PRESENTE: MAMADA
Bill le beso los muslos hasta que ella dejó de sacudirse, sonriendo le beso el monte de venus e hizo el camino ascendente, deteniéndose a prestarle atención a sus senos. Cuando la fue a besar ella volteó la cara, "¿Porque?" le preguntó sorprendido, "Eres tú."
"No, qué asco." Le respondió.
Bill se acostó a su lado, exhalando, decidiéndose por sembrar una semilla, "Si me lo mamaras y me fueras a dar un beso después no te rechazaría- Antes te estaría agradeciendo." Aunque sexo oral era algo reciente entre ellos no le cabía duda de que ella había escuchado de eso, y que no se le aproximara con esas intenciones lo preocupaba.
Ginny se enrojeció, ¿se lo estaba pidiendo? Apenada no dijo nada más.
No fue sino hasta después que hubieran empezado a coger que ella empezó a brindarle aquel tipo de atención, al principio lo acariciaría con su mejilla, se lo besaría a boca cerrada, después tal vez con más confianza, lo lamería completamente, se metería la cabeza a la boca y la succionaría hasta que se le pusiera dura y se corriera. Varios meses tuvieron que pasar para que ella notara que la novedad pasó y las succiones suaves ya no tenían efecto en él y lo que ella le dijo le agrado demasiado.
"Me dijiste que me ibas a enseñar, enséñame como te gusta." Le gustaría decir que le enseño, pero no fue así. Los dos aprendieron juntos.
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Bill abrazó a Ginny cuando esta se acercó a felicitarlo por por fin colocar una fecha para su boda después de ocho años de alargar su compromiso. No pudiendo notar enojo o celos en ella. Lo calmó ver que la noche en familia fluyó naturalmente, incluso ella y Fleur parecieron hacerse amigas, el de vez en vez echando una mirada en su dirección, cuidadoso.
Se habían enamorado cuando empezaron a experimentar juntos, casi obsesionados por satisfacer sus instintos más bajos, aquel amor les había durado un par de años hasta que se desvaneció y siguieron con sus vidas, el por su lado, ella por el de ella. Aunque no perdían oportunidad de recordar viejos tiempos. El sexo entre ellos era fantástico, divertido y eran demasiado buenos juntos más que separados, así que más de una cana al aire había habido en el camino.
A veces Bill se preguntaba si esa sintonía sexual que había entre ellos era porque él la había incitado en ella, él fue su primero y único por un par de años, él le dio forma a su deseo, a dejar sus inhibiciones, le enseñó a coger, era invariable que sus perversiones se le pegaran a ella cuando ella había sido una hoja en blanco en aquellos asuntos. Una jovencita curiosa y temerosa al principio. Luego curiosa y deseosa de ser complacida y de complacer. Cuando ella por fin le pidió que se lo hiciera a Bill le tomó menos de dos semanas descubrir que si ella podía recibirlo tan rico como él se lo daba pronto ella estaría dándoselo así de bien también, sino mejor.
Todo el fin de semana se encontró nervioso de Ginny pues no sabía muy bien qué esperarse. Y cuando ella le sonrió en medio de una conversación notó que no le disgustó su decisión.
Justo después de haber llevado a Fleur hasta la estación del tren regresó a casa, entrando en su vieja habitación y viendo a Ginny sentada en su cama.
"Cierra la puerta." Ginny le susurró.
Bill lo hizo de inmediato, viéndola caminando predadoramente hacia él, las manos de ella viniendo a parar a su cinturón y con parsimonia trabajando, "¿Mi despedida de soltero?" Le preguntó bromeando. Mientras él sacaba su varita mágica y hacia un encantamiento de silencio.
"Podría decirse." Le dijo, besándolo para después juguetonamente morderle el labio inferior, "Aunque han pospuesto tanto el matrimonio que podrías decir otra despedida de soltero."
La vio arrodillándose a sus pies y todos sus sentidos se desataron en ese momento, "Menos mal que esperaste a que Fleur se marchara." No se hubiera podido negar si le hubiera pedido esta misma clase de interacción bajo el mismo techo que estaría su prometida.
