Dedicado especialmente a mi mejor cyber amiga y colega en piratería; Erika.

pero sobre todo, porque sin cierta frase suya, este fic estaría incompleto

TRAICION

Aturdido; aquella rubia realmente lo había noqueado dejándolo más que aturdido. Todo había pasado en cuestión de segundos y resumiendo; la mujer jugó sucio, lo golpeó con la maldita brújula, él cayó, Cora las atacó pero su magia no funcionó con ellas y finalmente las forasteras se largaron.

Aún tirado en la arena, pero ya no completamente gracias al golpe; meditaba en sus opciones. Observaba a la hechicera que quizá lamentaba haberse topado con ese límite respecto a su magia, eso o simplemente trataba de evitar un puchero; pero sobre todo, sonreía de lado al saber la ventaja que tenía sobre la mujer. Fue entonces que aquel pequeño objeto que sostenía en su mano era oculto fácilmente entre su manga.

-Date prisa! -Finalmente grito poniéndose en pie- debemos alcanzarlas antes de que se cierre el portal!

-Imbécil! -irritada, volteó vociferando cierto desprecio hacia el pirata- no hay forma! El portal se cerró y no hay forma de abrir otro!

-Ya no tienes más cenizas? -fingió incredulidad- quizá sí regresamos al castillo...

-Y como cruzaremos sin la brújula? -bufo malhumorada

-Estoy seguro de que a pesar de ello, lo lograremos -a su modo, presumía entusiasmo y apoyo, aunque esto último era lo que menos sentía

-Cállate ya! -exigió- necesito pensar -la hechicera comenzó a caminar sin importarle lo que dijera o hiciera aquel sucio pirata

-Y qué hay de nuestro trato! -replicó enfadado- he cumplido con mi parte de este y sigo haciéndolo...

-Puedes dar el trato por terminado -con voz decidida se detuvo y dio la cara al pronunciar esas palabras

-Merezco al menos una retribución -sabía que debía andarse con cuidado pues aquella mujer era capaz de dejarlo mal herido. De no ser por su hechicería, bien habría sido al revés

-Y que es lo que quieres? -respondió después de un par de minutos en silenciosa tensión

El simplemente no pudo evitar una sonrisa triunfal, sabía exactamente lo que quería, sabía cómo lo quería y mejor aún; sabía cómo mentir para obtener lo que quería

-No lo sé... -decidió jugar un poco, antes de ser directo- que me ofreces?

-Deja de malgastar mi tiempo! -dispuesta a no soportar una insolencia más, agregó- no eres más que basura marina!

-Que agradable resulta el saberse reconocido -rio sarcásticamente

-Que planeas Hook? -ya demasiado intrigada, pregunto

-Dado que no tengo más remedio que esperar hasta que la maldición se rompa completamente, creo que iré de vuelva a Neverland

-Eso es lo que me estas pidiendo?

-No

-Y que planeas hacer ahí, si no tienes nada más que un sucio barco sin tripulación...

-Por ahora... -volvió a sonreír con malicia, haciendo caso omiso a los despectivos comentarios de la mujer- tripulación el algo que fácilmente puedo conseguir; lo que es un poco más complicado es un método para esconder mi navío

-Que planeas hacer una vez estés ahí? -aquel interrogatorio comenzaba a incomodarle, pero sabía que no tenía más remedio que soportar

-Deshacerme de una mocosa llamada Wendy y su compinche, Peter

-Acaso un par de niños resultaron más astutos que tú? -ahora se burlaba, disfrutando el cambio de actitud en aquel sujeto- te daré un conjuro -después de unos segundos le aseguro

-No! -aún algo indignado, replicó- yo no soy ninguna clase de hechicero; por mas palabras que pronuncie no lograría nada! Quiero una poción, un polvo, algo! Lo que sea que tengas y que sirva para ocultar mi barco! -Cora le observaba con cierta desconfianza y al sospechar lo que pensaba la hechicera, continuo- si ellos se dan cuenta de mi regreso, no vale la pena hacer ese viaje.

