Disclaimer: Son de la SM, literalmente. La trama es mía.
Género: Drama/Romance.
Advertencia: Violencia.
Pareja: Muchas.
Canción: Empty – JYJ
Grita; capítulo I
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El delgado joven de cabellos rojizos caminaba con cierta rapidez y con los hombros caídos. Su rostro estaba oscuro por la sombra que proyecta su cabello sobre él, sus ojos estaban algo hinchados por las lágrimas que había derramado la noche anterior. Las voces se seguían burlando de él. El cansancio le estaba pasando la cuenta, la noche pasada no había podido conciliar el sueño, al momento de cerrar los ojos podía ver como lo apuntaban, oía sus voces nuevamente burlarse de él. Apenas podía moverse, le dolía el cuerpo. Lo habían golpeado nuevamente, tenía suerte de poseer algo de maquillaje que compraba a escondidas de sus padres. Se aplicó un poco en la mandíbula y bajo el ojo antes de volver al suplicio. Ir o no ir, se iba tendría que soportar todo nuevamente como cada día, y si no iba sus padres lo sabrían y obtendría un castigo por ello.
El delgado chico mordió sus labios con fuerza, ignorando el dolor que sentía. Alzo la vista y su corazón comenzó a latir rápidamente, al punto de querer salirse de su lugar. Sus manos se humedecieron con el sudor de sus nervios.
— ¡Taemin! —le llamó aquella voz que le provocaba las peores pesadillas. Con las manos en los bolsillos de su oscuro pantalón, la corbata fuera de su lugar, la camisa abierta en los primeros tres botones, se encontraba Jonghyun, le sonrió de lado y comenzó avanzar a paso calmado hacia él. Taemin bajó la vista asustado, no sabía que le esperaba hoy.
Cerró sus ojos no quería ver. Sintió las hojas secas ser pisadas por alguien, las risas de sus amigos y finalmente un golpe en su estomago. Todo su cuerpo se contrajo y sus manos mecánicamente subieron hasta el lugar afectado. Calló de rodillas al suelo y sintió un sabor metálico en su boca.
—Levántate, pequeño Tae-Tae —tomó el cuello de su camisa y comenzó a elevarlo, Taemin se estaba ahogando. Apenas podía sentir el suelo, no sabía como Jonghyun tenía tanta fuerza.
Cerró sus ojos para recibir el golpe que nunca llegó. Aquella voz, la única voz que obedecía Jonghyun había hablado.
—Déjalo ya, tenemos que entrar y no pienso tener un castigo por tus estupideces —era Kim Kibum, más conocido como Key. Este último tomó su bolso y seguido por Onew, dio media vuelta alejándose del lugar.
Taemin cayó de espaldas al suelo, pero recibió de todas formas una patada por parte de Jonghyun.
—Te espero en el receso y a la salida, Lee—sin poder moverse por el dolor de ayer y el inferido ahora, se quedó ahí unos segundos más.
Sintió las tibias lagrimas bajar por sus mejillas, no quería llorar, se sentía más débil aún. No entendía porque Key había dejado de ser su amigo. Lo eran antes de que Key se cambiara a la actual escuela. Cuando supo que iría a la misma escuela que Key, se emocionó al reencontrarse con su antiguo amigo, pero cuando lo vio estaba completamente cambiado. No lo saludaba, no lo miraba, simplemente no lo conocía.
Logró levantarse, ya iba diez minutos tarde. Sin importarle que lo castigaran en el colegio camino cojeando al recinto. Su pierna dolía por la patada proferida por Jonghyun.
La gente lo observaba en las calles, pero nadie se le acercaba a preguntar qué le había sucedido.
Vio a lo lejos el descolorido edificio de su colegio. Apresuró el paso, se sentía mareado y adolorido.
Al llegar el inspector del colegio se apresuró para atenderle, este era uno nuevo, jamás lo había visto.
— ¿Qué le sucedió joven? —preguntó preocupado aquel hombre de edad. Mentir, mentir y mentir, era lo único que le decía su mente. Sabía que si decía algo, esta vez Onew junto a Jonghyun le darían una paliza que jamás olvidaría.
Onew, cómo le tenía miedo a ese sujeto. Taemin nunca le había visto hablar, pero sabía que él era bastante popular, que su sonrisa enamoraba a cualquier mujer y hombre en la tierra, aún así le tenía terror.