"No haría nada con ella presente, lo sabes." Le comentó con convicción y tomando la poya en su mano y sacándola del bóxer. Viendo que aun después de todos esos años aún tenía un efecto en él. El pene ancho y semi erecto haciéndole humedecer la boca. Para ahora a sus 23 sabía que lo que le ponía de toda esta situación era el tabí. Mirándolo a los ojos se pasó la cabeza por los labios varias veces, como si se estuviera aplicando labial y después de unos momentos se la metió a la boca, succionándola suavemente, con la lengua jugueteando en el hoyito. Era el tabú porque ni con Harry ni con los otros que había habido en su vida sentía tanto entusiasmo de hacer este tipo de cosas. O de comportarse de esta manera. Que aquel pene fuera maravilloso, grande y grueso y que él supiera como utilizarlo también le ponía.
Bill se quejó enredándole las manos en el cabello queriendo apurarla, nadie como ella para saber lo que a él le gustaba, "Abre la boca."
"Si, señor." Le respondió, pero no decidió demostrarle sus habilidades todavía, en vez de eso plantó varios besos en su cabeza antes de sacar la lengua y lamerle el huequito en el cual una gota de presemen se había formado. Muy al tanto de que él estudiaba aquella visión.
"Cielos," Bill se dijo, queriendo doblarse del placer, "te extraño tanto." Se quejó cuando ella abrió su boca anchamente y lo recorrió con la mano de punta a base y se lo metió a la boca en un movimiento suave. Sus manos la tomaron fuertemente de la cabeza, ella lo tenía donde lo deseaba. "…Tu cuerpo, tu coñito, ah…esta boquita. OH!" se concentró en las sensaciones, en disfrutar, no hizo preguntas sobre Harry pues muy al tanto estaba que si ella estaba aquí haciéndole esto era porque habían vuelto a terminar las cosas por un tiempo…hasta que el uno u el otro estuviera listo a tomar el siguiente paso. Un descanso, le había dicho Harry a Ginny la última vez hacía como tres años. El pobre no tenía idea lo que ella hacía en esos descansos. "Oh, eres tan buena en esto…" moviéndose de arriba a abajo lento pero con vigor Ginny lo succionaba, alabando su pene, usando una mano para mantener el ritmo y la otra para masajearle las bolas sin urgencia. Y esa falta de urgencia en ella le estaba llegando al alma. La tensión corriendo por su cuerpo y luchando por no hacerla mover más rápido o profundamente. Para todo había tiempo y si quería mamársela por horas lentamente lo podía hacer después.
Bien, pues fue él quien le enseñó. Ginny se degustó, sus respiraciones profundas, la boca de él abierta mientras la miraba a los ojos. Dejo de bambolearse y lo empezó a chupar más fuerte, con tanta fuerza que sus mejillas se ahuecaron, pero él no sucumbió ante lo que ella deseaba. Lo dejó ir con un sonido húmedo, (no te avergüences entre más oigas esos sonidos más sabes que está siendo rico, le había dicho él una vez, y colocándole la mano en la nuca para que no se detuviera) "No te contengas por mí." Esta vez fue ella quien habló tomándolo de la cintura. "Lo deseo así," que la tratara bruscamente era algo que había venido a agradarle con el tiempo, y con esas palabras se lo metió de nuevo a la boca, profundo, teniendo cuidado con dientes, bajó la lengua y no se detuvo hasta que su nariz no estuvo apoyada firmemente contra la base de aquel pene. Por unos momentos acostumbrarse a su reflejo de arcadas y ahuyentándolos, Bill gimiendo fuerte y profundamente despertó lo poco que aún quedaba dormitando en ella.
"¡Dios!" Bill exclamó cerrando los ojos y tirando su cabeza hacia atrás, golpeándose con la puerta, pero no importándole. Ginny lo dejó ir, se quitó la camisa y el brasier muy bien sabiendo el reguero que harían, luego repitió el movimiento una y otra, y otra vez. Verla llena a mas no poder y su poya apareciendo bañado en una mezcla de saliva espesa junto con sus propios jugos era una de las cosas más excitantes, más estar atento a los sonidos, los quejidos de ella, la humedad, las arcadas, su cara roja a mas no poder, los ojos llenos de lágrimas. Sus manos la agarraron más fuerte del cabello, "¿Quieres que me coja tu carita? ¿Eso quieres?" sin esperar respuesta empezó a mover las caderas, en un mete y saca cogiéndosele la boca.
