Disclaimer: Los personajes pertenecen a Naoko Takeuchi/Toei Animation. Usados sin ánimo de lucro.
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Haruka deslizó su dedo pulgar, a través de la superficie de su pluma de transformación, mientras miraba el horizonte, a través de la ventana de su habitación de hotel. Aún no podía creer que todo sucediera tan rápido, tan repentinamente. Hace unas horas, se había revelado como lo que muchos consideraban una leyenda urbana: Una sailor senshi. Pese a que esa chica de cabellos aguamarina le había gritado que no lo hiciera, que no tomara esa pluma, porque su vida no volvería a ser como antes, corrió el riesgo y lo hizo. Se convirtió en Sailor Uranus, la guerrera del Cielo, que podía manipular el viento y la luz. Y era cierto: a partir de ahora, nada sería igual.
—¿Por qué lo hiciste?
La joven de cabello rubio giró hacia dónde provenía esa voz. Quien estaba en su cama ya no era Sailor Neptune, sino Michiru Kaioh, la hermosa violinista y artista, cuya mirada, de un azul tan profundo como el océano, tenía una entremezcla de reproche y tristeza.
—¿Por qué lo aceptaste? No tenías que hacerlo… tu vida correrá peligro.
Haruka continuó callada. Seguía mirando el horizonte, sosteniendo su pluma.
—Vas a arriesgar tu vida, porque la pelea contra ese monstruo, es sólo el comienzo. Tenemos que encontrar los talismanes sagrados, para obtener el tesoro sagrado, que destruirá al enemigo que está invadiendo este planeta desde un punto en específico. ¿Sabes lo que puedes perder en esta misión? ¡Hasta tu propia vida correrá riesgo!
Continuó el silencio.
—Haruka…
La aludida sonrió y se acercó lentamente a la cama, para después sentarse al frente de su invitada, quedando casi cercanas. Luego, la rubia le sonrió, mientras depositaba su mano, encima de la mano de Michiru.
—Mira a quién se lo vienes a decir… a alguien que ha arriesgado su vida en más de una ocasión, para poder vencer en las carreras. He estado en más de una ocasión, cerca de la muerte. Si no he muerto corriendo autos, ¿Cómo me pasará lo mismo siendo una sailor senshi?
—Tú no lo entiendes.
—Lo entiendo con una frase: El que no arriesga, no gana. Así de simple.
Fue cuando Michiru se dio cuenta que Haruka había tomado una decisión y que nada la haría echarse para atrás. Por un lado, quiso proteger esa vida, porque ella era un ser humano demasiado valioso, para extinguirse antes de tiempo. Pero por otro lado, quizás era una jugada del destino, para decirle que no cumpliría sola su deber. A la final, a modo de rendición, sólo pudo sonreír.
—Está bien, respetaré tu decisión.
Después de una breve pausa, la rubia se levantó de la cama y luego, desperezándose, se alejó un poco, para después hablarle a su nueva compañera.
—¿No tienes hambre? Yo si —continuó Haruka divertida—. Traeré algo de comer para ambas: conozco una pastelería por acá cerca, donde venden unas tartas deliciosas. Y con té rojo saben mucho mejor... Tú quédate y descansa un poco más.
La joven de cabello verdemar asintió suavemente y la rubia salió de la habitación. Michiru se recostó nuevamente y se quedó mirando el techo, finamente decorado, tratando de ver en ellas, lo que sería ahora después de su inesperado encuentro con la sailor del cielo.
Esto era sólo el inicio de un nuevo capítulo en su vida… como sailor senshi.
Reiniciando en el fandom de Sailor Moon y considerando un buen comienzo, decidí tomar un reto de la reconocida comunidad de LiveJournal, 30Vicios. Espero con esto retomar los fanfics y también mejorar mi redacción (si, sigo siendo mala para los finales). Espero que les guste. ¡Saludos!
