Miraba por mi ventana aburrida el clima, cuando se me ocurrió la idea de salir a jugar. Estaba chapoteando en la lluvia cuando probé una gota sabia a miel, extrañada por eso entre corriendo a la casa a preguntarle a mi padre.
-Alice que has estado haciendo afuera- me dijo mi papa seriamente
-estaba jugando- le respondí haciendo carita inocente
-cálmate emmet, está bien- dijo mi mami
-mami tengo que hacerte una pregunta-
-dime cielo- me dijo dándome un beso en la frente
-por que las gotas de la lluvia saben a miel-
-ohh, ven te contare un cuento- me dijo
Fui a sentarme en su regazo y papa se acerco a nosotras para oír.
Comienzo del relato
No sucede a menudo, pero se dice que, cuando caen del cielo gotas con sabor a miel, es porque un hada y un duende se han enamorado.
La ultima vez sucedió hace mucho tiempo en el bosque amazónico. Un duende llamado Edward se enamoro de un hada de las flores, cuyo nombre era Bella, en cuanto la vio llorando posada en un tronco, cuando iba a acercarse el hada salió volando.
Todos los días durante dos semanas el duende observaba al hada sentada en el tronco llorando pero era muy cobarde para hablarle.
Hasta que un día se animo a hablarle, la espero hasta que la vio sentada en el tronco.
-hola soy Edward- dijo el duende
-ohh lo siento, no sabía que había alguien aquí ya me voy- dijo la dulce hada sollozando
-no espera, ¿cómo te llamas?-dijo el duende suplicando
El hada se volvió a sentar y mirándolo fijamente le dijo su nombre.
-¿por que estas llorando?- pregunto dulcemente Edward
-lloro porque todas mis amigas están ocupadas cumpliendo deseos y yo no puedo conceder deseos ya que nadie me elije- dijo bella mirando al suelo
-ohh… yo quiero un deseo- le dijo Edward levantando su cabeza para que lo mirara
-¿enserio?- pregunto bella emocionada
-si… yo quiero la rosa más hermosa del mundo- dijo el duende luego de pensar un rato
El hada sonrió pues ese era el pedido más romántico y tierno que le podrían haber hecho.
-deseo concedido- le dijo alegremente el hada.
Y en la mano de Edward apareció la rosa más bella, Edward extendió la rosa hacia bella y le dijo –para ti, te regalo la rosa más bella del mundo-
Bella se sonrojo y le agradeció el regalo, el hada tuvo que irse pero prometió estar allí mañana y volverse a encontrar con el duende.
Al día siguiente ambos se volvieron a encontrar y charlaron de un montón de cosas, así pasaron los días, al octavo día el duende le suplico si podría concederle un deseo más.
-claro que puedo, dime que deseas- le dijo bella con una sonrisa.
-quiero ser hermoso para que tus ojos me recuerden siempre- dijo Edward nerviosamente.
Esta vez, el hada no cumplió su deseo. Lo abrazo y al oído le susurro –ya eres hermoso y con un gran corazón-
Para entonces el hada también se había enamorado del duende.
Ambos se miraron a los ojos y se besaron dulcemente.
Fin del relato
-ahh mami que linda historia- le dije
-si es hermosa, ahora ve a jugar pero no salgas a mojarte Alice – dijo mi papa
-ok papi- le dije y mire por la ventana pensando en el amor.
