Ya llegó por quien lloraban XD ok no… Lo prometido es deuda y como se los traje antes del 20 de marzo ustedes son los que me deben XD vale, vale, solo bromeo…
Disclaimer: How To Train Your Dragon no me pertenece, obviamente. Es propiedad de Dreamworks Animation SKG y Cressida Cowell. Pero la historia de este fic es 100 por ciento original y mía de mí así que ni piensen en hacerme plagio XD
Nota:Este fic participa en el reto anual "Vikingos sobre la espalda de dragones" del foro "Academia de dragones". Así mismo es continuación de los shot's escritos por esta servidora: La Ultima Del Clan y El Heredero De Un Reino Caído, así que, si no los han leído, los invito a hacerlo ya que ahí es donde comienza la historia ;)
Palabras: 1,221
COMENZAMOS…
Ella es la última del clan Burglar. Él es el heredero de un reino caído. Ella busca venganza por la derrota de su gente y por la muerte de su hermana. Él busca venganza por la destrucción de su reino y la muerte de sus padres. Ella le salvó la vida. Él hará el intento por devolverle el favor... Ambos tienen un mismo objetivo, un destino compartido... Ahora siguen un mismo camino, un camino que los ha convertido en: La última esperanza...
PROLÓGO
"Cuando el reino más fuerte del archipiélago es derrotado, las almas perdidas en el dolor se doblegarán. Aquellos que juraron seguir luchando se levantarán. Solo queda una última oportunidad. Una última esperanza para encontrar la salvación y la tan ansiada paz."
Caos, destrucción, eso era lo único que se podía percibir en ese lugar del cual ahora solo quedaban escombros. Un olor a muerte se había apoderado del lugar, el pasto manchado de color carmesí y los cuerpos inertes de muchos guerreros yacían en el suelo.
Lo que antes fue un gran reino, el más fuerte de todo el archipiélago, ahora no era más que escombros y cenizas.
Un hombre de aspecto macabro que utilizaba una capa negra de piel, avanzaba entre los restos de lo que alguna vez fue un lugar hermoso. Se le veía molesto, pero a la vez satisfecho por lo que su ejército había logrado la noche anterior.
Avanzó varios metros hasta terminar frente a un montículo de escombros, donde varios de sus hombres se encargaban de despejar el área. Cuando estos lo lograron se pudo observar como sacaban de entre dichos escombros el cuerpo inerte de un hombre fornido de cabello y barba castaña rojiza.
—Ay Estoico, Estoico… Te dije que nos volveríamos a ver—Murmuró el hombre al acercarse hasta donde el cuerpo del nombrado se encontraba —. Te dije que los destruiría, que TE destruiría y que me apoderaría de tu reino.
—Señor—Le llamó un hombre interrumpiendo su regocijo—. Tiene que ver esto—Continuó pese a la mirada asesina que su líder le dirigió guiándolo hasta donde otro cuerpo se encontraba.
Esta vez se trataba de una joven de no más de veinticinco años que vestía un traje negro con capucha.
—Acaso es…—Comentó asombrado—La líder Burglar—Murmuró esto último con aire victorioso.
—Todos los Burglars fueron exterminados, señor—Informó el mismo hombre.
—Eso es perfecto—Dijo el jefe—. Ya es definitivo. ¡Nadie podrá detenerme!—Gritó con orgullo—. ¡Muy pronto todo el archipiélago será mío!
—Pero señor, el heredero—Comentó con temor el hombre.
— ¿Qué pasa con el heredero?—Cuestionó con gran molestia.
—Aun no lo encontramos—Susurró aterrado por la reacción que se llevaría su jefe.
— ¡¿CÓMO ES POSIBLE QUE AUN NO LO ENCUENTREN?!—Rugió furioso.
—No hay rastro de su escape, señor—Respondió tembloroso—. A-alguien debió ayudarle.-Dijo esto último con un poco más de seguridad.
—Pero ¿QUIÉN?—Dijo cada vez más furioso el hombre de la capa—. ¿QUIÉN LO AYUDÓ? Si aquí no hay nada más que cadáveres.
—No lo sabemos, señor—. Se excusó con temor.
— ¡PUES AVERIGUENLO!—Rugió demandante obligándolo a marcharse en busca de respuestas.
Una vez que el guerrero se había marchado, el supuesto jefe retrocedió hasta estar nuevamente con el cuerpo de Estoico.
—No importa quién le haya ayudado a escapar, Estoico—Comenzó a susurrar—. De igual manera morirá. Eso tenlo por seguro. YO MISMO lo mataré—Sentenció con una mirada asesina y sedienta de sangre—. O dejo de llamarme Drago Manodura, el nuevo Rey del Archipiélago.
