Bueno, aquí estoy cumpliendo mi deber de subir el reto. Debo decir que es muy posible que gracias a la extraña aura que proyecta nuestra querida albaa a seguramente cuando acabe mis amados finales subiré una segunda parte, des del punto de vista de Fred para que sepamos que le ha pasado. Tengo algunas ideas, que creo que os gustaran.
En fin, os dejo con la historia :D.
Este fic participa en el reto "Homenaje a los caídos" del foro "Las cuatro casas".
Reto: Haz que un personaje, dado por muerto, en realidad no lo esté.
Personaje: Fred Weasley
Disclaimer: Todo lo que reconozcáis pertenece al fantabuloso mundo de JK Rowling
Yo habría sido más original
Estar en medio del campo de batalla era un continuo intento de salvar tu vida de los rayos verdes que volaban aquí y allá arrebatando sueños y esperanzas, sesgando vidas sin ninguna compasión. Ganamos esa cruenta batalla pero yo perdí más de lo que estaba dispuesto a dar, perdí a la única persona que me comprendía mejor que yo mismo. Ese día la familia Weasley perdió a dos miembros.
No encontramos su cuerpo, aún recuerdo buscar entre los escombros con las manos llenas de sangre, buscando a mi hermano, buscando a Fred. No quería detenerme, quería buscar en cada resquicio de Hogwarts hasta dar con su cuerpo, para llevarlo a casa, a su hogar. Noté que unas manos me agarraban obligando a detenerme, las de mi hermano Ron, mientras me decía con la voz ahogada: "No vas a encontrar a Fred, George, él se ha ido, no va a volver". Esas fueron las últimas palabras que oí con claridad, mientras sentía que una parte de mí se rompía en mil pedazos.
No derramé una lágrima por mi hermano, me sentía tan vacío, tan carente de emociones que simplemente me dediqué a vagar por el que había sido nuestro segundo hogar, ahora destruido, durante horas, sin prestar atención a lo que hacía, me sentía muerto por dentro, como mi hermano. Solo quería reunirme con él, quería volver a sentirme completo.
Tres días después organizamos su funeral, cerca de la Madriguera, un ataúd vacío sin nadie que lo ocupara, sustituyó al cadáver de mi hermano. Mi mirada perdida bastó para que el resto de los presentes notara mi tristeza, aunque mis ojos estuvieran secos de lágrimas.
No mentiré si digo que pensé en el suicidio, pero mi familia no podía perder a otro miembro, aunque no sé si "vivo" era la palabra que me describía mejor en ese momento. Me pasaba los días sentado encima de la tumba improvisada de mi desaparecido hermano, imaginando cómo última esperanza, que en realidad estaba vivo, gritándole que volviera, hacía cualquier cosa con tal de no pensar en lo inevitable, que estaba muerto.
Ya había pasado un año desde su muerte, yo seguía en mí mismo estado de semiinconsciencia cuando bajé por última vez a su tumba, decidido a acabar con mi vida a su lado, como debería haber pasado. Cuando, de espaldas a mí, mirando a la lápida de Fred, vi una cabellera pelirroja. Corrí hacia allí para verificar que era mi hermano desaparecido, al que creímos muerto. Cuando llegué a su altura se giró y con una sonrisa irónica en el rostro, me dijo: "¿Amado hermano e hijo? Yo habría sido más original".
