Bien, intento de escribir un fanfiction de Love Hina incitado por la presión de terceras personas -¡soy inocente!-, y he optado por el punto de partida más sencillo: Ambientación posterior al final de la serie (en este caso, unos seis meses) y nuevo personaje alter-ego de un servidor (por tópico que resulte, que demonios) metido por en medio... con protagonismo compartido por el alter-ego de otro... er... llamémosle persona.
"Te he oído"
"Aaah... cállate"
I
Recién llegados.
"Y aquí es", dijo uno de los dos jóvenes que se encontraban junto a las largas escaleras de la Residencia Hinata...
"Cielos, cuanto escalón... para ser una Residencia-Pensión no es que tenga muy buenos accesos ¿seguro que este es el sitio?" preguntó el otro.
"Que siiii ¡me lo dejó todo bien indicadito mi madre en esto!" respondió el primero desplegando un plano justo en las narices de su compañero, "Mira, mira... Y deja ya de preocuparte, que por lo que me ha dicho mamá sobre cuando ella estuvo aquí hace veintidós años el sitio está de lujo"
"¿De lujo?"
"Sips... habitaciones individuales, fuentes termales... Además, siempre hay sitio, los únicos que reservan habitaciones durante mucho tiempo son los estudiantes y por esta zona tampoco hay demasiados, por lo cual no supondrá un problema que..."
Su compañero ya había comenzado a subir las escaleras, ignorándole.
"¿Pero me estás escuchando?"
"Calla y sube, que puedes soltarme el rollo de guía turístico sin tener que estar quietos en medio de la calle"
Refunfuñando, el joven comenzó a subir las escaleras apresurado para alcanzar a su compañero. No era excesivamente alto, de constitución delgada y atlética y movimientos ágiles. Sus rasgos eran claramente japoneses pero con unos ojos de color verde muy inusuales y más redondeados de lo normal en alguien asiático, protegidos tras unas grandes gafas circulares. Su cabello castaño era medianamente largo y algo rizado, dando la impresión de estar despeinado.
Su compañero era ligeramente más alto y de hombros más anchos, aunque no parecía estar tan en forma. Sus ojos, ocultos también bajo unas gafas, en este caso ovaladas y de pequeño tamaño, eran de un color castaño profundo, a juego con su cabello en el que destacaba un pequeño mechón blanco que caía sobre la frente. Su rostro se encontraba cubierto por una barba de tres días.
Finalmente, tras un ascenso plagada de bromas, collejas, algún que otro tropiezo y retroceso accidental (sobre todo cuando a mitad de subida se dieron cuenta de que habían dejado las mochilas abajo) los dos jóvenes se encontraban frente al gran y en cierto modo majestuoso edificio de la Residencia Hinata.
"Vaaaaaya" dijo el primero de ellos "Es más grande de lo que creía"
"¿No te había enseñado tu madre alguna foto, Ryo?", preguntó el otro, con los brazos cruzados mientras admiraba la fachada de la Residencia.
"Pues me temo que solo tiene unas pocas fotos del interior del edificio, de cuando conoció a mi padre", respondió Ryo, "¿Miramos a ver si encontramos al encargado de esto?"
"Vamos", dijo su compañero echándose la mochila a la espalda, "Esperemos que este sitio siga siendo tan maravilloso como decía tu madre, por que no sé yo..."
"A veces eres un pelín pesimista, Dani..."
"Puede, pero así las sorpresas agradables de la vida lo son el doble ¿sabes?"
Avanzaron hasta estar frente a la puerta principal. Ryo se inclinó un poco pero no parecía oírse nada dentro "¿Hooola?", exclamó, "¿Hay alguien?"
Silencio.
"Hum... lo mismo el sitio está cerrado", dijo Dani.
"Mucho lo dudo, no me parece que esté abandonado", replicó Ryo al tiempo que abría la puerta "Pero alguien debe haber ¿porque si no dejarían esto abierto¿Entramos?"
"Ve tu delante, sigo teniendo un mal presentimiento..."
"Deja de hacerte el caballero jedi un rato, anda"
"No me estoy haciendo el jedi ni gaitas... es solo una sensación que tengo"
"Bof", dijo Ryo burlón, "Lo que pasa es que estás nervioso por ser tu primera visita a un país extranjero tan lejos de casa y porque tu japonés aún no es muy bueno que digamos"
"Teniéndote a ti de profesor particular no te extrañe..."