Sus zapatos tenían un refuerzo de metal en su punta, una patada con aquellos zapatos se volverían una marca permanente en cualquier cuerpo. Taemin acarició con delicadeza la marca de su muñeca.
—Me asaltaron —mintió y no sonó falso, sino real. Había aprendido a mentir bastante bien para que sus padres no se preocuparan por sus heridas.
No se dio cuenta que ya estaba en el salón de clases, nadie volteó a mirarlo. Él era invisible para todos.
Taemin caminó hasta su lugar, un rincón en la parte de delante del salón. Abrió su libro y comenzó la tediosa clase.
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—Necesito aquella información, ¿lo entiendes? —la voz dura de aquel hombre retumbó por la habitación —. Ese hombre la robó y ahora se llena las manos con un dinero que no le pertenece.
El atractivo y alto muchacho asintió sin decir nada. No podía faltarle el respeto al hombre que le había recogido de la miseria y le había entregado todo lo que tenía hasta hoy.
Se retiró de la sala y caminó hasta su elegante cuarto para ver cómo haría para conseguir aquello que le pedía su tutor.
No le conocía, no sabía nada de ello. Otro problema también se le avecinaba, mañana iría al colegio, su primer día.
Era la primera vez en un colegio público, siempre había tomado clases privadas en la comodidad de su hogar.
Tomó un libro de su gran colección, se sentó en el mullido y cobrizo sofá, deslizó sus dedos por la primera página. No leía nada, no podía concentrarse.
Unos suaves golpecitos en su puerta le sobresaltaron. La puerta se abrió dejando ver a una hermosa mucama y le sonrió levemente. El muchacho le llamó con su dedo índice, la mucama se sonrojo y avanzo hasta llegar a él. Se quedó de pie junto al joven.
—Señor Choi, la cena está servida —le informó. Aquel joven la miró y sonrió picadamente, se levantó de su lugar y rodó la cintura de la chica, acercó su rostro lentamente hacia ella y besó suavemente sus labios.
—Ya veo que la cena está servida —susurró en su oído, la chica golpeo juguetonamente su hombro y salió rápidamente.
Aquel romance le tenía feliz, su tutor no sabía y no debía saberlo. Sino aquella hermosa chica sería despedida y no contrata en ningún nunca más.
Caminó hasta la puerta y bajó a cenar.
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—No por favor —susurró con miedo Taemin. Lo tenían acorralado en el baño. Jonghyun ya le había golpeado. Las lágrimas se agolparon en sus ojos y cayeron con violencia. Su labio tiritaba, un sollozo se escapo de garganta. Se maldijo.
— ¿Qué pasa Tae-Tae? —le susurró con malicia Onew mientras lo tomaba por el cuello de su vestón — ¿No te gusta lo que te hacemos? ¡Dime! ¿No te gusta? —le gritó golpeando su cuerpo contra la fría baldosa. Taemin sabía que él se había inyectado algo antes de esto, su rostro mostraba se veía más frío y estaba más violento.
Onew se quedó viendo a Taemin, acercó su mano para tocar su rostro pero este se alejó, actó seguido tomó su rostro con violencia y lo jaló hacia él.
—Estás muy lindo Taemin —inspeccionó su rostro —.De seguro te has acostado con unos cuantos, ¿no?
Se levantó tambaleándose un poco, y comenzó a tantear su pantalón en busca de su cinturón, mientras miraba el cuerpo de Taemin. Este último supo que pasaría y comenzó a llorar desesperadamente.
—No llores Taemin, prometo que luego gritarás mi nombre —rió maliciosamente, quitándose el cinturón.
— ¿Estás enfermo? Déjalo ahí y vámonos —habló Key por primera vez en toda la paliza. Onew le miró con rabia pero su mirada se suavizo rápidamente al ver como Key entrecerraba sus ojos. Acomodo su cinturón y salió del baño. Key le siguió para ayudar a que se calmara.
—Te has salvado pequeña ramera —sonrió Jonghyun —, pero cuando Key no esté será peor —Taemin tragó saliva y se quedó en aquel baño a llorar.
No quería volver a este colegio, sus padres no querían cambiarlo porque tenía las mejores notas y si lo cambiaban posiblemente sus calificaciones bajarían y ellos no querían eso.
Lloró por última vez antes de irse a su casa.
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MAHGAD, aquí está el nuevo fic. Espero que les haya gustado y todo eso. Debo confesar que le tengo miedo a Onew xD Besitos espero mi RR y todo eso.
Alpha.