-Te prepare algo... -finalmente resolvió marchándose y dejando atrás al traicionero pirata- búscame mañana; tú sabes dónde...

-Así hare! Y llevare todas tus cosas! -Afirmó intuyendo la respuesta

-Quédatelo o deshazte de él! Haz lo que te plazca!

A orilla de aquellas aguas mágicas, satisfecho con sus logros; él capitán permaneció celebrando en silencio por aquel pequeño triunfo. Seguiría ese juego hasta el final; soltaría al gigante, que a él no le serviría para nada; regeneraría cierto frijol y se marcharía en busca de su ansiada venganza... Y de paso, haría que Swan se arrepintiera de haberle humillado y traicionado de la forma en que lo hizo.

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Storybrooke era totalmente inconsciente de los planes entre Regina Mills y Mr. Gold; sólo el pequeño Henry tenía aquella extraña sensación y fue precisamente por ello que les siguió, sin ser detectado. Y ahí estaban, justo frente a la fuente de los deseos, realizando un fuerte conjuro que impediría el acceso a cualquiera que intentará cruzar ese vórtice, sin saber que para entonces ya un par estaba en camino y no era a quién deseaban evitar.

Tanto Emma como Mary Margaret atravesaron aquel umbral; la extraña sensación y el poder visualizar aquellos destellos de esas otras dimensiones resultó ser toda una experiencia para la rubia que encabezaba el pequeño grupo. Durante un pequeño instante pensó en como seria entrar a alguna de ellas, ver las diferencias entre estos mundos y el suyo.

-Pronto estaremos de regreso -aseguro la morena, creyendo que aquella ligera ausencia se debía a algo diferente- y al fin podrás volver a ver a Henry…

La rubia sonrío disimulando un poco, retomo el rumbo y suspiro con pesadez.

-En ocasiones quisiera volver a ser la de antes... -balbuceo esperando no ser escuchada, pero fracaso en su intento

-Cómo puedes decir eso! Esto ha sido lo mejor, sobre todo para ti y para Henry! -remarco un tanto indignada.

Ahora sintiéndose avergonzada, Emma optó por cerrar la boca en lugar de admitir que extrañaba la libertad que en cierta forma le brindaba su anterior soledad. Sí, estaba de acuerdo en había sido lo mejor para todos y más aún para su hijo; pero hablando de ella... A veces lo dudaba.

-Nunca dije lo contrario... -murmuro después de un largo rato y justo cuando al fin habían encontrado la dimensión a la cual tanto buscaron regresar.

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-Camuflaje? -incrédula, repitió

Muy puntual, como en ocasiones era; el capitán Jones acudió a su cita con la hechicera. Había tardado horas buscándola, hasta encontrarla en el castillo donde fue exiliada la anterior reina malvada; y por supuesto, a ella eso no le importaba.

-Eso fue lo que dije -exasperado, afirmó apretando los dientes, suprimiendo el deseo de decirle que se lavará bien las orejas.

-Con esto harás que tú barco sea invisible –sostuvo y meneo un pequeño frasco con un líquido verde fosforescente- te funcionará mejor que aquello que deseas.

-Has ido a Neverland? -sabía la respuesta, pero debía actuar en beneficio a su plan

-Viajar entre mundos es muy complicado -dijo por toda respuesta

-En ese lugar no me sirve tener un barco invisible, sí cuando mi tripulación salga de este, seguirá luciendo igual... -explico y suspiro sintiendo que hablaba a un entrometido niño de cuatro años. Cuál sería la siguiente pregunta?- necesito camuflaje

-Camuflaje... -volvió a repetir, agotando aún más la paciencia del pirata- no estoy muy segura de lo que te propones, aun así te daré lo que necesitas... Pero antes, hay algo que necesito saber

-Qué? -respondió de inmediato

-Cómo piensas llegar a ese lugar?