"Cabrito"
"Burro"
"Imbécil"
"Tontolaba"
"¡Baños termales!"
"¿Eing?"
Mientras avanzaban por el pasillo intercambiando insultos, los dos compañeros habían llegado ante la puerta de las fuentes termales.
"Aaah", dijo Ryo soltando la mochila, "No se tu, pero yo aprovecharé para darme un bañito... tu busca al administrador o a algún residente"
"Oye, so vago, no creo que sea buena id... ¡mmmfmf!", comenzó a protestar Dani cuando la camisa de Ryo acabó en su cara... y antes de darse cuenta su compañero ya estaba chapoteando. Dejando la prenda de ropa en el suelo y con un suspiro en los labios, el joven siguió andando por el pasillo "Eso, que se quedé él a remojo como una cebolla", farfulló, "Miraré a ver si encuentro a alguien de una maldita vez..."
Aún no había acabo de pronunciar esas palabras cuando al torcer la esquina del pasillo sintió unos pasos, estando a punto de tropezar con la otra persona, una chica de unos veinte años con el cabello de un extraño color azul oscuro y recogido...
"Uy, lo siento", comenzó a decir él, "Disculpe ¿podría...?"
"¡AAAAAAAAAAAAAAH¡UN DEPRAVADO!"
"¿Uh¿Depravado quién?"
En ese momento sonó un portazo seguido de unos pasos apresurados. Tras la chica surgió otra más alta y de más edad, de cabello negro, cuya ropa –un jersey rojo y unos pantalones vaqueros- contrastaba con la severidad de su rostro y la katana que llevaba en sus manos.
"¿Se nos ha colado un cerdo pervertido, eh¡Tranquila Shinobu, se las verá conmigo!"
"Oi... oigan señoritas", dijo Dani sacudiendo los brazos, "Esto es una confusión, yo solo..."
"¡Meras excusas!", exclamó la chica de la katana, "¡MUERE!"
"¡YAAAARGH!", gritó el joven al tiempo que esquivaba un brutal golpe de espada por los pelos y comenzaba a correr por el pasillo con las dos muchachas tras él, "¡Socorroooo¡Me persigue una samurai enajenada!"
"¿Qué me has llamado?"
En ese momento Ryo salió de los baños termales solo con una toalla puesta, "¿Pero que demonios es ese jaleo¿Has encontrado al administr...?",
"¡Hola Ryo!", gritó Dani al pasar junto a él.
"¿Qué diabl...?", comenzó a decir, pero en ese momento vio a las dos chicas y como una de ellas portaba una katana... y parecía estar muy enfadada...
"¡Ah, Motoko¡Hay otro!"
"¡Y está desnudo¡Cerdo, toma esto!"
Dani oyó un 'Ka-Boom' tras él, seguido de un grito de Ryo, el cual le adelantó inmediatamente volando por los aires y en estado de shock hasta llegar a la pared e incrustarse en ella. Dani agarró a su compañero por el brazo y consiguió sacarle del agujero que había formado con el impacto, "¡Vamos, vamos Ryo¡Que vienen!", gritó al tiempo que lo arrastraba. La única respuesta de Ryo fue un "Tekeli-li, liiii"
Torcieron la esquina y fueron a dar a lo que parecía una especie de salón, con una gran mesa, sobre la cual había...
"¿Una tortuga?", dijo Dani, frotándose los ojos.
"¿De dos metros de alto?", dijo Ryo.
"¡Y con aleación de titanio!", exclamó una chica de piel morena y cabello rubio que acababa de aparecer en lo alto de la tortuga, "¿Con que sois dos pervertidillos que os habéis colado a espiar y usar los baños por el morro, eh¡Pues tomad un regalito¡Mecha-Tama XLVIII, fuego a discreción!"
A espaldas de ellos, reaparecieron las otras dos chicas "¡Ajá, Kaolla los ha acorralado!", exclamó la de la katana, justo en el momento en que el pecho de la tortuga erguida se abrió mostrando dos misiles...
"¿Pero qué...?", susurró Dani.
