Disclaimer: Los personajes pertenecen a Pullman, no me demandéis.
Bueno, aquí os dejo un fic de Baruch y Balthamos, que me encantan. Obviamente, si no habéis leído El catalejo lacado, pues no os enteraréis de mucho.
Asper, te lo dedico ;)
Cuando Balthamos conoció a Baruch, nunca pensó que se enamoraría de él perdidamente y para siempre.
Recuerda perfectamente la primera vez que le vio.
Baruch era un humano, un simple humano como tantos y tantos. Hijo de Yáred, hijo de Mahalael, hijo de Kainam, hijo de Enós, hijo de Set, hijo de Adán.
Vivía a la sombra de su hermano Enoch, aquel que más tarde tendría por nombre Metatron y sería el Regente del Reino de los Cielos.
No obstante, había algo más.
Balthamos vivía desde hacía miles de años, y había visto muchas cosas. Muchos ángeles, humanos, gallivespianos, mulefa y demás seres conscientes.
Pero no había conocido a nadie que poseyese tal ingenuidad, ternura y bondad como Baruch, y que despertara en él un deseo tan ardiente de hacer el bien.
Se enamoraron. Sin poder evitarlo.
Cuando Enoch se enteró, montó en cólera. Él tenía muchas esposas, y lo que más le gustaba era deleitar su carne. Le parecía una abominación que su hermano amase a alguien de su mismo sexo, y que además era incorpóreo.
En un arrebato de rabia, Enoch mató a Baruch.
Balthamos, poco dispuesto a que su amado fuese a parar al Reino de los Muertos, quiso interceder por él ante la Autoridad.
Pero no le hizo caso. Acababa de llevar a Enoch a su Reino, donde sería Regente con el nombre de Metatron.
Desesperado, Balthamos probó miles de cosas y al final lo consiguió.
Baruch no fue al Reino de los Muertos. Su fantasma se convirtió en ángel.
Balthamos y Baruch pasaron juntos cuatro mil años. Hasta ahora.
Ahora, le han arrebatado a Baruch. Murió defendiendo a Lyra y Will. Es justo que Balthamos también los defienda frente al padre Gómez, perdiendo su vida.
Pero no importa. Así seguirá a su amado Baruch.
Yael Coulter
