Mi vida era oscura, lo ha sido desde hace tanto tiempo que casi olvido cuando realmente hubo luz en mi.

De joven fui un muchacho tonto encimado en su propio ser, encerrado en su riqueza y todo lo que le ofrecía que se olvido de lo que le rodeaba. Mentí, engañe una y otra vez, y no pedí perdón ni me arrepentí por eso, me sentía bien, era el dueño del mundo y como no serlo era Oliver Queen playboy billonario, joven, apuesto y con el mundo a mis pies. Donde quiera que iba todo me era dado en un abrir y cerrar de mis labios, las mujeres me sobraban, resbalaban a mi paso, tenia los mejores autos, las mejores fiestas, y me olvide de quienes me amaban.

Me olvide de mi padre que era un gran hombre, me olvide de mi madre que era la mejor mujer que alguna vez conocí, me olvide de mi hermana pequeña Thea que necesitaba tanto de mi. Me olvide de la mujer que amaba Laurel, ella me ofrecía todo lo que un hombre de verdad deseaba pero yo lo tire a la basura. No solo una sino muchas veces, tantas que perdí la cuenta.

Pase mi juventud siendo un imbécil, desperdicie mi vida, y no hay palabras diferentes para describirlo mas que era un tonto egoísta y quien sabe cuantas cosas mas.

Luego me vi perdido, siendo un naufrago en esa isla infernal. Lian Yu no me salvo la vida como muchos creen. Lian Yu fue mi cárcel, y me convirtió en su prisionero de mas alto potencial, las cosas que viví allí enseñaron al joven tonto Oliver Queen que la vida era mas de los billetes que tenia en mi cartera o con cuantas chicas me acostaba sin dejar alguna embarazada.

Me conseguí personas que me convirtieron en lo que soy, hice cosas que robaron mi humanidad, y del alegre muchacho de mi juventud solo quedaba el nombre.

Todavía tengo pesadillas con los horrores que vi e hice en ese lugar con la escusa de vivir, porque creía que podía vivir con ellas, si solo me concentraba en seguir respirando y regresar algún dia casa para ser el hombre que mi familia merecía que fuese.

Y viví y seguí respirando y me convertí en otro para tratar de salvar los pecados de mi padre, pero no solo eran los suyos era los míos también. Al volver creí que podría ser ese hombre, que podría se Oliver Queen el hijo, el hermano, el novio.

Aunque en esto ultimo no tenia mucha esperanza, en realidad no esperaba que Laurel me perdonara, de todas formas me folle a su hermana.

Les falle a ellos y le falle a la ciudad. Los fantasmas de mi pasado regresaron para recordarme algunas de las decisiones que hice.

Sladle mato a mi madre, destruyo mi ciudad y me quito todo lo que tenia me dejo en la calle. Pero eso ultimo no importaba porque el me había dejado mas solo que nunca a pesar de que logre derrotarlo, y ahora de se pudre en una prisión en el mar chino bajo estricta seguridad y sin la fuerza que una vez tuvo.

El gano.

Se llevo a mi madre y a cientos de vidas en el proceso, en mis manos están la sangre de todas las personas que murieron en el camino de su estúpida venganza contra mi, y no pasa un solo dia, una sola hora que no piense en ellos.

Yo falle, yo acabe con todas esas vidas indirectamente y no puedo hacer nada. No puedo cambiar nada,

y puede que eso me este matando.

Mi nombre es Oliver Queen y yo soy la Flecha

...

Despierto en el suelo de la guarida, este es mi nuevo hogar ya que lo he perdido todo. Me acuesto de espaldas en mi colchón tratando de recordarme que ya no estoy viviendo ninguno de esos momentos que tan intensamente recordé en mi sueño, no puedo decirme que no son verdad, pues todos y cada uno de ellos lo son.

Controlo mi respiración y seco el sudor frio que se forma en mi rostro, trato de concentrarme en la vigas del techo de la cueva para así recordarme que esto es real, que ya no estoy mas en la isla . Me maldigo porque no puedo dejar de pensar en esas cosas, me maldigo porque debí morir hace tiempo, porque en este momento siento que nada de lo que hice ha valido la pena.

Pienso que si tal vez yo no me hubiese empeñado tanto en regresar a casa, tal vez no habrían tantas personas inocentes muertas.