"Ayayayay..."
KRAAA-KA-DA-BOOOOOOOOOOOM
"¡YAAAAAAAARGH!"
"¡OUEEEEEEEEERGH!"
Debido al impacto de los dos misiles, al que habían sobrevivido milagrosamente, los dos muchachos se vieron impulsados hacia arriba, atravesando los pisos y el techo del edificio, hasta...
PLOTOPLOMF
"Aaay"
"Pica, mamá..."
... caer en la terraza de la azotea. Dani fue el primero en levantarse. Su camisa vaquera estaba hecha jirones así que se la quitó mientras Ryo intentaba cubrirse como podía con lo poco que quedaba sano de la toalla. "¿Estás bien, tío?"
"He estado mejor", respondió Ryo tras conseguir improvisar un taparrabos con la toalla, "¿Qué demonios está pasando?"
"Ni idea, pero me da en la nariz que no se alegran de vernos en esta Residencia, así que lo mejor será irse de aq...", en ese momento Dani se dio cuenta de que había otra chica en la terraza, con uniforme de colegiala y gafas, que parecía haber estado tendiendo la colada y que ahora los miraba aterrada. Sobre su cabeza reposaba un pequeño camaleón y en su hombro derecho había una curiosa tortuga de color amarillo que parecía sonreír. El animalito levantó una pata a modo de saludo.
"¡Myuh!"
"Eh... hola", saludó Ryo, con nerviosismo.
"¡Aaaaaaaaaaaaaah!"
"¡Aaargh¡Nogritesporfavornogrit...!", exclamaron los dos chicos al unísono.
"¡Dejad a Ema en paz, pervertidos!", gritó alguien tras ellos. La chica de la katana había llegado a la terraza, seguida de las otras dos, montadas sobre la tortuga mecánica, "¡Ahora veréis¡Técnica Secreta Revienta-Rocas!"
Algo parecido a una onda de aire o energía pareció surgir del movimiento efectuado por la chica y su espada, dirigiéndose a toda velocidad hacia Ryo y Dani.
"¡Un ataque ki!", exclamó Ryo, "¡Cuidado!" El chico empujó a Dani hacia la derecha poniéndole a salvo y acto seguido dio un gran salto hacía atrás esquivando el ataque y posándose con un solo pie en perfecto equilibro sobre la barandilla de la terraza, "Buuf, que cerca ha estado... ¡Escuchad!", dijo volviéndose hacia las muchachas, "¡Estáis cometiendo un error, no somos mirones ni nada por el estilo¡Hemos venido a alojarnos en la Residencia...!"
"¡Mentiroso!", exclamó la chica de la katana, "¿Cómo os vais a alojar en una residencia para chicas, eh?"
"¿Uh¿Residencia...?", comenzó Ryo.
"¿... para chicas?", terminó Dani, "R... R... R... ¡RYO¡No se supone que esto era una pensión normal?"
"¡Y yo que sé¡Solo sé lo que me había contado mi madre, demonios!"
Los dos chicos comenzaron a discutir entre ellos, ignorando a las muchachas y al peligro inmediato que podrían representar. La chica de la katana parecía perpleja y la más joven que había estado en la terraza se dirigió a ella "Eh... Motoko-san, a lo mejor dicen la verdad..."
"Podría ser... ¿no crees Motoko?", recalcó la chica del cabello azul oscuro.
"¡No!", respondió, "¡Solo intentan confundirnos con su verborrea para librarse de su castigo¡Eh, vosotros dos!", exclamó dirigiéndose a Dani y Ryo, "¡Tomad!", y acto seguido lanzó otro fortísimo golpe seguido de una enorme onda de energía. Dani hizo lo que pudo, y aunque el golpe no le dio de lleno el chico acabo volando hasta caer a los pies de la tortuga mecánica, pilotada por Kaolla, la chica morena, que comenzó a perseguirlo por la terraza lanzando misiles de corto alcance, "¡Aaah¿Por qué me pasan estas cosas a miii?" Por su parte Ryo había esquivado el golpe y saltado al tejado, seguido por Motoko. El chico corrió hasta el final del tejado con la muchacha tras él, pero ya no quedaba a donde ir.
