Disclaimer: Los personajes son propiedad de Stephenie Meyer, sólo la trama es mía.


-Prólogo-

Llevábamos dos días en Los Ángeles y hacía una semana que había salido del reformatorio. Todo había ocurrido tan rápido que aún tenía miedo de que sólo se tratara de un sueño y de despertar en cualquier momento encontrándome con la dura realidad.

Seguía pareciéndome imposible que Jasper hubiera ido a buscarme, y que en aquel momento estuviera de vacaciones con él. De todos modos, aquello no sólo eran unas vacaciones, ya que cuando acabara el verano, continuaríamos estando juntos. Sabía que no todo sería color de rosa para mí. Según me había dicho Jasper, su hermana también estudiaría en la misma universidad que él, por lo tanto se verían a menudo, así que no tardaría en enterarse de que yo estaba con su hermano. De alguna u otra forma, aquello me aterraba. No sabía cómo reaccionaría en cuanto me viera, o en cuanto estuviera al tanto de la situación, aunque comprendía perfectamente que tuviera ganas de matarme con sus propias manos después de todo lo que había ocurrido un año antes por mi culpa.

Sacudí la cabeza intentando alejar aquellos oscuros pensamientos y salí al balcón de la pequeña habitación que habíamos alquilado durante tres días. En esa semana habíamos visitado Portland, y después habíamos decidido recorrer California. En realidad, habíamos quedado en visitar los Ángeles y después irnos directamente a Berkeley, –el lugar en el que estaba situada la Universidad a la que acudiría Jasper cuando comenzara el curso – para empezar a decorar y a hacer vida en nuestro piso alquilado. Realmente no era mío, era de Jasper, pero ya había decidido trabajar y pagar una parte del alquiler porque no me daba la gana de vivir del cuento. Tenía ganas de ver la que sería mi futura vivienda. Según me había explicado Jasper, era pequeña y algo vieja, pero comparada con el lugar en el que vivía con James, estaba segura de que sería el paraíso.

Escuché pasos detrás de mí, y antes de que pudiera darme la vuelta, unos brazos me rodearon por la cintura.

-¿Quieres que salgamos a pasear? –me preguntó Jasper después de darme un beso en la coronilla.

-Sí, me apetece caminar un rato –le contesté. Y era cierto. Desde que había salido del reformatorio lo único que quería hacer era pasear y respirar el aire del exterior. Quería volver a sentirme libre, ya que por las noches solía soñar que aún estaba allí encerrada, y en cuanto sentía que me empezaba a faltar el aire, me despertaba empapada en sudor y con los ojos llenos de lágrimas.

Jasper intentaba tranquilizarme cada noche que eso pasaba, y yo me sentía culpable de que él se preocupara. Solía abrazarme, y cuando veía que empezaba a calmarme, me tumbaba en la cama y se quedaba conmigo hasta que me dormía de nuevo. Jasper había decidido dormir en el sofá desde la primera noche que estuvimos juntos. Decía que quería que nos tomásemos las cosas con calma, y yo estaba de acuerdo, aunque no me importaría dormir con él. Algún día me había planteado la idea de pedirle que durmiéramos juntos, pero me daba miedo que me dijese que no, y además, me daba vergüenza pedírselo.

Entré de nuevo en la habitación y cogí mi bolso. Después salimos y nos dirigimos al paseo marítimo. Estaba empezando a anochecer, por lo que el paisaje era precioso, y estaba segura de que estar con Jasper lo hacía aún más especial.

-¿Qué? –me preguntó cuando se dio cuenta de que le estaba mirando.

-Nada –le contesté con una sonrisa.

-¿Por qué me miras así?

Me encogí de hombros.

-Me gusta mirarte.

Se metió las manos en los bolsillos y se sonrojó. Empecé a reírme. Nunca había sido tan tímido. Me acerqué a él y le di un beso en los labios. No tardó demasiado en sacar las manos de sus bolsillos para rodearme con sus brazos, evitando que me separara de él. Pero lo último que yo quería era alejarme, así que lo abracé colocando mis brazos alrededor de su cuello a la vez que profundizaba el beso. Al cabo de unos largos segundos me separé de él por la falta de aire.

-Si continuamos así, haremos un espectáculo aquí en medio –le dije con una risita.

-Es cierto –aceptó separándose de mí con algo de reticencia y con una sonrisa. Me cogió de la mano y entrelazó nuestros dedos a la misma vez que empezaba a caminar.

Cada día que pasaba junto a Jasper servía para que me diera cuenta de lo enamorada que estaba de él. Era algo tan extraño como especial. En las dos semanas que pasé en su casa hacía un año, cuando él me confesó sus sentimientos, fue cuando yo me percaté de los míos. Yo sentía lo mismo por él, pero sabía que era imposible que estuviésemos juntos porque mi vida estaba llena de mentiras. El año que había pasado en el reformatorio, había hecho que lo echara tato de menos que estuve a punto de llamarle varias veces por teléfono sólo para oír su voz. Había estado segura de que él me había olvidado, que había rehecho su vida con otra chica o que había decidido continuar con su vida como si yo jamás hubiese estado en ella. Por eso mismo, cuando vino a buscarme, estuve a punto de golpearme varias veces para asegurarme de que no estaba soñando. Y en aquel momento, mientras caminábamos juntos por las calles de Los Ángeles, sabía que jamás habría otro hombre para mí. Allí mismo, a mi lado, tenía todo lo que necesitaba para vivir.


Holaa^^

¡Aqui me teneis de nuevo! Tal y como os dije hace unos dias, he vuelto con la secuela de "Thief of hearts", ya que quedaron algunas cositas por explicar (y no me iba a quedar tranquila hasta que las contara ;p)

Como veis, esto solo es el prologo, en los proximos capitulos pasaran muchas cosas (tanto buenas como malas, obviamente), y veremos como les va a nuestra parejita favorita por Los Angeles =)

¡Espero que os guste, y que la disfruteis mucho!

¿Nos leemos en el siguiente capitulo? Os lo dejo a vuestra eleccion :P

XOXO