Mis sueños son solo una pequeña porción de un castigo mucho mayor que la vida aparta para mi por todas las cosas que he hecho. Cansado y frustrado de observar las vigas y sin posibilidad de dormirme otra vez me levando del suelo y voy a la zona de entrenamiento. Me quito la camisa y comienzo a practicar.

Automáticamente me desconecto como si dentro de mi viviesen dos entidades completamente diferentes. Mi mente agradece el ejercicio, movimientos conocidos, reflejos, respiraciones. Todo lo que es parte de mi rutina.

Me mantengo se ese modo para evitar pensar , para evitar recordar.

Sigo haciendo lo mismo no se por cuanto tiempo, pero cuando la puerta de la cueva se abre, estoy exhausto, los músculos de todo el cuerpo me duelen, pero me gustan que así sea me mantienen pensando en otra cosa, en cosas menos dolorosas.

Unos zapatos rosa chillón bajan por la escalera de la cueva, recibo a Feliciy con una sonrisa y salgo a su encuentro a la mitad de la sala, inmediatamente al verme ella se sonroja cuando me acerco a ella, el color sube por su cuello y se instala permanentemente en sus mejillas. Me gusta como se ve así, es tan hermosa y no se da cuenta, se de varios hombres que darían lo que fuera por tenerla en su cama, con ese pensamiento cruza raro en mi pero lo dejo pasar sin prestarle atención.

Ella es tan blanca como la leche, su pelo esta recogido en una cola sencilla igual que todos los días, pero le sienta muy bien de alguna manera ella lleva lo ordinario a extraordinario. Su vestido azul brillante y sus zapatos rosa chillón no combinan mucho pero son la gota de color de mis días. Me acerco a ella para darle un beso en la mejilla, pero ella evade mi gesto y solo logro darle un medio abrazo, sin embargo logro capturar el aroma suave de su perfume y otra cosa que supongo es solo Felicity.

Desde que ya no tengo hogar ella se encarga de alimentarme, yo no se lo pedí y al principio estaba renuente a aceptarlo pero ella insistió tanto que al final termine aceptando. Disfruto de su compañía mas de lo me atrevería admitir, me gusta escucharla y verla, es un soplo de luz en toda la maldita oscuridad de mi vida, cada mañana espero con ansias verla llegar, es una chica tan valiente y tan diferente a todo lo que hay en mi vida, que se que no la merezco. Ella es mucho mejor que yo en todos los sentidos. Me considero muy afortunado de ser su amigo, y la verdad no se que haría si algo le pasara, ella es muy importante para mi.

Arranco una bolsa de su mano y veo que tiene adentro son tres emparedados. Saco uno de la bolsa y me siento en una mesa a devorarlo tengo tanta hambre que estoy seguro que podría comer los tres pero uno es de ella.

Hola a ti también, me alegro de verte. - me dice mientras se sienta en una silla tomando su emparedado.

Esto esta buenísimo. - digo en respuesta.

Lo se por eso lo compre. Es una tienda nueva, creo que son los mejores de la ciudad.

Tal vez deberíamos ir un dia. - digo y Felicity se me queda viendo con el ceño fruncido, caigo en cuenta de lo que acabo de decir y me arrepiento inmediatamente, las cosas entre ella y yo han estado un poco tensas debido a aquella noche con Sladle. Muchas lineas se cruzaron esa noche puede que la que marcaba mi amistad con Felicity no tenga vuelta atrás.

La miro un momento mas de lo que debería pero ella no me ve, ha vuelto a comer sin prestarme atención. A veces tengo tanto miedo de perderla por mis errores que soy capaz de arrepentirme de las decisiones que tome aquella noche.

Todavía no estoy seguro que aquel plan casi suicida valiera la pena después de todo.

Luego de comer Felicity va a las computadoras y yo vuelvo a mi entrenamiento con Roy que ha madrugado aquí en la cueva. Parece vivir aquí tanto como yo, creo que intenta olvidar a Thea pero no lo esta logrando muy bien. Obviamente jamas hemos hablado de eso, no son temas con lo que nos sintamos cómodos, practicamos con los arcos y las dianas mientras esperamos a Digg últimamente paso mucho tiempo con Laila y no se lo critico están esperando un bebe juntos después de todo, ellos se aman el debería pasar cada segundo de su tiempo con ellos.