"Je, je, je... prepárate", dijo ella alzando su katana, "El golpe final"
Ryo entonces se dio la vuelta con el rostro marcado por la decisión y comenzó a correr hacia Motoko.
"¿Qué hace?"
"¡Si no puedo huir más de ti, tendré que contraatacar!", exclamó el chico mientras corría, "¡Allá voy!", dijo, tras lo cual...
ZIIIP
"¿Uh?"
Resbalón...
"¡Uaaaaaaah!"
... traspiés...
CHOF!
... y caída en las fuentes termales.
Mientras, Dani esquivaba como podía los ataques de Kaolla y su Mecha-Tama. Ema, la chica más joven, y la muchacha del pelo azul lo observaban todo con una mezcla de miedo, nerviosismo y perplejidad. "O... oye Shinobu", dijo Ema, "Quizá, quizá sea un pervertido pero si Kaolla sigue así a lo mejor acaba haciéndole daño de verdad"
"Me temo que...", comenzó a decir Shinobu, pero se vio interrumpida por los gritos de Dani, que en ese momento de la persecución circular a la que era sometido pasó cerca de ellas "¡Decíamos la verdad, no somos mirones¡Vinimos aquí por indicación de la madre de mi amigo¡Mirad en los registros de hace veintidós años¡Megumi Soranaga¡Megumi SoranagAAAAAAAARGH!" Uno de los proyectiles de Kaolla le alcanzó de lleno... y Dani voló.
Ryo comenzó a levantarse lentamente tras su caída, totalmente empapado y con todos los huesos del cuerpo doloridos "Aaah, que torpón soy en ocasiones", se lamentó, "Debería... ¿uh?"
"¡Cuidadoooo abajooooo!"
CROCK!
Dani impactó con su cabeza justo en la de Ryo...
"Encantado de volver a verte", dijo.
"No sé si puedo decir lo mismo", replicó Ryo.
Los dos se recompusieron como pudieron, pero apenas acaban de levantarse cuando algo enorme cayó en las fuentes termales. Kaolla y su tortuga acaban de descender, con todas sus armas en posición de ataque, y tras ella descendió Motoko con un ágil saltó, situándose frente a los dos muchachos una vez más "Ahora si que no tendréis a donde correr, cobardes",dijo, y comenzó a levantar su espada preparada para atacar cuando...
"¡Esperad!" Ema y Shinobu aparecieron de golpe por la puerta de los baños acompañadas por Tama, la pequeña tortuga, y cargadas hasta arriba de las carpetas de registros antiguos de la Residencia...
"¡Decían la verdad!", exclamó Ema, "¡Vinieron aquí por confuUOOOOAAAH!"
La chica resbaló y trastabillo, lo que hizo que las carpetas que llevaba salieran volando por los aires y ella fuese a dar con Ryo, que no pudo mantener el equilibrio provocando que los dos se cayeran al agua, con Ema encima de él.
Se hizo el silencio más absoluto.
"¡Hooola, ya estamos aquí!", dijeron dos voces, masculina y femenina, al unísono. Aparecieron entonces dos personas en la puerta de los baños termales, un hombre joven de cabello negro vestido con una bata blanca acompañado de una mujer de más o menos su edad que lucía una larga cabellera de pelo castaño claro.
"¿Qué era todo ese jaleo que hemos oído?", preguntó el hombre con una sonrisa nerviosa, "¿Qué está pasand...?"
Se interrumpió al percatarse de la estampa que tenía delante: Ema medio en shock, caída sobre un chico también medio atontado y que vestía únicamente un taparrabos que parecía hecho con una toalla requemada, junto a los cuales se encontraba otro chico arrodillado que entre lagrimas y con una carpeta de registros en las manos parecía dar gracias a una sorprendida Shinobu, mientras que una perpleja e inmóvil Motoko, con su katana preparada, lo observaba todo. Al fondo de la escena, Kaolla saludaba entre risas a los recién llegados.
El hombre se volvió hacia su acompañante, que miraba la escena como si fuera un espejismo, y dijo "Naru... ¿qué es lo que nos hemos perdido?"
Como única respuesta recibió un "¡Myuh!" por parte de Tama.
Fin del Capítulo I
Próximo capítulo: Posibles encargados y clanes ninja perdidos.