Esto. Esto es lo que había querido hacer todo el día. Incluso lo había soñado. Y se lo dejó saber con un sonido. Mientras Bill se concentraba en buscar su final, Ginny no podía dejar de sentir orgullo de conocerlo tanto y tan bien, que lo pudiera hacer perder el control así de rápido. Se lo sacó de la boca, y trató de aclararse la garganta a la vez que dejaba el capullo contra sus labios, "¿Acaso Fleur no te lo hace así?" preguntarle aquello incitó más fuego en su interior, como si aquello fuera posible.
A ella le gustaba un tipo de sexo más calmado y Ginny lo sabía pues ya habían hablado sobre ello, así como él sabía que a Harry también le gustaba ser calmado. Encogió sus piernas, tratando de metérselo de nuevo a la boca, "Nadie como tú…Ginny…Ginny." recitó sin aire por su esfuerzo. Estaba cerca. Demasiado Cerca. Tan cerca.
Ginny sabía lo que necesitaba, lo volvió a tomar en su boca y lo soltó de las caderas para tomarlo firmemente del culo, a manos llenas agarrándolo y llevándoselo más hacia ella como si aquello fuera posible. Cerró sus labios contra su base fuertemente y empezó a hacer un mmm, mientras movía su cabeza en círculos (eso había sido algo que ella se había inventado y a él le había encantado, no algo que él le había enseñado a hacerle, pues como le había dicho -rogando y pidiéndole que lo repitiera- nadie nunca le había hecho algo así) de inmediato lo sintió temblando. Sintiéndose placenteramente sucia se lo sacó un poco, solo lo suficiente para poder respirar y volvió a repetir el proceso que lo hizo correr en el tercer intento.
Detenido en el tiempo, Bill continuó moviéndose, sintiendo su pene pulsar y su esencia derramarse en la garganta de ella. Los músculos flexionándosele, sus arcadas masajeándolo incluso más, la lengua haciendo presión imposiblemente, las mejillas al vacío succionándolo, los labios apretándolo, todo fue demasiado.
Ginny bebió todo lo que él tuvo para ofrecerle, negando a ahogarse, y no se movió hasta que no hubo terminado. Cuando el aflojó los puños que tenía en su cabello lo dejó ir y se dedicó a besarle los muslos y las caderas y a acariciárselas. No deseando que se le bajara la erección, pero la cuestión era que ya él no era un joven impetuoso y encuentros satisfactorios y prolongados de toda la noche era algo muy difícil conseguir para el momento.
Afortunadamente el mundo muggle tenía una solución para eso.
Sintiéndose débil de las rodillas Bill buscó apoyó contra la puerta. Escuchó a Ginny carcajeándose mientras se limpiaba la cara y el pecho y se colocaba en pie, desnudándose en frente de él y después yendo hasta su cama, acostándose boca abajo y abriendo sus piernas, dejándole ver lo empapada que se encontraba. Bill se remojó los labios y se empezó a desnudar, "Eres la mejor amante que he tenido. ¿Te lo he dicho?" y eso que había habido cientos.
"No pero lo sospechaba." Después de todo se seguían buscando el uno al otro incluso casi una década después que pudieron haber dejado esto. Cuando lo sintió acostándose encima de ella aunque no tuviera erección escondió la cara contra la cama y levantó las caderas cuando escuchó una varita vibrando y pronto tuvo la parte más suave y redonda contra su clítoris, "…Tú eres el mío."
Le besó el cuello suavemente, "¿Si?" le preguntó susurrándole contra el oído y la vio erizándose. "¿Segura que no lo has olvidado o cambiado de parecer?" Ella no le contestó, "Déjame recordarte que este coñito siempre ha sido mío."
Ginny gimió, bajamente, agradándole que le hablara de aquella manera.
A/N: En el próximo capitulo se explorara el inicio de esta relación. Ya tengo varios capítulos escritos asi que estare actualizando en cuanto consiga 5 reviews apreciativos!
Edit: 6/1/2019
