasmo.
Harry rió ante las palabras por no demostrar su preocupación, realmente Ginny se hallaba en u estado deteriorado, tenía ojeras y la cara hinchada.
-Intenta relajarte y hacer lo que dice Hermione- opinó con una sonrisa
Ginny le sonrió de vuelta – No eres el más adecuado para darme esos consejos-
Ron rió -¿Para qué matarse leyendo y escribiendo cuando tenemos a Hermione?-
La chica volteó y le dirigió una mirada asesina mientras Ginny soltaba una carcajada – Que descaro, Ronald- dijo mientras los ojos se le llenaban de lágrimas.
Hermione por su parte seguía teniendo mala cara- Un día de estos eso acabará, ya lo verás-
La expresión de preocupación sincera en la cara de Ron hizo que Harry no supiera si reír o no. Hermione se levantó de la mesa y tomó sus libros mientras observaba a Ron con disgusto, éste parecía perdido ante la amenaza de la chica.
-¡Oye era una broma! Por supuesto que nos ocuparemos, pero no estaría de mal que nos dieras una mano ¿cierto?- preguntó
Hermione negó con la cabeza y salió del gran comedor con firmeza. Estaba cansada y tenía sueño. Llegó hasta la torre de Gryffindor y subió directamente hacia el dormitorio de las chicas. Guardó todos los pergaminos, las plumas y por último sus libros, bostezó mientras se cambiaba de ropa y se metía en la cama. Sabía que su sexto año sería duro y letal por la presión de los profesores ante la llegada de los EXTASIS pero jamás esperó ese tipo de machaque. Ron y Harry como siempre eran muy descuidados y Hermione realmente esperaba que ambos lograran llegaran a ser aurores, sin embargo estaban sobrepasándose en la vagancia.
Suspiró y se hizo la dormida al escuchar a Ginny llegar y empezar a cambiarse de ropa, de verdad no quería hablar mucho, solo quería descansar y relajarse. No supo cuando hacía cerrado los ojos definitivamente.
Se despertó en medio de la noche y soltó un gemido muy sutil mientras se daba la vuelta para volverse a dormir, pero lo que vio hizo que abriera los ojos con algo de miedo. Todo estaba oscuro y silencioso, por encima de la negrura pudo distinguir una silueta negra sentada en la cama y se dio cuenta que se trataba de Ginny. Hermione se incorporó un poco apoyando el codo sobre el colchón mientras observaba con los ojos entrecerrados la espalda de la chica al frente suyo.
- ¿Ginny? ¿Estás bien?- preguntó con voz adormilada.
-Estoy bien, vuelve a dormir- le respondió monótonamente, todavía sin girarse.
Hermione estuvo a punto de obedecer si no fuera porque la escena le estaba empezando a dar aprensión- ¿Todavía no puedes dormir?- preguntó en voz baja para no despertar a las demás.
Ginny tardó unos segundos en responder y cuando lo hizo fue con la misma voz monótona e indiferente, como si estuviera leyendo lo que diría a continuación – Estoy bien, vuelve a dormir- repitió.
Hermione se incorporó totalmente en la cama y se sentó en esta, ahora sus ojos estaban abiertos y alertas, era fácil de deducir que aquella actitud no era nada normal. Se acercó despacio sin decir nada más y se puso al frente de la pelirroja. Sus manos se congelaron al ver el rostro de la chica, estaba totalmente pálido y sus ojos estaban vidriosos, ninguna emoción se presentaba en ellos y no se había inmutado al darse cuenta que Hermione se hallaba ante ella.
-¿Ginny?- preguntó nerviosa, quizás la chica estuviera dormida y estaba sonámbula. Acercó una mano y la apoyó en hombro de la pelirroja, la sacudió levemente, pero ésta no se dio cuenta de nada, seguía con la mirada perdida, clavada en la pared.
De repente Ginny se puso en pie y se quedó mirando hacia el frente sin decir nada y para el horror de Hermione, la chica se giró muy lentamente y clavó sus ojos en ella, observándola detenidamente pero al mismo tiempo éstos parecían ciegos. Hermione tragó con fuerza y retrocedió hacia su cama, le provocaba gritar y dejarse llevar por el miedo de la situación.
-Vuelve a dormir- la boca de Ginny se había movido aterradoramente, arrastrando las palabras y sin emoción alguna. Parecía bastante una orden y no una sugerencia amistosa. Hermione decidió que lo mejor sería obedecer y ver que sucedía después. Sin quitar los ojos de la menor, se acostó en la cama y clavó los ojos en el techo.
Su corazón bombeaba con fuerza al sentir que Ginny seguía de pie a su lado, en la oscuridad y totalmente tiesa, mirándola con fijeza con esos ojos vidriosos. Hermione entrecerró los ojos y se hizo la dormida mientras esperaba, rogando con toda su alma, que esas imágenes terroríficas salieran de su imaginativa mente.
Escuchó un ruido de pasos y abrió los ojos rápidamente. Ginny se estaba alejando de ella, caminaba arrastrando los pies y con los brazos pegados a los costados de su cuerpo.
-Demonios, oh demonios ¿qué ocurre?- Pensó la bruja mientras se ponía rápidamente los zapatos al mismo tiempo que veía los pies descalzos de Ginny desaparecer por el borde de la puerta. Se levantó y decidió seguirla en silencio, si era eso que Ginny era sonámbula, quería saber a donde la llevaban sus sueños.
La vio salir de la sala común y caminar lentamente por los pasillos. Hermione estaba muy nerviosa de salir de la cama a esa hora y temía que alguien las pillara. Pero la pelirroja iba con seguridad hacia donde sea que estuviera su destino. El frío calaba los huesos de Hermione mientas seguía caminado lo que ella supuso quince minutos, había momentos en los que Ginny se detenía y giraba la cabeza, con fortuna, le llevaba su tiempo hacerlo, lo cual le daba la oportunidad a Hermione de ocultarse detrás de alguna estatua.
Siguieron caminando hasta que la chica se detuvo. Hermione miró estupefacta lo que al frente de ella, ese era el despacho de Dumbledore ¿qué haría Ginny allí? ¿Pensaba entrar? Estaba segura que el director no se hallaba allá. Vio como Ginny pronunciaba la contraseña y la estatua se movía para darle paso. Hermione estuvo muy tentada de ir tras ella y detenerla, estaba segura que dormida o no, entrar allí de esa forma estaba totalmente prohibido.
-Maldición- dijo para sus adentros mientras corría y se metía justo a tiempo por la ranura que había dejado la estatua antes de cerrar completamente. Nunca había estado allí y estaba segura que no quería que esa fuera su primera vez. Se quedó mirando con los ojos abiertos el esplendido lugar, todos los directores de Hogwarts estaba dormidos en sus cuadros y el lugar se hallaba vacio, no se oía ningún ruido. Hermione dio un paso al frente mirando a su alrededor, pero sus ojos bajaron hasta clavarse en la figura de Ginny justo al frente de ella, a pocos centímetros, de rodillas en el piso, gimiendo.
-No… por favor… basta… no quiero… no lo hagas… por favor…- decía en voz ronca y con mucho dolor.
Hermione dio un paso hacia ella, acercándose aún más y el sonido de su paso resonó en la habitación. Ginny se dio la vuelta y se puso rápidamente en pie, seguía con la misma mirada de antes, perdida, indiferente y hundida. Miró fijamente a Hermione a los ojos mientras ésta retrocedía, la temperatura del lugar había bajado en picada, un temblor en su cuerpo le dio la advertencia que quizás si tenía algo de que temer.
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