Un día cualquiera

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Ritsuko Akagi miraba su computador personal con expresión concentrada y ajena a cuanto movimiento había a su alrededor. Su asistente, Maya Ibuki, leía toneladas de expedientes con números que seguían una secuencia que al parecer sólo ellas podían entender porque cada vez que la joven leía una línea de caracteres, su jefa directa asentía y tecleaba dichos números en el computador. Al rato terminaron de ingresar los expedientes y sonrieron mutuamente afirmando que habían batido un nuevo récord de verificación de códigos.

Antes de apagar los sistemas computacionales que las rodeaban, la doctora Akagi leía un documento firmado por la capitana Misato Katsuragi que ordenaba la lectura de todos los códigos ocultos del Sistema de Supercomputadoras MAGI y su posterior ingreso en una base de datos con la finalidad de responder de manera rápida ante cualquier ataque al Sistema. Ritsuko comentó a Maya que le era incómodo traspasar a formato digital todas las claves de acceso que su madre había dejado en los sarcófagos que protegían a las supercomputadoras. Maya no entendía la actitud negativa de la doctora hacia las instrucciones de la jefa de Operaciones puesto que si ellas servían para una mejor respuesta debían ejecutarse.

- Hubo una época en NERV donde todo estaba sujeto a cuestionamiento porque todo cuando ves aquí era construido. – Ritsuko Akagi comentaba los tiempos en que el Geofrente era intervenido para la construcción de la base central de GEHIRN, actual NERV. – Ya que todo está hecho, sólo queda seguir las instrucciones.

- Lo siento si la he incomodado doctora. – Maya se disculpó casi ignorando que los segundos anteriores había alabado la circular que Misato Katsuragi había distribuido al Departamento de Investigaciones.

- No te preocupes sólo estás haciendo tu trabajo y nuestras opiniones personales no deben interferir en ello. Ignora todo cuanto mencioné sobre la inconveniencia de transcribir los códigos del Sistema. – Ritsuko miró su reloj que señalaba la una de madrugada y Maya observaba la enorme de pila de papeles escrito con puño y letra de Naoko Akagi muchos años antes.

- ¿Cómo vamos a regresar a su lugar estos papeles? No recuerdo su lugar exacto dentro de los sarcófagos. – Maya expresó su inquietud por completar la siguiente etapa tanto por el problema de encontrar la posición como por la pereza que conllevaba cumplir ese trámite.

- Las claves de acceso están conformadas por una serie de números y su posición dentro de los sarcófagos está definida en los últimos tres números de la serie. Sólo basta con encontrar la posición que señalan las series y dejar el papel en el sector correspondiente en el interior del sarcófago. – Ritsuko dio por iniciada la labor colocando el primer papel en el interior del Sistema al leer las últimas tres cifras. Maya la siguió.

- Apenas terminó con la transcripción envié a la capitana Katsuragi el reporte de que la tarea fue completada.

- Muy bien, ella está terminando su turno y verá tu correo antes de salir de aquí.