Lo recuerdo como si fuera ayer…
Había salido recién del colegio, era cerca de diciembre y estaba en una plaza cerca de mi colegio fumando un poco. Estaba solo, me aburría el colegio, así como mis compañeros. Quería jugar un poco de arcade, había un local cerca de aquí el cual tenía mis juegos favoritos, aunque también me quería escapar al internado de chicas que estaba cerca, hay muy lindas colegialas ahí, varias de ellas me acuerdo haberlas besado en fiestas de mi colegio.
Pero algo salió mal. Cuando al fin me decidí por ir a uno de esos 2 lugares, dejé el cigarro hasta donde quedó e imprudentemente crucé la calle, que estaba muy transitada. Un auto rojo se me vino encima. El resto me parece confuso, me sentí volando, dando vueltas en el aire y caer de cabeza. Pensé que mi hora había llegado…
Pero no fue así. Desperté en un cuarto como si hubiera despertado de un mal sueño, me vi rodeado de varios otros, algunos adultos y otros que tenían la misma edad que yo. Hasta vi una chica del internado que se había suicidado hace unas semanas atrás, era rubia y linda, como si fuera de una serie gringa familiar. Lo más extraño fue lo que vi frente mío, al fondo de ese cuarto. Una extraña y grande bola negra. De pronto mi nombre salió con letras verdes de la bola, y un extraño traje negro (como de buzo submarino o algo así) y unas armas aún más extrañas salieron de ahí.
Hasta ese momento no había pronunciado palabra alguna. Hasta que la chica del internado y otro compadre que encontré buena onda de vista me dijeron. Todos ellos habían "muerto" pero fueron llevados aquí. Había una misión: matar aliens sin que me mataran. No podía escapar o sino moriría inmediatamente. Cada alien muerto me daba puntos, si llegaba a los 100, podría volver a mi vida normal. Era extraño lo que me decían, pero el hecho de estar ahí y la bola negra esa pareciera que esto tomara sentido. Acepté el reto sin chistar, creí que podría ser divertido, y en parte lo fue.
Ese día que creí morir era martes. Hoy es miércoles. Sí, fue tal y como me pasó ayer…
Y así empezó todo. Soy Carlos y tengo 17 años. Soy un asesino más que trabaja para la Gantz.