-Que estas queriendo decir? -siendo tomado por sorpresa, rio antes de formular la pregunta

-Espero no estés pensando traicionarme... -hizo una ligera pausa que aprovechó para alejarse hasta un estante que contenía una gran cantidad de contenedores de vidrio, similares al que le había ofrecido

-Dudas de mí? -volvió a reír pero está vez con sorna, y al notar que ella sólo le miro por el rabillo del ojo supo que lo mejor era aclarar ese detalle- jamás te traicionaría -mintió con naturalidad

-No; sé que no eres tan imbécil como para hacer algo así -comentó, eligiendo uno de los frascos- y bien; como llegaras a Neverland?

-Que no sabes cómo llegar? -levanto la mano un poco y girando a la ventana, señaló- desde aquí es la segunda estrella a la izquierda... En mi caso; no es tan difícil llegar ahí; y mi barco hecho de madera encantada, ayuda mucho

-Eso me hace pensar... -jugueteando con el frasquito camino hasta el ventanal antes señalado- quizá podamos encontrar un camino como ese, pero que nos lleve al mundo que queremos.

-Podría ser... -encogió los hombros y se cruzó de brazos. No había pensado en ello; pero justo ese no era el momento, necesitaba una respuesta- es una lástima que aún nadie lo haya encontrado

-Investiga durante tu viaje -regreso hasta donde él estaba, le extendió ese nuevo frasco con un polvo rojizo y brillante- mientras tanto, esto te funcionará. Esparce un poco en la nave y en cada uno de tus hombres; y no lo desperdicies a menos que quieras correr riesgos

-Tiene un tiempo límite de duración?

-Aquí no, pero su efecto podría variar dependiendo del lugar a donde vayas

Eso era todo, ya no tenía nada más que hacer ahí; prácticamente sólo abordar su barco y marcharse del bosque encantado, ahora con una nueva idea en mente.

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En Storybrooke se realizó algo similar a una celebración, algo que más bien podría catalogarse como una verbena; y el motivo de esta era nada más y nada menos que el retorno de Snow y su hija, sanas, salvas y sin compañía indeseada.

Sin embargo a pesar de la algarabía que aquello significaba, había alguien que en realidad no disfrutaba estar ahí; pero se atenía a complacer a aquellos a quienes sí les interesaba su presencia en aquel bullicioso festejo. Casi desde el inicio, Emma mostró una sonrisa apretada que aparentaba ser sincera y que justamente solía usar en algunas otras ocasiones; deseando disfrutar, la rubia sólo observaba a la gente que a su alrededor charlaba sin prestarle demasiada atención, brindando, bromeando e incluso algunos bailando. Así soporto el mayor tiempo posible, hasta que una escurridiza mujer llamó su atención.

Con calma y aprovechando la lejanía de sus nuevos padres y distracción de todos, se salió de aquel lugar, en busca de aquella persona.

-Regina? -estaba segura de que era ella y a pesar de ello, la uso como pretexto para escapar del tumulto- que hace aquí? -una vez llegó a la banca en que descansaba la ex alcaldesa, le pregunto con curiosidad

-Señorita Swan; acaso ahora ya ni quiera puedo transitar con libertad por el pueblo?

Justo en aquel momento, la sheriff se dio cuenta de que en realidad no tenía una excusa válida, algo creíble que pudiera decirle. Con calma recorrió los escasos tres pasos que la separaban de la banca y se sentó a corta distancia de la otra madre de su hijo.

-Cuando dijeron que todo el pueblo estaba invitado -comenzó- no creí que realmente vendría -miraba al piso, con las manos sujetas al asiento e intentando ignorar la manera en que la morena le estudiaba

-Si teme que aproveché la ocasión para llevarme a...

-Por supuesto que no! -no tardó en interrumpirle- de hecho mi intención al buscarla, aunque tiene mucho que ver con Henry, no tiene nada que ver con medidas desesperadas

-De que se trata? -a pesar de que aquel ultimo comentario le había enfadado, resolvió que era mejor enterarse de lo que ocurría, sobre todo sí era sobre Henry.

