Disclaimer: todo lo relacionado con el mundo de Harry Potter le pertenece a J. K. Rowling.
Preguntas a medianoche
La oscuridad dominaba todo el dormitorio de los alumnos de sexto año de Gryffindor; solamente se colaban algunos rayos de la luna, iluminado levemente el lugar. Era ya entrada la noche.
James dio la vuelta en la cama por enésima vez; no podía conciliar el sueño porque aquello que había escuchado de los labios de Marlene todavía le rondaba en la mente. No podía culparse: cualquiera estaría en la misma situación que él.
Volvió a darse la vuelta, y tomó los anteojos de la mesita de noche que había al lado de su cama y se los colocó, aclarando la oscuridad ante sus ojos; prestó atención a su alrededor. Podía escuchar los leves ronquidos de Peter provenientes de la cama enfrente, Remus era un montículo de sábanas en la penumbra y podía escuchar a Sirius hablando entre sueños aunque no podía entenderle ya que le estaba dando la espalda.
Clavó la mirada en el techo de la habitación y suspiró; tenía que hablar con alguien sobre sus pensamientos rondando en su cabeza. Sabía que no podía despertar a Remus (se estaba acercando la época de la luna llena, no quería quitarle horas de sueño), ni tampoco a Peter (tenía el sueño tan pesado que nada lo despertaba).
—Lo siento, Sirius—susurró al tiempo que tomaba su varita y estirándose por el borde de la cama, sin salir de ésta, comenzó a darle pequeños golpecitos en la espalda de su mejor amigo.
Sirius se removió, gruñó algo que no logró comprender pero continuó durmiendo; James volvió a insistir nuevamente con la varita.
—Sirius—susurró su nombre pero no tuvo respuesta alguna. Rodó los ojos—. Black, despierta.
Esa vez tuvo una respuesta de Sirius: simplemente se dio la vuelta, ahora su rostro quedando al alcance de James.
Miró de su lado de la cama, buscando algo que le sirviera como ayuda para despertar a su amigo; una pequeña sonrisa se le formó en el rostro. Con cuidado de no hacer demasiado ruido y tratando de no deslizarse de su propia cama, tomó uno de sus zapatos y, mirando antes a las dos camas de sus amigos, se lo arrojó al rostro de Sirius.
—¿Pero qué mierda?—masculló Sirius sobresaltado y asustado por el repentino ataque.
James le hizo un gesto de silencio, señalando los cuerpos dormidos de Remus y Peter.
—Jódete, Potter—gruñó, sobándose la frente en dónde el zapato le había dado; acomodó las sábanas a su alrededor y volvió a acomodarse para dormir nuevamente.
—No, espera.
—¿Qué quieres, Potter?—gruñó con los ojos cerrados.
James se pasó una mano por su ya totalmente despeinado cabello. —¿Es verdad?
Sirius abrió un ojo, mirándolo sin entender a raíz del sueño y de que no podía leer la mente de su amigo.
—¿Qué cosa?
James suspiró. —Que si es verdad lo que dijo Marlene sobre Lily, de ella aceptando ir a la próxima salida a Hogsmeade con el idiota de Rayden.
—¿Por esta estúpida pregunta me despiertas en el medio de la noche?—masculló Sirius—. Ya duérmete y deja dormir a los inocentes.
Irónicamente, este pequeño drabble salió a la luz a la madrugada.
Espero que les haya gustado.