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¿Acaso estaba muerto? Eso era imposible, los dioses no lo amaban tanto como para concederle el deseo de dejar de existir. Pero, si no estaba muerto, ¿por qué no podía despertar? ¿Qué era ese profundo e inexplicable dolor que sentía en su cuerpo? ¿Cuánto tiempo había pasado? ¿Habría sido todo un sueño? No, sin duda no podía ser eso, era algo más, solo que no sabía con exactitud qué era.
(…)
Ya había perdido la noción del tiempo. ¿Cuánto tiempo había estado así? No lo sabía. No sabía que había ocurrido. Pero ese dolor inexplicable seguía ahí, más allá de lo físico, ese dolor penetraba su alma, su ser.
Podía llegar a percibir movimiento a su alrededor. Podía lograr escuchar una angelical voz llamándole. Pero no podía despertar.
—Hola, ¿Cómo sigues?—La voz había vuelto—Haber, veamos—Continuó. Fue entonces que sintió unas suaves manos acariciando su frente mientras colocaban algo húmedo sobre esta, siguiendo por sentirlas recorrer otras partes de su cuerpo. Así era cada día, y, aunque no lograra entenderlo, le agradaba tener esa sensación recorriendo su cuerpo—. Parece que ya estás mejor—Dijo la voz, tal vez no pudiera verle pero igual sabía que sonreía. Moría por ver esa sonrisa, por ver a ese ser de voz angelical que durante todo ese tiempo estuvo atento a él y lo cuidó. Moría por despertar—. Pronto estarás completamente recuperado. Ya verás—Finalizó la voz desvaneciéndose en el acto. ¿Se habrá ido ya? De ser así esperaba que pronto volviera.
*O*O*O*
Vaya misión que le habían dado. Eso era lo que pensaba día con día. Y no es que se negara o no le agradara lo que hacía, es solo que aún no podía comprender que lo que ocurrió sea real.
Durante las últimas semanas se encargó únicamente de cuidar a ese joven al que salvó la noche en la cual su hermana y su gente murieron. Si bien el joven se recuperaba rápido aun no despertaba, y ella comenzaba a creer que jamás lo haría.
Si quería vengar a su gente, a su hermana, necesitaría ayuda y, hasta ahora, él era el único que podría ayudarle. Pues sabía que él también había perdido mucho, si no es que todo, esa misma noche.
Ahora solo le quedaba esperar, pero ella siempre fue muy impaciente, ¿Cuánto más tendría que esperar?
—No creo poder continuar con esto, hermana—Suspiró dirigiendo su mirada al cielo como si a través de este pudiera ver a su hermana en el otro mundo.
La extrañaba, y mucho. Era lo único que le quedaba, lo único que la hacía feliz, y ahora no la tenía… La había perdido… Y con ella, había perdido todo.
Pero no se rendiría. Prometió, no, juró que cumpliría con su misión: Protegería al heredero y juntos recuperarían la paz perdida. Aunque eso no desaparecía su dolor y tristeza.
(…)
Después de la revisión diaria al joven heredero se dirigió a terminar con otros deberes antes de volver nuevamente a su lado.
Le había tomado cariño a ese joven de cabellos castaños, por extraño que pareciera así era. No podía evitar sonreír al verlo mejorar día con día. Y mucho menos podía evitar sentirse ansiosa y esperanzada por verlo despertar, por conocer al fin esos ojos que eran ocultados por sus largas pestañas. No entendía qué era lo que le pasaba, pero de igual forma le era agradable esa sensación en su interior.
*O*O*O*
Había vuelto. Sentía nuevamente su presencia a su lado. Así era siempre, después de un tiempo volvía pero no decía nada, solo se quedaba ahí, a su lado; y esta no era la excepción.
Ya no podía más, tenía que verle, tenía que despertar.
*O*O*O*
Lo observaba detenidamente, recorría con su vista cada facción de su rostro; desde sus cejas hasta cada una de las pecas que se esparcían por su rostro. Estaba tan sumida en sus pensamientos, dedicándose únicamente a verlo "dormir" que creyó que verlo estremecerse fue solo una alucinación, hasta que esos estremecimientos se hicieron cada vez más frecuentes y notorios.
Estaba despertando.
*O*O*O*
Poco a poco comenzó a abrir sus ojos.
De un momento a otro azul y verde se encontraron, conectándose y trasmitiendo así todas esas emociones acumuladas en su interior.
Ya no había vuelta atrás…
—Hola…—Susurró cálidamente ella.
—Ho-la…—Respondió con dificultad él.
Sus destinos estaban enlazados. Ahora seguían un mismo camino.
Juntos recuperarían todo lo que les fue arrebatado.
Juntos, recuperarían la paz…
Porque ellos eran para ese reino la última esperanza…
Ufff creí que no lo lograría. Espero que con el prólogo haya logrado capturar su atención jeje. Y bueno, no prometo nada pero, igual haré todo lo posible por traerles el primer capítulo la próxima semana (o tal vez la siguiente de esa XD)
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A todos los que leyeron hoy… GRACIAS