Emma Swan no tenía ni la más mínima idea y por ello retraso la respuesta el mayor tiempo posible, mientras seguía disfrutando del aire libre que se respiraba ahí, e ideaba algo.

-Podemos vernos mañana en algún otro lugar? -sugirió al fin- es mejor que regresé y el asunto a tratar podría tomarnos bastante tiempo

Sabiéndose bastante inverosímil, se levantó sin prestar importancia a impaciencia de la otra; suspiro sabiendo que regresaría a la fiesta y le preguntarían a donde había ido, con quién, para que... En ese instante le era fácil imaginar el cuestionario que sabía la haría su presa. Y aún así camino dando indecisos pasos cortos.

-Srta. Swan! -notando su fluctuación, le detuvo- se trata de un asunto privado? Sobre Henry?

-Sí, sí... –balbuceo la sheriff sintiéndose un poco aliviada

-Le espero en mi casa a la hora de su almuerzo. Hasta mañana. Y sabe... -pronunció con una media sonrisa- es una bendición no tener que volver a esa farsa...

Petrificada, la vio alejarse.

Durante ese breve instante deseo poder ser como ella y actuar libremente, según lo que le dictarán sus instintos. Cuando Regina desapareció, dio media vuelta resignada a tener que volver dentro y a unos cuántos metros de la entrada, levanto la vista hasta poder observar las estrellas cercanas a la luna; donde de detuvo un instante más.

-La segunda estrella a la derecha... -balbuceo con una tenue sonrisa- que imaginación! Eso sí que es sólo fantasía...

Regreso a la reunión y paso el resto de la fiesta pensando en aquel cuento de Peter Pan, en lo que podría ser o no ser verdad y en particular; una sonrisa apareció en su rostro al recordar a cierto capitán.

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Esa misma tarde, Killian Jones había estado completamente seguro del camino que tomaría para llegar hasta aquel lugar llamado Storybrooke. Esa misma tarde casi había soltado al gigante, había regenerado la habichuela y había regresado de su visita a Cora.

La noche iniciaba cuando puso en marcha al Jolly Roger; su intención era sólo alejarse de esas cortas y mientras navegaba, el murmullo del viento hacía eco en todos los rincones de la nave, intensificando la ya opresiva soledad que le inundaba; y la noche ya había avanzado demasiado, cuando finalmente atraco en algún lejano e igualmente solitario lugar.

Muy en el fondo creía estar confundido.

Justo ahí, aún sobre la cubierta; planeaba su venganza, sabía que sin la hechicera debía ser más cuidadoso, sabía que debía ser astuto con la mujer Swan, pero sobre todo; sabía que debía tener la suficiente paciencia para destruir al cocodrilo.

Justo en ese momento el instinto le obligó a voltear hasta la luna, observo la ruta que tomaría, repaso su plan con calma y finalmente con una rebosante y engañosa sonrisa fijo su primer objetivo

-Emma... -balbuceo usando una voz tenue, tornando su mueca en una sonrisa más suave- Emma Swan... -había decidido.

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Pues bien; sinceramente agradezco a quienes se hayan tomado la molestia de leerme y también a quienes se tomen la molestia aun mayor de dejarme un comentario.

Como segurito se han dado ya cuenta, este es el primer fic que me atrevo a escribir para Once Upon a Time, y por supuesto (para quienes no lo saben o no se hayan dado cuenta) soy Hooker. Todos mis fics publicados hasta hoy, habían sido sobre Candy Candy; que aunque no es mi anime favorito, siento que la diversidad de sus personajes se presta para mis historias (ok; no siempre); lo cual presiento que se repetirá aquí.

Nuevamente agradezco si es que han llegado hasta esta parte de la lectura. Besos desde Tlaxcala México.

Monse – 4tardecer